Tecnología
Conozca la historia de la estudiante que por error creó una batería capaz de superar los 400 años de vida

Las baterías eléctricas hace décadas que cambiaron el mundo. La nula dependencia de un toma corriente ha permitido acceder a nuevas facilidades a la hora de utilizar aparatos electrónicos.
Buenos ejemplos de ello nos lo muestran la industria del automóvil y, adicionalmente, el automóvil eléctrico. ¿Qué sería de la movilidad sostenible sin la posibilidad de contar con conjuntos de baterías? Mucho se ha avanzado en la materia y, sin duda alguna, nos encontramos ante una tecnología diferencial en lo que se refiere a innovación.
Entre las múltiples propuestas que se han podido desarrollar, cabe destacar proyectos de distinta clase. Hace un tiempo vimos cómo cargar una batería al 100% de su capacidad en 3 minutos es posible, pero esto suele tener un problema generalizado: la degradación abultada de las baterías. Se trata de un problema que sigue siendo una variable que debe continuar puliéndose.
Una estudiante universitaria, sin embargo, parece haber conseguido dar con la clave. ¿Es posible disfrutar de una batería con una vida útil próxima a los 400 años? Esto es justo lo que parece haber logrado mientras realizaba una serie de pruebas en el laboratorio.
Esta es la historia de cómo una joven ha conseguido revolucionar el mercado de las baterías a través de una solución diferencial y claramente innovadora.
Así ha sido posible gozar de una batería capaz de superar los 400 años de vida
La estudiante universitaria Mya Le Thai, al mismo tiempo que realizaba una serie de estudios de investigación, comprobó cómo lograba un importante avance en materia de innovación.

La solución se basaba en un nanocable de oro incorporado en gel de electrolito. La inclusión de esta solución, en detrimento del litio, ha sido fundamental para obtener mejoras en términos de vida útil en la batería. Se trata de un importante avance que puede ser objeto de estudio en el medio y largo plazo.
Aun así, ¿por qué se ha conseguido este importante avances en esta materia?
De acuerdo con el portal especializado Recor Batteries, se ha podido conocer cómo, tras 200.000 ciclos de uso, únicamente se ha producido una pérdida del 5% del total de la vida útil de la batería. Esto ha permitido establecer una potencial vida útil de unos 400 años si se continuase la investigación.
Todo ello ha sido posible utilizando, simplemente, un cambio sustancial en uno de los componentes. Para poder entender el increíble avance de esta tecnología, un ordenador portátil común puede llegar a soportar en torno a 300-500 ciclos dependiendo del uso que se haga y de las medidas de seguridad y protección utilizadas.
Lo más curioso del caso es que este importante avance es que fue posible por simple casualidad. Esta investigación permite comprender cómo se esperan importantes líneas de investigación adicionales para obtener registros superiores a los actuales. Aun así, todavía es pronto para ver este tipo de propuestas en el mercado, ya que deben realizarse múltiples pruebas para saber si su éxito puede tener un gran recorrido.
De hecho, el principal obstáculo para entender una posible estandarización radica en el propio precio del oro. Este elemento de la tabla periódica, en un momento macroeconómico como el actual, está gozando de unos precios muy notables. Esto hace que su potencial comercialización pueda no estar lo suficientemente garantizada a un bajo costo.
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Científicos húngaros crean un tetraedro único que podría revolucionar el aterrizaje de naves espaciales

Investigadores de la Universidad de Tecnología y Economía de Budapest, junto con la Red de Investigación Húngara y expertos internacionales, presentaron este miércoles un objeto geométrico innovador que podría inspirar nuevas tecnologías para el aterrizaje de sondas espaciales.
Se trata de un tetraedro especialmente diseñado, denominado “Bille”, que posee una propiedad física excepcional: sin importar cómo se coloque sobre una superficie plana, siempre vuelve a reposar sobre la misma cara. Este comportamiento es similar al de un juguete tentetieso y confirma una hipótesis matemática planteada en 1984 por el matemático británico John Conway, que hasta ahora no se había logrado materializar.
El proyecto estuvo liderado por el estudiante húngaro de arquitectura Gergo Almadi y el profesor Gabor Domokos, matemático y codescubridor del “Gömböc”, un cuerpo geométrico con un único punto de equilibrio. El equipo contó además con la colaboración del profesor Robert Dawson, de la Universidad Saint Mary’s en Canadá.
El tetraedro “Bille” fue construido con tubos ultraligeros de fibra de carbono y un núcleo de carburo de tungsteno para lograr el desequilibrio de masa necesario para su funcionamiento. Durante la presentación, los investigadores demostraron en vivo la capacidad del objeto para enderezarse automáticamente tras ser colocado de cualquier forma.
Domokos destacó que este avance “es mucho más que una curiosidad matemática”, ya que sus principios podrían facilitar el diseño de sondas espaciales que recuperen de forma natural una posición vertical tras aterrizar, evitando incidentes como la volcadura de sondas lunares recientes de Japón y Estados Unidos.
“A diferencia de las pruebas teóricas, este modelo funciona en el mundo real. Y eso es lo que lo hace realmente valioso”, concluyó el científico.
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China desarrolla microdron del tamaño de un mosquito para misiones de espionaje

China ha revelado un nuevo avance en tecnología militar que podría transformar el espionaje a nivel global: un microdron con apariencia de mosquito, diseñado para infiltraciones discretas en entornos sensibles.
El prototipo fue desarrollado por la Universidad Nacional de Tecnología de la Defensa (NUDT) y presentado en un reportaje del canal militar chino CCTV-7. Uno de los estudiantes del equipo, Liang Hexiang, explicó que el dispositivo busca operar sin ser detectado, replicando el comportamiento y la forma de un insecto real.
El dron cuenta con un cuerpo delgado, tres patas diminutas y dos alas semitranslúcidas, lo que le permite camuflarse en entornos hostiles e incluso ocultarse en la palma de una mano. Su diseño apunta a labores de inteligencia donde la discreción es esencial.
Además del modelo tipo mosquito, el equipo también mostró otros microdrones, incluyendo uno con cuatro alas batientes que puede ser controlado desde un teléfono móvil, optimizado para operar en espacios reducidos.
Los ingenieros detrás del proyecto señalaron que el principal reto tecnológico radica en la miniaturización de componentes clave como sensores, sistemas de navegación, comunicaciones y especialmente las baterías, que deben ser lo suficientemente pequeñas y potentes para garantizar la operatividad del dron sin comprometer sus funciones críticas.
Este desarrollo refuerza el interés de China en la inteligencia artificial y la robótica aplicada al ámbito militar, generando expectativas —y preocupaciones— en la comunidad internacional sobre sus posibles usos.