Ciencia
NASA encontró en Marte evidencia de múltiples ríos donde pudo florecer la vida
Apesar de tener una superficie árida y aparentemente hostil, Marte es uno de los principales objetivos de investigación de la NASA. Es así que hoy contamos con abundante información de su pasado, que alguna vez tuvo condiciones para el desarrollo de la vida. Ahora, un nuevo análisis de datos del róver Curiosity revela que muchos de los cráteres actuales del planeta rojo pudieron contener alguna vez corrientes de agua habitables.
Los responsables de la investigación utilizaron modelos numéricos para simular el proceso de erosión en Marte durante millones de años y descubrieron que las formaciones de cráteres comunes, llamadas “banco y nariz” debido a su aspecto, son probablemente los vestigios de antiguos lechos de ríos.
“Estamos encontrando evidencia de que Marte probablemente era un planeta de ríos”, dijo en un comunicado de prensa Benjamín Cárdenas, profesor asistente de geociencias en Penn State y autor principal del estudio, publicado en Geophysical Research Letters. “Vemos señales de esto en todo el planeta”, añade.
Un estudio con datos de Marte y la Tierra
El estudio aplicó a los suelos marcianos técnicas de análisis de estratos de roca (estratigrafía) consolidados durante millones de años, a partir de datos satelitales, imágenes del Curiosity y escaneos 3D del suelo marino del Golfo de México tomados por las compañías petroleras hace 25 años.
Estos escaneos actuaron como un modelo ideal para la simulación de la erosión en Marte. Al introducir estos datos en la simulación, el modelo reveló paisajes marcianos erosivos que formaban mesetas y promontorios, similares a las características del terreno observadas por el Curiosity en el cráter Gale.
Los resultados apuntan a una realidad en la que Marte pudo haber tenido muchas más vías fluviales de las que se creía hasta ahora, lo que implica una perspectiva más optimista sobre la posible existencia de vida antigua en el planeta.
“En la Tierra, los corredores fluviales son muy importantes para la vida, los ciclos químicos, los ciclos de nutrientes y los ciclos de sedimentos. Todo apunta a que estos ríos se comportan de manera similar en Marte”, sostiene Cárdenas. Por tanto, el nuevo descubrimiento “ofrece una visión de Marte, donde la mayor parte del planeta alguna vez tuvo las condiciones adecuadas para la vida”, agrega.
De acuerdo con los autores, estos accidentes de banco y nariz se forman cuando el material sedimentario depositado en los canales de los ríos es posteriormente erosionado en una dirección posiblemente determinada por los vientos predominantes.
Los hallazgos incluyen nuevas interpretaciones para las formaciones de cráteres marcianos, las cuales nunca antes se habían asociado con depósitos de ríos erosionados.
Depósitos de agua aún no descubiertos en Marte
Se conocía evidencia de ríos en Marte desde que Mariner 9, la primera nave espacial que orbitó el planeta rojo, tomó imágenes de canales secos y llanuras aluviales en la superficie. Más adelante, los rovers y orbitadores enviados a dicho mundo también han identificado crestas formadas por sedimentos en canales de ríos que datan de hace miles de millones de años.
El estudio concluye que los datos presentan pistas de depósitos fluviales en formaciones de banco y nariz, en lugar de las crestas fluviales previamente estudiadas. Estas observaciones sugieren la posibilidad de depósitos de agua aún no descubiertos en otras partes del planeta rojo.
Anteriormente, el Curiosity había comprobado que el cráter Gale, de 154 kilómetros de ancho, que ahora es explorado por el róver, estaba cubierto por agua líquida hace más de tres mil millones de años. Ahora que se sabe que los accidentes geográficos de banco y nariz, también presentes dentro de este cráter, fueron producidos por ríos, los científicos tienen una mejor idea de la estructura de ese cuerpo de agua que lo recorría.
Ciencia
El lago Kivu en África esconde un gas mortal en sus profundidades y podría asfixiar a miles de personas si explota
El lago Kivu, conocido por su belleza natural y tranquilidad superficial, esconde una amenaza potencialmente letal bajo sus aguas. Este cuerpo de agua, compartido entre Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC), contiene enormes cantidades de dióxido de carbono y metano. Su configuración geológica única lo convierte en un candidato para una erupción límnica, fenómeno que podría liberar vastas nubes de gases tóxicos y asfixiar a millones de personas.
National Geographic informa que el fondo del lago Kivu contiene aproximadamente 300 km³ de dióxido de carbono disuelto y 58 km³ de metano. El ingeniero y fundador de Hydragas Energy, Philip Morkel, declaró a esta plataforma: “Cuando el lago alcance el 100% de saturación (y actualmente está en algún punto por encima del 60%) entrará en erupción espontáneamente”. Comparó este fenómeno con una olla de agua hirviendo, tranquilamente amenazante hasta que empieza a burbujear.
Proyecto KivuWatt: entre la explotación y la seguridad
Para mitigar este riesgo y al mismo tiempo aprovechar los recursos del lago, el gobierno de Ruanda ha autorizado a la empresa británica ContourGlobal implementar el proyecto KivuWatt. Básicamente, se extrae el agua de cierta profundidad por debajo del límite de gradiente de densidad, donde se encuentra el agua rica en gas, y en la superficie, se separa el agua del CO2 y el metano. Luego, el agua desgasificada se devuelve al lago. Esta iniciativa actualmente aporta 26 megavatios de energía a la red eléctrica de Ruanda.
