Connect with us

Nacionales

Yeerles Ramírez: “Si población incumple medidas de prevención contra el COVID-19, no bajará el número de contagios”

Publicado

el

El coronavirus causante de COVID-19 se encuentra en la fase de contagio masivo en el país, por lo que el doctor Yeerles Ramírez, director del Hospital Nacional San Rafael, hizo un llamado a la población para que acate las medidas de prevención y no baje la guardia.

“Debemos entender todos, que no vamos a lograr disminuir el número de casos si no acatamos las medidas de prevención”, insistió.

En relación al recién inaugurado Hospital El Salvador, ubicado en las instalaciones del ex CIFCO, Ramírez dijo que “llega justo a tiempo y es pertinente”, pero “si la gente sigue incumpliendo las medidas de prevención, vamos a tener una avalancha de pacientes”, enfatizó.

Ramírez actualizó los datos de COVID-19 atendidos en el hospital San Rafael, y destacó que a la fecha contabilizan 224 personas recuperadas, en tanto que 121 pacientes siguen ingresados por esta enfermedad.

Al respecto, el funcionario agradeció al Presidente Nayib Bukele, porque los médicos han tenido los insumos y recursos para poder tener los resultados visibles en ese centro hospitalario.

“Los últimos estudios están reportando que la inmunidad no es permanente; es decir que alguien que ya padeció el COVID-19 podría volver a tenerlo, pero eso aún está en investigación”, indicó el profesional en medicina.

Yeerles Ramírez recalcó los síntomas del virus para que la población esté alerta: Dolor de cabeza fuerte, fiebre acompañada de dolores musculares, dolor continuo en casos de afectación moderada y manifestaciones gastrointestinales que pueden llegar a deshidratar al paciente.

El director del San Rafael también instó a la Asamblea Legislativa a respaldar las medidas impulsadas por el Gobierno para combatir la enfermedad. “Les pido a los señores diputados que nos acompañen en este trabajo, que nos acompañen en las decisiones acertadas para hacer un control eficaz de la pandemia”, puntualizó.

Principal

Condenan a hermanos que amenazaron a un hombre para que dejara su hogar en San Marcos

Publicado

el

Dos hermanos fueron condenados a ocho años de cárcel tras amenazar a un hombre para que dejara su hogar, en el distrito de San Marcos, del municipio de San Salvador Sur, informó Centros Judiciales El Salvador (CJES).Turismo en El Salvador

Se trata de Juan Francisco y Cesar Ovidio Córdova Reyes, quienes fueron condenados por el cargo de limitación ilegal a la libertad de circulación por el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador.

“Los hermanos Córdova Reyes amenazaron e intimidaron a un habitante de la zona de San Marcos, en San Salvador. Según la acusación, en cinco ocasiones entre 2014 y 2023, los imputados interceptaron a la víctima en distintos puntos y le manifestaban que debía abandonar el lugar, argumentando que la zona era dominada por la pandilla, que ya había permanecido demasiado tiempo ahí y que lo tenían vigilado”, explicó CJES.

En la vista pública se presentaron pruebas que demostraron que ambos imputados amenazaban a la víctima con el fin de obligarla a dejar su lugar de residencia y por ello recibió la pena de ocho años de prisión.

Continuar Leyendo

Sucesos

Operativo de tránsito y seguridad vial será ampliado durante las actividades del Carnaval de San Miguel 2025

Publicado

el

El ministro de Obras Públicas, Romeo Herrera, detalló este jueves el dispositivo especial de gestión de tránsito que se ejecutará durante las actividades del Carnaval de San Miguel 2025, uno de los eventos más concurridos del país.

Herrera explicó que, debido al alto flujo de visitantes, varias calles serán cerradas y se redoblarán los esfuerzos para garantizar la seguridad vial y mantener la circulación lo más fluida posible. Indicó que las acciones iniciarán desde este jueves 20 de noviembre con motivo del festival Mariano, continuarán mañana viernes con la procesión de la Virgen de La Paz y el sábado 22 de noviembre durante la coronación de la Reina del Carnaval.

El operativo aumentará su intensidad en las fechas de mayor afluencia, particularmente el jueves 27 de noviembre, cuando se desarrollará el carnavalero internacional, y el sábado 29, día del tradicional desfile de carrozas. “Son jornadas donde asisten mayor cantidad de personas”, señaló Herrera.

Para ese fin, el MOP ha desplegado a más de 150 gestores e inspectores de tránsito distribuidos en 12 puntos estratégicos de San Miguel. Estos equipos trabajarán coordinadamente con la Policía Nacional Civil y el Ministerio de la Defensa para atender los cierres, desvíos y emergencias viales que puedan registrarse.

