Ciencia
Científicos describen seis tipos diferentes de COVID-19
Desde hace unas semanas, investigadores de la universidad pública King’s College de Londres (Inglaterra) empezaron a recopilar datos sobre pacientes contagiados con el nuevo coronavirus.
Para ello, utilizaron una aplicación llamada «Covid symotom study app» que les permitió hacer un análisis de los síntomas presentados por las personas que desarrollaron covid-19, la enfermedad producida por el virus.
Encontraron que este padecimiento se puede clasificar en seis tipos, que difieren, sobre todo, en la gravedad de los síntomas. Según señalaron, algunos podrían ser más fuertes que otros y los pacientes que los padecen podrían requerir de una hospitalización o de asistencia respiratoria dependiendo de qué clase de covid-19 presentes.
«Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para la atención y el monitoreo de las personas que son más vulnerables a covid-19 grave», dijo la doctora Claire Steves, del King’s College de Londres.
El estudio añade que son tres los síntomas típicos de la covid-19: tos continua, fiebre y pérdida del sentido del olfato (también conocida como anosmia). Sin embargo, hay una amplia gama de manifestaciones de la enfermedad, y que van desde la pérdida del apetito hasta la diarrea.
Los científicos explicaron que para identificar qué síntomas pueden ir juntos se usó una metodología automatizada.
«El equipo de investigación utilizó un algoritmo de aprendizaje automático para analizar datos de un subconjunto de alrededor de 1.600 usuarios en el Reino Unido y EE.UU.«, escribieron.
Todas las personas que aportaron su información desarrollaron covid-19 entre los meses de marzo y abril. Para apoyar el estudio, registraron con regularidad cuáles eran sus síntomas.
Con los resultados, los científicos encontraron que había seis clasificaciones de la enfermedad. Estos datos los pusieron a prueba con la información entregada por otras 1.000 personas en países como Suecia, Estados Unidos y Reino Unido.
Los seis tipos de la enfermedad.
-Parecida a la gripa, pero sin fiebre: estos pacientes reportan dolor de cabeza, anosmia, tos, dolor muscular y dolor de pecho. Probabilidad de necesitar ayuda respiratoria: 1,5%.
-Parecida a la gripa y con fiebre: estas personas reportan dolores de cabeza, anosmia, tos, dolor de garganta, voz ronca, fiebre y pérdida del apetito. Probabilidad de necesitar ayuda respiratoria: 4,4%.
-Gastrointestinal, sin tos: quienes sufren este tipo de covid-19 presentan dolor de cabeza, anosmia, pérdida del apetito, diarrea y dolor de garganta y de pecho. Probabilidad de necesitar ayuda respiratoria: 3,3%.
-Nivel uno severo, con fatiga: estos pacientes pueden estar más graves que los que reportan los tipos de enfermedad anteriores. Pueden desarrollar dolor de cabeza, pérdida del olfato, tos, fiebre, voz ronca, dolor en el pecho y fatiga. Probabilidad de necesitar ayuda respiratoria: 8,6%.
-Nivel dos severo, con confusión: pacientes con dolor de cabeza, anosmia, pérdida del apetito, tos, fiebre, voz ronca, dolor de garganta y de pecho, fatiga, confusión y dolor muscular. Probabilidad de necesitar ayuda respiratoria: 9,9%.
-Nivel tres severo, con molestias respiratorias y abdominales: en esta categoría entran las personas que tienen dolor de cabeza, anosmia, pérdida del apetito, tos, fiebre, voz ronca, dolor de garganta y de pecho, fatiga, confusión, dolor de músculos, dificultad para respirar, diarrea y dolor abdominal. Probabilidad de necesitar ayuda respiratoria: 19,8%.
Los investigadores también apuntaron que algunas manifestaciones de la enfermedad «como la confusión, el dolor abdominal y la dificultad para respirar, no se conocen ampliamente como síntomas de covid-19, pero son características de sus formas más graves».
Ciencia
Científicos logran curar la diabetes tipo1 en ratones
Científicos de la Universidad de Stanford, liderados por Seung K. Kim, lograron curar la diabetes tipo 1 en ratones mediante un innovador trasplante combinado de células madre sanguíneas e islotes pancreáticos de donantes inmunológicamente incompatibles.
Con estos ensayos realizados en un tiempo de seis meses, lograron reiniciar el sistema inmunitario para detener el ataque autoinmune a las células productoras de insulina sin necesidad de fármacos inmunosupresores crónicos ni insulina exógena.
Este avance, publicado en el Journal of Clinical Investigation y basado en estudios previos del equipo, previene el rechazo de injertos y la destrucción de células beta en 19 de 19 ratones sanos y 9 de 9 con diabetes establecida.
Este resultado es un logro prometedor que abre la oportunidad de aplicarla en los humanos para eliminar riesgos de inmunosupresión y extenderse a otras enfermedades autoinmunes como artritis o lupus.
Ciencia
Nueva revisión de la Biblioteca Cochrane concluye que los cigarrillos electrónicos ayudan a dejar de fumar
Una nueva actualización de la prestigiosa Biblioteca Cochrane, considerada el estándar de oro en revisiones de evidencia médica, refuerza que los cigarrillos electrónicos con nicotina duplican prácticamente las probabilidades de abandonar el tabaco tradicional durante al menos seis meses en comparación con los métodos clásicos de reemplazo de nicotina (parches, chicles o inhaladores) y superan también a los vapes sin nicotina.La décima edición de esta revisión sistemática, publicada hoy, incorpora 104 estudios con datos de más de 30.000 fumadores adultos que intentaron dejar el cigarrillo convencional. Es la actualización más completa realizada hasta el momento y añade 14 nuevos ensayos clínicos respecto a la versión de enero de 2025.
