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Deportes

Canelo Álvarez noquea a Saunders frente a más de 70 mil personas en Texas

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Saúl ‘Canelo’ Álvarez, el mejor boxeador del momento, volvió a subirse al ring tan solo dos meses y medio después de su última victoria. El campeón del mundo del peso supermedio de los organismos WBC y WBA, se enfrentó al invicto campeón WBO, Billy Joe Saunders.

Por primera vez, desde que comenzó la pandemia, pudimos ver a más de 70.000 espectadores presenciando uno de los combates del año. El recinto de la velada fue la casa de los Dallas Cowboys, el AT&T Stadium en Arlington, Texas (EEUU).

El combate, considerado como uno de los más importantes del año, atrajo una gran expectación, especialmente en la semana previa a la contienda. Los equipos de ambos boxeadores se hospedaron el mismo hotel ‘burbuja’ debido a las medidas de protección por la pandemia. Desde el primer día pudimos presenciar las batallas previas al combate, lo que atrajo a los medios de todo el mundo.

¡Te voy a noquear!

El británico llegó acompañado de su amigo y campeón del mundo del peso pesado, Tyson Fury. Saunders no se presentó al primer cara a cara con su rival porque fue a ver el ring que se iba a utilizar el sábado, lo que ocasionó la primera disputa de la semana. “¡No voy a boxear el sábado! El ring es muy pequeño.”, aseguro el boxeador ante los medios. Finalmente se solucionó el problema, aceptando el cuadrilátero de 22 pies como quería Saunders.

El primer cara a cara se produjo al día siguiente y por primera vez pudimos ver a Canelo furioso. Su rival le acusó de amar la carne mexicana, por un problema de doping que tuvo el mexicano hace tiempo, por haber ingerido -supuestamente- un trozo de carne intoxicada. El campeón de Guadalajara no dudo en contestar a su rival: “El sábado vas a tener un serio problema. ¡Te voy a noquear!”.

Poco después, el inglés tuvo otro incidente, esta vez con un periodista mexicano. Durante la entrevista, se escucha al boxeador acusándole de mal aliento, lo que produjo otro enfrentamiento entre ambos equipos. El día del pesaje transcurrió sin problemas y la disputa ya estaba asegurada para el día siguiente.

Saunders, invicto en 30 combates y campeón del mundo en dos pesos, estaba considerado como el púgil más complicado para Canelo desde que enfrentó a Golovkin. El púgil de guardia zurda con un estilo elusivo se presentó a la contienda con las ideas claras. “Soy el primero en muchos años que viene realmente a ganar y no solo a cobrar la bolsa. Va a ser la sorpresa más grande de la historia”, aseguró convencido en los días previos a la contienda.

El boxeador inglés fue el primero en pisar el deseado ring de 22 pulgas y tuvo que esperar varios minutos a la salida del gran campeón mexicano. Por primera vez después de una larga espera, pudimos escuchar a más de 70.000 personas rugir al sonar el campanazo que iniciaba el esperado combate. Canelo empezó dominando desde el centro del cuadrilátero, conectando con golpes aislados al cuerpo e intentando conectar con uppercuts al rostro de su adversario. Dominó los primeros tres asaltos pero Saunders empezó a sentirse cómodo a partir del cuarto. Gracias a la guardia zurda, las esquivas y el jab, el púgil inglés empezó a anotarse asaltos y confirmó lo que muchos pronosticaron. Por primera vez en mucho tiempo, pudimos observar que Canelo no era invencible y que Saunders, efectivamente, tenía la intención de dar la sorpresa. Canelo volvió a recuperar las buenas sensaciones en el octavo, conectando con duros golpes al cuerpo. Saunders intentó tomar otra vez la iniciativa, pero fue entonces cuando Canelo conectó un durísimo uppercut al pómulo de Saunders, que se tambaleó visiblemente dolido y con el ojo dañado. El hasta entonces invicto boxeador aguantó el asalto en pie, pero en el minuto de descanso, su esquina decidió tirar la toalla debido a una posible fractura en el ojo del británico.

Canelo volvió a sumar una espectacular victoria, mejorando su palmarés a 56 victorias con 38 KO’s, una derrota y dos combates nulos. Su siguiente objetivo es enfrentar en septiembre a Caleb Plant, el campeón IBF, y de este modo conquistar los 4 cinturones del peso supermedio. El boxeador más mediático del momento y número 1 libra por libra, cumplió con su palabra y terminó el combate antes del límite estipulado, tras un complicado combate en el que se embolsó unos 35 millones de dólares, frente a los 5 millones de su rival.

