Vida
Usar mascarilla NO incrementa el riesgo de intoxicación con dióxido de carbono, según estudio

Aún cuando muchas investigaciones han demostrado la efectividad del uso de mascarillas para prevenir el contagio de COVID-19, algunas personas se resisten a utilizarlas con diferentes argumentos, entre ellos, el de la presunta sobreexposición al dióxido de carbono exhalado de manera natural en el proceso de respiración humana.
Sin embargo, científicos de la Universidad de Miami han comprobado que usar mascarilla no incrementa el riesgo de intoxicación con dióxido de carbono y, por el contrario, su uso es clave para prevenir la propagación del nuevo coronavirus.
Los investigadores evaluaron los cambios en el nivel de oxígeno y los niveles de dióxido de carbono en un grupo de personas antes y después de usar mascarillas quirúrgicas. Entre los sujetos de estudio se encontraban 15 individuos sanos y 15 personas que sufren enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), a quienes les cuesta más trabajo respirar.
Encontraron que “el intercambio de gases no es significativamente afectado por el uso de una mascarilla quirúrgica, incluso en los sujetos con deterioro pulmonar severo“, por lo que la sensación de falta de aire al usar estos objetos, esenciales hoy para nuestra protección, se debe a factores neurológicos o psicológicos.
Usar mascarilla puede aumentar los “impulsos aferentes del área altamente termosensible de la cara cubierta por la mascarilla”, o bien, producir “fenómenos psicológicos asociados como ansiedad, claustrofobia o respuestas afectivas a la dificultad percibida para respirar”, pero estos efectos no representan un riesgo real para la salud pulmonar ni para la salud general, explica el estudio.
Los autores del estudio, publicado en la revista Annals of American Thoraic Society , enfatizan que “la incomodidad asociada con el uso de mascarillas no debe dar lugar a preocupaciones de seguridad sin fundamento“, especialmente cuando existe evidencia científica de que las mascarillas limitan el contagio de SARS-CoV-2.
“En tanto la evidencia creciente indica que los individuos asintomáticos pueden aumentar la propagación de COVID-19, el uso universal de mascarillas debe aplicarse enérgicamente en entornos comunitarios, especialmente ahora que nos enfrentamos a una pandemia con un mínimo de intervenciones terapéuticas“, afirma la investigación.
Nacionales
Especialista recomienda estimular la actividad física desde el gateo para un desarrollo integral en la primera infancia

Francisco Salvador Erazo, médico especialista en primera infancia del Ministerio de Salud (Minsal), destacó la importancia de iniciar rutinas para fortalecer el desarrollo psicomotor de los bebés desde que comienzan a gatear, es decir, antes de cumplir un año.
Para los menores de un año, Erazo recomendó colocar a los bebés en posición prona (boca abajo) al menos 30 minutos diarios, distribuidos en diferentes momentos, para fortalecer músculos del cuello y la espalda y así promover el gateo. Además, aconsejó evitar que los pequeños pasen más de una hora inmovilizados en hamacas o columpios.
En niños de uno a tres años, el especialista indicó que deben realizar actividades físicas durante tres horas diarias distribuidas a lo largo del día, enfatizando ejercicios que estimulen la marcha, como caminar con ayuda de los padres o arrastrar objetos. A partir de los dos años, se pueden incorporar juegos que impliquen tirar pelotas, atravesar obstáculos, correr, bailar y brincar, con el objetivo de mejorar la coordinación óculo-motora y la lateralidad.
El especialista explicó que la coordinación óculo-motora permite que el niño pueda realizar actividades combinando la vista y el movimiento, como lanzar una pelota sin necesidad de observarla directamente, lo que contribuye al desarrollo psicomotor integral.
Erazo destacó que a partir de los tres años, se recomienda que los niños realicen al menos tres horas de actividad física al día, incluyendo 30 minutos de ejercicio intenso, lo cual favorecerá su salud, autoestima y prevenirá el sobrepeso.
Ante la preocupación de falta de espacios para jugar, el especialista aclaró que no es un impedimento para estimular la actividad física en casa, dando como ejemplo a Ivania de Lagos, madre primeriza que ha convertido la sala de su vivienda en un área de juegos para su hijo Miguel, de dos años.
Ivania relató que cada mañana dedica tiempo para que Miguel realice actividades como jugar con burbujas, escalar en una estructura y bailar, promoviendo un estilo de vida saludable desde temprana edad. Además, resaltó la importancia de la lactancia materna, y agradeció la implementación de salas de lactancia materna en lugares públicos como el Aeropuerto Internacional de El Salvador.
Finalmente, la madre valoró las leyes Nacer con Cariño y Crecer Juntos, impulsadas por la primera dama Gabriela de Bukele, que promueven el bienestar integral de la niñez y las familias salvadoreñas. «Deseo que estas iniciativas lleguen a todas las familias para que más niños crezcan saludables y con amor», afirmó.
Principal
Uso excesivo de aparatos electrónicos afecta la salud mental de niños y jóvenes, advierte especialista
Internacionales
Estados Unidos aprueba nuevo tratamiento inyectable para prevenir el VIH

La farmacéutica Gilead anunció este miércoles la aprobación en Estados Unidos de Yeztugo, un innovador tratamiento para la prevención del VIH que consiste en dos inyecciones al año. Este avance podría transformar la lucha contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana y el sida, al ofrecer una alternativa a los medicamentos orales que requieren toma diaria.
Yeztugo está dirigido a adultos y adolescentes con un peso mínimo de 35 kg y se basa en la molécula lenacapavir, la misma que Gilead emplea en su tratamiento antirretroviral Sunlenca, lanzado en 2022.
Daniel O’Day, presidente y CEO de Gilead, calificó la aprobación como “un día histórico” para la prevención del VIH, destacando la eficacia sin precedentes que este medicamento promete.
No obstante, el costo del tratamiento podría limitar su acceso, ya que aunque Gilead no ha revelado precios oficiales, analistas estiman que el costo anual en Estados Unidos podría rondar los 25,000 dólares. Por ello, expertos y organizaciones internacionales han pedido al laboratorio facilitar la producción de versiones genéricas para ampliar el acceso en países de bajos recursos.