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Internacionales

Restablecen por completo circuitos de red eléctrica principal en área azotada por sismo en China

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Los circuitos dañados de la red eléctrica principal en el área azotada por sismo en el distrito de Jishishan en la provincia de Gansu, en el noroeste de China, quedaron restaurados por completo para las 18:30 (hora de Beijing) de hoy martes, informó la compañía State Grid Gansu Electric Power.

De igual forma, el Gobierno chino ha intensificado el trabajo de ayuda ante desastres en las provincias noroccidentales de Gansu y Qinghai, luego del terremoto de magnitud 6,2 registrado en la medianoche del lunes que causó más de 100 muertos.

El Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Gestión de Emergencias asignaron hoy martes 200 millones de yuanes (unos 28,18 millones de dólares) de fondos para las provincias. Del total, 150 millones se usarán para auxiliar a Gansu, mientras que 50 millones se destinarán a Qinghai.

El segundo lote de elementos de socorro, que incluye 2.500 tiendas de campaña de algodón, 20.000 abrigos y 5.000 camas plegables, ha sido enviado a Gansu. Por su parte, Qinghai ha recibido 1.500 tiendas de campaña, 5.000 abrigos de algodón y 5.000 camas, entre otros materiales. Hasta la mañana del martes, se habían asignado un total de 111.500 artículos de alivio a las autoridades locales con el fin de satisfacer las necesidades básicas de las personas afectadas.

Luego del terremoto que sacudió el distrito autónomo de las etnias bao’an, dongxiang y sala de Jishishan, en la prefectura autónoma hui de Linxia, Gansu, la Administración Nacional de Regulación Financiera (ANRF) activó una respuesta de emergencia, solicitando a las sucursales locales de la administración, a las compañías de seguros y a los bancos garantizar que los pagos de seguros estén fácilmente disponibles.

La ANRF dio instrucciones a los bancos y compañías de seguros para que refuercen su apoyo a las zonas afectadas y reanuden sin demora los servicios financieros básicos en las regiones golpeadas por el terremoto.

La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, máximo órgano de planificación económica de China, también activó una respuesta de emergencia para garantizar el suministro de energía, electricidad y artículos de primera necesidad.

El Ministerio de Recursos Hídricos ordenó a las autoridades de Gansu y Qinghai investigar si las infraestructuras de conservación del agua habían resultado dañadas por el terremoto y tomar medidas de precaución.

El Ejército Popular de Liberación de China y la Policía Armada Popular desplegaron múltiples equipos de rescate en las zonas afectadas por el terremoto, mientras que la Cruz Roja de China también ha enviado grupos de trabajo.

El terremoto ocurrió a las 23:59 (hora de Beijing) del lunes a una profundidad focal de 10 kilómetros. El epicentro fue en el poblado de Liugou, a unos ocho kilómetros de la sede del distrito de Jishishan.

El Ministerio de Transporte informó que la red vial en torno al epicentro está operando con normalidad. En los tramos donde se registraron derrumbes sobre el lecho de la carretera y daños en las estructuras de los puentes, el tráfico ha sido restablecido tras los trabajos iniciales de reparación.

El suministro eléctrico en Jishishan se ha reanudado en gran medida. Según la Corporación Estatal de la Red Eléctrica de China, la electricidad se ha restablecido para el 88,36 por ciento de los usuarios, en tanto que las instalaciones de generación energética de la cercana central hidroeléctrica de Liujiaxia están funcionando normalmente.

De acuerdo con el Ministerio de Industria y Tecnología Informática, se ha restablecido el servicio de 279 de las 314 estaciones base que quedaron interrumpidas por el terremoto y se han establecido telecomunicaciones estables para el público en las regiones afectadas por el terremoto.

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Internacionales

Decenas de muertos en los peores enfrentamientos entre India y Pakistán en dos décadas

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Las hostilidades estallaron tras un atentado el 22 de abril en Pahalgam, en la parte india de Cachemira que causó 26 muertos. Nueva Delhi responsabiliza de la acción a Islamabad, que lo niega.

Cachemira es una región de mayoría musulmana dividida entre ambos países desde que se independizaron de Reino Unido en 1947.

El atentado estuvo seguido por días de disparos con armas ligeras en la frontera de facto entre ambos territorios, y amenazas de una acción militar india como represalia.

En la noche del martes al miércoles, el gobierno indio anunció «ataques aéreos de precisión» en la Cachemira pakistaní y el estado fronterizo de Punyab. La acción destruyó «nueve campamentos terroristas», según India.

