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ENTREGA ESPECIAL

“Ningún violador merece perdón ni olvido”: el calvario de la esclava sexual de un hombre que lleva 20 años protegido por el estado venezolano

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“Yo tenía 18 años”, repite insistentemente Linda Loaiza López Soto, como si quisiera asegurarse de que era demasiado joven para el horror que vivió. De hablar sereno, pero firme. Responde a las preguntas con el cuidado de quien no quiere olvidar lo importante. Veinte años del dolor que apenas menciona, del que no quiere profundizar, quizá porque como dijo al final de la entrevista “cuando es necesario, lloro” y a veces lo que entendemos es el refugio más importante hay que administrar mejor.

Durante cuatro meses, 112 días exactamente, desde que fue secuestrada en marzo 2001, su victimario Luis Antonio Carrera Almoina, a quienes en la prensa llamaron el “Monstruo de los Palos Grandes”, la violó, la mutiló y  la convirtió en esclava sexual, hasta el 19 de julio cuando fue rescatada. Y ahí empezó el otro crimen: con el que lleva 20 años luchando, el de la impunidad. De la entrevista que en exclusiva le concede a Infobae, se revela que tiene muchas cicatrices, pero la herida de la justicia aun sangra, deforme y atroz. Y no solo para ella sino para varias mujeres abusadas por el hombre que sigue en libertad. López no fue la primera y tampoco ha sido la última de víctima del monstruo.

Desde que la rescatan hasta que la llevan a prestarle atención médica pasaron cinco horas. “Lo había perdido todo, mi familia estaba desmoronada, yo en cualquier momento podía fallecer, aparte de todo el tiempo que estuve en cautiverio, mi vida estuvo en peligro. Tengo 15 operaciones muy comprometedoras, dos del páncreas, son de gran envergadura para una persona, yo tenía 18 años”.

“Desde el momento en que mi hermana me rescató, no ocurre nada, las instituciones del Estado no dictaron las medidas de protección que debían, desde allí comienza la falla”, dice la ahora abogada Linda Loaiza López Soto.

El apellido de quien la secuestró, violó y torturó, Luis Antonio Carrera Almoina, no es cualquiera, es parte de una familia reconocida en el mundo académico venezolano. Su padre es el destacado escritor, miembro de la Academia Venezolana de Letras y ex rector de la Universidad Nacional Abierta, doctor Gustavo Luis Carrera Damas. Y sus tíos son el historiador Germán Carrera Damas, colaborador de la Unesco y presidente del Comité Internacional de Redacción de la Historia General de América Latina y Jerónimo Carrera Damas, quien al morir en el 2013 era el presidente del Partido Comunista de Venezuela.

Para que se realizara el juicio Linda Loaiza, a secas, como todos la llaman, tuvo que hacer una huelga de hambre durante 13 días. “Eso me llevó unas 6 o 7 semanas de un proceso de juicio, audiencias, ofensas, atropellos, donde no se valoró mi testimonio”.

En octubre del 2004 la juez Rosa Cádiz absolvió a Carrera Almoina de todos los cargos. Él dijo que la joven había llegado golpeada a su casa y que no denunció porque ella no quería implicar a personas allegadas. En un nuevo juicio el individuo fue sentenciado por lesiones gravísimas y privación de libertad, por lo que estuvo preso durante seis años. Siguen pendientes los delitos de violación e intento de homicidio.

Por su parte, hoy en día, Linda Loaiza subraya que recibe mucha solidaridad a través de mensajes, “Algunas personas piden perdón por no haber actuado efectiva ni activamente desde el año 2001 hasta ahora”.

Necesaria justicia

Recientemente en Venezuela se viralizó el “yo sí te creo”, al estilo de “me too”, para apoyar a las víctimas de acoso o violencia sexual, que revelaron entre otros al escritor Willy McKey, nombre verdadero Willy Joseph Madrid Lira, quien se suicidó luego de las denuncias de abuso sexual, de las cuales el Ministerio Público inició una investigación sobre él y Alejandro Sojo y Tony Maestracci, por los presuntos delitos de violencia y abuso sexual.

Ante eso, Linda Loaiza escribió un hilo a través de Twitter dirigido al fiscal Tarek William Saab, recordándole la sentencia de la CIDH. “Yo simplemente escribí ese tweet esperando una respuesta que no he conseguido aún”.

