Al menos 516 personas han muerto, incluidos 83 civiles víctimas de ejecuciones sumarias, durante los enfrentamientos registrados en los últimos días en la provincia de Sueida, al sur de Siria, según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), organización con sede en Reino Unido que cuenta con una amplia red de informantes en el terreno.
Los combates estallaron el pasado domingo entre tribus beduinas sunitas y milicianos drusos, tras el secuestro de un comerciante de verduras perteneciente a esta minoría. La violencia escaló rápidamente, llevando al gobierno sirio a desplegar tropas para intentar restablecer el orden. Sin embargo, múltiples denuncias acusan a las fuerzas estatales de cometer ejecuciones extrajudiciales y saqueos en la zona.
El presidente sirio Ahmed al Sharaa, quien lidera un gobierno interino tras el derrocamiento de Bashar al Asad en diciembre pasado, ordenó este jueves la retirada de sus tropas de Sueida para evitar una «guerra abierta» con Israel. El mandatario delegó la seguridad de la región en los jeques drusos y facciones locales, afirmando que su prioridad es evitar «el caos y la destrucción».
Con la retirada del ejército sirio, habitantes de Sueida salieron a las calles y constataron la magnitud del daño. Un corresponsal de la agencia AFP reportó la presencia de al menos 15 cadáveres en el centro de la ciudad, aunque no pudo confirmar si eran civiles o combatientes. Testigos describieron escenas de devastación: vehículos quemados, tanques destruidos y cuerpos sin vida en la vía pública.
Israel, que se opone firmemente a cualquier presencia militar siria cerca de su frontera, respondió con una serie de bombardeos en distintas regiones del país, incluyendo Damasco. Uno de los ataques alcanzó el cuartel general del ejército sirio. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró este jueves que el alto el fuego se logró «por la fuerza» tras los operativos aéreos.
El gobierno israelí sostiene que su intervención fue para proteger a la comunidad drusa, una minoría de origen chiita con elementos esotéricos, que históricamente ha sido perseguida y marginada. Antes del inicio del conflicto armado en 2011, la población drusa en Siria se estimaba en unos 700,000 habitantes, la mayoría concentrados precisamente en Sueida.
Las autoridades sirias completaron el retiro de sus tropas en la madrugada del jueves. En un mensaje televisado, Al Sharaa recalcó que su decisión busca evitar una nueva escalada y ceder espacio a soluciones locales, en medio de una frágil paz impuesta por presión militar externa.
La situación sigue siendo volátil en el sur de Siria, mientras se espera que la comunidad internacional reaccione ante las denuncias de violaciones a los derechos humanos y la posibilidad de una nueva oleada de violencia sectaria en la región.
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