La tarde del lunes 27 de junio la policía de San Antonio, Texas, dio a conocer que fue hallado un tráiler con varios inmigrantes hacinados. Al instante se habló de 42 muertos, más tarde creció la cifra a 47 y hasta el día de hoy se sabe que son 51 los hispanos que murieron por asfixia.

Entre los sobrevivientes se encuentran 15 personas, 11 adultos y 4 niños, que fueron trasladados de emergencia a diferentes hospitales de la ciudad después de que las autoridades hicieran un llamado sobre un “evento de víctimas en masa”.

Tras la desgracia que ha enlutado a 51 familias, el arzobispo Gustavo García contó ante las cámaras de Telemundo que ha tenido la oportunidad de recorrer los hospitales donde se encuentran los sobrevivientes de la tragedia y el panorama es sombrío para todos ellos.

“Están en una condición muy difícil, intubados muchos de ellos. De ayer a hoy murieron dos personas”, contó Gustavo García.

La comisionada del Condado Bexar, Rebeca Klay-Flores contó al mismo medio que una joven de 23 años se encuentra en vías de recuperación, mientras que uno de los cuatro menores de edad se debate entre la vida y la muerte.

“Cuando uno encuentra tantos muertos en un mismo lugar es algo que impacta muy fuerte”, contó Rebeca Klay-Flores.

Para el doctor Joseph Varón los inmigrantes que lograron sobrevivir a estas condiciones extremas de calor y deshidratación al interior del tráiler pueden sufrir algunas secuelas como, por ejemplo: salud mental, afecciones en el corazón, riñones y cerebro.

En tanto, Gregorio quien es dueño de una funeraria en Texas ha ofrecido sus servicios a las autoridades mexicanas para que los familiares de los fallecidos puedan darles santa sepultura a los suyos.

Entre los fallecidos se encuentran 27 mexicanos, 7 guatemaltecos y 4 hondureños y que aún no se determina la identidad de las otras víctimas.