-¿La impunidad en su caso es un aliciente para que los depredadores sexuales, los violadores, sientan que en Venezuela pueden cometer este tipo de delitos y no pagar por ellos?

-Sí, por supuesto, porque si hace 20 años atrás, el Estado, las instituciones, el sistema de justicia hubieran dado un mensaje diferente a los agresores, a los violadores, pero al no brindarme justicia, al no emitir una sentencia de justicia ejemplarizante en favor de las mujeres, el mensaje que le sigue brindando el Estado a la sociedad es que a los hombres que cometen delitos, no los vamos a sancionar. Ese es el mensaje que le ha enviado la Justicia a la sociedad venezolana desde hace 20 años. Ellos tienen la oportunidad de reconocer, rectificar y sancionar a cualquier hombre que comete estos delitos.

-¿No consiguió a funcionarios que se identificaran con su causa o interés en hacer justicia?

-Sí. Encontré gente interesada y también indignada con mi causa, se veía, pero también hay gente temerosa, una sociedad de cómplices que prefieren callar y avanzar sin apoyar a otros.

-¿Cree que fue intencional para proteger al victimario o solo que a usted no le creyeron?

-Cuando se trata de delitos contra la mujer, básicamente no nos creen. Mi hermana fue varias veces a denunciar mi desaparición y no le tomaron la denuncia, hasta que ella recibió amenazas por parte de la persona que me tenía en cautiverio a mí. ¿Puedes imaginar la incredulidad?

-Quizá no creyeron tal horror o el cinismo por parte de Carrera Almoina.

-Yo estaba en riesgo de muerte, como lo certifican los informes médicos, peritaje, policía, y según lo registran las actas policiales, desde el rescate estuve de 10 de la noche, que pudieron transcribir un acta procesal, hasta las 3 y media de la mañana cuando ingreso a un hospital. El chofer de la ambulancia consultó con la fiscal si colocaba la sirena.

-¿Quién era la fiscal?

-Rodríguez González (Capaya Rodríguez González,  actual  Viceministra del régimen venezolano para Asia, Medio Oriente y Oceanía)

-¿Cuál fue el argumento para denegarle justicia?

El ciudadano Luis Carrera es hijo del ex Rector de la Universidad Nacional Abierta y ese era su carnet de presentación para lograr impunidad ante los delitos que cometió en mi contra. Las instituciones no han hecho nada por lograr justicia, ni a mí ni a tantas víctimas.

-Me avergüenza que ese atroz crimen esté impune, porque hemos tenido mujeres en cargos relevantes: la fiscal Luisa Ortega Díaz, la presidente de la Asamblea Nacional Cilia Flores, en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Luisa Estela Morales Lamuño y Gladys María Gutiérrez Alvarado. Uno creería que por condición de género hubiese interés en que haya justicia en un caso como el suyo.

-Que haya mujeres en cargos reconocidos no indica que se garanticen los derechos de la mujer. En esos cargos, con mujeres, lo que he visto es una figura utilizada. Con respecto a los derechos de la mujer, no hay garantías. No hay protección a nuestros derechos, y si alguien tiene dudas, que lea el libro que recientemente he publicado, vea las veces que he acudido al sistema de justicia. No he recibido una respuesta durante 20 años. Recientemente salió el testimonio de la señora  Zuleima Yamilet Arráiz, otra víctima de Carrera Almoina y no se ha abierto una investigación, no se ha procedido a brindar justicia a las víctimas.

-Lo que usted cuenta me lleva a concluir que somos muy vulnerables en una sociedad que se preciaba de ser democrática. En su caso no hay dudas o sospechas, porque los daños físicos son demasiado evidentes. ¿Quiénes son los fiscales y jueces que han tenido su caso?

-Sería un reto a la memoria recordar el nombre de cada uno de ellos, pero puedo decirte que hay más de 90 jueces y 10 fiscales en este país, que conocieron mi caso. El expediente pasó por recusaciones y no se garantizó justicia, por lo que acudí, en el año 2007, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en el año 2018 condena al estado venezolano por las diversas violaciones a los DDHH en mi contra y en contra de mi familia. La CIDH categorizó que los delitos cometidos en mi contra fueron esclavitud sexual y tortura cometidos por un particular favorecidos por el Estado. El Estado venezolano no ha cumplido la sentencia de la Corte Interamericana y he luchado por obtener normativas de protección a las mujeres, niñas y adolescentes; mientras el Estado no cumpla yo seguiré mi lucha.

