Internacionales
Vendedor ambulante viola a una de sus clientas

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a siete años de cárcel a un vendedor de cervezas ambulante acusado de violar a una joven en su departamento, tras unirse a su grupo de amigos y seguirla hasta su vivienda.
Cabe mencionar que, la joven no denunció los hechos hasta varios días después por miedo y vergüenza.
En la sentencia de la Sección Cuarta de la Audiencia madrileña, los magistrados consideran probado que el acusado, bangladés de 33 años, violó a la joven en octubre de 2018 tras vender cervezas a ella y a sus amigos en el centro de la capital y tras unirse a este grupo durante varias horas.
Cuando la joven tomó un autobús hacia su casa junto a un amigo que vive cerca, el ahora condenado les siguió hasta su parada, les invitó a cervezas y los tres bebieron en la azotea del edificio de ella, hasta que el amigo de la chica se fue y ella, por pena, le dijo al acusado que se podía a quedar a dormir en la azotea solo, y que le subiría una manta.
Ante esto, el acusado aprovechó para bajar hasta el piso de la fémina, obligarla a entrar y agredirla sexualmente en el sofá, sin que la joven fuera capaz de gritar para alertar a sus compañeras de piso, según relata el tribunal, que considera veraz y consistente el relato de la chica, que no fue capaz de contar lo que había ocurrido a nadie hasta 15 días después, y de denunciar los hechos hasta un mes más tarde.
La jovencita fue representada por la abogada penalista Beatriz Uriarte, experta en violencia de género y delitos sexuales del despacho Ospina Abogados, quién aportó una serie de pruebas acerca de los acontecimientos ocurridos esa madrugada, entre ellas conversaciones por Whatsapp y testigos de lo sucedido.
Esas conversaciones de mensajería instantánea fueron claves para dilucidar lo sucedido, ya que como explicó la chica ante el juez esa noche, antes de que el acusado la agrediese sexualmente, se habían intercambiado sus respectivos números de teléfono; y que al día siguiente el acusado le escribió y mantuvieron una conversación más o menos normal, afirmando que en esa ocasión no le reprochó lo que había sucedido la noche anterior, ya que no sabía muy bien cómo reaccionar.
La joven alegó que tenía miedo, dado que él sabía dónde vivía ella. Agregó que simplemente le siguió la corriente, pero pasados 15 días la agredida obtuvo las fuerzas suficientes para relatarle lo sucedido a su ex novio y posteriormente a sus amigos, quienes la animaron a presentar la denuncia, como finalmente hizo a pesar de los miedos que ello le generaba.
Habían pasado 35 días desde la noche del los hechos, cuando «la fémina se armó de valor y le recriminó todo, añadiendo que el acusado reconoció lo que había hecho y que le pidió perdón» apunta la sentencia.
Beatriz Uriarte fortaleció el testimonio de la denunciante y las pruebas aportadas subiendo al estrado a varios testigos quienes arrojaron luz explicando el estado de miedo que la joven sufrió los días posteriores a los hechos ya que «incluso en alguna ocasión, cuando la víctima llegaba a casa, el acusado se encontraba merodeando por su portal y por la zona» por lo que la animaron a que denunciara los hechos, ya que esta última tenía miedo de denunciar.
Así la Sala condenó el pasado 24 de noviembre al procesado a siete años de cárcel por un delito de violación previsto en los artículos 178 y 179 del Código Penal, a no comunicarse ni acercarse a la víctima a menos de 500 metros durante catorce años, y a libertad vigilada durante siete años a partir de su salida de la cárcel.
También le condena a pagar 15.000 euros a la víctima por daños morales y detalla que no se sustituye la pena de cárcel por su expulsión del territorio español porque se trata de un delito grave por el que debe rendir cuentas en este país.
Los magistrados argumentan que, a pesar de que el acusado aseguró en el juicio que la mujer consintió la relación sexual y destacó que luego siguieron intercambiado mensajes telefónicos durante varios días, su relato no es creíble porque no fue respaldado por ningún testigo, mientras que el de la víctima sí.
«No le resulta extraño al Tribunal que B. no consiguiese gritar para llamar la atención de sus compañeros de piso, que se encontraban durmiendo en otras estancias de la casa, pues, como se desprende de su declaración, es lógico que sufriese un impacto psicológico que la paralizase, al menos parcialmente, ante la inmediata y sorpresiva acometida sexual que el acusado realizó sobre ella, previa entrada no autorizada en su domicilio», detalla el fallo.
Observan los jueces que la víctima intercambió en los días siguientes a la agresión varios mensajes con el acusado sin mencionar lo ocurrido, pero luego ella le recriminó que la hubiera forzado y le dijo que no la acosase yendo a las cercanías de su casa, por lo que el procesado reconoció lo que hizo y le pidió perdón.
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Pareja muere por intoxicación con monóxido de carbono dentro de vehículo

