Tecnología
La razón por la que no deberías usar Facebook Messenger
El periodista especializado en ciberseguridad, Zak Doffman, explicó por qué los usuarios deberían dejar de utilizar Facebook Messenger y pasarse a otras plataformas, como WhatsApp o Signal.
“Todos sabemos que Facebook vive de nuestros datos, así es como pagamos por sus servicios supuestamente gratuitos. Pero tiene que haber un límite. Si nos encontramos en una posición en la que Facebook dice ‘me quedaré con todo lo que pueda’, y nosotros aceptamos, ¿qué dice eso sobre nosotros y el valor que le damos a nuestra propia privacidad?”, preguntó Doffman en un artículo publicado en Forbes, donde argumentó por qué deberíamos dejar de utilizar esta aplicación.
Según describe el periodista, a causa de una desafortunada serie de acontecimientos (relaciones públicas mal gestionadas y muy mala comunicación), la debacle de WhatsApp que en estos días provocó que miles de usuarios migraran a Signal o a Telegram, distrajo la atención de la gravedad de la invasión a la privacidad que ejerce Facebook Messenger.
Doffman explicó que la principal defensa de WhastApp, cuando se discuten sus políticas de privacidad, es que no puede ver los mensajes privados. Pero si eres usuario de Messenger no tienes tanta suerte.
El periodista afirmó que una ilustración perfecta del escaso respeto de Facebook Messenger por la privacidad salió a la luz cuando los investigadores en ciberseguridad Tommy Mysk y Talal Haj Bakr revelaron hace un año que la plataforma descargaba los archivos adjuntos privados que habían sido enviados entre los usuarios en sus propios servidores, así como los enlaces a archivos compartidos y sitios web.
“El problema que Messenger acceda a tu información privada se resuelve de forma fácil, de eso se trata la encriptación de extremo a extremo”, aseguró Doffman y dejó entrever que lo que no existe es voluntad para hacerlo.
A diferencia de WhatsApp, la encriptación de extremo a extremo en el Messenger solo admite mensajes privados entre dos personas, no dentro de grupos, y no está activado por defecto. Solo cuando se selecciona la opción, Facebook deja de husmear en los mensajes y de descargar los enlaces y archivos adjuntos.
“Es esta falta de encriptación de extremo a extremo lo que hace que Messenger no sirva. Esto debería ser el valor por defecto para cualquier plataforma de mensajería que usemos. El propio Facebook advirtió sobre los riesgos que conlleva la falta de este tipo de cifrado. Y WhatsApp merece un gran reconocimiento por haber universalizado el acceso, poniendo el cifrado de extremo a extremo a disposición de ,millones de usuarios”, escribió Doffman.
De acuerdo con su análisis, no habría que dar por sentado el cifrado de extremo a extremo. El hecho de que podamos llamar y enviar mensajes desde cualquier parte del mundo, a salvo de las sondas de la red de los gobiernos y de los malos actores, es una gran ventaja. “Una de las ironías de la reacción de WhatsApp es que los usuarios están dejando de usar esta aplicación, que está cifrada de extremo a extremo por defecto, por Telegram que no lo está”, advirtió el periodista.
Esto vuelve a poner en el foco las prácticas que realiza Facebook. Doffman recuerda que, en 2019, Mark Zuckerberg argumentó que la mensajería privada se convertiría en la nueva normalidad, reemplazando la necesidad social de compartir todo en todas partes. Esto siguió a los primeros informes sobre los planes de Facebook de integrar WhatsApp con los mensaje privados de Messenger e Instagram, creando un gigante de la mensajería para servir a casi 3000 millones de usuarios.
En aquel momento, había informes que indicaban que Messenger se convertiría en un sistema de cifrado de extremo a extremo, lo que suponía una importante mejora. “Pero 2 años después, no hemos visto ningún progreso tangible en ese sentido. Sin embargo, lo que hemos visto es el comienzo de esa integración, comenzando con Messenger e Instagram, pero sin mejoras de seguridad a la vista”, acusó Doffman.
El año pasado, Facebook afirmó que seguía “muy comprometido con hacer que Messenger esté encriptado de extremo a extremo de forma predeterminada”. De hecho, Jay Sullivan, gerente de producto de la compañía, indicó ante el comité del Senado en 2019, que “la gente debería poder comunicarse de forma segura y privada con sus amigos y seres queridos sin que nadie, incluyendo Facebook, escuche o monitoree sus conversaciones”.
Sullivan también manifestó que los usuarios deberían poder enviar información médica y financiera “con la confianza de que no caerá en manos de ladrones de identidad u otros con intenciones maliciosas”. Pero Doffman advirtió que Messenger observa el contenido y que “salud y estado físico”, “información sensible” e “información financiera” están entre la masa de campos de datos de usuarios que la plataforma admite recolectar a través de Messenger.
