ENTREGA ESPECIAL
Rodrigo Alemán, 3 años de aplicar el realismo en tatuajes
Rodrigo Alemán, es un joven tatuador especializado en el tatuaje realista, nos contó a Diario Digital Cronio, cómo es el mundo del tatuaje en El Salvador y cómo ha ido evolucionando él su técnica en sus tres años de carrera, llegando a ser popular en el territorio nacional.
Los tatuajes realistas son especialmente complejos y dificultosos de realizar. De hecho, poseen tal cantidad de detalles que han de reflejarse con tal nivel de precisión que solo los más habilidosos tatuadores se atreven a llevarlos a cabo. Y es que basta imaginar la complejidad que debe suponer llevar a cabo un retrato de una persona o un animal en, por ejemplo, un brazo, una espalda o una pierna para entender las cualidades que son necesarias para atreverse con este tipo de grabados.
¿Cómo empezó en el mundo del Tatoo y qué te motivó?
El arte, siempre quise hacer algo más importante en mi vida, siempre me gusto el arte, me gustaba leer, escribir dibujar y pues por un tiempo escribí pero no se me dio mucho entonces me puse a buscar algo que me gustara, algo que me satisfaciera y pues llegué a esto del tatuaje y descubrí que era lo mío.
¿Cómo aprendió a tatuar?
Yo solo la verdad. Primero a dibujar aprendí pues en clases de dibujo, estaba con el señor Armando Solís, que es un gran escultor y dibujante de este país. El me enseño a dibujar y a tatuar aprendí yo solo viendo youtube, tatuándome yo mismo y poco a poco así empíricamente fui mejorando.
¿El primer Tatuaje que hizo?
Me lo hice yo solo el simbolo de amor y paz me lo hice en la pierna.
¿Qué piensa de la estigmatización que existe hacia las personas tatuadas?
Si todavía existe eso, más que todo a personas mayores que todavía piensan que tatuarse es malo por lo que pasaron en la guerra, me cuenta mi abuelo que si los militares te veían tatuado te llevaban y desaparecías, entonces ya después de la guerra, ya la gente quedo con ese miedo, también por lo delincuencia; pero pienso que poco a poco eso va desapareciendo.
Siempre he pensado que los callcenter fue un pilar fundamental para que se desarrrollara el arte porque allí te contrataban, incluso podías llevar a ser jefe si tenías tatuajes incluso visible, en cuellos y manos, y eso fue lo que motivó a la gente a decir «talvez tener tatuajes no es malo», entonces poco a poco se ha ido cambiando eso. Yo he tatuado a doctores, abogados, empresarios, periodistas, entonces siento que estas personas también ayudan a que se pueda decir que se los profesionales también se tatúan.
¿Cúal es su especialidad dentro de los tatuajes?
Pues el realismo, en negro y grises, es en el que me estoy especializando si trabajo todos los estilos, porque El Salvador por ser tan pequeño, tengo clientes que me piden den todo, pero lo que más me gusta y me quiero especializar es el realismo.
¿Qué es lo más difícil?
Trabajar los colores, también los rostros y las tonalidades negras con grises, es un poco complicado trabajarlos.

¿Cúal es su proyección a futuro?
Pues quisiera tener mi propio estudio grande, llegar a ser internacional y llegar a otros países, llegar a Latinoamérica y Europa. Hasta ahorita he conseguido llegar a Centroamérica.
¿Quiénes se tatúan más, hombres o mujeres y cúal es el tatuaje más común?
Se tatúan mas mujeres. En cuanto el tatuaje más frecuente, son nombres pequeños, fechas y unalomes. Y si me preguntan ¿Quiénes lloran más, los hombres o las mujeres?, pues los hombres.
¿En qué parte del cuerpo duele más tatuarse?
Depende de la persona, porque he tatuado personas en las costillas, por ejemplo, a uno les duele y a otros no. Las zonas que por lo general duelen son las zonas donde se tienen cosquillas, porque son las partes más sensibles; pero por lo general costilla, cuello cara y la ingle, partes privadas.
