Internacionales
El Chapo Guzmán ofreció 50 millones de dólares y empresas de Sinaloa a agente, a cambió de su libertad

Era el 8 de enero de 2016 y un oficial de la ahora extinta Policía Federal (PF) realizó en Los Mochis, Sinaloa, una detención fortuita que llevaría al llamado juicio del siglo: arrestó a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quien se había protagonizado una espectacular fuga de la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México, y a su jefe de sicarios Orso Iván Gastélum, El Cholo.
El día que El Chapo Guzmán fue detenido por tercera ocasión, el agente de la División de Seguridad Regional, al que por razones de seguridad se identifica como Tiburón tenía la asignación de realizar tareas de vigilancia en la carretera Los Mochis-Navojoa cuando recibió la orden de estar la pendiente de un auto Focus rojo que había sido robado y que probablemente se dirigía a ese punto.
Tal como se lo habían advertido, vislumbró el auto y le puso el alto sin saber que a bordo viajaban Guzmán Loera y El Cholo, del cártel de Sinaloa, quienes habían logrado burlar el cerco de la Marina escapándose por una alcantarilla.
«Comandante dígame qué quiere, pero ya écheme la mano (…) es más, le dejo 50 millones de dólares para que no vuelva a trabajar nunca en su vida”, le habría dicho El Chapo Guzmán al agente, según el diario Milenio, que tuvo acceso a las declaraciones de Tiburón, que forma parte de un recuento de historias de éxito, heroísmo, tragedia y sobrevivencia acumuladas en el blog de la PF, que desapareció este primer día del año para dar paso a la Guardia Nacional.
Ante la negativa del agente, El Cholo Iván también intentó intervenir a favor del Chapo al decirle al oficial “comandante, traigo al patrón, échenme la mano”.
Sin embargo, Tiburón los esposó y los subió a la patrulla y junto con su compañero los llevó a los dos a un hotel mientras llegaban los refuerzos.
“Ayúdeme y no va a volver a trabajar. Comandante, dígame qué quiere pero ya écheme la mano”, le dijo Guzmán Loera quien le ofreció como regalo, además del dinero, empresas que tenía en Sinaloa.
“Ahorita, espérese. Ahorita vemos qué hacemos”, le habría señalado el oficial, ante lo cual como respuesta recibió un “comandante, no se vale. Tanto huir y tanto dinero para que usted venga y me entregue. No se vale”.
Sin embargo, las súplicas tampoco conmovieron al agente de la PF quien le habría respondido con un tajante “también entiéndame, estoy haciendo mi trabajo. Nadie me dijo que ahí venía usted. Yo soy policía y estoy haciendo mi trabajo. No vaya a creer que alguien me avisó”.
El resto de la historia es de todos conocida, Guzmán Loera y El Cholo Iván fueron entregados a la Marina y enviados a cárceles de máxima seguridad.
Poco después de un año, en enero de 2017, el Chapo fue extraditado a Estados Unidos donde protagonizó el llamado “juicio del siglo” en el que fue juzgado por 10 cargos relacionados con tráfico de drogas y lavado de dinero.
Recibió una sentencia de cadena perpetua e inmediatamente fue recluido en la prisión ADX Florence, conocida como la más segura y brutal de Estados Unidos, donde sus abogados asegura, que permanece en condiciones inhumanas que han deteriorado su estado de salud, ya que sólo puede salir de su celda una hora al día para tomar el sol dentro de una jaula en el patio de la prisión y como no habla inglés, son pocas las personas con las que puede tener contacto verbal.
Internacionales
Maduro rechaza acuerdo humanitario de Bukele y exige liberación de criminales venezolanos en El Salvador

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mantuvo su postura de rechazar el acuerdo humanitario propuesto por el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, y exigió nuevamente la liberación de los criminales venezolanos enviados por Estados Unidos para su encarcelamiento en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en territorio salvadoreño.
Maduro volvió a referirse a una supuesta violación de derechos humanos contra los venezolanos que guardan prisión en el Cecot y no ofreció una respuesta favorable a la propuesta de Bukele, que planteaba intercambiarlos por presos políticos encarcelados en Venezuela por sus vínculos con la oposición.
«Yo le digo, señor Bukele: póngase a derecho, responda al cuestionario del fiscal general de la República de Venezuela. Dé fe de vida de todos los muchachos secuestrados. Diga dónde están enjuiciados, qué causa, qué delito cometieron», expresó Maduro.
«Permita el acceso de sus abogados y familiares a la prisión donde los tienen secuestrados. Abandone el camino de la desaparición forzosa y, más temprano que tarde, póngalos en libertad incondicionalmente. Libertad incondicional para los jóvenes que están secuestrados en El Salvador», agregó.
Las declaraciones de Maduro se produjeron luego de que Bukele propusiera, el pasado domingo, un acuerdo humanitario que contemplaba la repatriación de 252 venezolanos detenidos, a cambio de la liberación de un número igual de presos políticos en Venezuela.
«Quiero proponerle un acuerdo humanitario que contemple la repatriación del 100 % de los 252 venezolanos que fueron deportados, a cambio de la liberación y entrega de un número idéntico (252) de los miles de presos políticos que usted mantiene», expresó Bukele en ese momento.
La propuesta fue realizada a través de la red social X, donde el presidente salvadoreño explicó que los venezolanos detenidos en El Salvador fueron capturados en el marco de una operación contra pandillas internacionales.
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FOTOS | El Vaticano difunde las primeras imágenes del papa Francisco en su féretro