Añadir una encriptación de extremo a extremo habría sido una especie de gracia salvadora para el Messenger, ya que evitaría que el contenido se supervisara, recogiera y procesara, aunque no protegería los metadatos. Pero el affaire de WhatsApp ha hecho que millones de personas se den cuenta de que el cifrado de contenidos no es suficiente por sí solo.
“Las prácticas de Facebook son ahora visibles para todos, no están enterradas en la letra chica de la política de privacidad. Todos podemos ver la ridícula diferencia entre Messenger y otras plataformas, aunque todavía tenemos que entender cómo se monetizan esos metadatos y cómo se utilizan para dirigirse a nosotros con anuncios”, expresó el especialista en ciberseguridad.
Doffman realizó una recomendación contundente. “El consejo ahora es simple. Si todavía estás en Messenger o si estás usando los mensajes de Instagram para cualquier otra cosa que no sean contactos casuales, entonces es hora de cambiar. La opción más fácil sigue siendo WhatsApp. Si quieres una opción más segura, entonces ejecuta Signal en paralelo. Será más útil a medida que se unan más contactos”, sugirió.
Según el periodista, con WhatsApp y Signal ejecutándose en paralelo, se puede estar cubierto en términos de seguridad y privacidad. Además agrega que, con el tiempo, se terminará usando Signal como opción predeterminada, pero para eso falta que todos nuestros contactos también la usen.
Y para concluir, recomienda mover todos los chats y grupos de Facebook Messenger a WhatsApp o a Signal. “Y deberías hacerlo ya”, aclaró.
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Bluesky, rival de la red social X gana un millón de nuevos usuarios en un día
Tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE.UU., el número de usuarios, principalmente estadounidenses, de la red social X, propiedad de Elon Musk, que este año se convirtió en una de las personas más cercanas al futuro inquilino de la Casa Blanca, empezó a descender notablemente.
Mientras tanto, el competidor de X, la plataforma Bluesky, creada por el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, registra un aumento significativo de nuevos usuarios.
Desde el 6 de noviembre, el número de cuentas en la red social crece a diario, superando ya los 17 millones. Solo este jueves, más de un millón de personas se unieron a la plataforma.
¿Qué es Bluesky?
Bluesky existe desde el 2019, pero hasta febrero de este año los usuarios solo podían registrarse en ella por invitación.
Se trata de una red social de microblogging descentralizada basada en un protocolo abierto llamado ‘Authenticated Transfer Protocol’ (AT Protocol). Es decir, los usuarios y desarrolladores tienen más opciones para personalizar y gestionar la red. Los usuarios pueden elegir algoritmos personalizados que determinan el tipo de publicaciones que aparecen en su pantalla.
Según su sitio web, la plataforma “fue diseñada para no estar controlada por una sola empresa”.
No obstante, muchas de las funciones de Bluesky son similares a las de X: permite a los usuarios crear mensajes de texto con un límite de 256 caracteres, que también pueden contener imágenes y videos, compartir y responder a las publicaciones de otros usuarios.
Al mismo tiempo, los usuarios de Bluesky pueden bloquearse entre sí, mientras que uno de los cambios de X permite a un usuario ver las publicaciones de alguien que le ha bloqueado.
Además, de momento la plataforma no tiene publicidad y no tiene intención de incluirla en un futuro.
Aunque X atrajo 46.5 millones de visitas en EE.UU. el 6 de noviembre, cuando se dio a conocer la victoria electoral de Trump, lo que supone un aumento del 38% respecto a un día normal de los últimos meses, más de 115 000 usuarios desactivaron sus cuentas, la cifra más alta desde que el magnate Elon Musk compró la plataforma.
Los usuarios explican que, tras la adquisición de Twitter por Musk y los cambios en el sistema de moderación de contenidos en favor de la libertad de expresión, X se ha convertido en una “plataforma mediática tóxica” con un alto nivel de bots, desinformación y un aumento de las publicaciones ofensivas.
Además, algunos denuncian que los algoritmos de la red promueven las publicaciones con narrativas de extrema derecha y la agenda de Donald Trump, a quien Musk apoya.
El investigador de medios sociales Axel Bruns dijo a The Guardian que Bluesky, por su parte, ofrece una alternativa a X con un sistema más eficaz para combatir las cuentas problemáticas y supervisar el comportamiento ofensivo.
“Se ha convertido en un refugio para la gente que quiere tener el tipo de experiencia en redes sociales que Twitter solía ofrecer, pero sin todo el activismo de extrema derecha, la desinformación, el discurso de odio, los bots y todo lo demás”, afirmó, añadiendo que la comunidad más liberal de X “ha escapado realmente de allí y parece haberse trasladado en masa a Bluesky”.
Al mismo tiempo, cabe recordar que el antiguo Twitter, liderado por Dorsey, con su estricta moderación, no era imparcial y promovía narrativas de los líderes del Partido Demócrata.
Por ejemplo, los documentos internos de la empresa, publicados por Musk tras su compra, revelaron que las agencias de inteligencia de EE.UU. habían exigido a la plataforma censurar temas que iban en contra de la narrativa impulsada por Washington, como la historia sobre la información presente en el portátil de Hunter Biden, hijo del actual presidente de EE.UU., en las semanas previas a las elecciones presidenciales del 2020.
