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Guaidó y Maduro: cuánto poder tiene cada uno y ahora qué pasará en adelante

Tras desconocer por ilegítimas las elecciones en las que Nicolás Maduro se proclamó el año pasado reelecto como presidente de Venezuela y declararlo «usurpador» del poder tras su reasunción el 10 de enero pasado, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se proclamó este miércoles presidente interino del país, encargado de las funciones ejecutivas hasta tanto se realicen elecciones democráticas y transparentes.
Guaidó realizó su juramentación en un acto público multitudinario realizado en el centro de Caracas para protestar contra el régimen de chavista.
¿Pero cuál es el poder real que Guaidó tienen desde este momento y como convivirá con Maduro?
En la práctica, Venezuela ha terminado de conformar este miércoles un poder bicéfaloque se fue construyendo en los últimos años y que cuenta con diferentes apoyos a nivel nacional e internacional y se desconoce autoridad mutuamente.
Guaidó, un ingeniero de 35 años con una maestría en administración pública, preside la Asamblea Nacional, el único poder del estado venezolano que quedó en manos de la oposición tras las elecciones de 2015, las últimas que fueron consideradas relativamente transparentes y democráticas por la comunidad internacional.

Desde entonces, Nicolás Maduro ajustó los cerrojos de su régimen, desplazó jueces y cooptó el Tribunal Supremo de Venezuela con magistrados leales al chavismo que en poco tiempo declararon en desacato a la Asamblea Nacional. Luego convocó a una elección amañada de una Asamblea Constituyente que pasó a funcionar como un parlamento paralelo.
En este juego de espejos, Maduro cuenta entonces con el respaldo del Tribunal Supremo, la Asamblea Constituyente y, por sobre todo, de las máximas jerarquías de las fuerzas armadas y policiales, donde también ha realizado purgas para desplazar a los disidentes.
Guaidó, por su parte, cuenta con el respaldo de la Asamblea Legislativa, del Tribunal Supremo en el exilio constituido los jueces desplazados por Maduro y de los partidos políticos de la oposición reunidos en la Mesa de Unidad Democrática.
En el exterior, Guaidó viene ganando respaldo internacional. En las últimas semanas, Estados Unidos, la OEA, Canadá, Australia y 13 países de América Latina reunidos en el grupo de Lima desconocieron el nuevo mandato de Maduro y este miércoles comenzaron a reconocer a Guaidó como presidente interino legítimo del país, además de ofrecerle su ayuda para el restablecimiento de la democracia en Venezuela mediante elecciones libres.

Algunos de estos países y organizaciones, además, han comenzado a retirar a sus embajadores de Caracas y reconocer como únicos representantes legítimos ante ellos a los designados por la Asamblea Nacional.
Cada vez más aislado, Maduro aún cuenta sin embargo como principales respaldos internacionales a los gobiernos de Rusia y China, así como otros regímenes autoritarios como la teocracia iraní.
Es de esperar que en los próximos días se agudicen estas tensiones y el juego de espejos entre dos poderes en pugna.
Guaidó ha dicho que su objetivo es mantener la presión alta con la gente en las calles y un apoyo internacional creciente para lograr que Maduro abandone el Palacio de Miraflores y entonces poner en marcha un proceso electoral transparente para la elección de un nuevo Presidente, el fin último de su mandato interino al frente del Ejecutivo.
Del otro lado, es esperable un mayor endurecimiento del régimen, con posibles nuevas detenciones de dirigentes opositores, de los que ya hay más de dos centenares en las cárceles venezolanas.
Hay algo que ambos reconocen: que el último sostén del chavismo son las fuerzas armadas, en las que florece el descontento con el régimen en los estratos inferiores. Por eso, Guaidó ha insistido en los últimos días en pedir el respaldo de los militares a la Constitución y ofrecer una amplia amnistía a quienes se rebelen contra el régimen. En esa pulseada, ambos saben que está la clave para la definición de esta puja de poder.
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FOTOS | El Vaticano difunde las primeras imágenes del papa Francisco en su féretro

Este martes, el Vaticano difundió las primeras imágenes del papa Francisco dentro del féretro, como parte de los homenajes póstumos que marcarán la última vez que el mundo lo vea físicamente.
Las fotografías muestran el cuerpo del pontífice en la capilla de la Casa Santa Marta, su residencia habitual y lugar al que acudía con frecuencia para orar y meditar por el mundo.
Según se informó, las imágenes forman parte del acto de constatación del deceso. En ellas, el papa aparece vestido con una túnica roja —color litúrgico reservado para funerales papales—, con una mitra blanca sobre la cabeza y un rosario negro entrelazado en las manos, símbolo de su profunda devoción mariana.
El miércoles 23 de abril, su cuerpo será trasladado a la Basílica de San Pedro, donde se instalará la capilla ardiente para que los fieles puedan despedirse.
Asimismo, se confirmó que sus restos reposarán en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, en cumplimiento de su voluntad testamentaria.
Tal como lo pidió en vida, su funeral y todos los actos relacionados se realizarán de forma sencilla, sin decoraciones ostentosas, como reflejan las imágenes difundidas.
«La tumba debe ser en la tierra; sencilla, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus», dejó escrito el pontífice en su testamento, publicado por el Vaticano.
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El cónclave, manual de instrucciones

