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Repartidor de tortillas es ultimado a tiros; sospechan que era «poste» de un cártel

Un joven repartidor de tortillas mexicanas fue ultimado a tiros mientras realizaba su trabajo en Morelos, estado ubicado al centro de México. Un comando armado sorprendió a la víctima, que tenía 17 años de edad; hay sospechas de que era «Poste» de un cártel del narcotráfico y sus actividades de repartidor solo le servían de fachada.
Por cierto, que el ejecutado ya había recibido amenazas con narcomantas firmadas por un cártel de las drogas.
#PuentedeIxtla #Morelos
— LaMasakr3 (@Calvarie_Locus) May 9, 2022
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16:30 hrs
Ejecutan a Armando, repartidor de tortillas, en la colonia Hidalgo, calle Degollado.
Cabe mencionar que ayer 07/05/22 ejecutaron a Jesús, otro repartidor de tortillas, quién tenía 17 años de edad, en la comunidad de El Estudiante. pic.twitter.com/a9vwAnDNI0
“Esto va para todos los hijos de pu%& que apoyaban a Juan Parra y su gente, ya vieron que lo dejaron solo morir”, dice parte de una de las narcomantas que usaron para amedrentar al repartidor de tortillas, unos días antes de que fuera baleado mientras trabajaba en los barrios más violentos y peligrosos de Morelos.
El fallecido fue identificado como Armando y en las redes sociales trascendió que era halcón de la organización criminal de los Cahuiras, una banda dedicada al narcomenudeo, robos y extorsiones en el estado de Morelos.
Las actividades de halconeo consisten en vigilar a las bandas rivales, potenciales víctimas de asesinato y secuestro, para informarlo a los jefes de los cárteles.
En febrero de este 2022, dos integrantes de los Cahuiras fueron detenidos por extorsionar a una familia, a la que también despojaron de sus vehículos. El Ministerio Público (MP) especializado logró someter a un proceso para enjuiciar a César o Esteban “N”, alias el Sapo, de 20 años de edad; y a Francisco Javier “N”, de 33 años; por los delitos de extorsión, robo agravado y narcomenudeo, según informó la Fiscalía local.
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Habemus Papam: Robert Francis Prevost es elegido como el Papa León XIV

La Iglesia católica tiene nuevo líder espiritual. Este jueves, el Colegio Cardenalicio anunció la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como el Papa número 267, quien asumirá el nombre de León XIV.
La decisión fue revelada tras el tradicional humo blanco que emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que los cardenales alcanzaron el consenso necesario durante el cónclave celebrado en el Vaticano.
Prevost, de origen estadounidense y prefecto del Dicasterio para los Obispos, sucede al papa Francisco, marcando el inicio de una nueva etapa para la Iglesia católica. Con una sólida trayectoria pastoral y académica, el nuevo pontífice asume el liderazgo en medio de retos globales como la crisis de fe, el avance de la secularización y los desafíos sociales y ambientales que enfrenta el mundo contemporáneo.
Miles de fieles se congregaron en la Plaza de San Pedro para presenciar el momento histórico y escuchar las primeras palabras del nuevo papa, quien se espera dirija su primer mensaje oficial en las próximas horas.
La elección de León XIV ha generado expectativas sobre el rumbo que tomará la Iglesia bajo su guía, en particular por su enfoque pastoral, su formación intercultural y su experiencia misionera en América Latina.
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El Colegio Cardenalicio elige al sucesor del papa Francisco

Este jueves, el Colegio Cardenalicio alcanzó un acuerdo y eligió al nuevo pontífice que sucederá al papa Francisco, marcando así una nueva etapa para la Iglesia católica.
La elección se llevó a cabo tras una serie de deliberaciones a puerta cerrada en el cónclave celebrado en la Ciudad del Vaticano. Hasta el momento, no se ha dado a conocer la identidad del nuevo papa, pero se espera que el anuncio oficial se haga en las próximas horas desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
Esta histórica decisión se produce tras la renuncia o fallecimiento del papa Francisco, y representa un momento clave para el futuro del catolicismo a nivel mundial.
Noticia en desarrollo…
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Decenas de muertos en los peores enfrentamientos entre India y Pakistán en dos décadas

Las hostilidades estallaron tras un atentado el 22 de abril en Pahalgam, en la parte india de Cachemira que causó 26 muertos. Nueva Delhi responsabiliza de la acción a Islamabad, que lo niega.
Cachemira es una región de mayoría musulmana dividida entre ambos países desde que se independizaron de Reino Unido en 1947.
El atentado estuvo seguido por días de disparos con armas ligeras en la frontera de facto entre ambos territorios, y amenazas de una acción militar india como represalia.
En la noche del martes al miércoles, el gobierno indio anunció «ataques aéreos de precisión» en la Cachemira pakistaní y el estado fronterizo de Punyab. La acción destruyó «nueve campamentos terroristas», según India.
«La represalia ya ha empezado», dijo el ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Asif, a AFP. «No tardaremos en igualar el marcador», advirtió.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió frenar las hostilidades. «Quiero que se detengan», declaró en la Casa Blanca.
Los misiles indios, que cayeron en seis ciudades de la Cachemira pakistaní y el Punyab, y los tiros de artillería dejaron 31 muertos y 57 heridos, indicó el último balance del ejército de Islamabad. El anterior balance daba cuenta de 26 civiles fallecidos.
Un portavoz del ejército pakistaní explicó que el aumento del número de muertos se debía a los disparos no provocados de India en la línea de demarcación y a las violaciones del alto el fuego.
«Vi que llovían proyectiles»
El ministro indio de Defensa, Rajnath Singh, insistió en que los «objetivos» fueron «destruidos con gran precisión» y aseguró que «la población civil […] no se veía afectada».
Su homólogo pakistaní, Khawaja Asif, acusó sin embargo al primer ministro indio, el nacionalista hindú Narendra Modi, de lanzar estos ataques para «impulsar» su popularidad en su propio país, y aseveró que Pakistán ya respondió a los ataques.
El portavoz militar, Ahmed Chaudhry, aseguró que sus fuerzas habían abatido cinco aviones de combate indios y un dron en el espacio aéreo de India.
Según Nueva Delhi, al menos 12 personas murieron y 38 resultaron heridas en la localidad india de Poonch por fuego de artillería pakistaní.
«Nos despertamos cuando escuchamos el ruido de los disparos», dijo Farooq, vecino de esta ciudad fronteriza, a la agencia de noticias Press Trust of India.
«Vi que llovían proyectiles», aseguró desde su cama de hospital.
Hacía días que se esperaba una respuesta militar de India al ataque del 22 de abril, que no fue reivindicado pero que Nueva Delhi vincula al grupo yihadista Lashkar-e-Taiba (LeT), radicado en Pakistán.
La organización, designada como terrorista por la ONU, es sospechosa de unos atentados en 2008 en Bombay que dejaron 166 muertos.
Poco después de los bombardeos, el ejército indio acusó a las fuerzas rivales de lanzar fuego «indiscriminado» de artillería a lo largo de la Línea de Control, la frontera de facto que divide Cachemira.
El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, afirmó que el ataque indio fue «cobarde» y «no provocado».