Ticuantepe, Nicaragua. — Belkis Junieth Hernández Ramírez, de 22 años, y Christopher Gabriel Madrigal Balmaceda, de 25, fallecieron de manera silenciosa y trágica el pasado 6 de julio tras intoxicarse con monóxido de carbono dentro de un vehículo.
Según las investigaciones, ambos se quedaron dormidos dentro de una camioneta Toyota plateada, con motor encendido durante más de cuatro horas, lo que provocó el agotamiento del oxígeno en la cabina y su muerte por inhalación del gas tóxico.
El hallazgo ocurrió al amanecer del sábado en el reparto Juan Ramón Padilla, municipio de Ticuantepe. En el cuerpo de Christopher se observó espuma en la boca, síntoma común en casos de asfixia por gases, causado por la acumulación de líquidos en los pulmones debido a la falta de oxígeno.
#AHORA | Esclarecen Muerte de Pareja en Ticuantepe: Inhalación de Monóxido de Carbono.
Según los informes preliminares de los médicos forenses, la muerte de la pareja encontrada sin vida dentro de un vehículo en Ticuantepe fue causada por la inhalación de monóxido de carbono. pic.twitter.com/zquAcqlyPZ
— TN8 Nicaragua (@canaltn8) July 7, 2025
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Tres personas mueren por inundaciones repentinas en Nuevo México; continúan las labores de rescate

Las autoridades de Nuevo México confirmaron este miércoles la muerte de tres personas —un hombre y dos niños de 4 y 7 años— a causa de una histórica inundación repentina que azotó el pueblo de Ruidoso, ubicado a unos 240 kilómetros al sur de Albuquerque.
Según un comunicado oficial del municipio, las víctimas fueron arrastradas por la fuerte corriente del río Ruidoso, el cual alcanzó un nivel récord de seis metros, superando en 1.5 metros el máximo histórico anterior. El trágico hecho ocurrió el pasado 8 de julio.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) emitió una emergencia por inundaciones repentinas ese mismo día, mientras los equipos de rescate reportaron decenas de personas rescatadas y continúan las labores de búsqueda.
“Estamos destrozados por las familias que perdieron a sus seres queridos en esta terrible tragedia”, expresó la alcaldesa de Ruidoso, Lynn Crawford.
Videos difundidos en medios locales muestran el poder devastador de la corriente, que incluso arrastró una vivienda entera.
Este desastre se suma a las recientes lluvias torrenciales en Texas, donde más de 100 personas han fallecido por inundaciones en los últimos días. Aún se busca a más de 160 personas desaparecidas en ese estado, mientras el gobernador Greg Abbott advirtió que la cifra podría aumentar.
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Explosión en gasolinera de Roma deja una víctima mortal y 45 heridos

Una fuerte explosión sacudió una estación de servicio en Roma, Italia, dejando como resultado una persona fallecida y al menos 45 heridos, según informaron las autoridades locales.
La víctima, una mujer de 35 años que trabajaba en la gasolinera, sufrió quemaduras en el 55 % de su cuerpo y no logró sobrevivir. La detonación se produjo mientras un camión cisterna abastecía de gas licuado de petróleo (GLP) el lugar, causando una violenta explosión que se escuchó en gran parte de la ciudad.
El director regional de bomberos, Ennio Acquilino, explicó que el estallido se originó por una «Bleve», es decir, una explosión por vapores de líquido en ebullición, que ocurre cuando un líquido inflamable pasa rápidamente de estado líquido a gaseoso tras un fallo en el contenedor.
La onda expansiva hizo temblar los vidrios de varios edificios cercanos, generando pánico entre los residentes. “Fue como si hubiera explotado una bomba”, describió Acquilino.
Tanto la fiscalía de Roma como el cuerpo de bomberos han iniciado una investigación para esclarecer con precisión las causas del siniestro.