Este martes, el Vaticano difundió las primeras imágenes del papa Francisco dentro del féretro, como parte de los homenajes póstumos que marcarán la última vez que el mundo lo vea físicamente.
Las fotografías muestran el cuerpo del pontífice en la capilla de la Casa Santa Marta, su residencia habitual y lugar al que acudía con frecuencia para orar y meditar por el mundo.
Según se informó, las imágenes forman parte del acto de constatación del deceso. En ellas, el papa aparece vestido con una túnica roja —color litúrgico reservado para funerales papales—, con una mitra blanca sobre la cabeza y un rosario negro entrelazado en las manos, símbolo de su profunda devoción mariana.
El miércoles 23 de abril, su cuerpo será trasladado a la Basílica de San Pedro, donde se instalará la capilla ardiente para que los fieles puedan despedirse.
Asimismo, se confirmó que sus restos reposarán en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, en cumplimiento de su voluntad testamentaria.
Tal como lo pidió en vida, su funeral y todos los actos relacionados se realizarán de forma sencilla, sin decoraciones ostentosas, como reflejan las imágenes difundidas.
«La tumba debe ser en la tierra; sencilla, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus», dejó escrito el pontífice en su testamento, publicado por el Vaticano.
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El cónclave, manual de instrucciones

Así se elegirá al sucesor del papa Francisco: paso a paso del cónclave
Durante el cónclave, los cardenales electores se reunirán a puerta cerrada en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años.
La elección está regida por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996. La fecha del cónclave aún no ha sido fijada.
Preparativos
Los 135 cardenales electores —todos menores de 80 años— se alojarán en la residencia de Santa Marta, dentro del Vaticano, durante la duración del cónclave.
La jornada inicial comienza con una misa solemne en la basílica de San Pedro. Por la tarde, los cardenales, vestidos con el hábito coral, se reúnen primero en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico y luego, en procesión, se dirigen a la Capilla Sixtina invocando la asistencia del Espíritu Santo.
Bajo la icónica bóveda pintada por Miguel Ángel, los cardenales prestan juramento colocando la mano sobre el Evangelio.
Luego, siguiendo un antiguo ritual de la Edad Media, el maestro de ceremonias pronuncia la frase «Extra omnes» («¡Todos fuera!»), lo que marca la salida de todas las personas ajenas al cónclave y el cierre de puertas, con el fin de evitar cualquier influencia externa.
La elección
Por sorteo, se designan tres grupos de tres cardenales: los escrutadores, encargados de contar los votos; los infirmarii, responsables de recoger los votos de los cardenales enfermos; y los revisores, que verifican el escrutinio.
Cada cardenal recibe una papeleta rectangular con la inscripción Eligo in Summum Pontificem («Elijo como Sumo Pontífice») en la parte superior y un espacio en blanco para escribir el nombre del candidato, con una caligrafía lo más irreconocible posible. En teoría, está prohibido votarse a sí mismo.
Uno por uno, los cardenales se acercan al altar con la papeleta visible, pronuncian un juramento en latín —«Testor Christum Dominum, qui me iudicaturus est, me eligere in Summum Pontificem illum, quem secundum Deum iudico eligi debere»— y depositan su voto en una urna.
Los cardenales que no pueden acercarse al altar por razones de salud entregan su voto a un escrutador, quien lo deposita en su lugar.
Una vez recogidos todos los votos, un escrutador agita la urna, los transfiere a otro recipiente y se inicia el conteo. Dos escrutadores anotan los nombres mientras un tercero los lee en voz alta. Luego, perforan cada papeleta en el lugar donde aparece la palabra Eligo. Los revisores corroboran la exactitud del proceso.
Si ningún candidato alcanza la mayoría de dos tercios, se realiza otra votación. A partir del segundo día, se celebran hasta cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde, hasta que se logre una elección.
Las papeletas y notas utilizadas se queman después de cada dos rondas. El humo que emana de la chimenea visible desde la plaza de San Pedro es negro si no se ha elegido un papa, y blanco cuando se ha alcanzado un consenso: la tradicional fumata blanca.
Si tras tres días no se ha logrado una elección, se hace una pausa de un día dedicada a la oración y reflexión.
Habemus Papam
Una vez elegido, el nuevo papa debe responder a dos preguntas formuladas por el decano del Colegio Cardenalicio:
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«¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?»
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«¿Qué nombre deseas tomar?»
Si acepta, se convierte en el nuevo obispo de Roma y cabeza de la Iglesia Católica.
A continuación, los cardenales expresan su obediencia al nuevo pontífice. Desde el balcón central de la basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono anuncia al mundo: «Habemus Papam». Seguidamente, el nuevo papa aparece y ofrece su primera bendición Urbi et Orbi («A la ciudad y al mundo»).