Tecnología
Conozca el muro de viento que puede emular la fuerza de un huracán de categoría 5
Agencias

Ante la devastación y las muertes que causan los huracanes cada año en diferentes países del mundo, un grupo de científicos de la Universidad Internacional de Florida decidió desarrollar una instalación que emule la fuerza de estos fenómenos para probar estructuras y hacerlas resistentes.
Para llevar a cabo la investigación sobre la mitigación, el equipo de ingeniería del viento del Centro Internacional de Investigación de Huracanes (IHRC por sus siglas en inglés) y de la Facultad de Ingeniería y Computación (CEC) de la FIU construyó una “instalación de muro de viento” a escala real.
La idea de desarrollarlo surgió después de que el huracán Andrew tocara tierra en Miami el 24 de agosto de 1992, y se decidiera que debía haber un centro centrado en la investigación de huracanes.
“Fue entonces cuando nació el programa Wall of Wind (WoW). Empezó con 2 ventiladores, luego pasó a 6 y después a los 12 actuales”, explicó a Metro Erik Salna, meteorólogo y director asociado de educación y divulgación de los eventos extremos del Instituto de la Universidad Internacional de Florida.
La instalación WoW puede testear estructuras de tamaño normal, como viviendas construidas o manufacturadas y pequeñas estructuras comerciales.
Se considera tan eficaz para la ingeniería del viento como lo fueron las pruebas de choque, que llevaron al desarrollo de los airbags y otros elementos de seguridad para la industria del automóvil. Los ingenieros también comparan el WoW con las pruebas de sacudida de mesa, que condujeron a la ingeniería sísmica basada en el rendimiento
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Científicos húngaros crean un tetraedro único que podría revolucionar el aterrizaje de naves espaciales

Investigadores de la Universidad de Tecnología y Economía de Budapest, junto con la Red de Investigación Húngara y expertos internacionales, presentaron este miércoles un objeto geométrico innovador que podría inspirar nuevas tecnologías para el aterrizaje de sondas espaciales.
Se trata de un tetraedro especialmente diseñado, denominado “Bille”, que posee una propiedad física excepcional: sin importar cómo se coloque sobre una superficie plana, siempre vuelve a reposar sobre la misma cara. Este comportamiento es similar al de un juguete tentetieso y confirma una hipótesis matemática planteada en 1984 por el matemático británico John Conway, que hasta ahora no se había logrado materializar.
El proyecto estuvo liderado por el estudiante húngaro de arquitectura Gergo Almadi y el profesor Gabor Domokos, matemático y codescubridor del “Gömböc”, un cuerpo geométrico con un único punto de equilibrio. El equipo contó además con la colaboración del profesor Robert Dawson, de la Universidad Saint Mary’s en Canadá.
El tetraedro “Bille” fue construido con tubos ultraligeros de fibra de carbono y un núcleo de carburo de tungsteno para lograr el desequilibrio de masa necesario para su funcionamiento. Durante la presentación, los investigadores demostraron en vivo la capacidad del objeto para enderezarse automáticamente tras ser colocado de cualquier forma.
Domokos destacó que este avance “es mucho más que una curiosidad matemática”, ya que sus principios podrían facilitar el diseño de sondas espaciales que recuperen de forma natural una posición vertical tras aterrizar, evitando incidentes como la volcadura de sondas lunares recientes de Japón y Estados Unidos.
“A diferencia de las pruebas teóricas, este modelo funciona en el mundo real. Y eso es lo que lo hace realmente valioso”, concluyó el científico.
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China desarrolla microdron del tamaño de un mosquito para misiones de espionaje

China ha revelado un nuevo avance en tecnología militar que podría transformar el espionaje a nivel global: un microdron con apariencia de mosquito, diseñado para infiltraciones discretas en entornos sensibles.
El prototipo fue desarrollado por la Universidad Nacional de Tecnología de la Defensa (NUDT) y presentado en un reportaje del canal militar chino CCTV-7. Uno de los estudiantes del equipo, Liang Hexiang, explicó que el dispositivo busca operar sin ser detectado, replicando el comportamiento y la forma de un insecto real.
El dron cuenta con un cuerpo delgado, tres patas diminutas y dos alas semitranslúcidas, lo que le permite camuflarse en entornos hostiles e incluso ocultarse en la palma de una mano. Su diseño apunta a labores de inteligencia donde la discreción es esencial.
Además del modelo tipo mosquito, el equipo también mostró otros microdrones, incluyendo uno con cuatro alas batientes que puede ser controlado desde un teléfono móvil, optimizado para operar en espacios reducidos.
Los ingenieros detrás del proyecto señalaron que el principal reto tecnológico radica en la miniaturización de componentes clave como sensores, sistemas de navegación, comunicaciones y especialmente las baterías, que deben ser lo suficientemente pequeñas y potentes para garantizar la operatividad del dron sin comprometer sus funciones críticas.
Este desarrollo refuerza el interés de China en la inteligencia artificial y la robótica aplicada al ámbito militar, generando expectativas —y preocupaciones— en la comunidad internacional sobre sus posibles usos.