Así se elegirá al sucesor del papa Francisco: paso a paso del cónclave
Durante el cónclave, los cardenales electores se reunirán a puerta cerrada en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años.
La elección está regida por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996. La fecha del cónclave aún no ha sido fijada.
Preparativos
Los 135 cardenales electores —todos menores de 80 años— se alojarán en la residencia de Santa Marta, dentro del Vaticano, durante la duración del cónclave.
La jornada inicial comienza con una misa solemne en la basílica de San Pedro. Por la tarde, los cardenales, vestidos con el hábito coral, se reúnen primero en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico y luego, en procesión, se dirigen a la Capilla Sixtina invocando la asistencia del Espíritu Santo.
Bajo la icónica bóveda pintada por Miguel Ángel, los cardenales prestan juramento colocando la mano sobre el Evangelio.
Luego, siguiendo un antiguo ritual de la Edad Media, el maestro de ceremonias pronuncia la frase «Extra omnes» («¡Todos fuera!»), lo que marca la salida de todas las personas ajenas al cónclave y el cierre de puertas, con el fin de evitar cualquier influencia externa.
La elección
Por sorteo, se designan tres grupos de tres cardenales: los escrutadores, encargados de contar los votos; los infirmarii, responsables de recoger los votos de los cardenales enfermos; y los revisores, que verifican el escrutinio.
Cada cardenal recibe una papeleta rectangular con la inscripción Eligo in Summum Pontificem («Elijo como Sumo Pontífice») en la parte superior y un espacio en blanco para escribir el nombre del candidato, con una caligrafía lo más irreconocible posible. En teoría, está prohibido votarse a sí mismo.
Uno por uno, los cardenales se acercan al altar con la papeleta visible, pronuncian un juramento en latín —«Testor Christum Dominum, qui me iudicaturus est, me eligere in Summum Pontificem illum, quem secundum Deum iudico eligi debere»— y depositan su voto en una urna.
Los cardenales que no pueden acercarse al altar por razones de salud entregan su voto a un escrutador, quien lo deposita en su lugar.
Una vez recogidos todos los votos, un escrutador agita la urna, los transfiere a otro recipiente y se inicia el conteo. Dos escrutadores anotan los nombres mientras un tercero los lee en voz alta. Luego, perforan cada papeleta en el lugar donde aparece la palabra Eligo. Los revisores corroboran la exactitud del proceso.
Si ningún candidato alcanza la mayoría de dos tercios, se realiza otra votación. A partir del segundo día, se celebran hasta cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde, hasta que se logre una elección.
Las papeletas y notas utilizadas se queman después de cada dos rondas. El humo que emana de la chimenea visible desde la plaza de San Pedro es negro si no se ha elegido un papa, y blanco cuando se ha alcanzado un consenso: la tradicional fumata blanca.
Si tras tres días no se ha logrado una elección, se hace una pausa de un día dedicada a la oración y reflexión.
Habemus Papam
Una vez elegido, el nuevo papa debe responder a dos preguntas formuladas por el decano del Colegio Cardenalicio:
-
«¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?»
-
«¿Qué nombre deseas tomar?»
Si acepta, se convierte en el nuevo obispo de Roma y cabeza de la Iglesia Católica.
A continuación, los cardenales expresan su obediencia al nuevo pontífice. Desde el balcón central de la basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono anuncia al mundo: «Habemus Papam». Seguidamente, el nuevo papa aparece y ofrece su primera bendición Urbi et Orbi («A la ciudad y al mundo»).
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El funeral del papa Francisco tendrá lugar el sábado

El funeral del papa Francisco se celebrará el sábado, pero los fieles podrán despedirse del primer pontífice latinoamericano a partir del miércoles en la basílica de San Pedro, anunció este martes el Vaticano.
La misa funeral tendrá lugar el sábado a las 10:00 (08:00 GMT) en la plaza de San Pedro, frente a la basílica homónima, lugar donde el jesuita argentino hizo su última aparición pública durante el pasado Domingo de Resurrección.
Actualmente, los restos mortales de Jorge Mario Bergoglio reposan en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde falleció el lunes a los 88 años a causa de un ictus, casi un mes después de recibir el alta tras una prolongada hospitalización por problemas respiratorios.
En dicha capilla, el cuerpo del pontífice yace dentro de un féretro, vestido con una casulla roja y una mitra blanca, sosteniendo un rosario entre las manos, mientras es custodiado por dos guardias suizos, según las primeras imágenes oficiales difundidas este martes.
Según la prensa italiana, se espera que medio millón de personas acudan al funeral, junto a jefes de Estado y miembros de la realeza de todo el mundo.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ya confirmó su asistencia, al igual que sus homólogos Emmanuel Macron (Francia) y Volodimir Zelenski (Ucrania). “¡Estamos deseando estar allí!”, expresó el lunes Trump, quien asistirá junto a su esposa Melania.
A diferencia de sus predecesores inmediatos, Francisco eligió como lugar de descanso eterno la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, donde será sepultado de forma “sencilla”, con una lápida que llevará únicamente la inscripción Franciscus, su nombre papal en latín.
Antes de su sepultura, programada para el sábado, los fieles podrán rendir homenaje a sus restos en la basílica de San Pedro, adonde serán trasladados este miércoles a las 09:00 (07:00 GMT), en un féretro de madera y zinc.
Aunque su estado de salud era delicado desde su hospitalización el pasado 14 de febrero por una bronquitis que derivó en neumonía bilateral, su fallecimiento, ocurrido casi un mes después de ser dado de alta, ha conmocionado a la Iglesia católica.
Desde primeras horas del martes, cientos de periodistas de todo el mundo comenzaron a llegar al Vaticano, donde la policía controla el acceso a la plaza de San Pedro para turistas y fieles.