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Un futbolista del Atlético de Madrid evitó que Luis Suárez rompiera una antigua tradición colchonera en su debut

Luis Suárez tuvo un debut soñado con el Atlético de Madrid en la primera jornada de la liga española. Con un doblete y una asistencia en la goleada por 6-1 ante el Granada, se convirtió en protagonista pese a entrar a los 71 minutos del encuentro.
Si bien adentro del campo demostró que podrá acoplarse fácilmente al estilo de juego que propone Diego Simeone, del rectángulo hacia afuera todavía tiene algunos detalles que aprender. Afortunadamente, un compañero suyo parece haberle enseñado a respetar una antigua tradición.
Suárez se retiraba con una sonrisa en el rostro del Wanda Metropolitano cuando fue detenido por el delantero español Vítolo Machin. El corresponsal británico, Sid Lowe, presenció el partido y fotografió la escena.
(@sidlowe)
En las imágenes se pudo ver como el Pistolero abandonaba el campo mientras hablaba con otra persona sin mirar para adelante. En la primera captura Vitolo parecía advertirle algo desde atrás. En la segunda toma, el ex jugador de Las Palmas ya estaba tomando a Suárez del brazo mientras miraban el escudo estampado en el césped.
En la siguiente, el delantero charrúa se llevó la mano al rostro como un gesto de vergüenza y el defensor Kieran Trippier, que parecía saber de qué estaban hablando, se reía desde atrás. En la última postal se veía como Luis Suárez y Vitolo bromeaban por lo que había ocurrido.
El ex jugador del Barcelona acababa de aprender la lección: No pisar el escudo del Atlético bajo ninguna circunstancia. Una antigua tradición que se lleva a cabo desde el 2005, tras un episodio entre Luis Aragonés, técnico de la selección española en aquel entonces, y el cuarto árbitro.(@sidlowe)
El entrenador madridista, muy identificado con el cuadro colchonero al haber sido futbolista y DT del equipo, se jugaba el pase al Mundial de Alemania 2006 en el encuentro de repesca contra Eslovaquia en el mítico Vicente Calderón. Fue allí, en medio del partido cuando el cuarto árbitro le llamó la atención al técnico por pisar la línea y abandonar el área técnica marcada con blanco en los alrededores del banco.
Acto siguiente, Aragonés vio que el juez estaba pisando el escudo mientras estaba siendo advertido y lanzó una frase que quedó para la historia: “Y usted no pise ese escudo”.
Desde ese momento, y a pesar de haber cambiado de recinto en 2017 con la llegada al Wanda Metropolitano, la tradición se cumple a rajatabla.
Existen varios antecedentes. Uno de los más recordados es el que se llevó a cabo el 11 de julio de este año, después de la victoria del conjunto colchonero sobre el Betis por 1-0. Al término de dicho encuentro fue Renan Lodi (en su primer año como rojiblanco) el que evitó que Emerson pisara el escudo.
En agosto del 2019, fue el turno de Álvaro Morata de ser el salvador, al evitar que Kieran Trippier (quien era el nuevo fichaje en ese entonces) pisara el escudo tras el duelo contra el Getafe. En el reciente episodio con Luis Suárez, el británico parecía reírse desde atrás, recordando que él también había pasado por lo mismo.
Incluso Felipe Luis, emblema del cuadro colchonero, y que abandonó la institución para sumarse al Flamengo de Brasil y ganar la Copa Libertadores, llegó a comentar que tenía la costumbre de no pisar los escudos de ninguna cancha porque es algo que le habían enseñado en el equipo madrileño.
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Manchester United y Tottenham se juegan más que un título en Bilbao

Este miércoles, el estadio de San Mamés en Bilbao será escenario de una final cargada de tensión, historia y necesidad. Manchester United y Tottenham Hotspur disputan mucho más que la Europa League: ambos clubes se juegan su última carta para alcanzar la próxima edición de la Liga de Campeones, tras firmar temporadas decepcionantes en la Premier League.
Ninguno de los dos logró clasificarse al máximo torneo continental a través del campeonato inglés, por lo que esta final se presenta como un salvavidas competitivo y económico. El ganador no solo se llevará el trofeo europeo, sino también un boleto directo a la Champions League y un ingreso estimado en 100 millones de euros.
Temporadas para el olvido
El United, bajo el mando del portugués Rúben Amorim, vive una de las peores campañas de su historia reciente. Ocupa la 16ª posición en la Premier y ha sufrido 18 derrotas en 37 partidos, una marca que remite al oscuro recuerdo de su descenso en 1974. Amorim, que llegó en noviembre, solo ha conseguido seis victorias en 26 partidos de liga.
La situación no es mejor en el norte de Londres. El Tottenham de Ange Postecoglou ha perdido 21 partidos y marcha 17º, cifras que igualan las peores épocas del club desde su retorno a la élite en 1978. La mala racha se extiende a los últimos seis encuentros, en los que los ‘Spurs’ solo sumaron una victoria.
Europa como refugio
A pesar de sus fracasos domésticos, ambos equipos han encontrado consuelo en el torneo continental. El United llega invicto a la final tras eliminar a Real Sociedad, Lyon y Athletic Club, mientras que el Tottenham, con Son Heung-min como figura recuperada, busca su primer título europeo en más de 17 años.
Aunque históricamente el United ostenta un palmarés más amplio, incluyendo FA Cup y Copa de la Liga recientes, el Tottenham ha sido superior esta temporada en los enfrentamientos directos: tres victorias en tres partidos ante los ‘Red Devils’.
Lesiones y esperanza
Las bajas también han marcado esta temporada. Tottenham no contará con James Maddison, Lucas Bergvall ni Dejan Kulusevski, mientras que el United celebra la recuperación de jugadores clave como Joshua Zirkzee, Diogo Dalot y Leny Yoro. Sin embargo, el peso del equipo recaerá nuevamente en Bruno Fernandes, Alejandro Garnacho y Casemiro, pilares en el camino hacia la final.
«Es un todo o nada. Estamos en situaciones parecidas, los dos entrenadores estamos en la cuerda floja», reconoció Rúben Amorim tras asegurar su pase a la final, la tercera de la Europa League entre equipos ingleses.
Una final con aroma a redención
Más allá del trofeo, esta final representa una oportunidad de redención y alivio financiero para dos gigantes heridos. Un partido al límite, en un escenario imponente, donde solo uno podrá celebrar y aferrarse a una nueva esperanza en Europa. La cita: miércoles, 19:00 GMT, en la Catedral del fútbol vasco.
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El Balón de Oro 2025 se entregará el 22 de septiembre en París

