ENTREGA ESPECIAL
FOTOS | Asesino de La Campanera participó en la búsqueda de la menor para despistar a las autoridades
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Autoridades del Gabinete de Seguridad presentaron el jueves a Edwin Mauricio Alvarado Lazo, de 50 años, como el responsable del asesinato de Melissa, una niña de siete años, ocurrido el pasado lunes 9 de octubre en el reparto La Campanera, municipio de Soyapango. Trascendió que el presunto asesino hasta participó de la búsqueda de la niña para tratar despistar a familiares, vecinos y autoridades.
El director general de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza Chicas, aseguró que existe suficiente prueba que vincula a Alvarado Lazo como el autor del asesinato de la menor de edad, la cual posteriormente será dada a conocer en las sedes fiscales y judiciales.
«En este lamentable y cobarde hecho presentamos la captura de Edwin Alvarado Lazo; desde que esta persona privó de libertad a este ángel (Melissa), la Policía y la Fuerza Armada activaron el protocolo de personas desaparecidas (…) y en término de 24 horas teníamos la certeza, positiva y los indicios criminales directos sobre este criminal», dijo el jefe policial.
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Minutos antes, decenas de madres de familia y otras personas gritaban: «asesino, asesino», «mátenlo», «sucio, maldito», cuando el agresor sexual era trasladado por los policías hacia una patrulla.
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La presentación del criminal fue a pocos metros de la escuela del reparto La Campanera, el lugar al que asistía la víctima a diario.
Arriaza Chicas advirtió a todos los que pretendan cometer crímenes sexuales o de otra índole contra menores de edad serán perseguidos y capturados, además, serán expuestos ante la población. «Y los vamos a presentar descalzos y los vamos a hincar así», dijo el funcionario.
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Por su parte, el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, afirmó que mucha de la evidencia procesada en la escena del crimen coincide con la encontrada en la vivienda del criminal, y además, explicó que obtuvieron información de la base de datos policial en la que se muestra que Alvarado Lazo tiene antecedentes delincuenciales por haber agredido a mujeres.
«Basta ver el perfil criminal de este delincuente para entender que este tipo de salvajes no merecen vivir en nuestras comunidades; los últimos dos delitos de los que tenemos registros las víctimas eran mujeres en 2001 y 2005», detalló el funcionario.
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SOSPECHOSO PARTICIPÓ EN BÚSQUEDA
Las investigaciones han determinado que entre las 5:30 de la tarde y 7:00 de la noche del lunes 9 de octubre, Alvarado Lazo privó de libertad a la niña y la mantuvo en su vivienda, la cual se encuentra ubicada en el pasaje 33 de dicha colonia.
La desaparición hizo que familiares y vecinos se organizaran para buscarla, incluso, hubo residentes de La Campanera que le solicitaron ayuda al ahora sospechoso, para que se sumara a la búsqueda, sin imaginarse que él era quien tenía oculta a la niña. Posteriormente, abandonó el cuerpo sin vida de la víctima en un saco de nylon en una zona verde de la colonia.
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Tanto vecinos como las autoridades aseguraron que el criminal se aprovechó de la confianza de la menor, de la inocencia con la que la niña le mostró su amistad. Lugareños han repudiado este asesinato, tanto así que mientras era presentado ante los medios solicitaron a las autoridades que le apliquen todo el peso de la ley.
Algunos vecinos explicaron que Alvarado Lazo era un ocioso, que durante el día solo se dedicaba a andar de casa en casa haciendo «visitas» de amistad al resto de vecinos.´
«Siempre tuve desconfianza de él, nunca me pareció que estuviera cerca de mi hija, me daba mala espina», comentó una vecina.
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Otros residentes detallaron que, en cierto momento, Alvarado Lazo estuvo preso, pero que finalmente lo dejaron libre. Luego se dedicó a trabajar en un negocio de lavado de vehículos.
El ministro de Seguridad comentó que el móvil del asesinato está relacionado con las intenciones de perpetrar delitos de índole sexual. El funcionario manifestó que esto derivó «en el asesinato» y que el acusado actuó solo.
«El móvil está relacionado a su depravación mental, por eso mencionaba los antecedentes de 2001 y 2005 que tenemos registrados de este salvaje que habían sido cometidos en contra de mujeres», dijo.
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ENTREGA ESPECIAL
Ella es Carolina Andrade, joven emprendedora que financió su universidad vendiendo deliciosas tortas en Ahuachapán
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Vitia Coralia Andrade Calderón, de 29 años, ha ganado notoriedad en las redes sociales por su inspiradora historia como emprendedora. Originaria de Ahuachapán, Andrade utilizó su pequeño negocio de venta de tortas para financiar sus estudios universitarios, logrando así culminar su Licenciatura en Ciencias Jurídicas en una universidad privada de la zona occidental.