Por cada 100 personas que usan cigarrillos electrónicos con nicotina:
entre 8 y 11 logran dejar de fumar durante al menos seis meses.
Con terapia de reemplazo de nicotina tradicional: solo 6 lo consiguen.
Con cigarrillos electrónicos sin nicotina: también 6.
Sin apoyo o solo con apoyo conductual: apenas 4.
Los autores califican como “evidencia de alta certeza” la superioridad de los vapes con nicotina frente a la terapia de reemplazo tradicional, y como “evidencia de certeza moderada” su ventaja sobre los vapes sin nicotina.
¿Por qué funcionan mejor?
Los investigadores explican que los cigarrillos electrónicos replican mejor el ritual y la entrega rápida de nicotina al cerebro, algo que los parches y chicles no logran con la misma eficacia. Además, destacan que los dispositivos más modernos (pods y sistemas de sales de nicotina) administran la nicotina de forma aún más eficiente que los modelos antiguos utilizados en muchos de los estudios ya incluidos.Precisamente por eso, Cochrane subraya la necesidad de nuevos ensayos con estos dispositivos de última generación: “Una mejor administración de nicotina podría traducirse en tasas de abandono todavía mayores”.
“Los cigarrillos electrónicos con nicotina aumentan las probabilidades de dejar de fumar en comparación con la terapia de reemplazo de nicotina o con los cigarrillos electrónicos sin nicotina. Los responsables de políticas públicas y los profesionales sanitarios deberían tener en cuenta estos datos a la hora de regular y recomendar herramientas para reducir el tabaquismo”, resume la revisión.
La Biblioteca Cochrane seguirá actualizando esta revisión a medida que aparezcan nuevos estudios, especialmente sobre los dispositivos de nueva generación que dominan actualmente el mercado.
Ciencia
Se abre en Ginebra una nueva oportunidad para un tratado contra la contaminación plástica
Del océano al cuerpo humano, ¿comenzará el planeta a «desplastificarse» a orillas del lago de Ginebra?
Representantes de unos 180 países se reúnen desde el martes en Suiza para una nueva y crucial ronda diplomática que ambiciona el primer tratado mundial para eliminar la contaminación plástica.
En un contexto de fuertes tensiones geopolíticas y comerciales, esta sesión adicional de diez días, denominada INC-5.2, fue convocada tras el fracaso en diciembre de la ronda celebrada en diciembre en Corea del Sur, presidida por el diplomático ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso.
Un grupo de países productores de petróleo bloqueó entonces cualquier avance, y hay mucho en juego.
Si no se hace nada, el consumo mundial de plástico podría triplicarse de aquí a 2060, según las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Además, la cantidad de residuos plásticos en el suelo y en los cursos de agua, desde las cimas de las montañas hasta los océanos, se duplicará en 2040, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que coordina las negociaciones de la ONU.
La situación es aun más dramática: el planeta produce actualmente 460 millones de toneladas de plástico al año, la mitad de las cuales son de un solo uso. Y recicla menos del 10% de los residuos plásticos.
Al descomponerse en micro y nanoplásticos que contaminan los ecosistemas, los polímeros penetran en la sangre y los órganos humanos, según estudios recientes.
Las consecuencias, aún desconocidas en gran medida para la salud de las generaciones actuales y futuras, son denunciadas por un grupo de unos 450 científicos de 65 países que siguen los debates.
«Bosquejo» de tratado
A pesar de la extrema complejidad de la negociación, que afecta a intereses antagónicos -productos químicos o desarrollo económico frente a medioambiente y salud-, «es muy posible salir de Ginebra con un tratado», declaró esta semana a la prensa la danesa Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
El ecuatoriano Valdivieso publicó tras el fracaso anterior en la ciudad surcoreana de Busan un proyecto de texto con más de 300 puntos de desacuerdo que deberán negociarse hasta el 14 de agosto, antes de llegar a un tratado.
Lo más difícil es incluir (o no) una limitación de la producción de plásticos nuevos, señala Saeed Hamid, miembro de una coalición que agrupa a 39 Estados insulares. Países petroleros como Arabia Saudí, Irán o Rusia no quieren ni oír hablar de esa posibilidad.
Otro punto espinoso es la elaboración de una lista de productos químicos considerados «problemáticos» para la salud o el medioambiente: los PFAS -conocidos como ‘contaminantes denominados eternos’-, los disruptores endocrinos, los ftalatos y los bisfenoles, entre otros.
«Nadie quiere ver un INC-5.3, nadie. (…) Así que la vía de escape más probable es un bosquejo al que se le llamará tratado, pero que necesitará financiación, agallas y alma para ser realmente eficaz», dijo a la AFP Bjorn Beeler, director de la Red Internacional de Eliminación de Contaminantes (IPEN), con sede en Suecia.
«El contexto es difícil», añadió una fuente diplomática bajo anonimato, «ya que no se puede descartar por completo lo que está sucediendo en otros ámbitos del multilateralismo, como el nuevo papel de Estados Unidos o los BRICS, que están trabajando para reorganizarse».








