A partir del próximo domingo, Francia exigirá una prueba PCR a quienes quieran ingresar el país como una medida para evitar la propagación del coronavirus COVID-19 dentro de sus fronteras.

Fue el presidente de ese país Emmanuel Macron quien anunció la medida en el Consejo Europeo, detallando que la prueba negativa debe tener una validez de 72 horas o menos.

En un comunicado, el Gobierno dijo que esta medida se exceptuará “en los viajes esenciales, en particular los trabajadores fronterizos y el transporte terrestre”.

La medida no es del todo nueva, pues París, el pasado 14 de enero, decidió  imponerla (pedir prueba PCR negativa) a los viajeros que no pertenecen a países de la Unión Europea (UE).

Hasta este jueves, Francia registra tres millones 46 mil 248 casos positivos de COVID-19, y 71 mil 619 decesos desde que comenzó la pandemia en el país.

Buzos de la Guardia Costera italiana dieron el pasado 17 de enero con una enorme ballena muerta cerca del popular destino turístico de Sorrento (región de Campania). Los guardacostas consideran que se trata de “una de las más grandes” ballenas encontradas en el Mediterráneo, informa AFP.

Antes de hallar el cuerpo del mamífero, los buceadores fueron atraídos por una ballena más pequeña que luego desapareció en el mar.

Los guardacostas emprendieron toda una operación, en la noche de este martes, para remolcar los restos del animal fallecido desde Sorrento hasta el puerto de Nápoles. Biólogos marinos y otros especialistas se proponen determinar la causa de la muerte del cetáceo.

Un joven de 19 años detenido por supuestamente agredir y robar el celular a una mujer en el distrito de Surco (Lima, Perú), protagonizó entre lágrimas un momento de arrepentimiento frente a su víctima al acordarse de su madre, informan medios locales.

Los hechos tuvieron lugar a inicios de esta semana cuando el delincuente, identificado como Alan Steve Rojas Depaz, subió a un autobús de transporte público, golpeó a una pasajera y le quitó su teléfono móvil.

La víctima contó que su reacción fue gritar por ayuda, gracias a lo cual un grupo de pasajeros y transeúntes intervino para perseguir al ladrón.

Rojas Depaz incluso se dio tiempo de cambiarse de ropa en un intento de pasar inadvertido, pero la multitud lo encontró y evitó que se fugara. Al verse rodeado, el sospechoso comenzó a pedir clemencia para que las personas no lo golpearan. Luego, cuando intervino la Policía alegó que él no había sido, pero la víctima lo reconoció.

“Cuando me robó, el chico tenía un polo rojo. Bajó del carro, se lo quitó y se quedó con uno de color negro para que nadie se dé cuenta. El celular lo tenía a la altura de su barriga”, aseguró la mujer.

En el momento que los agentes se disponían a trasladar al detenido en un patrullero, Rojas Depaz rompió en llanto señalando que la razón era su mamá. Incluso imploró para que la víctima no hiciera la denuncia en su contra, pero ella no aceptó las disculpas y formalizó la acusación ante las autoridades.