Sin embargo, algunos investigadores advierten que este proceso podría desencadenar la misma erupción límnica que se pretende evitar. Surge un debate sobre los métodos más seguros para la extracción del gas. Sergei Katsev, limnólogo de la Universidad de Minnesota Duluth, mostró sus reservas señalando que “es un compromiso entre seguridad y explotación comercial a largo plazo”.
Un debate entre científicos
La revista Nature añade más al debate científico. Informaron que el lago Kivu podría liberar el equivalente a entre 2 y 6 gigatoneladas de carbono en un solo día, aumentando el riesgo de una crisis humanitaria sin precedentes. En una reciente erupción volcánica del Monte Nyiragongo en 2021, se evitó por poco una liberación masiva de gases del lago. Dario Tedesco, un vulcanólogo que trabaja en Ruanda, expresó su preocupación respecto a la seguridad en la región, mencionando que “la combinación de gases subterráneos y actividad volcánica crea un potencial significativo para múltiples desencadenantes”.
El peligro de la metanización
El proceso de extracción de metano no está exento de controversia. Mientras que algunos expertos creen que la extracción a pequeña escala es manejable, otros, como Finn Hirslund, advierten sobre “destruir el gradiente principal” del lago, lo que podría aumentar el riesgo de una erupción catastrófica. La metodología actual utilizada por KivuWatt ha provocado inquietudes sobre su impacto a largo plazo en la estructura del lago.
Martin Schmid, investigador del Instituto Suizo de Investigación sobre el Agua y el Medio Ambiente, explicó a National Geographic que “aunque sabemos que el proceso de desgasificación cambia la estratificación del lago, no creemos que esto sea realmente un problema, pero las predicciones nunca son del todo correctas”. Esta declaración subraya la incertidumbre científica en torno a los efectos del proyecto de KivuWatt.
Ciencia
Hallazgo explicaría cómo se construyeron las pirámides de Egipto
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que las pirámides egipcias se construyeron originariamente a lo largo de un brazo de agua del río Nilo, de 40 millas de longitud, al que han llamado ‘Ahramat’ (pirámides en árabe), que posteriormente quedó sepultado bajo tierras de cultivo y desierto.
El hallazgo, que recoge la revista Communications Earth & Environment, podría explicar por qué 31 pirámides, entre ellas los complejos piramidales de Giza y Lisht, se concentran ahora en una estrecha e inhóspita franja desértica, parte del Sáhara.
Todas esas pirámides se construyeron a lo largo de un periodo de casi mil años que comenzó hace unos 4,700 años, cuando el Nilo solía tener un caudal mucho mayor que el actual y en algunas zonas se dividía en varios brazos, según las pruebas sedimentarias estudiadas.
Los autores creen que una gran acumulación de arena arrastrada por el viento, y vinculada a una gran sequía que comenzó hace 4,200 años, podría explicar la migración del brazo de agua Ahramat hacia el este y su posterior sedimentación.
La investigadora principal, Eman Ghoneim, de la Universidad de Carolina del Norte en Wilmington, y su equipo estudiaron imágenes por satélite para encontrar la posible ubicación de ese antiguo brazo del río que discurría por las estribaciones de la meseta del desierto occidental de Egipto, muy cerca de los campos de pirámides.
A continuación, utilizaron prospecciones geofísicas y estudiaron muestras de suelo para confirmar la presencia de sedimentos fluviales y de antiguos canales bajo la superficie terrestre moderna, lo que indicaría la presencia de un antiguo ramal del Nilo: Ahramat.
Este hallazgo explicaría por qué estos campos de pirámides se concentraron a lo largo de esta franja particular del desierto, cerca de la antigua capital egipcia de Menfis, ya que habrían sido fácilmente accesibles a través del brazo del río en el momento en que se construyeron.
Además, los autores han visto que muchas de las pirámides tenían calzadas que acababan en las orillas del brazo del Ahramat, lo que indicaría que el río se utilizaba para transportar materiales de construcción.
Estos descubrimientos subrayan la importancia del Nilo como ‘autopista’ y arteria cultural para los antiguos egipcios, y también ponen de relieve cómo las sociedades humanas se han visto históricamente afectadas por los cambios medioambientales.
Los investigadores abogan por seguir investigando para hallar más ramales extintos del Nilo que ayuden a priorizar las excavaciones arqueológicas a lo largo de sus orillas y a proteger el patrimonio cultural egipcio.
Ciencia
Los satélites Starlink experimentan fallos por una tormenta solar geomagnética
El sistema de satélites Starlink, que provee servicio de Internet satelital de banda ancha, experimenta actualmente problemas de conexión, informó la compañía este sábado en su página web.
Starlink es propiedad de SpaceX, y su director ejecutivo Elon Musk explicó que los fallos fueron causados por una tormenta solar geomagnética severa. «Gran tormenta solar geomagnética en este momento. La más grande en mucho tiempo. Los satélites Starlink están bajo mucha presión, pero hasta ahora se mantienen firmes», reza el tuit del multimillonario estadounidense de origen sudafricano.
De acuerdo con el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC, por sus siglas en inglés) de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU., es la primera vez desde 2005 que se produce una tormenta solar severa.
En febrero ocurrió una fuerte llamarada solar de clase X, que ocasionó un apagón en las comunicaciones radiales de alta frecuencia en gran parte del hemisferio sur.