Judicial
Pandillero abusa de su hija de nueve años y amenaza con golpearla en San Salvador
Una niña de nueve años de edad denuncia a su papá pandillero por agredirla sexualmente y golpearla con los cables de la licuadora en varias ocasiones mientras este se quedaba sola con sus hermanas en una colonia del municipio de San Salvador. Todos los testigos presentados en la audiencia recalcaron que él era una “persona tranquila en su hogar”.
Walter A., de 32 años de edad, ingresó a la pandilla 18 desde hace muchos años y durante ese momento se acompañó con Margarita (nombre modificado por seguridad), una muchacha que se ganaba la vida vendiendo verduras en un carro repartidor mientras que él estaba desempleado.
Camila (nombre modificado por seguridad), de nueve años de edad, fue su primera hija de tres que criaron juntos.
Uno de los vecinos dijo en una de las audiencias en su contra que el él era una “persona tranquila en su hogar y que era bien centrado». Sin embargo, la vida de Walter era obscura, ya que cada vez que Margarita salía a trabajar quedaban al cuidado de él, quien aprovechaba ese momento para embriagarse junto con sus compinches y golpear a las tres niñas.
Camila contó a las autoridades que en una ocasión él sujeto tomó la guía eléctrica de la licuadora y le pegó con fuerza en la espalda y en las piernas.
Ella no sabía exactamente por qué la agredía, pues ella sentía que no había hecho nada para que reaccionara de esa forma. Mientras tanto Margarita no se imaginaba lo que en su casa pasaba ya que las niñas fueron amenazadas con más golpes si le decían algo.
Un día Camila regresó de la escuela, se metió al cuarto y se comenzó a desvestir cuando de repente apareció su papá y sin mediar palabras comenzó a tocarle las piernas, la vulva y las nalgas. Ella estaba quieta y con mucho miedo porque sabía que si se movía o gritaba, arremetería contra ella y sus hermanas.
La niña confesó que no solo fue una vez sino varias ocasiones siempre bajo la misma amenaza: “No vayas a contar nada a tu mamá porque si no te voy a pegar duro”, le decía el sujeto a la menor. Ella guardó por varias semanas el secreto.
La confesión
El 22 de febrero de 2017, la menor se cansó de toda la situación vivida. Walter se encontraba reparando un vehículo y le pidió a Camila que le alcanzara unas herramientas que estaban junto al carro. Ella se las llevó y el hombre aprovechó el momento para tocarle las piernas dejándoselas todas llenas de grasa, inmediatamente le advirtió que no dijera nada.
Ella se fue del lugar y se limpió, ya estaba cansada de lo que su progenitor hacía con ella y con sus otras hermanas.
Dos semanas después Camila no aguantó guardar el secreto, agarró el valor y le dijo a su madre lo que estaba pasando cuando ella se ausentaba. Margarita estaba furiosa y encolerizada se acercó a Walter y le reclamó.
Ella le exigía que le diera una explicación, pero su compañero de vida lo único que hizo fue comenzarla a golpear mientras le gritaba que la mataría frente a sus hijas. En el forcejeo, ella se trató de defenderse pero el sujeto era más fuerte, le rompió la camisa y le pegó constantemente en la espalda.
Ella asustada tomó a sus tres hijas y salió corriendo hacia la casa de un familiar. Posteriormente, ella interpuso la denuncia en su contra bajo el delito de agresiones sexuales y violencia intrafamiliar por lo que la Policía Nacional Civil (PNC) ejecutó su captura.
La niña dijo a las autoridades que su padre tenía “una muñeca” tatuada en un brazo, un número “18” en el brazo y un “XV3” en uno de los dedos de la mano.
En su declaración, Margarita dijo que en un inicio él “era tranquilo y feliz”, pero que luego de un año de vivir juntos comenzó a golpearlas y a ejercer violencia psicológica contra ellas.
La madre señaló a las autoridades que en una ocasión encontró al padre tratando de ahorcar a una de las niñas pero explicó que no denunció por miedo a represarías.
Los testigos que declararon a favor de Walter señalaron que él no era una persona alcohólica ni que golpeaba ni agredía sexualmente a ninguna de sus hijas. “Es un buen muchacho, no era un borracho. Él las quería y no se veía que la maltratara”, explicó uno de ellos.