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¿Cúantas tatuajes ha realizado en promedio?
En tres años, mil tatuajes aproximadamente.
¿Alguna vez ha tenido clientes disgustados que no les ha gustado tu trabajo?
Sí hay varios clientes, que a veces ellos se imaginan el tatuaje con otra tonalidad también, pero eso influye que ellos ven tatuajes en internet, en piel clara y fotos con filtros; entonces tu les explicas.
¿Quién es su ídolo dentro de los tatuajes?
Tengo un par, hay un norteamericano que se llama David Vega y un alemán que se llama Ralf Nonnweiler, que son especializados en el realismo.
Hay historias dentro de algunos tatuajes ¿coméntenos alguna historia que le ha conmovido?
Hace un mes aproximadamente llegó una señora de entre 40, 50 años, que era su primer tatuaje, que se iba a hacer unas alitas, un tatuaje pequeño y me comentó que era por la mamá que hace unas semanas se le había muerto a causa de COVID-19.
¿Cúal tatuaje ha sido el más insignificante que le han pedido hacer?
Mirá hay gente que llega y me dice «mira qué me puedo tatuar», entonces pues hay personas que se hace flores, solo porque se la vieron a alguien más y se les veía bonito, hay gente que se ha hecho una carita feliz, un cuadro, el muy cuadro.
Hay gente que solo se tatúa su misma fecha de nacimiento, su mismo apellido, hasta su mismo nombre, entonces vos lo que haces es tratar de educar al cliente cómo se le vería mejor y con el diseño, pues hay gente que deja todo a tu criterio y te dice «tu sabes, hacémelo bonito», entonces le doy opciones y los modifico a modo que quede bien.
¿Cúal es el tatuaje más dificultoso que ha trabajado?
Han sido varios, uno de los que más me han costado, fue una cara de un gatito que hice en realismo, que era en negro y grises, que llevaba un gorrito a colores, fue un diseño que trabajamos con la clienta, fue bastante difícil por los detalles.
El otro que cuesta, no tanto por la técnica, sino que por la precisión y cantidad de tiempo que conlleva, son los maorís. He hecho par de maorís en el brazo y te digo cuestan, porque son líneas, que es lo más difícil en el tatuaje, tenés que dejarlas bien, enfocarte bien para que las líneas queden perfectas, y lleva relleno y es algo que cuesta también porque tenés que ir rellenando la piel.
¿Hasta cuánto tiempo le ha llevado hacer un tatuje?
He tenido sesiones de hasta nueve horas, haces varias pausas para que el cansancio no les gane a los clientes.
¿Ha tenido clientes que han finalizado su sesión a causa del dolor?
Tuve un cliente que me pidió uno en las costillas, él ya tenía uno en el pecho y los brazos, se hizo a Link de la Leyenda de Zelda; hasta la fecha no se lo he terminado, le hice solo las líneas, no podía hacer unas líneas porque el mucho se movía y se quejaba, entonces no terminamos el tatuaje, solo le hice las líneas y allí quedo, no se lo he terminado aún.
¿Han llegado personas a ocultar tatuajes?
Sí, varios clientes han llegado a que les cubra nombres y tatuajes malhechos una infinidad y de vez en cuando llega otro que tiene un buen tatuaje pero ya no lo quiere y ya no les gustó.
¿Cómo hacen eso?
Ponemos otro encima de ese. Yo les recomiendo a la gente tatuarse algo con colores, porque hay gente que llega con tatuajes negro y aplicas negro se ve sucio. Es mejor tatuarse a colores, por lo general se lleva más de una sesión, porque el primer tatuaje que ellos se quieren cubrir, siempre el tatuaje quedará allí, el tatuaje de tinta negra se va a ver, tenés que hacer dos o tres capas para que no sea visible
¿Se tiene que saber dibujar para hacer tatuajes?
Sí tenés que saber dibujar, para ver la simetría; aunque son dos técnicas completamente diferentes, pero te ayuda a hacer los diseños.