Defensora de mujeres

En esta conversación con Infobae, Linda Loaiza reitera, “yo continúo buscando justicia para mí y por supuesto, para todas las mujeres a nivel nacional e internacional, sobre todo en la cultura de las nuevas generaciones, porque es muy importante la formación de personas con valores, con equidad, con justicia. Por eso continúo”.

-¿Cómo pudo pasar de ser una víctima a ser una defensora de los Derechos Humanos de las mujeres?

-Fue una sobrevivencia en todos los sentidos, desde varios ángulos y frentes: luchar por la parte médica, mi recuperación, luchar para mantenerme socialmente, intentar la parte legal. Fue una lucha bárbara por resistir, por buscar justicia; creo en mí misma y en la lucha que he dado. Desde el momento de mi rescate, el 19 de julio de 2001, atravieso por un sinfín de atropellos, incluso durante el traslado en ambulancia hasta el hospital.

-¿Qué ha hecho Linda Loaiza en estos 20 años, además de exigir justicia y tratar de sanar mental, física y emocionalmente?

-Además de luchar por justicia, en el camino decidí estudiar Derecho, me gradué de abogada e hice una Especialización en Derechos Humanos de las Mujeres; me dedicó a asesoría en estos temas.

-Y personalmente, ¿cómo se rehace la confianza en la gente después de lo que le sucedió?

-(silencio corto) Para sobrevivientes de delitos relacionados con la sexualidad, como la violación, es muy difícil relacionarse y enfrentar la sociedad, es un gran reto. Durante estos 20 años he estado acompañada por terapeutas, tanto psicológica como psiquiatra y en algunas oportunidades he estado medicada, cuando ha sido necesario; he contado con el apoyo de mis padres y de mis hermanas y hermanos, he buscado especialistas en el tema. He hecho un esfuerzo, he mantenido la perseverancia, la constancia para alcanzar la justicia, con disciplina. Las víctimas y sobrevivientes requieren, para su desarrollo en la sociedad, lograr justicia.

-Es un capítulo no cerrado, entonces.

-Sí, porque todavía mi caso permanece en la impunidad. Junto a Luisa Kislinger publicamos el libro “Doble Crimen”, sobre este caso y la lucha que hemos tenido. Está a la venta en todo el país, también en Alemania, Canadá, Estados Unidos, España, Francia, Inglaterra, Italia y Japón, además de Amazon. Este libro es mi testimonio, el reflejo de lo que ocurre en Venezuela, y que deben conocer las futuras generaciones.

-¿Qué les diría a las jovencitas de hoy a la vista de la amarga experiencia que vivió?

-Que ante cualquier delito de violencia, deben denunciar. Es importante informar a las autoridades y buscar ayuda de cualquier institución, organización, de cualquier profesional, a fin de protegerse, hay que formalizar las denuncias, acudir a las instituciones correspondientes, al Ministerio Público, obviamente, y denunciar cualquier delito que pudiera estar sufriendo una mujer, una adolescente, también perseverar y buscar justicia. Es un camino largo, duro.

-¿Cómo se supera?

En mi experiencia, pienso que esto no se supera, este sufrimiento, esta afectación. Este tipo de delito no se supera, se aprende a convivir con ese dolor, y es allí donde alcanzar la justicia se vuelve una necesidad para la sobreviviente. Eso es indispensable para cualquier sobreviviente, al menos para continuar la vida, para cerrar un capítulo y seguir.

-¿Cree que eso sea suficiente?

Bueno, hay una frase con la que pedí terminara mi libro Doble Crimen; “Nada se parece tanto a la injusticia que la justicia tardía”. Yo sigo en mi lucha y sigo esperando respuesta de las instituciones que profanan la garantía, el respeto a los DD.HH., de la justicia y de todos estos derechos que deben ser garantizados.

