Connect with us

ENTREGA ESPECIAL

“Amigo: ¿me regalaría un plato de comida? Tengo dos días de no comer”… en medio de la crisis del Covid-19, un grupo de salvadoreños ayudó a uno de los sectores más olvidados

Publicado

el

Una llamada poco usual a la Sala de Redacción de Diario Digital Cronio fue la alerta e inicio de esta historia.

Desde el ofrecimiento de $300 por familia que hizo el Gobierno para paliar la crisis de desempleo y hambre, lo general es que las personas llamen a la Redacción para solicitar ayuda y verificar si son beneficiarios, piden se les explique qué hacer para recibir la ayuda y hasta expresan que se debe garantizar que ese dinero, en verdad, llegue a manos de los particulares que en verdad lo necesitan.

Pero, contrario a esa gran mayoría de pedidos de orientación y apoyo, ayer la llamada fue distinta. Se indicaba que un grupo de salvadoreños, “amigos todos”, estaban dispuestos a ayudar a uno de los sectores más olvidados de nuestra gente: los que no tienen casa propia, los que sobreviven con limosnas, los que son dueños de lo único que visten y pueden dormir en cualquier rincón, sobre el piso, o, en el mejor de los casos, sobre pedazos de cartón o telas que han recogido en la calle.  

Todos son adultos, hay hombres y mujeres. Hay quienes parecen tener más de 60 o 70 años. Usan prendas gastadas y sucias, zapatos rotos. La mayoría tienen los rostros marcados por cientos de arrugas que parecen competir en número con los pelambres enmarañados en sus cabezas.

A todos los ha unido el mismo destino para que pasen sus días o noches en los antiguos portales de Santa Tecla, en alguna calle céntrica o en el dormitorio público que administra la Fundación Salvadoreña de la Tercera Edad (Fusate).  

Corazones nobles

Con la crisis en ciernes del Covid-19 en El Salvador, muchos salvadoreños están motivados a ayudar a sus hermanos menos favorecidos y este fue el caso de lo vivido, apenas ayer (31 de marzo) en Santa Tecla.

La llamada recibida a nuestra Sala de Redacción daba cuenta de ese noble gesto. Los distinguía como un “grupo de amigos”, “de años atrás”, que se había organizado junto a sus parejas e hijos para brindar la ayuda que les fuera posible. De sus nombres no hay pistas. El propósito era ayudar. 

La tarea parecía simple: dar de comer a personas que en estos momentos no son tomadas en cuenta por instituciones, dada la saturación de todos los sistemas de protección y ayuda, para los afectados directos del Covid-19. 

Fue así como, escogida una de las casas de los amigos como centro de operaciones, se procedió a preparar los alimentos que estuvieran disponibles. Se cocinaron huevos, frijoles molidos, salsa especial de tomate, queso, crema, plátano, tortillas y “frescos” abundantes para acompañar cada plato. 

Por la cuarentena nacional que vive el país, se tomaron en cuenta todas las medidas sanitarias, además de las exigidas en la preparación de alimentos.

Las raciones se depositaron en desechables y ya listos todos, inició la tarea de repartirlos. 

Luego nos trasladamos por algunas calles del centro de Santa Tecla para darle comida a indigentes.

El recorrido

Diario Digital Cronio acompañó de principio a fin esta obra de solidaridad. El “grupo de amigos”, profesionales de distintas ramas, demostró tener un corazón inmenso.

Con ayuda de dos vehículos, y guardando las disposiciones de las autoridades, la comida se entregó poco a poco a los más necesitados. “Los Portales” fueron el primer destino. Algunos de los que se mantienen en el lugar no daban crédito a lo que pasaba: al principio se mantuvieron expectantes, pero en cuestión de minutos hicieron una fila (evitando aglomeración) para recibir su comida.  

Luego, fueron distintas calles céntricas. El común denominador era gente en condición de calle, sola o en grupos.

Luego nos trasladamos por algunas calles del centro de Santa Tecla para darle comida a indigentes.

Al final, se decidió ir a un lugar muy especial. Un dormitorio público para adultos mayores dirigido por Fusate. La sonrisa de los ancianitos al ver que desconocidos les llevaban algo de comer fue de gran emoción para todos. Con un poco de desorden al inicio, que provocó que se abalanzaran al portón cerrado para recibir su plato, todo volvió a la calma al pedirles que se organizaran.

Como era de esperarlo, los platos no fueron suficientes. Hay muchos abuelitos y abuelitas en ese lugar. Pero no cabe duda que todos disfrutaron un poco al decidir ellos mismo compartirse alguna porción de la comida recibida.  

En el asilo, sin duda, las sonrisas y los ojos de alegría de los ancianitos fueron los mejores regalos en tiempos del coronavirus.