La verdad es que todo tiene su dificultad, se trata de siempre ir buscando el diseño y el tipo de letra que le guste al cliente y que uno se sienta más cómo haciendo, porque también se trata de ver que tu como artista podés hacer. Yo le recomiendo a la gente que antes de tatuarse que investigue a algunos tatuadores, porque hay tatuadores especializados en letras, colores, tradicionales, otros en realismo, hay tatuadores que tienen muy buena línea, que pueden hacer tatuajes finos, pequeños, delicados. Entonces todo tiene una dificultad.
El estudio de Alemán, está ubicado sobre el Paseo General Escalón, contigo a Villas Españolas, local 3-A, San Salvador. Para reservar tus citas comunícate al 7887 4262.
Visita sus redes sociales:
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Conmemoran décimo aniversario del fallecimiento del Dr. Armando Bukele
Este 30 de noviembre se cumplen diez años del fallecimiento del Dr. Armando Bukele, padre del presidente Nayib Bukele. Su partida causo tristeza en la población salvadoreña, que continúa recordando su legado.
Durante su vida, el Dr. Armando Bukele destacó en los ámbitos médico, social y político, ganándose el respeto de quienes lo conocieron. Su labor por el bienestar del país y su compromiso con la ciudadanía siguen siendo motivo de reconocimiento.
Igualmente, se le reconoce por las enseñanzas que dejó al pueblo salvadoreño a través de sus distintas profesiones: maestro, empresario y filántropo, así como por su papel como padre. Realizó un destacado trabajo en la crianza de sus hijos, especialmente con Nayib Bukele, quien, gracias a sus consejos y la educación recibida, formó la visión con la que sueña con un mejor El Salvador.
Entre sus mensajes, se cita la frase: “Lucha, gana y goza en esta vida y hazlo también para la otra. Busca el Reino de Dios y su justicia y lo demás te vendrá por añadidura”.
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Jovencita de la UES destaca con segundo lugar en concurso de la NASA
La NASA desarrolló recientemente un concurso que reunió a universitarios de diversas regiones, entre ellos Ángela Pineda, estudiante de tercer año de Ingeniería en Sistemas Informáticos de la Universidad de El Salvador (UES).
El proyecto de Ángela consistió en un sistema autónomo de drones con mini propulsores, con el que participó en el Programa Aeroespacial Internacional, obteniendo el segundo lugar en la base central de la NASA en Houston, Texas.

El evento se realizó entre el 8 y el 16 de noviembre, periodo en el que también recibió entrenamiento similar al de los astronautas, incluyendo simuladores de gravedad cero, vuelo de aeronaves Piper Archer y actividades de robótica bajo el agua.
El proyecto presentado por Ángela y otros estudiantes mexicanos fue nombrado «Hope» y consistió en un concepto de traje espacial con sensores incorporados en la tela.
“¡Segundo lugar! Un logro que destaca su talento, disciplina y el alto nivel académico de nuestra comunidad estudiantil. Felicitamos a Ángela por dejar en alto el nombre de la UES”, expresó la institución en sus cuentas oficiales.

ENTREGA ESPECIAL
Su esposo murió de cáncer a los 72 y ella que tiene 27 tomó la peor decisión con sus dos hijos
La historia de Vanessa Collias, una mujer de 27 años radicada en Ontario, Canadá, quedó grabada en los registros judiciales y en la memoria social como uno de esos casos en los que el dolor personal, la tragedia familiar y una cadena de sucesos desafortunados convergen en un final devastador. El 10 de diciembre de 2023, apenas nueve días después de la muerte de su esposo, la joven madre asfixió a sus dos hijos pequeños: Yiannis, de cinco años, y Dimitri, de cuatro. Luego intentó quitarse la vida, pero sobrevivió, aunque con consecuencias permanentes. El caso conmocionó a la comunidad canadiense no solo por la crudeza de los hechos, sino también por las circunstancias emocionales y psicológicas que rodearon a la acusada y que finalmente influyeron en la condena dictada por la justicia.