«La represalia ya ha empezado», dijo el ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Asif, a AFP. «No tardaremos en igualar el marcador», advirtió.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió frenar las hostilidades. «Quiero que se detengan», declaró en la Casa Blanca.

Los misiles indios, que cayeron en seis ciudades de la Cachemira pakistaní y el Punyab, y los tiros de artillería dejaron 31 muertos y 57 heridos, indicó el último balance del ejército de Islamabad. El anterior balance daba cuenta de 26 civiles fallecidos.

Un portavoz del ejército pakistaní explicó que el aumento del número de muertos se debía a los disparos no provocados de India en la línea de demarcación y a las violaciones del alto el fuego.

«Vi que llovían proyectiles»

El ministro indio de Defensa, Rajnath Singh, insistió en que los «objetivos» fueron «destruidos con gran precisión» y aseguró que «la población civil […] no se veía afectada».

Su homólogo pakistaní, Khawaja Asif, acusó sin embargo al primer ministro indio, el nacionalista hindú Narendra Modi, de lanzar estos ataques para «impulsar» su popularidad en su propio país, y aseveró que Pakistán ya respondió a los ataques.

El portavoz militar, Ahmed Chaudhry, aseguró que sus fuerzas habían abatido cinco aviones de combate indios y un dron en el espacio aéreo de India.

Según Nueva Delhi, al menos 12 personas murieron y 38 resultaron heridas en la localidad india de Poonch por fuego de artillería pakistaní.

«Nos despertamos cuando escuchamos el ruido de los disparos», dijo Farooq, vecino de esta ciudad fronteriza, a la agencia de noticias Press Trust of India.

«Vi que llovían proyectiles», aseguró desde su cama de hospital.

Hacía días que se esperaba una respuesta militar de India al ataque del 22 de abril, que no fue reivindicado pero que Nueva Delhi vincula al grupo yihadista Lashkar-e-Taiba (LeT), radicado en Pakistán.

La organización, designada como terrorista por la ONU, es sospechosa de unos atentados en 2008 en Bombay que dejaron 166 muertos.

Poco después de los bombardeos, el ejército indio acusó a las fuerzas rivales de lanzar fuego «indiscriminado» de artillería a lo largo de la Línea de Control, la frontera de facto que divide Cachemira.

El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, afirmó que el ataque indio fue «cobarde» y «no provocado».

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Internacionales

Segunda fumata negra, el sucesor del papa Francisco se hace esperar

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Un espeso humo negro surgió este jueves de la chimenea instalada en el tejado de la Capilla Sixtina, señal de que los 133 cardenales encerrados en su interior fracasaron de nuevo en su misión de escoger a un nuevo papa.

Miles de personas congregadas a mediodía en la plaza vaticana de San Pedro acogieron entre aplausos y decepción la segunda fumata negra, después de la que se elevó la víspera sobre el cielo de la Ciudad Eterna.

«Esto es muy emocionante», aseguró Marcela Tapia, una mexicana de 46 años, quien espera que los cardenales puedan llegar a un acuerdo en las votaciones previstas en la tarde o como «máximo mañana en la mañana».

Hasta la elección del sucesor de Francisco, fallecido el 21 de abril a los 88 años, los «príncipes de la Iglesia» celebrarán dos rondas de votación por la mañana y dos por la tarde.

Incierto cónclave

Los dos últimos cónclaves, que llevaron a la elección de Benedicto XVI en 2005 y al primer papa latinoamericano en 2013, se resolvieron en sólo dos días, con 4 y 5 rondas de votación respectivamente.

Pero la decisión de los purpurados, guiados según la tradición por el Espíritu Santo, parece más complicada. El pontificado reformista de Jorge Mario Bergoglio generó fuertes divisiones en el seno de la Iglesia.

Aunque el argentino creó alrededor del 80% de los cardenales electores, los «bergoglistas», que defienden una visión de la Iglesia más abierta, y los conservadores deben llegar a un acuerdo sobre el 267º pontífice.

La mayoría está en 89 votos, correspondientes a los dos tercios de los sufragios. «La hora de escoger», tituló el diario italiano La Stampa.

Salvo que haya consenso sobre el papa, las papeletas se queman en una estufa al final de las dos votaciones. Con ayuda de químicos, se da el color al humo.

«Acontecimiento único»

Unas 50,000 personas presenciaron la primera fumata negra el miércoles por la noche desde la plaza de San Pedro y sus alrededores, y otras miles más regresaron este jueves, en un soleado día de primavera.