El ministro destacó que este año estará habilitado el Periférico Gerardo Barrios como ruta alterna, lo que ayudará a aliviar la carga vehicular en la zona urbana. Además, se instalarán más de 15 cámaras de videovigilancia enlazadas con la PNC y cinco pantallas de mensaje variable para alertar a la población ante cualquier eventualidad en tiempo real.

Herrera también hizo un llamado a los asistentes a evitar conducir bajo los efectos del alcohol. “Estamos cuidando nuestras vidas y la de las demás personas”, enfatizó.

Continuar Leyendo

ENTREGA ESPECIAL

Su esposo murió de cáncer a los 72 y ella que tiene 27 tomó la peor decisión con sus dos hijos

Publicado

el

La historia de Vanessa Collias, una mujer de 27 años radicada en Ontario, Canadá, quedó grabada en los registros judiciales y en la memoria social como uno de esos casos en los que el dolor personal, la tragedia familiar y una cadena de sucesos desafortunados convergen en un final devastador. El 10 de diciembre de 2023, apenas nueve días después de la muerte de su esposo, la joven madre asfixió a sus dos hijos pequeños: Yiannis, de cinco años, y Dimitri, de cuatro. Luego intentó quitarse la vida, pero sobrevivió, aunque con consecuencias permanentes. El caso conmocionó a la comunidad canadiense no solo por la crudeza de los hechos, sino también por las circunstancias emocionales y psicológicas que rodearon a la acusada y que finalmente influyeron en la condena dictada por la justicia.

Las horas previas al crimen se reconstruyeron con precisión durante el proceso. Según la investigación policial, cuando los agentes ingresaron al departamento donde vivía la familia, encontraron a los niños tendidos uno junto al otro, en una escena silenciosa y perturbadora. La televisión seguía encendida y, cerca de los cuerpos, se hallaron prendas de ceremonia, como si la madre hubiese querido preparar algún tipo de ritual íntimo. En ese mismo espacio también se encontró una nota colocada detrás del televisor, un mensaje que los investigadores incorporaron al expediente y que sería analizado en el contexto del estado emocional de Collias.

Para los efectivos policiales que participaron del operativo, el shock fue inmediato. No había signos de violencia más allá de la asfixia. Los cuerpos de los pequeños no presentaban golpes, cortes ni ningún otro indicio de abuso previo. Más tarde, los exámenes post-mortem confirmarían que los dos niños estaban “sanos y nutridos”, un detalle que la fiscalía subrayó para remarcar que, pese al desenlace fatal, la madre había cumplido con los cuidados básicos hacia ellos. Ese dato se convirtió en un elemento clave para comprender la dinámica familiar previa al crimen.

En su confesión ante la corte, Vanessa Collias narró con lágrimas y voz quebrada el momento en el que decidió poner fin a la vida de sus hijos. Relató que había tapado sus narices y bocas con su mano mientras les cantaba “You Are My Sunshine”, una canción que solía entonarles desde que eran bebés. La imagen de una madre acunando a sus hijos con una canción dulce mientras ejecuta un acto irreversible estremeció a todos los presentes. La misma mujer aseguró que intentó quitarse la vida inmediatamente después, lanzándose desde el balcón del departamento. La caída no le provocó la muerte, pero sí una serie de lesiones que la dejaron parapléjica.

La confesión fue tan detallada como desgarradora. Collias explicó que, desde la muerte súbita de su esposo, Costa Collias, ocurrida el 1 de diciembre debido a una leucemia agresiva combinada con un cuadro de sepsis, su mundo entero se había desmoronado. Según sus propias palabras, la pérdida la había dejado “rota, completamente sola e incapaz de concebir una vida sin él”. En el expediente, agregó que en ese estado de desesperación había llegado a la conclusión de que la única manera de reunirse como familia era morir junto a sus hijos. Esa frase sería citada una y otra vez durante el juicio para intentar explicar la raíz psicológica del crimen.

La fiscalía, luego de recibir un extenso informe psiquiátrico, decidió reducir los cargos originales y aceptar que Collias se declarara culpable de dos asesinatos en segundo grado, lo que de todos modos implica una sentencia de cadena perpetua bajo la legislación canadiense. La rebaja se sustentó en el diagnóstico de un psiquiatra del Centro de Adicción y Salud Mental, quien concluyó que la mujer había sufrido un trastorno de adaptación grave tras la muerte de su esposo. No se trataba de una psicosis prolongada ni de un desorden estable, sino de un episodio agudo que alteró completamente su capacidad de juicio.

Durante la audiencia, el equipo de defensa aportó contexto sobre la relación entre Vanessa, su esposo y los niños. Describieron una dinámica familiar estable, amorosa y sin antecedentes de maltrato. “Lo que la señorita Collias más quiere, su señoría, es que entiendan que lo que ocurrió no fue de ninguna forma motivado por malicia. No fue por una falta de amor hacia sus hijos”, señaló uno de los abogados. Luego añadió: “Fue completamente lo opuesto”. Según la defensa, en la mente de Collias, distorsionada por el duelo extremo, la idea de morir con ellos era una forma de protegerlos del sufrimiento que ella misma creía inevitable.