Las horas previas al crimen se reconstruyeron con precisión durante el proceso. Según la investigación policial, cuando los agentes ingresaron al departamento donde vivía la familia, encontraron a los niños tendidos uno junto al otro, en una escena silenciosa y perturbadora. La televisión seguía encendida y, cerca de los cuerpos, se hallaron prendas de ceremonia, como si la madre hubiese querido preparar algún tipo de ritual íntimo. En ese mismo espacio también se encontró una nota colocada detrás del televisor, un mensaje que los investigadores incorporaron al expediente y que sería analizado en el contexto del estado emocional de Collias.
Para los efectivos policiales que participaron del operativo, el shock fue inmediato. No había signos de violencia más allá de la asfixia. Los cuerpos de los pequeños no presentaban golpes, cortes ni ningún otro indicio de abuso previo. Más tarde, los exámenes post-mortem confirmarían que los dos niños estaban “sanos y nutridos”, un detalle que la fiscalía subrayó para remarcar que, pese al desenlace fatal, la madre había cumplido con los cuidados básicos hacia ellos. Ese dato se convirtió en un elemento clave para comprender la dinámica familiar previa al crimen.
En su confesión ante la corte, Vanessa Collias narró con lágrimas y voz quebrada el momento en el que decidió poner fin a la vida de sus hijos. Relató que había tapado sus narices y bocas con su mano mientras les cantaba “You Are My Sunshine”, una canción que solía entonarles desde que eran bebés. La imagen de una madre acunando a sus hijos con una canción dulce mientras ejecuta un acto irreversible estremeció a todos los presentes. La misma mujer aseguró que intentó quitarse la vida inmediatamente después, lanzándose desde el balcón del departamento. La caída no le provocó la muerte, pero sí una serie de lesiones que la dejaron parapléjica.
La confesión fue tan detallada como desgarradora. Collias explicó que, desde la muerte súbita de su esposo, Costa Collias, ocurrida el 1 de diciembre debido a una leucemia agresiva combinada con un cuadro de sepsis, su mundo entero se había desmoronado. Según sus propias palabras, la pérdida la había dejado “rota, completamente sola e incapaz de concebir una vida sin él”. En el expediente, agregó que en ese estado de desesperación había llegado a la conclusión de que la única manera de reunirse como familia era morir junto a sus hijos. Esa frase sería citada una y otra vez durante el juicio para intentar explicar la raíz psicológica del crimen.
La fiscalía, luego de recibir un extenso informe psiquiátrico, decidió reducir los cargos originales y aceptar que Collias se declarara culpable de dos asesinatos en segundo grado, lo que de todos modos implica una sentencia de cadena perpetua bajo la legislación canadiense. La rebaja se sustentó en el diagnóstico de un psiquiatra del Centro de Adicción y Salud Mental, quien concluyó que la mujer había sufrido un trastorno de adaptación grave tras la muerte de su esposo. No se trataba de una psicosis prolongada ni de un desorden estable, sino de un episodio agudo que alteró completamente su capacidad de juicio.
Durante la audiencia, el equipo de defensa aportó contexto sobre la relación entre Vanessa, su esposo y los niños. Describieron una dinámica familiar estable, amorosa y sin antecedentes de maltrato. “Lo que la señorita Collias más quiere, su señoría, es que entiendan que lo que ocurrió no fue de ninguna forma motivado por malicia. No fue por una falta de amor hacia sus hijos”, señaló uno de los abogados. Luego añadió: “Fue completamente lo opuesto”. Según la defensa, en la mente de Collias, distorsionada por el duelo extremo, la idea de morir con ellos era una forma de protegerlos del sufrimiento que ella misma creía inevitable.
Ese planteo generó un debate profundo en la sala. Por un lado, los fiscales insistieron en que la muerte de los niños había sido deliberada y que ninguna circunstancia emocional podía borrar ese hecho. Por el otro, la defensa pedía comprensión contextual, no para justificar el acto, sino para explicar cómo una madre sin antecedentes criminales había llegado a cometerlo. La jueza reconoció la complejidad emocional del caso, pero fue categórica en su sentencia: dos niños pequeños habían perdido la vida a manos de quien debía cuidarlos y protegerlos, y ese acto exigía la condena más alta contemplada para este tipo de delitos.