Acosta enfrenta los delitos de agresión y acoso sexual y violencia infantil. El proceso judicial está en manos del juez del tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador, quien determinará la responsabilidad sobre los delitos que recaen sobre le sujeto.
Por: El Salvador Times
Judicial
Prisión para pandillero que obligó a familia de Panchimalco a abandonar su vivienda
Imagen de referencia
El Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador condenó a 12 años de cárcel a Julio Adalberto Ramírez Pérez del delito de limitación ilegal a la libertad de circulación. Además, el Tribunal ordenó a Ramírez Pérez pagar una indemnización a la víctima como reparación por el daño emocional causado.
La víctima relató que el 12 de julio de 2020, mientras caminaba por la calle principal del cantón Los Pajales en Panchimalco, fue interceptado por cuatro sujetos pertenecientes a la Mara Salvatrucha. Bajo amenazas de muerte, los terroristas le exigieron a él y a su familia que abandonaran su vivienda, acusándolo de colaborar con la Policía Nacional Civil.
Todos los sujetos portaban armas de fuego. Ramírez Pérez, en particular, apuntó con su arma a la cabeza de la víctima y la amenazó de muerte, diciéndole que no sería el primero en morir si no obedecía. Aterrorizado por las amenazas y temiendo por la seguridad de su familia, la víctima se vio obligado a abandonar su hogar.
El reporte detalla que uno de los cuatro pandilleros involucrados en el hecho falleció, por lo que el proceso en su contra fue sobreseído definitivamente. Los otros dos pandilleros ya fueron condenados por este mismo delito en juicios separados.
Judicial
Pandillero enfrenta juicio por asesinar a siete personas en La Paz
El pandillero de la 18 José Abel Aguirre Hernández, es enjuiciado por haber asesinado a dos mujeres, a cuatro miembros de una familia y a un jornalero, en San Luis La Herradura, departamento de La Paz.
Los dos feminicidios los consumó en el 2015, y con respecto a la masacre de la familia, las pesquisas que la Fiscalía General de la República realizó determinaron que un cabecilla de la pandilla ordenó el múltiple crimen.
El móvil fue porque un miembro de la familia había sido testigo de un caso en contra del cabecilla de la pandilla 18 y por eso pidió que lo asesinaran junto a su familia.
«Fiscalía cuenta en esta oportunidad con suficientes elementos de prueba, tanto testimonial, documental y pericial que sustentan la acusación en contra de esta persona y se está solicitando una sentencia condenatoria y que se le imponga a esta persona las penas más gravosas por cada uno de los delitos cometidos», manifestó un fiscal.
El Tribunal Quinto contra el Crimen Organizado de San Salvador, revisará toda la prueba y escuchará la declaración de testigos que la Fiscalía ha ofrecido en contra del pandillero de la facción revolucionaria de la 18.
Aguirre Hernández se había dedicado a cometer una serie de delitos en contra de la integridad y afectar patrimonialmente a personas de varios distritos del departamento de La Paz, según las indagaciones efectuadas por policías bajo la dirección de la Fiscalía.
Judicial
Fidel Zavala deberá regresar más de $50,000 a sus víctimas
El Tribunal 3.º de Sentencia de San Salvador instaló hoy la vista pública en contra de Fidel Antonio Zavala Pérez, procesado por el delito de estafa en perjuicio de cuatro víctimas, a quienes adeuda un monto total aproximado a los $50,000.
La audiencia se declaró por interrumpida, dado que el imputado promete pagar lo estafado el próximo 18 de diciembre, fecha en que se instalará de nuevo el juicio. El fallo del juez dependerá del cumplimento de dicho pago.
Fidel Antonio Zavala Pérez es acusado por la Fiscalía General de la República, tras la denuncia presentada por cuatro personas que lo relacionaron con una promesa de inversión de capital en el extranjero y en la bolsa de valores. A cambio de realizar depósitos mensuales, les garantizaba utilidades y mayores ganancias, en función del monto invertido. Las víctimas aportaron sumas que oscilan entre los $10,000 y $15,000, alcanzando un total de lo estafado que sobrepasa los $50,000. No obstante, con el tiempo, lo único que recibieron fueron evasivas, lo que motivó la denuncia antes las autoridades.