Desde su instauración a finales de marzo de 2022, el régimen de excepción en El Salvador ha permitido la detención de 87,088 personas vinculadas a estructuras pandilleriles, según el último informe del Ministerio de Seguridad.
Esta medida, prorrogada en 39 ocasiones, forma parte de la estrategia gubernamental para desarticular grupos criminales que durante años generaron violencia y temor en diversas comunidades del país. Entre los capturados figuran jefes y cabecillas de pandillas, extorsionistas y homicidas.
Durante este período, las autoridades han decomisado 11,247 vehículos relacionados con actividades ilícitas, incluyendo automóviles, motocicletas, microbuses y moto taxis. Además, se han incautado más de cinco millones de dólares en efectivo, 22,701 teléfonos celulares y 4,869 armas de diversos tipos, como pistolas, fusiles, ametralladoras, escopetas y granadas.
El régimen de excepción fue implementado tras un repunte violento que dejó 76 homicidios en solo dos días, el 25 y 26 de marzo de 2022, y busca restablecer el control territorial y la seguridad ciudadana.
En materia de narcóticos, se han confiscado drogas valoradas en más de 1,181 millones de dólares, entre ellas 1,695 kg de marihuana, más de 46 toneladas de cocaína, crack, hachís, éxtasis, metanfetaminas, plantas de marihuana y fentanilo.
El ministro de Defensa, René Merino Monroy, ha calificado el régimen de excepción como la herramienta legal más eficiente para combatir la inseguridad en El Salvador, recordando que antes de su implementación las pandillas tenían control absoluto en las calles.
Una encuesta reciente del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) reveló que el 66.6 % de los salvadoreños considera que el combate a la delincuencia es el principal logro del gobierno del presidente Nayib Bukele en su sexto año de gestión. Este esfuerzo incluye la estrategia Plan Control Territorial, vigente desde 2019 y reforzada con el régimen de excepción desde marzo de 2022.