ENTREGA ESPECIAL
FOTOS: Llantos y abrazos en vigilia por las víctimas de matanza escolar en Texas

Foto: AFP
Ryan Ramirez asistió este miércoles en la ciudad texana de Uvalde a una vigilia por los 19 niños y dos adultos muertos la víspera durante el tiroteo en una escuela primaria de la localidad que le arrebató a su hija de 10 años, Alithia.

«Tengo el corazón roto ahora mismo», dijo a la prensa mientras su esposa lloraba en silencio y abrazaba a su otra hija.

«Ella era una verdadera artista» y aspiraba a la grandeza, dijo Ramírez, hojeando un portafolio de las coloridas pinturas de Alithia.

Los dolientes se abrazaban y lloraban mientras los familiares y amigos de los asesinados en la última masacre escolar de Estados Unidos se congregaron en las gradas y el suelo de un recinto ferial de la pequeña ciudad de Uvalde.

Algunas de las 1,000 personas reunidas llevaban retratos de las víctimas, otras abrazaban animales de peluche o dibujos, cada una luchando por entender el horror indescriptible de la víspera.
Figuras religiosas oraron en la vigilia bilingüe, donde el gobernador de Texas, Greg Abbott, dio un largo abrazo al alcalde de Uvalde, Ruben Nolasco.

«Horror y dolor»
Esmeralda Bravo acudió al recinto con una foto de su nieta Nevaeh, una de las víctimas mortales del tiroteo.
«Esto no tiene ninguna explicación; mi nieta no merecía esto. Era una niña buena, muy tímida y muy bonita», dijo a la prensa.
«Para mí significa muchísimo tener este apoyo de la comunidad, pero preferiría tener a mi nieta aquí conmigo».

Uvalde, una ciudad de unos 15,000 habitantes de mayoría hispana, era hasta hace unas horas uno de esos típicos lugares de Estados Unidos sin historia. Un trazado de calles perpendiculares y paralelas salpicado de centros comerciales, gasolineras y cadenas de comida rápida.
Pero el martes cerca del mediodía, Salvador Ramos, un chico de 18 años, irrumpió en la escuela primaria Robb con un fusil de asalto, se encerró en un aula y abrió fuego contra dos profesores y 19 alumnos, antes de ser abatido por la policía.

La matanza, la peor en un colegio del país desde hace una década, sacudió una localidad tranquila y la sumió en una mezcla de incomprensión y cólera.
Aida Hernandez lloró por la mañana al salir de una misa en la iglesia del Sagrado Corazón, un edificio sencillo de ladrillos grises, situado junto a la carretera principal de Uvalde.

«He sentido horror y dolor. Conocía a las víctimas. Sigo conmocionada», dijo esa profesora que trabajó en la escuela Robb hasta que se jubiló hace dos años.
«Demasiadas veces»
A pocos metros de ahí, Rosie Buantel dijo estar harta de que los tiroteos se repitan una y otra vez en Estados Unidos. «Estoy triste y enfadada con nuestro gobierno por no hacer más para controlar las armas», aseguró.

«Hemos pasado por esto demasiadas veces, y no se hace nada, se sigue debatiendo», añadió.
Eddie, un vecino de Uvalde que no quiso dar su apellido, también se mostró indignado por la matanza del martes. «He venido a rendir homenaje y también a presionar por un cambio de leyes para que las pistolas no acaben en manos de los niños», dijo tras depositar unas flores a proximidad de la escuela Robb, cercada por la policía.

En una ciudad conmocionada, que el miércoles pareció despertar en cámara lenta, decenas de personas se reunieron en un centro municipal donde recibieron apoyo psicológico.
La víspera, varios familiares y amigos de las víctimas del ataque habían tenido que esperar durante horas para saber qué les había ocurrido a sus seres queridos.

Delante del centro municipal, bajo el calor del mediodía texano, grupos de adultos y niños charlaban, entraban y salían, ante la mirada de numerosos policías.
La psicóloga voluntaria Iveth Pacheco viajó desde San Antonio, a unos 120 km al este de Uvalde, para brindar su apoyo a quienes lo necesiten.