La joven comenzó su emprendimiento en 2018, y gracias a su dedicación y esfuerzo, pudo concluir sus estudios en julio del año pasado. En declaraciones a un medio local, Andrade expresó: “Este emprendimiento surgió para subsidiar mis estudios. Mi historia es de una mujer valiente, y estoy orgullosa porque sé que soy alguien que siempre quise ser”.
A pesar de su reciente graduación, Vitia Coralia ha manifestado su deseo de continuar con su formación académica a través de una maestría. Sin embargo, por el momento, su pasión por el emprendimiento la ha llevado a establecer un puesto de venta de tortas en la entrada de la colonia IVU, en Ahuachapán, donde sigue cultivando su espíritu emprendedor.
ENTREGA ESPECIAL
Ella era Sandra, maestra asesinada por pandilleros cuando se dirigía a la escuela
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Foto: Cortesía
La maestra Sandra Élida Rivera Ángel fue asesinada el 15 de febrero de 2016 en el municipio de Cojutepeque, departamento de Cuscatlán. Rivera, de 39 años, fue atacada cuando se dirigía a su trabajo en el Centro Escolar Católico San Sebastián, ubicado cerca de su residencia.
Un grupo de pandilleros la detuvo cuando caminaba junto a alumnos y la acribillaron.
Las investigaciones policiales indicaron que Rivera se había convertido en un objetivo de las pandillas debido a su oposición al reclutamiento de jóvenes estudiantes, lo que contribuyó a la deserción escolar y al aumento de los grupos criminales.
Siete años antes de su asesinato, pandilleros de la MS habían asesinado a la hija de Rivera en un ataque a una clínica pediátrica. En septiembre del 2015, la Fiscalía condenó a dos pandilleros a penas de 40 y 60 años de prisión, respectivamente, por el ataque con granada a la clínica, que resultó en la muerte de la hija de la maestra, de nueve años, así como de otro niño de cuatro años y su madre de 42.
ENTREGA ESPECIAL
FOTOS | 24 años después del terremoto de 2001: estos datos muestran la magnitud de la tragedia
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Eran las 11:33 de una típica mañana en El Salvador, una de esas en las que «Variedades del 6» y Davis Rosales ponían música en los hogares de muchos salvadoreños a través de la televisión, una mañana de ir por las tortillas y preparar la sopa de patas o la de gallina, una mañana de alistar todo para el viaje a la playa o a «puebliar». Pero, también, una mañana demasiado oscura para miles de personas.
Justo a esa hora, un potente sismo de magnitud 7.7 sacudió a El Salvador durante 45 segundos, tiempo suficiente para dejar más de un millón de damnificados, casi mil fallecidos, más de 5,000 lesionados y una destrucción total, representada por el sector de Las Colinas, en Santa Tecla, departamento de La Libertad.
El poder destructivo de la naturaleza
Según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), el sismo se produjo debido al movimiento entre las placas tectónicas de Cocos y Caribe. Sin embargo, ese detalle técnico no termina por explicar el poder destructivo de un fenómeno que, en menos de un minuto, acabó con la vida de casi mil personas.
La intensidad del sismo causó una destrucción total en muchas zonas de El Salvador, siendo una de ellas en la colonia Las Colinas. Ahí, «José» (seudónimo a petición del sobreviviente) perdió a dos hermanos, una cuñada, tres sobrinos y a sus padres en el derrumbe que se produjo en dicho sector, el cual soterró casi en su totalidad dicha colonia, siendo el punto del país que más fallecidos dejó en esa tragedia.
«Se sentía como si se moviera todo el piso. Yo había salido a comprar las tortillas a dos pasajes de mi casa. El terremoto lo pasé ahí, cuando la señora de la tienda me dijo que ahí me quedara. Pude ver varias casas dañarse. Lo que no me imaginé es que, a los pocos segundos, escuchamos un estruendo que nos asustó a todos. Nos cubrimos porque solo escuchamos como una explosión. Cuando regresé a mi casa fue que me di cuenta lo que había pasado, lo del derrumbe», dijo el sobreviviente.
La familia de José es una de las tantas que suman un total de 944 fallecidos, según los registros de Protección Civil y el informe de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal). El sector del país con más muertes a raíz del terremoto fue La Libertad, donde se sumaron 685, siendo Las Colinas el punto más trágico de la situación.
«Solo estaba a dos pasajes. ¿Se imagina? Escuchamos como que estuviera explotando algo y, al ratito, todo era polvo y tierra. Corrí a mi casa y lo único que encontré fue una montaña de tierra en todo ese pasaje y todos los demás. A mi alrededor veía a otras personas llegando a ver qué pasaba y nadie se lo creía. No solo era el derrumbe, sino también las otras casas, las que más o menos estaban bien, terminaron destruidas, casi cayéndose», recuerda.
