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Nacionales

Gobierno de El Salvador endurece medidas en las cárceles, como nunca antes

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Los gobiernos de ARENA y el FMLN permitieron que las pandillas crecieran exponencialmente en El Salvador, además, las segregaron entregándoles las cárceles, donde en vez de ejercer seguridad y control les brindaron beneficios. Sin embargo, el actual Gobierno ha reiterado que estas prácticas quedaron en el pasado y ahora su misión es desarticular a las pandillas.

Autoridades de Seguridad han asegurado que los gobiernos anteriores concedieron libertinaje a las pandillas y que el sistema penitenciario en el país estuvo sumergido en corrupción.  Fue en 2004 que en una medida de fachada de «disminuir la violencia en las cárceles» el gobierno de Antonio Saca segregó a las pandillas, los penales de Quezaltepeque y Ciudad Barrios estuvieron asignados para los de la Mara Salvatrucha; y los de Chalatenango y Cojutepeque, para los del Barrio 18.

En agosto de ese mismo año, el sistema carcelario vivió la peor masacre registrada en una cárcel salvadoreña, con un saldo de 32 muertos, entre pandilleros de la 18 y supuestos civiles. Dos semanas después ocurrió la segregación de las maras, una medida que, según expertos, permitió que estas se propagaran aún más y que, lo que evitaría violencia y masacres, generó incluso hacinamiento.

«Si no se separaban las pandillas, conservar la estabilidad era imposible… ¡imposible! La separación fue un instrumento indispensable para conservar el control de los centros penales», justificó en aquel entonces el exdirector de Centros Penales, Rodolfo Garay Pineda.

Sumado a que las pandillas tuvieran penales completos a su disposición, como sus centros de operaciones, cuando llegó el gobierno de Mauricio Funes, las maras recibieron aún más beneficios a través de la denominada «Tregua», y esto provocó que los grupos terroristas se fortalecieran más.

La Tregua, avalada por Funes y presentada como una «política de Estado» permitió que las pandillas se tomaran el control de las cárceles, así como en todo el país, varias comunidades, y se hicieran de negocios ilícitos, etcétera. «Esto permitió un crecimiento exponencial no solo en cantidad de miembros de pandillas, sino de ´clicas, canchas y programas´ [estructuras de maras enquistadas en colonias y comunidades]», ha dicho el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro.

Funes como el ministro de Defensa de su gobierno, David Munguía Payés, fueron los principales promotores de la tregua entre criminales a la que falsamente otros, autonominados «mediadores», que ahora están presos, como Raúl Mijango [condenado en 2018 a 13 años por extorsión] denominaron como un «proceso de pacificación».

Las investigaciones fiscales sobre la tregua revelaron que fue ideada por el gobierno de Funes, supuestamente, para reducir la cifra de homicidios que para el 2012 superaba los 30 por día, a cambio, la administración de Funes mediante sus funcionarios de seguridad se encargarían de proporcionar todo tipo de privilegios a los mareros que iban desde organizarles fiestas con bailarinas y trabajadoras del sexo en las cárceles, la instalación de pantallas de televisión, ingreso de celulares, droga, hasta la colocación de cabinas telefónicas desde donde los mareros efectuaban más de 10,000 llamadas diarias, sin ningún tipo de control ni restricción, muchas de las cuales eran para extorsionar.

Por ejemplo, en septiembre de 2012, a petición de los pandilleros recluidos en el penal de Izalco, Sonsonate, fue organizada una fiesta en el recinto penitenciario la cual duró tres días, amenizada por un discomóvil y que tuvo como principal atracción el show de bailarinas desnudas. Videos filtrados en las redes sociales mostraron a cabecillas teniendo relaciones sexuales con ellas.

Además, en febrero de 2015, al interior del penal de San Francisco Gotera, Morazán, estaban instalados 40 televisores con pantalla plasma y consolas de videojuegos que fueron decomisados, así como 45 celulares y droga. Esto generó mucha crítica a las autoridades porque era claro el ingreso de ilícitos a las cárceles.

Bajo el lineamiento del Plan Control Territorial, plan de seguridad insignia del gobierno de Nayib Bukele se ha mantenido el orden, control y disciplina en los centros penitenciarios y con la llegada del régimen de excepción se reforzaron medidas. 