-Sí, doble crimen

-En el libro “Doble Crimen, Tortura, esclavitud sexual e impunidad”, publicado por la Editorial Dahbar, está su testimonio, está la historia, pero no solo del horror que padeció como víctima de Carrera Almoina sino de los largos 20 años de no desfallecer en búsqueda de la justicia.

-¿Por qué el libro se llama Doble Crimen?

-Un crimen el que cometió Luis Carrera en mi contra y el otro crimen el que sigue cometiendo el Estado al no garantizarme justicia. Es Doble Crimen, es tortura y esclavitud sexual, los que mencionó la Corte Interamericana en la sentencia condenatoria contra el Estado y la palabra impunidad, porque estos 20 años no he tenido justicia por parte del estado venezolano.

-Antes de que sucediera este hecho atroz, ¿qué planes tenía en su vida?

-Bueno, quiero decirte que amo los animales y estudié durante ocho años Zootecnia, yo me gradué a mis 17 años de Técnico Medio en Producción Animal. Realmente, lo que deseaba era ser Médico Veterinario, pero tuve que direccionar mi vida, por los hechos a los cuales sobreviví, aunado a la necesidad de justicia, a lo que vi y oi en los pasillos del sistema de justicia, los testimonios que escuché de mucha gente y el temor a seguir en una sociedad que no garantice los derechos de la mujer.

-¿Pudo volver a confiar en algún hombre en su vida?

-Hay una frase que mi papá me dijo antes de salir del hospital, “recuerda que no todos los hombres son iguales”. Yo sé que mi papá y mis hermanos tienen respeto por las mujeres. Esa frase la llevo tatuada en mi mente, aprendí a no juzgar a todos por una persona en específico. Con eso aprendí que no todos los hombres son malos.

-Usted resume en que Carrera Almoina es malo. ¿Puede alguien así ser perdonado?

-Ningún agresor, ningún torturador, ningún violador, merece perdón ni olvido. Lo que ellos merecen es sanciones, ser condenados, ser apresados, ser privados de libertad para evitar que otras mujeres, otras niñas, otras adolescentes, corran peligro.

No soy la única víctima

Hoy tiene 38 años, pero cuando el horror tocó a su vida, apenas era una jovencita de 18 años, que había egresado como Técnico Medio en Zootecnia, vivía en el andino estado Mérida, junto con sus padres, oriundos de Colombia, Viajó a Caracas, la capital del país, para ‘salir adelante’. Razona en que no tenía una posición social reconocida. “Venía saliendo de la adolescencia”.

-Hay casos simbólicos a nivel mundial y se hace justicia, aunque a veces tarda. Insisto en una pregunta del principio, ¿por qué cree que hasta ahora su victimario Luis Carrera Almoina ha logrado salir impune?

-Porque tiene una sociedad de cómplices que sigue cubriendo, que sigue permitiendo este tipo de delitos, ahí tienen “las vacas sagradas” y hay instituciones, específicamente, las del sistema de justicia, que permiten y facilitan, que dejan que este tipo de delitos se sigan cometiendo sin sancionar.

-Lo pregunto, no desde la generalidad, sino desde la particularidad. ¿Por qué él logra salir impune, y en otros casos no ha ocurrido así?

-Porque Luis Antonio Carrera Almoina, quien es el agresor, violador y torturador en mi caso, y en el caso de otras víctimas de delitos que no se han sancionado, es el hijo del señor Luis Gustavo Carrera Damas, quien era para el 2001 el Rector de la Universidad Nacional Abierta, hermano del famoso Luis Carrera Damas, que uno era del Partido Comunista, el otro a los escritores. En fin, era un grupo de intelectuales que tocan cualquier puerta, piden cualquier favor y es allí donde yo lo llamo sociedad de cómplices al permitir que estos crímenes se sigan manteniendo impunes y no sancionados.

-Esa familia ha permitido que un integrante, no sé si hay otros, pero al menos Carrera Almoina, sea el victimario de un crimen atroz sin castigo.

-Yo no soy la única víctima de Luis Antonio Carrera Almoina. Hay varias víctimas y el sistema de justicia lo sabe y las tiene identificadas; él ha tenido denuncias antes de mi caso. Ya antes había víctimas que han huido porque las amenazas de la familia Carrera las aterra. Sin duda, hay un patrón establecido, no solamente de conducta sexual desviada.