«Es una de esas situaciones en las que uno sólo debe estar presente», explicó. «Hay que estar listos para el niño ante cualquier pregunta que tenga. Y lo mismo ocurre con los adultos».
La niña Alithia tenía esas preguntas en septiembre pasado cuando perdió a su compañero de clase Nico en un accidente automovilístico en Dallas, dijo su padre Ryan.
Contó que ella procesó el dolor mediante el arte: hizo un dibujo ricamente detallado de Nico en el cielo mirando a la amiga que dejó atrás. En el dibujo de Alithia, «él la está dibujando a ella abajo», dijo Ramírez.
ENTREGA ESPECIAL
Alerta por estafas cibernéticas en El Salvador

En El Salvador, las estafas cibernéticas continúan siendo una amenaza para los usuarios de servicios financieros digitales. “Juan” (nombre ficticio) casi se convierte en víctima de un fraude que buscaba apropiarse de $1,000.
El delincuente, identificado en las capturas como Ernesto Raimundo, solicitó a Juan enviar fotografías de ambos lados de su tarjeta bancaria bajo el pretexto de realizar un “pago urgente”. Gracias a la rápida reacción de la víctima y a la confirmación directa con un amigo involucrado, se comprobó que todo se trataba de un engaño.
La víctima indicó que el estafador insistía en que el depósito se realizara a una cuenta de ahorro del Banco Agrícola, lo que representa una pista clave que las autoridades podrían investigar para dar con el paradero del o los responsables.
Te anexo la evidencia de este caso, en el que hemos usado el nombre “Juan” como referencia ficticia para proteger la identidad de la víctima.
Los especialistas en seguridad digital advierten que este tipo de fraudes suelen usar tácticas de presión y urgencia para que las víctimas actúen sin pensar. Recomiendan nunca compartir información sensible como contraseñas o imágenes de tarjetas, verificar siempre la identidad de quien solicita dinero y desconfiar de solicitudes urgentes.
Asimismo, se exhorta a los usuarios que sean víctimas o testigos de fraudes cibernéticos a denunciar de inmediato ante la Policía Nacional Civil (PNC) y a su entidad bancaria para proteger sus fondos y facilitar la captura de los responsables.
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La prevención y la denuncia son herramientas clave para combatir este creciente delito.
ENTREGA ESPECIAL
Con 90 años, Don Gabriel se mantiene activo y vendiendo plátanos para ganarse la vida

A sus 90 años, Don Gabriel Aguilar mantiene su espíritu trabajador y cada día se ubica a la orilla de la carretera Panamericana, en San Vicente, para vender plátanos y así obtener el sustento para su alimentación.
“Hay días que se vende y días que no, pero nunca vivo desanimado. Mantengo la fe de que siempre logramos vender un poco para ir pasándola”, comentó con optimismo.
Quienes lo conocen lo describen como un hombre amable y alegre. Si desea apoyarlo, puede encontrarlo en su punto de venta a la orilla de la carretera Panamericana, en San Vicente.
ENTREGA ESPECIAL
Se cumplen 24 años del ataque a las Torres Gemelas

Este jueves, la ciudad de Nueva York conmemora el 24° aniversario del ataque a las Torres Gemelas, ocurrido el 11 de septiembre de 2001, que dejó casi 3.000 personas fallecidas y marcó un antes y un después en la historia de Estados Unidos.
Durante la ceremonia anual, se rinde homenaje a las víctimas de los atentados en las Torres Gemelas, el Pentágono y Pensilvania, así como a quienes han muerto en los últimos años a causa de enfermedades respiratorias y cáncer derivadas de la inhalación de polvo en las zonas afectadas.
Elizabeth Hillman, directora y presidenta ejecutiva del Museo Memorial del 11S, señaló que “desde el 11S han fallecido muchas más personas por los efectos sobre su salud que las que murieron ese mismo día”. Entre ellas, más de 400 bomberos que participaron en labores de rescate han perdido la vida, superando a los 343 fallecidos durante los ataques.
El Programa de Salud del World Trade Center estima que unas 400.000 personas estuvieron expuestas al polvo aquel día, dejando un legado de consecuencias para la salud que perdura hasta hoy.
La conmemoración incluye la lectura de los nombres de cada víctima y homenajes especiales a los trabajadores de rescate y a los supervivientes, reforzando el recuerdo de un evento que transformó para siempre la ciudad y el mundo.