Ese planteo generó un debate profundo en la sala. Por un lado, los fiscales insistieron en que la muerte de los niños había sido deliberada y que ninguna circunstancia emocional podía borrar ese hecho. Por el otro, la defensa pedía comprensión contextual, no para justificar el acto, sino para explicar cómo una madre sin antecedentes criminales había llegado a cometerlo. La jueza reconoció la complejidad emocional del caso, pero fue categórica en su sentencia: dos niños pequeños habían perdido la vida a manos de quien debía cuidarlos y protegerlos, y ese acto exigía la condena más alta contemplada para este tipo de delitos.

En paralelo, se conocieron detalles de los días posteriores a la muerte de Costa Collias. La joven madre había creado una página en GoFundMe solicitando ayuda económica para afrontar los gastos funerarios y sostener a sus hijos. Ese gesto, en apariencia racional y propio de un duelo reciente, contrastaba con la espiral emocional que se desencadenó poco después. Según el informe forense mental, la mujer alternaba momentos de aparente lucidez con episodios de angustia profunda, en los que expresaba que ya no encontraba sentido en la vida.

En el juicio, cada una de estas piezas fue encajando para reconstruir el derrumbe emocional que atravesó Vanessa. Su entorno más cercano también declaró que, tras la muerte de Costa, había perdido peso rápidamente, casi no dormía y pasaba horas mirando fotografías de su esposo. Los vecinos relataron que la escuchaban llorar durante la madrugada y que, en varias oportunidades, ella misma confesó sentirse desbordada. Pese a esos signos, nadie imaginó que la situación derivaría en un doble filicidio, uno de los crímenes más difíciles de asimilar socialmente.

El momento final de la audiencia estuvo marcado por un silencio absoluto. Vanessa pidió permiso para dirigirse a sus hijos, miró hacia el vacío y, entre sollozos, pronunció las palabras que quedaron registradas en las actas judiciales. “Dicen que Dios le da sus batallas más duras a sus soldados más fuertes”, comenzó diciendo. Luego agregó: “Bueno, este soldado perdió su lucha y por eso, mis bebés, me disculpo”. Aquella frase, cargada de un dolor irreparable, selló el cierre emocional del proceso.

No hubo aplausos, ni gritos, ni reacciones públicas explosivas. Solo un clima de consternación. Las crónicas locales señalaron que, incluso entre los agentes judiciales, la sensación predominante era la de una tragedia en la que no había ganadores ni perdedores, sino un entramado de duelo y desesperación que culminó en la fractura total de una familia. La condena de cadena perpetua, más allá de su dimensión penal, tiene para Vanessa un peso particular: debido a las lesiones sufridas en su intento de suicidio, pasará el resto de su vida cumpliendo la sentencia desde una silla de ruedas, en condiciones de movilidad reducida y con una dependencia casi absoluta de terceros.

El caso generó discusiones más amplias sobre la importancia del acompañamiento psicológico tras pérdidas repentinas y traumáticas. Organizaciones de salud mental subrayaron que el duelo no solo puede desencadenar tristeza, sino también cuadros severos que alteran la percepción de la realidad. “Las tragedias extremas son posibles cuando una persona queda emocionalmente aislada”, afirmaron expertos consultados por los medios. La historia de Collias se convirtió, para muchos profesionales, en un ejemplo doloroso de lo que puede ocurrir cuando el dolor se vuelve insoportable y no encuentra contención.

A medida que se conocieron más detalles, la sociedad canadiense continuó debatiendo el equilibrio entre la responsabilidad penal y la comprensión psicológica. Algunos sectores sostienen que la sentencia debía ser aún más dura; otros consideran que el sistema judicial debería contemplar de manera más profunda los contextos de colapso emocional extremo. Sin embargo, para todos quedó claro que lo ocurrido no encaja en los moldes tradicionales de violencia intrafamiliar, sino en el marco de una mente devastada por un duelo que avanzó más rápido y más fuerte de lo que su entorno pudo advertir.

Así, la historia de Vanessa Collias quedó sellada como una tragedia múltiple: la muerte de un padre, la pérdida de dos niños pequeños y la destrucción emocional definitiva de una mujer que, según todas las evaluaciones, amaba profundamente a su familia, pero no logró soportar una realidad que la desbordaba por completo. Un caso que para la crónica policial es un hecho consumado, pero que para la sociedad y para los expertos en salud mental sigue siendo una dolorosa señal de alerta.

Continuar Leyendo

Publicidad

Lo Más Leído