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Internacionales -deportes

El Real Madrid vence por primera vez al FC Barcelona en el «Clásico» femenino

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Alba Redondo (41) de cabeza adelantó al conjunto madridista, ventaja que fue contrarrestada por la noruega Caroline Graham Hansen (67).

Sin embargo, un doblete de la escocesa Caroline Weir (87, 90+6) en el último tramo hizo que las blancas se marchen de la ciudad condal a cuatro puntos del conjunto catalán, que lidera la liga.

 

La árbitra Olatz Rivera anuló un gol de Jana Fernández, lo que habría significado el 2-1 a favor del Barcelona, por fuera de juego en el minuto 82. En el campeonato femenino español no hay VAR.

La victoria contra sus máximas rivales y el triunfo previo por 2-0 ante el Arsenal en la ida de cuartos de final de la Champions disparan la euforia de las pupilas de Alberto Toril.

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Internacionales -deportes

España pasa con angustia

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Con sufrimiento, con angustia, con sudor y con lágrimas. Así se metió España en la Final Four de la Liga de las Naciones tras eliminar a Países Bajos en una taquicárdica tanda de penaltis para abrochar un partido que acabó 3-3 tras 120 minutos de dominio alterno. Oyarzabal hizo un doblete y Lamine Yamal marcó un golazo en la prórroga pero la selección de Koeman no se rindió y fue capaz de llevar el duelo hasta la tanda fatídica en la que, por suerte para España, a Holanda le salió cruz.

De la Fuente tomó nota del baño de Rotterdam. España, que sacó un valiosísimo 2-2, estuvo a merced de los Países Bajos casi todo el partido, así que el seleccionador agitó el manzano de una alineación (algo) acomodada. Fuera Porro, Pedri y Morata, dentro Mingueza, Dani Olmo y Oyarzabal. Además de nombres, la selección española pretendía dibujar un nuevo esquema con una suerte de falso nueve con Oyarzabal para intercambiarse el sitio con Dani Olmo. O sea, overbooking de mediapuntas y quitarle la referencia a los centrales neerlandeses.

Repetían los demás, de Unai Simón a Lamine Yamal, incluidos el joven Huijsen y el goleador Nico Williams. Pero para repetir lo que hizo Koeman, que puso a los mismos de Rotterdam a excepción del expulsado Hato, que fue sustituido por Maatsen.

España – Holanda en directo online | Partido de cuartos de final de la UEFA Nations Lea…Quién es Mario Gila: su edad, dónde juega, estadísticas y todo sobre el canterano del R…Cómo limpiar una foto con Apple Intelligence en tu iPhone o iPadLa afición española vuelve a ser un clamor en Valencia: «¡¡¡Pedro Sánchez, hijo de p…!!!La Fiscalía chilena abre una investigación tras la difusión de las fotos de la princesa…

Sonaron los himnos y casi desde ahí España salió a apretar pero a base de bien. Mestalla empujaba a echarse al monte con un ambiente sobrecogedor. Olé por Valencia. Tanto presionamos a los de Koeman que De Jong, amén de popó, casi se hace un autogol en el primer minuto con una cesión criminal al meta Verbruggen, que se la quitó de encima como quien espanta a una avispa.

Se repuso Holanda con la pelota, pero España insistió, insistió y volvió a insistir. Tanto que a lo siete minutos Van Hecke se llevó puesto a Oyarzabal dentro del área y Turpin, colegiado del duelo, cobró la pena máxima. Koeman protestó, el VAR revisó y ratificó al árbitro. El propio capitán de la Real Sociedad anotó el penalti con un disparo cruzado que hizo inútil la gran estirada de Verbruggen. Pues nada, 1-0 y partido encarrilado, aunque el oso neerlandés no estaba muerto, apenas herido, así que no había por qué vender la piel.

España se desmelena
El tanto espoleó a España, que hizo el segundo en una jugada en la que Lamine Yamal encontró a Oyarzabal. No perdonó el donostiarra pero el asistente le pilló en fuera de juego, así que no subió al marcador. El que subió, y cómo subió, fue el niño Huijsen que se permitió el lujo de cabalgar hasta la mediapunta, asistir a Nico Williams como si fuera Iniesta. El del Athletic definió con violencia pero Verbruggen sacó una mano imposible para firmar una parada que recordará toda su vida.