Un joven que estaba en la calle se acercó y dijo: «Amigo: ¿me regalaría un plato de comida? Tengo dos días de no comer y tengo mucha hambre». De inmediato, recibió su ración para que esa noche, al menos, no se acostara de nuevo con el estómago vacío.

ENTREGA ESPECIAL

¿Quién es el Viejo Lin?

Publicado

el

Carlos Ernesto Mojica Lechuga, alias “El Viejo Lin”, nació en El Salvador y pasó gran parte de su juventud en Estados Unidos, hasta ser deportado en la década de los 90.

A su regreso, se convirtió en figura clave de la pandilla Barrio 18, importando desde Los Ángeles las estrategias y la cultura marera.

A inicios del siglo XXI, se posicionó como uno de los líderes más temidos, con un historial marcado por crímenes atroces, como torturas y desmembramientos, incluyendo el asesinato de una joven de 16 años, que evidenció su control brutal sobre la estructura criminal.

Desde prisión, ascendió a palabrero de los Sureños, una de las facciones más poderosas de Barrio 18, y mantuvo el mando coordinando finanzas, homicidios y extorsiones.

Incluso llegó a compartir escenario con líderes de la MS-13 al anunciar una reducción de homicidios durante la tregua entre pandillas

En ese periodo, su discurso dejó entrever una ambición inusual: el deseo de incursionar en la política.

Se presentó ante medios y mediadores como un actor dispuesto a “redimirse”, expresando su sueño de convertirse en político y representar un cambio, aunque esa aspiración nunca se concretó.

Continuar Leyendo

ENTREGA ESPECIAL

Ella es Rute Cardoso, la esposa del futbolista Diogo Jota y madre de sus tres hijos: así fue su historia de amor

Publicado

el

Rute Cardoso, esposa del futbolista portugués Diogo Jota y madre de sus tres hijos, ha sido una figura clave en la vida del jugador del Liverpool, con quien compartió más de una década de relación. La pareja comenzó su historia de amor en 2013, cuando ambos eran estudiantes en Portugal, y desde entonces construyeron una sólida relación basada en el apoyo mutuo.

En 2017, Rute se trasladó con Jota a Inglaterra tras su fichaje por el Wolverhampton Wanderers, acompañándolo en su carrera profesional. Tras nueve años de relación, el futbolista le propuso matrimonio en 2022 y, finalmente, se casaron en junio de 2025, apenas unas semanas antes de la tragedia que acabó con su vida.

La pareja ya había formado una familia: su primer hijo nació en 2021, el segundo en 2023 y una hija en noviembre de 2024. A pesar de sus compromisos deportivos, Diogo Jota se destacó por su dedicación como padre y esposo. En una de sus últimas publicaciones, compartió un video con imágenes de su boda, acompañado por el mensaje: “Un día que nunca olvidaremos”.

El futbolista falleció este jueves 3 de julio, a los 28 años, en un accidente de tránsito ocurrido en la provincia de Zamora, España, donde también perdió la vida su hermano menor, André Silva. La noticia ha conmocionado al mundo del deporte y ha dejado un vacío profundo en su familia y seguidores.

Continuar Leyendo

ENTREGA ESPECIAL

FOTOS | Se cumplen 17 años de la tragedia de la Málaga que cobró la vida de 32 personas de la iglesia Elim

Publicado

el

Este 3 de julio se conmemoran 17 años de una de las tragedias más dolorosas provocadas por la naturaleza en la historia reciente de El Salvador: el arrastre de un autobús por la repunta del río Arenal de Monserrat, en las cercanías de la colonia La Málaga, que dejó 32 víctimas mortales.

El suceso ocurrió la noche del jueves 3 de julio de 2008, cuando un autobús con 33 miembros de la Iglesia Misión Cristiana Elim retornaba a sus hogares tras una actividad religiosa. Cerca de las 8:00 p. m., la repentina crecida del río alcanzó al vehículo, provocando que el motor se apagara y quedara a merced de la corriente.

En el bus viajaban niños, mujeres y adultos mayores. En medio del caos, dos jóvenes intentaron escapar trepando al techo del autobús, pero solo uno de ellos, Fabricio Montoya, logró sobrevivir gracias a un lazo que un vecino le lanzó desde un punto seguro.

El resto de los ocupantes fueron arrastrados por la fuerte corriente. El primer día solo se recuperaron la mitad de los cuerpos, mientras que las demás víctimas fueron encontradas en los días siguientes, en distintos puntos a lo largo del cauce del río y sus afluentes.

La tragedia de La Málaga se convirtió en un símbolo del riesgo que representan las lluvias intensas para comunidades asentadas cerca de ríos y quebradas. Años después, sigue siendo un recordatorio de la importancia de la prevención y la respuesta rápida ante emergencias de origen natural.

Continuar Leyendo

Publicidad

Lo Más Leído