Tecnología
Una nueva función de seguridad del iPhone «vuelve loca» a la Policía
Un documento policial obtenido por 404 Media reveló la existencia de una función de seguridad aparentemente nueva en iOS 18 que reinicia los iPhones que no se han desbloqueado en unos días, lo que «vuelve loca» a la Policía al dificultar el acceso a los celulares de personas sospechosas.
Según el reporte, el sistema iOS 18.1 incorporó el mecanismo de ‘reinicio por inactividad’ como una nueva herramienta de seguridad, que hace que después de algunos días sin ser abiertos, los teléfonos se reinician.
Al analizar la situación, Chris Wade, fundador de la compañía de análisis de dispositivos móviles Corellium, señaló que esta nueva herramienta se activa después de que los teléfonos hayan estado bloqueados durante cuatro días. Este reinicio devolvía al dispositivo al momento previo a que haya sido desbloqueado por primera vez.
Tanto los dispositivos con sistemas iOS como los de Android ya contaban con un sistema de bloqueo que requería que se escribiera la clave o se usara otro mecanismo para poder acceder al teléfono. Esto ya representaba una complicación en investigaciones policiales en las que es necesaria la apertura del celular para obtener información, pero la nueva herramienta de Apple podría hacer todavía más difícil ese procedimiento.
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Astronautas de la NASA cumplen 6 meses «varados» en la EEI
Conocidos en todo el mundo como los astronautas «varados» de la NASA, Butch Wilmore y Suni Williams cumplieron el jueves seis meses en el espacio y les quedan dos más. La pareja se puso en órbita el 5 de junio; ambos fueron los primeros en viajar en la nueva cápsula tripulada Starliner de Boeing, en lo que se suponía que sería un vuelo de prueba de una semana. Llegaron a la Estación Espacial Internacional (EEI) al día siguiente, sólo después de superar una serie de fallos en los propulsores y fugas de helio.
La NASA consideró que la cápsula era demasiado arriesgada para un vuelo de regreso, por lo que no será hasta febrero de 2025 cuando su larga y difícil misión llegue a su fin. Aunque los directivos de la NASA se niegan a llamarlos «varados» o «atrapados», los dos capitanes retirados de la Marina se encogen de hombros ante la descripción de su difícil situación. Insisten en que están bien y aceptan su destino.
Wilmore lo ve como una especie de desviación de ruta: «Simplemente estamos en un camino diferente». «Me gusta todo lo relacionado con el hecho de estar aquí arriba», dijo Williams el miércoles a los estudiantes de una escuela primaria que lleva su nombre en Needham, Massachusetts, su ciudad natal. «El simple hecho de vivir en el espacio es súper divertido».
Ambos astronautas ya habían vivido allí antes, por lo que rápidamente se convirtieron en miembros de pleno derecho de la tripulación, ayudando con experimentos científicos y tareas como arreglar un inodoro roto, aspirar los conductos de aire y regar las plantas. Williams asumió el cargo de comandante de la estación en septiembre.
«La actitud ayuda mucho», dijo Wilmore en respuesta a una pregunta de los alumnos de primer grado de Nashville en octubre. Es de Mount Juliet, Tennessee. «No veo estas situaciones de la vida como algo deprimente».
Acondicionamiento físico y mental
Boeing voló su cápsula Starliner a casa, vacía, en septiembre. Ahora la NASA trasladó a Wilmore y Williams a un vuelo de SpaceX, programado para regresar a la Tierra hasta finales de febrero. Otros dos astronautas fueron desplazados para hacer espacio y cumplir con un programa de seis meses para las rotaciones de la tripulación.
Al igual que otras tripulaciones de la estación, Wilmore y Williams se entrenaron para las caminatas espaciales y cualquier situación inesperada que pudiera surgir. «Cuando las tripulaciones suben, saben que podrían estar allí hasta un año», dijo el administrador asociado de la NASA, Jim Free.El astronauta de la NASA Frank Rubio lo descubrió de la peor manera cuando la Agencia Espacial Rusa tuvo que apresurarse a conseguir una cápsula de reemplazo para él y dos cosmonautas en 2023, lo que amplió su misión de seis meses a poco más de un año.