España había rondado el segundo en dos ocasiones. Vibraba Mestalla, que hacía la ola. Trataba de rehacerse el equipo de Países Bajos enrocándose en posesiones precisas pero demasiado largas. En los nuestros, más que brillar, deslumbraba Huijsen, capaz de filtrar pases como un mediapunta, anticiparse a los cruces e imponerse en los duelos. A Holanda le sostenían las manos de Verbruggen, que le volvió a sacar otra a Nico Williams, aunque esta vez era fuera de juego.

Vive dios que el partido era entretenidísimo. Mandaba España, mientras que Países Bajos no encontraba el toque. A los nuestros les bastaba el resultado para meterse en la final a cuatro de Alemania pero teníamos opciones en las contras de lograr el segundo. Lo rondamos en el 38 pero Lamine y Nico no hicieron match. Así se fue consumiendo el primer tiempo hasta que Turpin, un pedazo de árbitro que ya querríamos nacionalizar, señaló el camino de los vestuario.

Del que regresamos con los mismos protagonistas en ambos equipos y con el mismo dominio de España. Mingueza perdonó en el 46 en un centro al segundo palo a la salida de un córner. Respondió Memphis en un mano a mano con Unai Simón. Se agigantó el meta español para sacar un pie milagroso que abortaba el 1-1.

El abrazo de Le Normand
Países Bajos comenzaba a dejar agujeros negros a la espalda de sus defensas que no estaba aprovechando España, quizá porque Lamine Yamal no tenía su noche. El que sí fue fiel a sí mismo fue Le Normand. El central del Atlético hizo lo que mejor sabe: agarrar dentro del área. Dicho sea de paso, esta vez el defensa agarró a Memphis bastante menos que en lances previos, pero Turpin se hartó y pitó penalti. Vale, era penaltito, pero es que Le Normand compra más boletos que Carlos Fabra aunque le toque menos veces.

Pues nada. Partido nuevo y a remar otra vez. Se vino arriba Países Bajos y tuvo que meter Unai Simón una imponente mano para evitar el 1-2. Ahora sufría Mestalla. Menos mal que Nico Williams se echaba a España a hombros ante la desaparición de Lamine Yamal. El del Athletic tuvo el segundo a la hora de partido pero otra vez Verbruggen hizo una parada imposible en el mano a mano.

De la Fuente iba a echar mano del Tiburón. Ferran Torres estaba listo en la banda para suplir a Oyarzabal. Era el 66. pero lo que no sabía el seleccionador es que el vasco iba a lograr el 2-1. La jugada la cocinó Nico Williams en una contra en la que condujo la pelota con habilidad. Vio el desmarque del realista y se la puso. Otra vez Verbruggen le achicó el espacio y sacó el mano a mano con la cabeza, sólo que Oyarzabal estuvo muy listo en el rechace para cabecear a la red. Entonces sí le sustituyó De la Fuente y Mestalla se vino abajo.

No se rindió Países Bajos y encontró su premio en el 79 al aprovecharse de un regalo un poco obsceno de Dani Olmo. El regalo del jugador del Barça cayó en los pies de Xavi Simons, que asistió a Maatsen dentro del área. No perdonó el lateral para fusilar a Unai Simón y poner el 2-2 en el partido. Que se rompió de inmediato.

España se echó arriba pero se destapó atrás. Países Bajos llevaba veneno en cada ataque. Metió De la Fuente a Merino y Pedri por Dani Olmo y Fabián. La prórroga se echaba encima pero el partido podía caer para cualquier lado. De hecho, debió caer para el lado neerlandés pero lo evitó Unai Simón. Tic, tac, tic, tac. Ya estábamos en el añadido y la última fue para Nico Williams, que estaba omnipresente como Pedro Sánchez en La 1. Paró Verbruggen, así que nos fuimos a la prórroga.

Lamine de mi vida
Pedri tomó las riendas del partido y De la Fuente metió a Pedro Porro por un exhausto Mingueza. En la prórroga se redujo el ritmo del juego. El dominio territorial era nuestro pero los holandeses manejaban la pelota con soltura en posesiones largas. Se consumía la prórroga sin que ocurrieran grandes cosas. Hasta que Huijsen dibujó un pase maravilloso para que Lamine Yamal hiciera un control prodigioso, un regate también prodigioso y un remate final igual de prodigioso.

El golazo ponía a España con un pie (otra vez) en la final a cuatro a falta de la segunda parte de la prórroga. Pero, claro, Holanda no había dicho la última palabra. Pero lo hizo. Logró el 3-3 merced a un justo penalti que marcó Xavi Simmons a pesar de la buena estirada de Unai Simón, el que había cometido el penalti. En el 115, ya con la sombra de los penaltis planeando por Mestalla, metió De la Fuente a Baena por Nico Williams.