«Es un acontecimiento único en la vida, no creo que tenga la oportunidad de volver a vivirlo», aseguró a la AFP Paul O’Flynn, un irlandés de 72 años, mientras intentaba localizar la chimenea.

Paolo Cabrera está dispuesto a pasar toda la jornada en la plaza hasta «ver la fumata blanca», que anuncia la elección de un pontífice, pese a estar en plena luna de miel junto a su esposa Cynthia.

«Como filipinos, nos gustaría que fuera el cardenal [Luis Antonio] Tagle, pero si Dios nombra a cualquier otro, ¡seremos felices!», aseguró el hombre de 40 años, en referencia a uno de los purpurados con más posibilidades.

Elizabeth Ramos vino expresamente desde Brasil para vivir la elección y espera que se elija a un papa como el difunto Francisco.

«Él fue el que unió a los jóvenes, tenía esa forma humilde de transmitir su fe, su forma de ser», agregó la mujer de 45 años

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Internacionales

India lanza bombardeos en Pakistán y este promete una respuesta contundente

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La región de Cachemira vuelve a ser escenario de un preocupante repunte de tensiones entre India y Pakistán, tras un atentado que dejó 26 muertos.

Desde que un ataque armado acabó con la vida de 26 hombres en la parte india de Cachemira, la comunidad internacional temía una nueva escalada entre las dos potencias nucleares. Esa preocupación se materializó este miércoles con bombardeos cruzados a lo largo de la Línea de Control, la frontera de facto que divide la región en disputa.

La India anunció haber lanzado la Operación Sindoor, una ofensiva dirigida contra lo que describió como «infraestructuras terroristas en Pakistán», desde donde —según Nueva Delhi— se planearon ataques contra su territorio. En respuesta, el ejército pakistaní denunció bombardeos en al menos tres zonas de su país, incluyendo la ciudad de Muzaffarabad, en la Cachemira administrada por Pakistán, y Bahawalpur, en la región fronteriza de Punyab.

De acuerdo con el ministro de Defensa pakistaní, Khawaja Asif, los ataques causaron al menos tres muertes civiles, entre ellas la de un niño. Corresponsales de la AFP en Cachemira y Punyab reportaron fuertes explosiones en las áreas afectadas, mientras que periodistas del lado indio también escucharon múltiples detonaciones cada vez más cercanas.

El portavoz del ejército pakistaní, teniente general Ahmed Chaudhry, advirtió que su país “responderá en el momento que elija”, mientras que Nueva Delhi acusó a Islamabad de violar el alto al fuego con disparos de artillería en sectores como Bhimber Gali y Poonch-Rajauri.

En medio del incremento de tensiones, las fuerzas armadas indias aseguraron haber respondido de manera “apropiada y calibrada”, destacando que su ofensiva evitó objetivos militares paquistaníes y se centró en grupos vinculados a Lashkar-e-Taiba (LeT), una organización yihadista con base en Pakistán y relacionada con el atentado de Bombay de 2008.

Uno de los blancos del ataque indio fue la mezquita Subhan en Bahawalpur, señalada por inteligencia india como punto de actividad de LeT. “Nuestra acción es específica y busca evitar una escalada. Hemos ejercido considerable moderación”, declaró el gobierno indio, insistiendo en que su objetivo es hacer rendir cuentas a los responsables del atentado del pasado 22 de abril.

La escalada armada coincide con un nuevo frente de confrontación: el recurso hídrico. India amenazó con cortar el suministro de agua de varios ríos que nacen en su territorio y fluyen hacia Pakistán. Incluso anunció la suspensión de su participación en el tratado bilateral de 1960 que regula el uso del agua en la cuenca del río Indo. El primer ministro Narendra Modi afirmó que el flujo de agua “se detendrá” si beneficia a enemigos externos.

Pakistán, por su parte, ha detectado una disminución inusual en el caudal del río Chenab. “Estamos observando cambios que no son naturales”, dijo el ministro de Riego de Punyab, Kazim Pirzada.

La creciente tensión ha generado alarma entre analistas internacionales, que temen una confrontación abierta entre dos naciones con armamento nuclear. En los últimos días, se han registrado intercambios de fuego con armas ligeras entre soldados en la frontera, aunque sin víctimas confirmadas hasta el momento.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su esperanza de que las hostilidades “terminen muy pronto”, mientras Pakistán convocó a su Comité de Seguridad Nacional para analizar la situación.

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