-¿Se han cuantificado las víctimas de ese individuo?

Más de media docena.

-Durante el transcurso de esta entrevista, siempre se ha referido a Luis Antonio Carrera Almoina como “ciudadano”, lo hace con serenidad y no expresa ira ni odio, ¿Qué siente hoy después de 20 años de lo ocurrido?

-Mi objetivo y mi intención al acudir a las instituciones, es lograr justicia, no tengo intenciones de venganza, mi única lucha ha sido por la justicia, será que por eso nota mi serenidad. No lo sé.

-¿Aún siente miedo? ¿Llora?

-El miedo es un sentimiento que nunca debe desaparecer, porque en algún momento lo vamos a necesitar, hasta por defensa propia. Tengo mucho cuidado, y bueno, llorar también es necesario para sanar el alma, y para lavar los ojos.

-Insisto en la pregunta, ¿tiene miedo? ¿llora?

Tengo cuidado y cuando es necesario, lloro.

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VIDEOS | “Mi mamá me llamó llorando y me dijo: ‘hijo, sos un héroe’”: Elías Valladares

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Convencido de haber sido usado por Dios como un instrumento para salvar decenas de vidas y con lágrimas en sus ojos y el corazón conmovido, Elías Valladares habló sobre su increíble hazaña al atravesar su rastra para detener un autobús sin frenos en el occidente de Honduras.

El conductor de equipo pesado se hizo viral en las redes sociales luego que el viernes 18 de octubre colocara su unidad frente a un autobús sin frenos que iba cargado de migrantes a la altura de El Portillo, en el departamento de Ocotepeque, muy cerca de la frontera de Honduras y Guatemala.

Su heroico gesto fue el que evitó que ocurriera una tragedia, pues el bus pudo haber chocado contra otros vehículos, contra un paredón o pudo haberse salido de la carretera. En cualquier escenario, el saldo hubiera sido mortal.

Su rápida acción quedó captada en un video que fue tomado por un tercer conductor, quien fue identificado como Roger Melgar. Él grabó el momento justo en que el conductor de la rastra salvó a los adultos y niños que iban dentro de la unidad de transporte público.

Según se conoció, Elías Valladares, de 46 años, es originario de Los Charcos, Talanga, Francisco Morazán, y desde hace 12 años conduce equipo pesado y aunque ha vivido diversas experiencias al volante, esta es, sin duda, la más inusual y peligrosa que ha experimentado.

Ni él se explica cómo logró pensar tan rápido y tomar la decisión de arriesgarse él y a su unidad de trabajo para frenar el autobús sin frenos, al mismo tiempo que evitó poner en riesgo a los demás carros que transitaban por la carretera llena de curvas.

Ante esto, varios medios hondureños han entrevistado a Elías Valladares, un día después de la hazaña, en donde narró cómo fueron esos minutos de tensión y angustia.

“Cuando venía por El Portillo yo vi el autobús, pasamos cierto tramo de carretera y al ver que el autobús venía humeando en el lado de las llantas traseras, cuando veníamos más abajo de la pendiente lo rebasé, me le puse a la par y le dije al piloto que le iba agarrando fuego una llanta, que iba humeando demasiado y me hizo señas de que ya no llevaba frenos”, comenzó narrando Valladares.

“Cuando él me dice que ya no llevaba frenos, lo primero que se me ocurre a mí es ponerme en la parte de enfrente del automotor y tratar de ayudar a detenerlo… Lo primero que hice yo fue encomendarme a Dios porque no es fácil hacer ese tipo de maniobra, eso fue gracias a Diosito que nos ayudó porque logramos detener la unidad y salvar a varias personas”, añadió.

Elías asegura que un factor importante para poder salvar tantas vidas fue que su rastra no llevaba carga, porque de lo contrario el peso no le habría permitido rebasar tan rápido al autobús. Además de la pericia al manejar, pues en la primera ocasión, cuando intentó colocarse frente al bus y frenarlo con su plataforma, una camioneta se atravesó entre ambos, impidiéndole hacerlo; afortunadamente en el segundo intentó sí lo logró.