La destrucción del terremoto de 2001 no solo quedó en vidas, sino también en un daño estructural casi total en sectores como Santa Tecla, Comasagua, Colón, entre otros. Los informes de Protección Civil y Cepal contabilizan108,261 viviendas destruidas y otras 169,962 dañadas, lo que dejó un total de 1,364,160 damnificados.
La zona con más damnificados fue Usulután, con 356,391 damnificados, mientras que La Libertad sumó 147,708, San Salvador totalizó 107,083; mientras que San Vicente, Santa Ana, y Sonsonate también superaron los 100,000 afectados. En cuanto a lesionados, el terremoto dejó 5.565 en todo el país, además de 193 soterrados.
En cuanto a daños estructurales, el terremoto también dejó un saldo de 688 viviendas soterradas, de las cuales 687 se registraron en La Libertad, principalmente en Las Colinas, Comasagua, Colón y otros sectores, dejando en claro que ese departamento fue el que más resintió el impacto del potente fenómeno telúrico.
Parte de la destrucción la vivió Ricardo Fernández, comerciante de electrodomésticos cuyo negocio se situaba en la 2° Avenida Sur, en Santa Tecla, uno de los sectores económicamente más activos de dicha localidad.
«El terremoto tiró todos los negocios. No quedó nada. Solo pudimos correr a la calle y, desde ahí, ver cómo se caía todo el trabajo de muchos años. Cuando pasó el terremoto solo quedaron los escombros. Esa calle, la 2° Avenida, y todo el centro de Santa Tecla quedó destruido porque eran construcciones de adobe. Parecía película todo eso», señala Fernández.
Para los expertos de Medio Ambiente, el poder y la energía liberada en ese terremoto fue equivalente a la de 360 bombas atómicas como las lanzadas en Hiroshima y Nagazaki, en Japón, en 1945, lo que retrata con mayor fidelidad la capacidad destructiva que la naturaleza liberó ese día en El Salvador.
Una lucha por reconstruir
El negocio de Fernández nunca pudo volver a levantarse. A partir de ese 2001 comenzó a dedicarse a ser comerciante independiente en diversos rubros hasta el día de hoy. «Era complicado resurgir. Pero lo hemos logrado, poco a poco. Ya no pude volver a poner el negocio, pero hemos logrado sobrevivir y volver a salir adelante. Así nos toca a los salvadoreños», asegura.
La 2°Avenida Sur, en la actualidad, ha recuperado su brillo económico y el centro de Santa Tecla sigue siendo una parte activa en las finanzas de dicha localidad. Toda Santa Tecla, ahora que han pasado 24 años, se ha logrado posicionar como uno de los municipios más activos económicamente en el país, dejando en claro que, pese a la destrucción de 2001, El Salvador encontró la forma de volver a resurgir.
«Uno nunca deja de recordar a sus familiares en estas fechas», explica José. «No deja de llorar, no deja de dar tristeza. Pero la vida ha continuado y he conocido a otras personas, sobrevivientes también, que han salido adelante, algunos han podido rehacer sus vidas, otros han sabido vivir con el recuerdo. De mi parte, eso me ha tocado, saber vivir con el recuerdo. Para bien o para mal seguimos vivos y es por algo, por algo Dios así quiso que pasaran las cosas», añade.
En la actualidad, José es uno de los muchos comerciantes que se ubican cada fin de semana en el sector conocido como «Paseo El Carmen», uno de los puntos turísticos más importantes de Santa Tecla. Además, también ha logrado expandir su pequeño comercio de comidas a otras zonas como el Parque El Principito y la zona de El Cafetalón, lugares que, para él, también muestran cómo Santa Tecla ha salido adelante casi un cuarto siglo después del desastre.
«Si usted ve, ahora Santa Tecla se ve bonito, parece otra ciudad. Nadie creería todo lo que pasó en ese año. Por eso le digo que, para bien o para mal, las cosas siempre suceden. A partir de ese terremoto logramos encontrar un camino nuevo y pudimos resurgir. Claro que daría todo por tener a mi familia conmigo, pero la oportunidad de vivir me hace pensar que lo mejor que puedo hacer es recordarlos y seguir luchando», detalla.
Fernández también destaca el cambio de Santa Tecla en los últimos años. «Dicen que así somos los salvadoreños, con la capacidad de salir triunfantes de cualquier situación. Nos ha costado. Pero acá estamos. Ahora vivimos en un mejor El Salvador y eso también incluye todas esas malas experiencias que hemos tenido que superar. Siempre encontramos la forma de salir adelante y Santa Tecla y El Salvador así lo demuestran», confiesa.