«Fake news» espaciales
Boeing dijo esta semana que el aporte de Wilmore y Williams ha sido «invaluable» en la investigación en curso sobre qué salió mal. La compañía dijo en un comunicado que se está preparando para el próximo vuelo de Starliner, pero se negó a comentar cuándo podría realizarse.
La NASA también tiene grandes elogios para la pareja. «Ya sea por suerte o por selección, fueron excelentes personas para esta misión», dijo el director médico y de salud de la NASA, el Dr. JD Polk, durante una entrevista con The Associated Press.
Además de todo lo demás, Williams, de 59 años, ha tenido que lidiar con «rumores», como los llama ella, de una pérdida de peso grave. Insiste en que su peso es el mismo que tenía el día del lanzamiento, lo que Polk confirma. Durante la charla estudiantil del miércoles, Williams dijo que no tenía mucho apetito cuando llegó por primera vez al espacio. Pero ahora tiene «mucha hambre» y come tres veces al día, además de tentempiés, mientras hace las dos horas de ejercicio diarias obligatorias.
Williams, corredora de largas distancias, utiliza la cinta de correr de la estación espacial para apoyar las carreras en su estado natal. Compitió en la Falmouth Road Race de 11 kilómetros de Cape Cod en agosto.
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Bluesky, rival de la red social X gana un millón de nuevos usuarios en un día
Tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE.UU., el número de usuarios, principalmente estadounidenses, de la red social X, propiedad de Elon Musk, que este año se convirtió en una de las personas más cercanas al futuro inquilino de la Casa Blanca, empezó a descender notablemente.
Mientras tanto, el competidor de X, la plataforma Bluesky, creada por el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, registra un aumento significativo de nuevos usuarios.
Desde el 6 de noviembre, el número de cuentas en la red social crece a diario, superando ya los 17 millones. Solo este jueves, más de un millón de personas se unieron a la plataforma.
¿Qué es Bluesky?
Bluesky existe desde el 2019, pero hasta febrero de este año los usuarios solo podían registrarse en ella por invitación.
Se trata de una red social de microblogging descentralizada basada en un protocolo abierto llamado ‘Authenticated Transfer Protocol’ (AT Protocol). Es decir, los usuarios y desarrolladores tienen más opciones para personalizar y gestionar la red. Los usuarios pueden elegir algoritmos personalizados que determinan el tipo de publicaciones que aparecen en su pantalla.
Según su sitio web, la plataforma “fue diseñada para no estar controlada por una sola empresa”.
No obstante, muchas de las funciones de Bluesky son similares a las de X: permite a los usuarios crear mensajes de texto con un límite de 256 caracteres, que también pueden contener imágenes y videos, compartir y responder a las publicaciones de otros usuarios.
Al mismo tiempo, los usuarios de Bluesky pueden bloquearse entre sí, mientras que uno de los cambios de X permite a un usuario ver las publicaciones de alguien que le ha bloqueado.
Además, de momento la plataforma no tiene publicidad y no tiene intención de incluirla en un futuro.
Aunque X atrajo 46.5 millones de visitas en EE.UU. el 6 de noviembre, cuando se dio a conocer la victoria electoral de Trump, lo que supone un aumento del 38% respecto a un día normal de los últimos meses, más de 115 000 usuarios desactivaron sus cuentas, la cifra más alta desde que el magnate Elon Musk compró la plataforma.
Los usuarios explican que, tras la adquisición de Twitter por Musk y los cambios en el sistema de moderación de contenidos en favor de la libertad de expresión, X se ha convertido en una “plataforma mediática tóxica” con un alto nivel de bots, desinformación y un aumento de las publicaciones ofensivas.
Además, algunos denuncian que los algoritmos de la red promueven las publicaciones con narrativas de extrema derecha y la agenda de Donald Trump, a quien Musk apoya.
El investigador de medios sociales Axel Bruns dijo a The Guardian que Bluesky, por su parte, ofrece una alternativa a X con un sistema más eficaz para combatir las cuentas problemáticas y supervisar el comportamiento ofensivo.
“Se ha convertido en un refugio para la gente que quiere tener el tipo de experiencia en redes sociales que Twitter solía ofrecer, pero sin todo el activismo de extrema derecha, la desinformación, el discurso de odio, los bots y todo lo demás”, afirmó, añadiendo que la comunidad más liberal de X “ha escapado realmente de allí y parece haberse trasladado en masa a Bluesky”.
