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Niño todavía ve y juega con su hermanito, quien murió de leucemia
Despedirse de un familiar cercano para siempre es un momento sumamente difícil. Sin embargo, ellos nos siguen acompañando aún después de la muerte, porque viven en nuestras mentes y corazones. Por eso Lucca sigue viendo a su hermanito y jugando con él, como si nunca hubiera partido a mejor vida.
La madre de ambos, Kassady Bingham, relató que el pequeño entró muy emocionado a su habitación para contarle algo muy importante: seguían jugando juntos como los tiernos hermanos que son. Para él Milo nunca se fue y siempre están juntos.
Antes Lucca le había dicho a su padre que Miwo, como le dice en tono de cariño a su hermanito menor, que no había muerto sino que jugaba con él. Tal parece que para este niño la conexión con su hermano es tan fuerte que aún lo siente vivo.
El pequeño fue diagnosticado con leucemia a muy temprana edad y solo logró sobrevivir poco más de 1 año, hasta morir el pasado 23 de febrero de 2020. Sin embargo, la familia para nada lo olvida y siempre lo sienten presente.
«Milo fue a su casa con Jesús esta mañana. No perdió su batalla, ganó la mayor recompensa; curación celestial. Nunca he sentido un dolor como este. Estoy demasiado desconsolado para decir algo más. Gracias a todos por su amor y apoyo», comentó su madre en ese momento.
Kassady también ha compartido distintas fotografías en sus redes sociales con sus pequeños, haciendo vivir la memoria del chiquillo. En una de las publicaciones se puede ver a Lucca dándole un último beso a su hermano en la frente, antes de despedirse para siempre. Ella celebra cada mes que el bebé cumpliría para así no olvidarlo nunca.
Aunque el dolor se apodera de la familia en estos momentos tan fuertes, ellos encuentran fortaleza en que el pequeño los acompaña de manera espiritual.
Nota de: UPSOCL
Principal
«Por favor, ayúdeme»: La dolorosa grabación de una mujer que habló al 911 antes de morir con su hija en el desierto de EE.UU.
Una mujer colombiana y su hija fallecieron cuando intentaban cruzar por el desierto del estado de Arizona (al sur de EE.UU.) para reencontrarse con el padre de familia. El hijo menor que las acompañaba fue testigo del fallecimiento de su madre y su hermana.
Los servicios de emergencia recibieron la llamada de auxilio de Claudia Marcela Pineda, quien se encontraba con su hija, de once años, y su hijo, de dos, en medio de las condiciones extremas del desierto de Arizona, en el sur del EE.UU., muy cerca de la frontera con México.
«Por favor, ayúdeme», se escucha decir a Pineda en la llamada telefónica que fue difundida por Telemundo. El operador del servicio de emergencias le pregunta a la mujer si está con más personas, a lo que ella responde que con «dos niños».
En seguida, Pineda comenta desesperada: «Por favor, ayúdeme, me voy a desmayar». El audio se ve interrumpido por la voz de la niña, quien al borde del llanto, dice: «Mami, tengo hambre».
El operador del 911 le pregunta a la mujer colombiana si tiene WhatsApp, y cuando ella le responde de manera afirmativa, el hombre le pide que comparta sus coordenadas geográficas vía mensaje de texto.
Fallecimientos
Eso fue lo último que se supo de la familia Pineda, hasta que oficiales de la Patrulla Fronteriza del condado de Yuma encontraron los cuerpos de la mujer y su hija, mientras que rescataron con vida a un niño que sufría de agotamiento por el calor.
Los hechos habrían ocurrido el pasado jueves 26 de agosto, cuando las autoridades estadounidenses notificaron al Consulado colombiano de Los Ángeles (California) sobre el hallazgo de dos cuerpos sin vida en el área desértica de Levee Road y County.
El viernes 27, la Cancillería colombiana notificó sobre el hecho, detallando que el niño fue rescatado con vida y había sido puesto en custodia en un centro de menores hasta que se definiese su situación legal.