Tecnología
Una nueva función de seguridad del iPhone «vuelve loca» a la Policía
Un documento policial obtenido por 404 Media reveló la existencia de una función de seguridad aparentemente nueva en iOS 18 que reinicia los iPhones que no se han desbloqueado en unos días, lo que «vuelve loca» a la Policía al dificultar el acceso a los celulares de personas sospechosas.
Según el reporte, el sistema iOS 18.1 incorporó el mecanismo de ‘reinicio por inactividad’ como una nueva herramienta de seguridad, que hace que después de algunos días sin ser abiertos, los teléfonos se reinician.
Al analizar la situación, Chris Wade, fundador de la compañía de análisis de dispositivos móviles Corellium, señaló que esta nueva herramienta se activa después de que los teléfonos hayan estado bloqueados durante cuatro días. Este reinicio devolvía al dispositivo al momento previo a que haya sido desbloqueado por primera vez.
Tanto los dispositivos con sistemas iOS como los de Android ya contaban con un sistema de bloqueo que requería que se escribiera la clave o se usara otro mecanismo para poder acceder al teléfono. Esto ya representaba una complicación en investigaciones policiales en las que es necesaria la apertura del celular para obtener información, pero la nueva herramienta de Apple podría hacer todavía más difícil ese procedimiento.
Principal
SpaceX logra atrapar por primera vez el propulsor del cohete más potente de la historia
SpaceX completó su quinta prueba del Starship, el mayor cohete espacial jamás construido, con éxito y en su primer intento consiguió recuperar la primera fase de la nave con una grúa en la misma plataforma de lanzamiento, un hito de la ingeniería espacial y un logro que puede ser un paso decisivo para la reutilización de este pesado lanzador.
Con casi 121 metros de altura, el Starship vacío despegó al amanecer desde el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México. Se elevó sobre el Golfo de México como las cuatro Starships anteriores que acabaron destruidas, ya fuera poco después del despegue o al caer al mar. La última, en junio, fue la más exitosa hasta la fecha, ya que completó su vuelo sin explotar.
Esta vez, el fundador y consejero delegado de SpaceX, Elon Musk, ha aumentado el reto y el riesgo. La empresa hizo aterrizar el cohete de la primera etapa en la plataforma desde la que había despegado siete minutos antes. La torre de lanzamiento lucía unos monstruosos brazos metálicos, conocidos como “palillos” (chopsticks), que atraparon el cohete descendente de 71 metros.
“¡La torre ha atrapado el cohete!” dijo Musk a través de X.
Los empleados de la empresa gritaron de alegría mientras el cohete descendía lentamente hacia los brazos de la torre de lanzamiento.
“Incluso en estos tiempos, lo que acabamos de ver es mágico”, observó Dan Huot, de SpaceX, desde cerca del lugar de lanzamiento. “Estoy temblando ahora mismo”.
“Amigos, este es un día para los libros de historia de la ingeniería”, añadió Kate Tice, de SpaceX, desde la sede de SpaceX en Hawthorne, California.
Correspondía al director de vuelo decidir, en tiempo real con un control manual, si se intentaba el aterrizaje. SpaceX dijo que tanto el propulsor como la torre de lanzamiento tenían que estar en buenas condiciones y estables. De lo contrario, iba a acabar en el golfo como los anteriores. Se consideró que todo estaba listo para la captura.
La nave espacial de acero inoxidable, de aspecto retro, siguió su camino alrededor del mundo una vez liberada del cohete propulsor, con destino a un amerizaje controlado en el Océano Índico, donde se hundiría hasta el fondo. Se esperaba que el vuelo durara poco más de una hora.
El vuelo de junio se quedó corto al final, después de que se desprendieran algunas piezas. SpaceX actualizó el software y retocó el escudo térmico, mejorando las baldosas térmicas.
Esta quinta prueba del Starship, que pesa unas 5.000 toneladas, SpaceX también consiguió probar un sistema para, por vez primera, mantener comunicación con el módulo orbital en la fase de reentrada, algo que hasta ahora ningún vuelo espacial ha conseguido.
SpaceX lleva nueve años recuperando los propulsores de la primera etapa de sus cohetes Falcon 9 más pequeños, después de poner en órbita satélites y tripulaciones desde Florida o California. Pero aterrizan en plataformas oceánicas flotantes o en losas de hormigón a varios kilómetros de sus plataformas de lanzamiento, no sobre ellas.
El reciclaje de los propulsores Falcon ha acelerado el ritmo de lanzamiento y ahorrado millones a SpaceX. Musk pretende hacer lo mismo con el Starship, el cohete más grande y potente jamás construido, con 33 motores de metano sólo en el propulsor. La NASA ha encargado dos Starship para llevar astronautas a la Luna a finales de esta década. SpaceX pretende utilizar Starship para enviar personas y suministros a la Luna y, con el tiempo, a Marte.