La ceremonia del Balón de Oro 2025 se celebrará el próximo 22 de septiembre en el Theatre du Châtelet, en París, y por primera vez otorgará el mismo número de galardones tanto en categoría femenina como masculina, informaron este lunes France Football y la UEFA, organizadores del evento.
Además del tradicional Balón de Oro a la mejor futbolista del año y al mejor entrenador o entrenadora de un equipo femenino, se incorporan el Trofeo Kopa a la mejor jugadora joven, el Trofeo Yashin a la mejor portera y el Trofeo Gerd Müller al mejor gol, todos ellos ya existentes en la rama masculina. En total, se entregarán 13 premios: seis para mujeres, seis para hombres, y el Premio Sócrates al compromiso social.
Los nominados se anunciarán en agosto. En 2024, los ganadores del Balón de Oro fueron los españoles Aitana Bonmatí (Barcelona) y Rodri (Manchester City). La edición anterior estuvo marcada por el boicot del Real Madrid, tras conocerse que Vinicius Jr. no recibiría el galardón principal.
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El Crystal Palace deja en blanco al City y gana su primer título en 164 años

El Crystal Palace conquistó la Copa de Inglaterra, el primer título en sus 164 años de historia, con una victoria por 1-0 y dejó al Manchester City con una temporada en blanco, la primera desde 2017. Los ‘Eagles’, más ruidosos, con más hambre y con un Dean Henderson espectacular que incluso paró un penalti, superaron a los de Pep Guardiola, que siguieron con la tónica de la temporada y flojearon en el momento decisivo.
Un gol de Eberechi Eze, culminando una contra lanzada por Jean-Philippe Mateta y proseguida por el colombiano Daniel Muñoz, que puso un centro genial para el remate del ’10’ del Palace, desajustó a un City que recibió este sábado la puntilla. Esta ‘FA Cup’ era su opción de salvar la temporada con un título, una especie de guinda en un pastel bastante agrio por su destino en Premier League, Liga de Campeones y Copa de la Liga, tres trofeos perdidos hace mucho.
Pero el City nunca acabó de recuperarse de esa picadura de Eze, sin dudas el mejor futbolista del Crystal Palace, pero no el único de un conjunto que cuenta con Mateta como un delantero centro de otra época, un pelotero en el centro del campo como Adam Wharton, al que se verá mucho en la selección inglesa en el futuro, y el eléctrico Daniel Muñoz en el carril derecho.
Y también a Dean Henderson en la portería, porque aunque el meta pudo y seguramente debió ser expulsado al cortar una carrera de Haaland en la frontal del área con una mano, paró un penalti a Omar Marmoush que pudo cambiar el encuentro. Henderson, ex del United, adivinó la intención del egipcio, sorprendente lanzador con Kevin de Bruyne y Haaland sobre el césped, y agrandó su historia con las penas máximas. Ha salvado nueve de las 22 que le han lanzado en su carrera, es decir, más de un 40 % de acierto. Una auténtica brutalidad.
A esta acción le agregó varias más para redondear su encuentro. Especialmente una estirada a Jeremy Doku y un mano a mano con el debutante Claudio Echeverri. Salvó a su equipo en los momentos importantes y desde su arco, bajo los aficionados del City, celebró el 2-0 de Daniel Muñoz, durante los pocos instantes que tardó en desbaratarlo el VAR al comprobar que había fuera de juego en la jugada. Fue un pequeño jarro de agua fría para los londinenses, que ya se veían con la copa bajo el brazo, pero fueron capaces de aguantar el arreón final de los de Guardiola y abrochar un título que se les había escapado en las finales de 1990 y 2016.
El primer gran trofeo para los ‘Eagles’ en 164 años de historia y un premio al gran proyecto que ha construido Oliver Glasner desde que aterrizó en Selhurst Park en febrero de 2024. Ha salvado al Palace dos temporadas consecutivas, lo ha sostenido en la media tabla y le ha dado el tan ansiado entorchado. Al otro lado queda un City derrotado, necesitado de una regeneración y con el único gusto para echarse a la boca esta temporada de clasificarse entre los cinco primeros de la Premier League para no caer a la Liga Europa el curso que viene.