Solo su hijo «se salvó»
El padre de familia Hugo Pinzón lamentó entre lágrimas que su mujer «venía buscando un mejor futuro para sus hijos y no lo logró».
En entrevista con el citado medio, Pinzón afirmó que hará lo posible para que le entreguen a su hijo Christian David, el único de su familia «que se salvó» de morir. El padre hizo un llamado a la Cancillería colombiana para que le ayuden a repatriar los cuerpos de su esposa y su hija.
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“Fue horrible”: sufre convulsiones porque le pusieron droga en su bebida
Essex, Inglaterra: Una mamá compartió un impactante video en el que su hija de 18 años, convulsiona como si estuviera poseída.
Según se dijo, después de beberse un trago que le ofreció un desconocido en una discoteca de Southend; la joven Millie “N”, quien ya se encuentra recuperada del terrible episodio, contó que se fue de fiesta con sus amigos.
Pero en el transcurso de la noche, un hombre de 20 años se le acercó y entablaron conversación; luego de varias horas, el sujeto le ofreció una bebida que supuestamente era vodka con limonada, se la tomó y su pesadilla comenzó.
“Había un tipo con un grupo de personas que conocía; no puedo estar segura de que fuera él, pero la bebida que me dio fue la única que tomé”, aseguró la joven.
“Todos nos llevábamos bastante bien, tomé un par de sorbos de la bebida y fui al área de fumadores; regresé, sentí que había tomado demasiado y luego salí a la calle para vomitar”, agregó.
La chica sintió que perdió rápidamente la capacidad para hablar o caminar, pero afortunadamente logró pedir ayuda a sus amigos; ellos se comunicaron con su hermana mayor, Sadie “N” de 28 años, quien fue a buscarla y la llevó de urgencia al hospital.
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Obligan a un hombre de 81 años a dejar la cabaña en la que vive desde hace casi 30 años en un remoto bosque de EE.UU.
David Lidstone, de 81 años, permanece arrestado desde el pasado 15 de julio, acusado de ocupar ilegalmente una cabaña durante 27 años en un bosque de Canterbury, en New Hampshire (EE.UU.), informa AP.
‘River Dave’, como lo conocen los navegantes y kayakistas del río Merrimack, vivía completamente solo en una cabaña cubierta con paneles solares y rodeada por un bosque. «Él es un hombre verdaderamente solidario y solo escogió vivir fuera del sistema», afirmó Jodie Gedeon, una kayakista amiga de Lidstone.
Los amigos y conocidos del anciano quieren que Lidstone se quede con la cabaña, por lo que han recogido firmas y han organizado una colecta para pagar los impuestos de la propiedad. «Se trata realmente de humanidad, se trata realmente de compasión, empatía… él no está lastimando a nadie», agrega Gedeon.
El juez de la Corte Superior del Condado de Merrimack, Andrew Schulman, admite que Lidstone no ha hecho daño a nadie, pero sostiene que la ley está de parte del propietario de la tierra. Además, el problema va más allá de permitir o no que Lidstone se quede con la cabaña, ya que la precaria edificación viola todas las regulaciones urbanísticas y ambientales locales y estatales.
Lidstone sostiene que hace unos años el dueño de la propiedad —en posesión de una sola familia desde 1963— le dio permiso para vivir en ella. Sin embargo, Leonard Giles, el actual propietario, inició un proceso legal en el 2016 para desalojarlo. Curiosamente, Lidstone dice que a Giles lo obligan a realizar todo este proceso y esgrime que su cabaña no es ninguna casa, sino un campamento de cacería.
Lidstone lleva casi un mes entre rejas, pero puede recuperar su libertad si acepta irse de la cabaña, si la cabaña es demolida por Giles o si pasa más de 30 días en la cárcel. Él asegura que prefiere pudrirse en la cárcel antes que abandonar su cabaña.