Elías Córdova, un sociólogo originario de Santa Ana, ha encontrado en el rap una herramienta para preservar y difundir el idioma náhuat, una lengua ancestral cada vez menos escuchada en El Salvador. Conocido artísticamente como Nawilia, Córdova recorre parques, plazas y buses del transporte colectivo, llevando consigo una bocina y un mensaje cultural en forma de rimas.
Desde 2014 comenzó a estudiar el náhuat movido por el deseo de conocer más sobre sus raíces. Fue en 2022 cuando decidió fusionar ese conocimiento con su pasión por el arte urbano, creando canciones que mezclan ritmo, poesía e identidad. En sus letras habla de elementos cotidianos como la comida, los animales, las flores y nombres de lugares, todos en náhuat, con el objetivo de mantener viva la herencia lingüística del país.
Durante una reciente presentación en un bus urbano de Santa Ana, Nawilia repartió calcomanías con sus redes sociales para seguir promoviendo su proyecto. Además de sus presentaciones callejeras, también imparte clases del idioma en distintos espacios donde es invitado.
Con cuatro discos grabados bajo el género del rap, uno de ellos dedicado a los elementos naturales (agua, fuego, tierra y viento), Córdova ha logrado llevar su propuesta más allá de las fronteras. Gracias a su trabajo en la promoción del náhuat, se graduó con CUM honorífico en la Universidad de El Salvador y obtuvo una beca para estudiar una maestría en estudios culturales en el Colegio de la Frontera Norte, en Tijuana, México.
El artista, cuyas abuelas provienen de regiones con tradición náhuat como Amatitlán (Guatemala) e Izalco (Sonsonate), asegura sentirse profundamente identificado con la lengua. También ha aprendido directamente de hablantes nativos en comunidades como Santo Domingo de Guzmán y Witzapan.
Nawilia hace un llamado a las nuevas generaciones para que no se avergüencen de sus raíces y, por el contrario, se conviertan en portadores de la identidad cultural salvadoreña. “El náhuat da para ritmo y poesía. Por eso lo hago”, afirma.