Al mismo tiempo, cabe recordar que el antiguo Twitter, liderado por Dorsey, con su estricta moderación, no era imparcial y promovía narrativas de los líderes del Partido Demócrata.
Por ejemplo, los documentos internos de la empresa, publicados por Musk tras su compra, revelaron que las agencias de inteligencia de EE.UU. habían exigido a la plataforma censurar temas que iban en contra de la narrativa impulsada por Washington, como la historia sobre la información presente en el portátil de Hunter Biden, hijo del actual presidente de EE.UU., en las semanas previas a las elecciones presidenciales del 2020.
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SpaceX logra atrapar por primera vez el propulsor del cohete más potente de la historia
SpaceX completó su quinta prueba del Starship, el mayor cohete espacial jamás construido, con éxito y en su primer intento consiguió recuperar la primera fase de la nave con una grúa en la misma plataforma de lanzamiento, un hito de la ingeniería espacial y un logro que puede ser un paso decisivo para la reutilización de este pesado lanzador.
Con casi 121 metros de altura, el Starship vacío despegó al amanecer desde el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México. Se elevó sobre el Golfo de México como las cuatro Starships anteriores que acabaron destruidas, ya fuera poco después del despegue o al caer al mar. La última, en junio, fue la más exitosa hasta la fecha, ya que completó su vuelo sin explotar.
Esta vez, el fundador y consejero delegado de SpaceX, Elon Musk, ha aumentado el reto y el riesgo. La empresa hizo aterrizar el cohete de la primera etapa en la plataforma desde la que había despegado siete minutos antes. La torre de lanzamiento lucía unos monstruosos brazos metálicos, conocidos como “palillos” (chopsticks), que atraparon el cohete descendente de 71 metros.
“¡La torre ha atrapado el cohete!” dijo Musk a través de X.
Los empleados de la empresa gritaron de alegría mientras el cohete descendía lentamente hacia los brazos de la torre de lanzamiento.
“Incluso en estos tiempos, lo que acabamos de ver es mágico”, observó Dan Huot, de SpaceX, desde cerca del lugar de lanzamiento. “Estoy temblando ahora mismo”.
“Amigos, este es un día para los libros de historia de la ingeniería”, añadió Kate Tice, de SpaceX, desde la sede de SpaceX en Hawthorne, California.
Correspondía al director de vuelo decidir, en tiempo real con un control manual, si se intentaba el aterrizaje. SpaceX dijo que tanto el propulsor como la torre de lanzamiento tenían que estar en buenas condiciones y estables. De lo contrario, iba a acabar en el golfo como los anteriores. Se consideró que todo estaba listo para la captura.
La nave espacial de acero inoxidable, de aspecto retro, siguió su camino alrededor del mundo una vez liberada del cohete propulsor, con destino a un amerizaje controlado en el Océano Índico, donde se hundiría hasta el fondo. Se esperaba que el vuelo durara poco más de una hora.
El vuelo de junio se quedó corto al final, después de que se desprendieran algunas piezas. SpaceX actualizó el software y retocó el escudo térmico, mejorando las baldosas térmicas.
Esta quinta prueba del Starship, que pesa unas 5.000 toneladas, SpaceX también consiguió probar un sistema para, por vez primera, mantener comunicación con el módulo orbital en la fase de reentrada, algo que hasta ahora ningún vuelo espacial ha conseguido.
SpaceX lleva nueve años recuperando los propulsores de la primera etapa de sus cohetes Falcon 9 más pequeños, después de poner en órbita satélites y tripulaciones desde Florida o California. Pero aterrizan en plataformas oceánicas flotantes o en losas de hormigón a varios kilómetros de sus plataformas de lanzamiento, no sobre ellas.
El reciclaje de los propulsores Falcon ha acelerado el ritmo de lanzamiento y ahorrado millones a SpaceX. Musk pretende hacer lo mismo con el Starship, el cohete más grande y potente jamás construido, con 33 motores de metano sólo en el propulsor. La NASA ha encargado dos Starship para llevar astronautas a la Luna a finales de esta década. SpaceX pretende utilizar Starship para enviar personas y suministros a la Luna y, con el tiempo, a Marte.