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Judicial

Hombre contrata a su expareja como trabajadora sexual y al negarse a pagarle $50 termina procesado por supuestas amenazas

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Lo que comenzó como una noche de diversión terminó en discusiones y amenazas de muerte por parte de un hombre que contrató a su expareja como trabajadora sexual, quien al negarse a pagarle $50 por el servicio decidió llevarlo a los tribunales.

Irene (nombre modificado por seguridad) era una joven trabajadora sexual que vivía en una colonia populosa de San Salvador y siempre contactaba con sus clientes a través de llamadas telefónicas y hasta el momento no había tenido mayores problemas hasta que se comunicó con Douglas H., de 28 años de edad, un antiguo romance con el cual decidió trabajar sin saber que esa noche de alegría tendría mal término.

Todo sucedió la tarde del 19 de abril de 2018, el reloj marcaba las 4:00 de la tarde, cuando Douglas había acordado en pasar por ella en una calle cercana a su casa. Una vez reunidos se saludaron y ella se subió a su vehículo. Hasta ese momento tenían la intención de pasarla bien, por lo que su primera parada fue en un bar famoso en las cercanías de la Universidad de El Salvador (UES).

La noche apenas comenzaba y los embaces vacíos de cerveza se iban acumulando sobre la mesa, las risas comenzaron y ambos disfrutaban de su compañía. Con varias bebidas en la cabeza decidieron ir a bailar hasta una discoteca a unos cuantos kilómetros de donde estaban.

Los cuerpos comenzaron a moverse al son de la música, la tensión entre los dos se comenzaba a elevar al igual que las copas. Hasta ese momento, todo eran risas, abrazos y besos, era una noche prometedora por lo que como última parada ir a un motel sobre la Troncal del Norte en Ciudad Delgado.

El dinero perdido 

Eran las 12:30 de la media noche y como todo un contrato este había llegado a su fin. El hombre pagó los $50 por el servicio. Irene los tomó conforme y sin ningún tipo de reclamo. Ella le dijo que tomaría una ducha por lo que se metió al baño dejando sus cosas en un lugar de la habitación junto con el dinero de su paga.

Tras varios minutos en el baño, esta regreso y abrió su cartera con el objetivo de guardar de mejor manera el efectivo, pero para su sorpresa este ya no estaba. Asustada por esto comenzó  a revisar de manera frenética sin tener resultado y por su mente pasó una sola cosa: su acompañante se lo había robado.

“No encuentro el dinero”, exclamó preocupada. “El dinero no podía caminar”, continuó diciendo con un tono molesto e indirectamente lo señaló como el responsable de su pérdida.

El hombre sin perder el tiempo salió al paso y se declaró inocente. “¡Vos estas pendeja! No tengo necesidad de agarrar ningún dinero”, pronunció al mismo tiempo que salía de la habitación hacia la cochera del motel, como quien se hace el desentendido.

Mientras ella se desesperaba por el dinero, el hombre regresó buscando su celular, ya que lo había olvidado. “Dame el teléfono”, le exigió. Inmediatamente ella le contestó: “El teléfono está en la cama. Aquí está”, mientras apuntaba.

“Vos sos una mañosa, me estas robando el teléfono. ¡No es así! Dame el teléfono o me regresas el dinero”, dijo molesto mientras se le abalanzó sobre ella tomándola de las muñecas. Este intercambio de palabras desató el infierno en esa habitación, donde unos minutos atrás todo parecía un paraíso.

Los gritos comenzaron y Douglas seguía sujetando a Irene: “¡Dame el dinero, que el dinero no saldría solo de la cartera!”, le dijo ella. “Yo no te debo nada porque ya te pagué. Lo último que tenía era lo que te pague”, le contestó furioso dejándola a un lado del cuarto.

A los pocos minutos el sujeto logró encontrar el celular y comenzó a marcar. La mujer relató que las llamadas eran para un grupo de sujetos de los que sospechaba eran pandilleros por su forma de hablar con su cliente. “¡Ey perros! Háganme el paro porque esta morra ya mucho está molestando, necesita que se calme”, ordenó.

La mujer estaba asustada y se temió lo peor. Sentada sobre la cama el hombre le preguntó: “¿Te vas o te quedás?”, con un tono serio y por alguna razón, decidió salir con él para poder llegar hasta su casa debido que no tenía como regresar a su casa.

Las amenazas

Una vez fuera del lugar y dentro del automóvil, Douglas seguía llamando a sus extraños contactos  y para seguir intimidándola ponía en altavoz las conversaciones donde comentaban como balearían su vehículo como ejemplo de algo que podría pasarle a ella. Segundos después, sacó una pistola que tenía guardada debajo de su asiento con el que comenzó a amenazarla.

“Yo no te he robado nada, el teléfono ahí lo llevas. Lo único que quiero es bajarme del vehículo”, le suplicó la mujer durante el trayecto. Douglas realizó una parada en un taller de vehículos donde se encontraba uno de sus amigos, pero antes le señaló a Irene: “Si te bajás te voy a matar, hija de la gran puta. No sabes con quien te has metido ni para la historia vas a quedar en ese tu carro mierda”.