En paralelo, se conocieron detalles de los días posteriores a la muerte de Costa Collias. La joven madre había creado una página en GoFundMe solicitando ayuda económica para afrontar los gastos funerarios y sostener a sus hijos. Ese gesto, en apariencia racional y propio de un duelo reciente, contrastaba con la espiral emocional que se desencadenó poco después. Según el informe forense mental, la mujer alternaba momentos de aparente lucidez con episodios de angustia profunda, en los que expresaba que ya no encontraba sentido en la vida.
En el juicio, cada una de estas piezas fue encajando para reconstruir el derrumbe emocional que atravesó Vanessa. Su entorno más cercano también declaró que, tras la muerte de Costa, había perdido peso rápidamente, casi no dormía y pasaba horas mirando fotografías de su esposo. Los vecinos relataron que la escuchaban llorar durante la madrugada y que, en varias oportunidades, ella misma confesó sentirse desbordada. Pese a esos signos, nadie imaginó que la situación derivaría en un doble filicidio, uno de los crímenes más difíciles de asimilar socialmente.
El momento final de la audiencia estuvo marcado por un silencio absoluto. Vanessa pidió permiso para dirigirse a sus hijos, miró hacia el vacío y, entre sollozos, pronunció las palabras que quedaron registradas en las actas judiciales. “Dicen que Dios le da sus batallas más duras a sus soldados más fuertes”, comenzó diciendo. Luego agregó: “Bueno, este soldado perdió su lucha y por eso, mis bebés, me disculpo”. Aquella frase, cargada de un dolor irreparable, selló el cierre emocional del proceso.
No hubo aplausos, ni gritos, ni reacciones públicas explosivas. Solo un clima de consternación. Las crónicas locales señalaron que, incluso entre los agentes judiciales, la sensación predominante era la de una tragedia en la que no había ganadores ni perdedores, sino un entramado de duelo y desesperación que culminó en la fractura total de una familia. La condena de cadena perpetua, más allá de su dimensión penal, tiene para Vanessa un peso particular: debido a las lesiones sufridas en su intento de suicidio, pasará el resto de su vida cumpliendo la sentencia desde una silla de ruedas, en condiciones de movilidad reducida y con una dependencia casi absoluta de terceros.
El caso generó discusiones más amplias sobre la importancia del acompañamiento psicológico tras pérdidas repentinas y traumáticas. Organizaciones de salud mental subrayaron que el duelo no solo puede desencadenar tristeza, sino también cuadros severos que alteran la percepción de la realidad. “Las tragedias extremas son posibles cuando una persona queda emocionalmente aislada”, afirmaron expertos consultados por los medios. La historia de Collias se convirtió, para muchos profesionales, en un ejemplo doloroso de lo que puede ocurrir cuando el dolor se vuelve insoportable y no encuentra contención.
A medida que se conocieron más detalles, la sociedad canadiense continuó debatiendo el equilibrio entre la responsabilidad penal y la comprensión psicológica. Algunos sectores sostienen que la sentencia debía ser aún más dura; otros consideran que el sistema judicial debería contemplar de manera más profunda los contextos de colapso emocional extremo. Sin embargo, para todos quedó claro que lo ocurrido no encaja en los moldes tradicionales de violencia intrafamiliar, sino en el marco de una mente devastada por un duelo que avanzó más rápido y más fuerte de lo que su entorno pudo advertir.
Así, la historia de Vanessa Collias quedó sellada como una tragedia múltiple: la muerte de un padre, la pérdida de dos niños pequeños y la destrucción emocional definitiva de una mujer que, según todas las evaluaciones, amaba profundamente a su familia, pero no logró soportar una realidad que la desbordaba por completo. Un caso que para la crónica policial es un hecho consumado, pero que para la sociedad y para los expertos en salud mental sigue siendo una dolorosa señal de alerta.