El partido acabó en el área de España y ahí se agigantó la figura de Unai Simón, que sacó la última pelota del partido a un disparo de Malen. Fue la última y nos fuimos a los penaltis. Pues nada. Otra vez el corazón a punto de salirse del pecho y marcharse caminando.

Empezó tirando Países Bajos. Uno muy alto, Van Dijk. Gol, y eso que la tocó Unai Simón. Por los nuestros le tocaba a Mikel Merino. Gol. Turno para Koopmeiners. El portero holandés trataba de incomodar a su homólogo. Gol. 2-1 para ellos. Iba Ferran Torres. Le provocaba Verbruggen. Gol. 2-2. Xavi Simons lanzaba el tercero para Holanda. Gol. Le tocaba a Aleix García. Gol. 3-3. Iba Lang. Al larguero, al larguero, al larguero.

Para Lamine Yamal era la ocasión de poner a España por delante. Tiró al medio. Paró Verbruggen. Mal tirado. 3-3. Ahora Taylor. Gol. 4-3. Álex Baena tenía la responsabilidad de marcar para que España no cayera eliminada. Gol. 4-4. Malen para Holanda. Paró Unai, paró Unai, paró Unai. Tiraba Pedri para meternos en la Final Four de la Liga de las Naciones. Mestalla coreaba su nombre. Iba Pedri. Gol, gol, gol, gol, gol… España, clasificada. Vale, con angustia, pero clasificada.

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Nacionales -deportes

La Selecta saca un empate 1-1 ante el Pachuca

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Hernán Darío “el Bolillo” Gomez aprobó a medias el examen ante el Pachuca mexicano. El cafetero, que presentaba sus credenciales ante la hinchada Azul en el Jorge «Mágico» González debió conformarse con un pálido 1-1, pero finalmente se fue a casa aplaudido.

A la caída del telón para dar por concluido el primer acto, la pizarra marcaba 0-1 a favor del Pachuca, y el 11 del Bolillo Gómez y el resto de su armada debieron marchar hacia el camerino en medio un manto de silbidos, que desaprobaba la actuación del primer tiempo.

No ofreció una mal versión el 4-4-2 que Bolillo Gómez colocó en el estadio Jorge «Mágico» González, pero tampoco derrochó talento, hubo jugadores en el 11 inicial que no sincronizaron su reloj y llegaron tarde a la jugada o les faltó físico para llegar al balón.

Sin embargo, con la obligación de anfitrión pintada en la frente y la hinchada empujando desde las butacas, la Azul intentó llevar la iniciativa del encuentro y generó llegadas, pero sin orden claro, a excepción de una que se malogró.

 

Al cuarto de hora, Josué Rivera quedó solo frente al marco tras recibir un centro desde la izquierda, pero intentó definir de primera y envíó el zurdazo arriba.

No hubo más llegadas de peligro hasta que Illian Hernández se internó en el área y fue derribado por Jorge Cruz. El jugador azteca quiso hacerse justicia por su cuenta y, al 41′, puso arriba a la visita.

En la vuelta a las acciones, el «Bolillo» movió los cromos de inmediato. Dio ingreso a Harold Osorio y Bryan Landaverde en la zona ancha y retiró de su tablero a Chicho Orellana y Melvin Cartagena.

También sacó a Álex Larin para dar minutos a Diego Flores por izquierda y también a Santos Ortiz y el Torito Rivera que dieron paso a Francis Castillo y Enrico Dueñas, dos de los legionarios que contribuyeron a cambiar el rostro del partido.

El ingreso de Harold, Castillo y Dueñas ofreció más dinamismo en ofensiva y la recompensa llegó pronto. Al 58′, Émerson Mauricio recibió un centro del volante del Top Oss neerlandés y se adelantó a la zaga tuza para puntear el balón en el primer palo y ponerlo al fondo de la cabaña.

La anotación activó las gargantas azules que gritaron el gol a todo pulmón, apareció el pegajoso estribillo musical: «la selección cuscatleca de todos es la mamá» y la ola se hizo sentir como a tropel de búfalos africanos.

Con el correr de los minutos al compás del ruido en las sillas, el fútbol de El Salvador se fue apagando y tuvo que aparecer Mario González para evitar un nuevo gol rival y salvar medianamente la noche.

 

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