Hay personas que disfrutan poniéndose en la piel de un perro. Este es el caso de Tom Peters, un técnico de iluminación, de 32 años de edad, que vive en Tring, Hertfordshire, uno de los 47 condados de Inglaterra, quien es aficionado a enfundarse en un traje de látex blanco con manchas negras. 

Él es uno de los 10 mil hombres que en el Reino Unido disfrutan disfrazándose de perros en su tiempo libre. Algunos hacen que más utilizar un disfraz y quieren sentirse como un can.

Tom se siente tan identificado que, cuando hace esto -en varios momentos durante la semana-, incluso prefiere que le llamen ‘Spot’, su nombre perruno.

El ‘dálmata humano’ Tom -recientemente nombrado ‘Señor perrito del Reino Unido’- nunca tuvo un perro de pequeño. La afición le llegó de mayor. Su primera novia no lo aceptó, pensó que era gay, explica en el documental de la tele ‘La vida secreta de los cachorros humanos’. Pero con su actual pareja ha llegado, incluso, a perfeccionar sus juegos.

Y es que ‘Spot’ es un perrito muy ‘juguetón’. Su obsesión requiere de mucho talco para ponerse y quitarse el látex.

No todo el mundo entiende el ‘hobby’ de Tom, aunque confiesa que sus amistades más cercanas han aceptado el juego y que incluso le traen chucherías cuando vienen a verle mientras él usa el disfraz.

En el avance del programa el hombre-cachorro explica que disfruta cuando le lanzan juguetes y le dicen aquello de ‘buen chico’.

Además, el británico aseguró que cuando se quita el traje, y vuelve a la normalidad humana, siente su mente más clara y es más feliz.

Asimismo, medios internacionales aseguraron que Peter pide ser reconocido como ‘transespecie’, pues convive con los demás siendo humano y simulando ser ´Spot’.