Para su suerte los hombres que estaban en el lugar no hicieron nada en su contra. El vehículo emprendió su marcha y Douglas no soltaba la pistola. “Él me dijo que si hablaba de lo que había pasado me iba a matar y al mismo  tiempo se tocaba el arma de fuego”, señaló, horas después, a las autoridades la angustiada mujer, quien explicó que el hombre le permitió bajarse del vehículo a unos cuantos metros de donde la había ido a traer.

Irene decidió no quedarse callada y lo denunció a la Policía. Horas después el hombre había sido identificado y capturado por los delitos de privación de libertad y amenazas; estuvo resguardado en las bartolinas de San Salvador hasta ser llevado al centro penitenciario de Quezaltepeque.

En la audiencia preliminar sus abogados señalaron que todo se trababa de una “denuncia de carácter calumniosa” con el ánimo de tomar venganza contra uno de sus clientes que años antes había sido su compañera sentimental y solicitaron eliminar el delito de privación de libertad, ya que ella “andaba con su consentimiento”.

El caso llegó al Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador, donde se espera el desarrollo de la vista pública donde desfilarán las pruebas para determinar un fallo para el imputado.

Por. El Salvador Times.

Lea Nota Original Acá.

 

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Admiten pruebas en contra de Guillermo Mata, ex diputado del FMLN

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La Fiscalía General de la República logró que la Cámara Ambiental de Santa Tecla admitiera la totalidad de las pruebas presentadas en contra del exdiputado del FMLN Guillermo Francisco Mata Bennet y sus dos hijos, procesados por enriquecimiento ilícito, al no poder justificar el incremento de su patrimonio por un monto de $271,314.75 dólares.

 

A Mata Bennet, que fungió como diputado en los periodos 2012-2015 y 2015-2018, se le señalan inconsistencias por un monto de $13,270.00 dólares.

A Guillermo Eduardo Mata Mayorga, se le señalan $251,685.80 dólares.

A Jorge Alberto Mata Mayorga, se le reclaman $6,358.85 dólares. En total, son 15 irregularidades en depósitos bancarios, pago de préstamos hipotecarios, pago de tarjetas de crédito, compra de vehículos, entre otros, que no pudieron justificar.

 

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30 años de cárcel para secuestrador de Apopa

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El Tribunal Quinto Contra el Crimen Organizado de San Salvador condenó a 30 años de prisión a Sifredo Norberto Martínez Corquín, quien es acusado por el delito de secuestro agravado.

En diciembre del 2010, el imputado junto a otros pandilleros de la 18, privaron de libertad a la víctima que residía en Valle Verde, distrito de Apopa, y la mantuvieron secuestrada por varios días hasta que le quitaron la vida.

«El día 3 de diciembre de 2010, la víctima clave Fernanda, fue secuestrada en la colonia Valle Verde 3, del municipio de Apoya, por sujetos pertenecientes a la pandilla 18 que operaban en el sector, entre este grupo de pandilleros se encontraba el señor Sifredo Norberto Martínez Corquín, alias el Negro, quien colaboró en el traslado desde una casa a la otra donde estuvo privada de libertad la víctima, quien el día 4 de diciembre de 2010, lastimosamente fue asesinada y enterada por dichos pandilleros en la zona», indicó el fiscal del caso.

La fuente detalló que el cuerpo de la víctima fue localizado en el sector conocido como la Arenera, Apopa.

«El cadáver de clave Fernanda fue encontrado en el sector de la Arenera mutilado y enterrado casi un año después, en el 2011», señaló el fiscal.

Agregó «en virtud de ello, el Tribunal Quinto contra el crimen organizado juez 1 de San Salvador, consideró la prueba testimonial, documental y pericial declarando al imputado responsable penalmente, condenandolo a 30 años de prisión, por el delito de secuestro agravado».

Este pandillero también es procesado por otros delitos.

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Hombre contrató a sicarios pandilleros para asesinar a su esposa en Apopa

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El Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador emitió una condena de 50 años de cárcel para José Eriberto Calidonio, por haber asesinado a una persona en el distrito de Apopa, jurisdicción de San Salvador Oeste.

Las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) han determinado que este criminal fue «contactado por el esposo de la víctima para que cometiera el crimen a cambio de dinero».

Calidonio, también apodado Bob Esponja, fue procesado por el delito de homicidio agravado, el cual está regulado en los artículos 128 y 129 del Código Penal. Este crimen sucedió el 18 de marzo de 2016.

«Ese hecho da inicio a partir de la planificación que fue realizada por el esposo de la víctima quien se pone en contacto con dos personas a quienes le ofrece dinero para que ejecuten a la esposa», explicó en su momento la fiscal del caso.

Uno de los criminales contratados es alias Bob Esponja; la víctima fue contactada por los delincuentes a eso de las 4:00 de la tarde y cerca de las 8:00 de la noche fue asesinada con un arma de fuego, según establecieron las autoridades.

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