«Las cárceles ya no son los hoteles de las pandillas. Desde que ingresó el Gobierno del presidente Bukele el Estado tiene el control, orden y disciplina de los Centros Penales», aseguró el director de Centros Penales, Osiris Luna Meza. 

Desde la actual administración, en las cárceles salvadoreñas no se registra ningún amotinamiento, ni ningún conato de violencia o riñas. Además, se han mejorado las instalaciones y se han tomado medidas de seguridad como bloquear en 100% cualquier comunicación de los reos con el exterior a través del uso de tecnología.  

Mientras que, para el año pasado, las medidas de seguridad en los penales se endurecieron por orden del presidente Bukele, quien ha asegurado que desarticularán a las pandillas que por muchos años dañaron a la población honrada. 

Tras una oleada de homicidios cometida durante un fin de semana el año pasado, el 27 de marzo por orden de Bukele se implementó el régimen de excepción. Para esa ocasión el mandatario envió un mensaje a las pandillas: «Mensaje a las pandillas: tenemos a 16,000 «homeboys» en nuestro poder. Aparte de los 1,000 arrestados en estos días. Les decomisamos todo, hasta las colchonetas para dormir, les racionamos la comida y ahora ya no verán el sol. Paren de matar ya o ellos la van a pagar también», publicó el mandatario.

Desde entonces, los mareros están bajo un estricto control, que no les permite contactos con el exterior ni visitas familiares ni íntimas. Y recientemente, el Gobierno inauguró la cárcel más grande del continente, el Cecot, que está construido con estándares internacionales de calidad y seguridad que garantizan la limitación de comunicación con el exterior. Serán alojados 40,000 pandilleros para que pasen ahí las próximas décadas.

Nacionales

Siete estudiantes lesionados tras volcamiento de microbús en Ahuachapán

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Siete estudiantes resultaron con lesiones luego de que el microbús en el que se transportaban volcó en el kilómetro 88 de la carretera que conecta Ahuachapán con Santa Ana, en el municipio de Ahuachapán Centro.

Según la Policía Nacional Civil (PNC), el percance ocurrió cuando un pick up invadió el carril del microbús tras realizar un giro imprudente, provocando el volcamiento.

Los estudiantes fueron trasladados a un centro hospitalario para recibir atención médica. Las autoridades confirmaron que los conductores presentaron toda su documentación en regla y dieron negativo en la prueba de alcoholemia.

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Judicial

Prisión para sujeto que intentó matar a su hermano en Chalatenango

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El Tribunal de Sentencia de Chalatenango condenó a 15 años de prisión a José Alvarado Gutiérrez Murcia por intentar asesinar a su hermano en La Palma, Chalatenango Norte.

De acuerdo con la Fiscalía General de la República (FGR), el ataque ocurrió la noche del 7 de septiembre de 2024, cuando la víctima ingresaba a su vivienda y fue agredida con un corvo en el cuello y rostro. Tras el incidente, el padre de ambos llegó al lugar, y el imputado logró huir. La víctima fue trasladada a un centro asistencial tras quedar inconsciente.

La FGR indicó que, ante la abundante evidencia documental, pericial y testimonial presentada, el tribunal dictó la condena en ausencia del imputado por el delito de intento de homicidio agravado.

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Nacionales

El Salvador acumula 16 días sin homicidios en agosto, según la PNC

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La Policía Nacional Civil (PNC) reportó que el lunes 18 de agosto finalizó sin homicidios en el territorio salvadoreño, lo que eleva a 16 las jornadas sin muertes violentas registradas en lo que va del presente mes de agosto de 2025.

De acuerdo con las estadísticas oficiales, julio cerró con 29 días sin homicidios; junio, mayo y abril sumaron 25 cada uno; marzo contabilizó 22; febrero, 26; y enero, 25. En total, el país acumula 192 días con este indicador positivo en lo que va del año.

Los registros también señalan que, durante la gestión del presidente Nayib Bukele, El Salvador contabiliza 986 días sin homicidios, de los cuales 876 han ocurrido bajo el régimen de excepción, medida que se mantiene vigente junto con el Plan Control Territorial.

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