“Muchas de las personas que iban en el autobús se bajaron y me dijeron que yo era un ángel, enviado de Dios para salvarlos a ellos. Gracias a Dios porque nos mantuvo firmes y no nos dejó caer”, dijo con lágrimas en sus ojos.

“Cuando ya estaba todo controlado, yo me tiré de mi camión y vinieron unas personas que abordaban el autobús, me abrazaron y me dijeron que había sido un ángel guardián para ellos. El piloto del autobús también me dijo: ‘gracias, nos salvaste’”, recordó.

Don Elías también aseguró que fue una sorpresa para él cuando se enteró de que el video captado por una persona que viajaba en un carro detrás del bus había trascendido en las redes sociales y que, gracias a eso, miles de personas difundieron su fotografía y le dejaban mensajes de admiración.

Es por eso que se tomó un momento para agradecer al ciudadano que grabó el video que muestra cómo salvó a los ocupantes del bus, pues asegura que sin él nadie le hubiera creído lo que ocurrió y que además, gracias a esa persona, miles de usuarios de las redes sociales comenzaron a considerarlo un héroe.

Ese video también permitió que su esposa, sus tres hijos y su madre vieran cómo ocurrió todo y le expresaran cuánto lo aman y lo admiran. “Tras que pasó eso yo les mandé la foto y me dijeron ‘que Dios te guarde en todo momento’, se quedaron asombrados, pero cuando vieron el video… Mi mamá me llamó llorando, me dijo: ‘hijo, sos un héroe’, recordó con el corazón lleno de emoción y orgullo.

Los mensajes de admiración y felicitación a través de las redes sociales siguen llegando y don Elías afirma sentirse agradecido, pues jamás imaginó que en un día más de trabajo se convertiría en un personaje reconocido dentro y fuera de Honduras.

Desde El Salvador, estos son algunos de los comentarios que han dejado a Elías Valladares por su gran valentía.

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Thomas Girón: el polivoz salvadoreño que conquista escenarios imitando a grandes de la música

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Thomas Girón comenzó cantando en la iglesia cristiana a la que pertenecía en su natal Huizúcar, en La Libertad. Simultáneamente, aprendió a tocar guitarra, el teclado y el bajo, «pero no los toco profesionalmente», dice.

No obstante, saber de ritmos, tiempos, escalas, sobre todo su pasión por escuchar música, sentaron las bases para que se convirtiera en un polivoz.

«Comencé con mi hermano mayor, él tocaba teclado en ese entonces, y él me metió a la parte de los coros. Luego, como siempre me ha gustado la música, iba a los karaokes cuando tenía más edad. Allí conocí a un amigo que ya tiene trayectoria, se llama Robert Riveira, él trabajaba en Merliot, me escuchó cantar y me dijo: “Cantás muy bien», expresa Thomas.

Riveira (también polivoz) compartía escenario con Girón y así el joven se fue adentrando más en la imitación de voces. Hacían dúo o cada quien tenía su tiempo para presentarse al público. Trabajaron juntos aproximadamente un año, durante el cual también amenizaron festividades o eventos privados en el interior del país.

Su amigo fue quién le habló de tener un repertorio de música a interpretar, además le enseñó técnicas vocales. «Somos artistas distintos, él es más alegre, yo soy un poco más serio, aunque ya trabajando uno tiene que soltarse un poquito más y así comencé», agrega el joven.

Ricardo Montaner y Sin Bandera fueron los primeros a quienes imitó Thomas. Las presentaciones en restaurantes y eventos privados las combinaba trabajando en un call center y con la administración de sitios web.

Hace seis años, aproximadamente, se presentó como solista. «Tenía muchos nervios porque no tenía mucho repertorio», recuerda.

En el 2021 dejó su trabajo en el call center para darle más empuje a su carrera universitaria y a su faceta artística. Los ahorros que tenía sirvieron para comprar un equipo de sonido y su debut fue en el restaurante La Costilla (que ya desapareció), por el bulevar de Los Héroes.

El público es quien lo orientó a ampliar sus imitaciones. A la fecha interpreta a José José, Juan Gabriel, Rudy La Scala, Leo Dan, Bronco, Camilo Sesto, José Luis Perales, por supuesto mantiene a Montaner y Sin Bandera. Más recientemente ha aprendido a cantar y caracterizar a Pedro Infante.

Divas y canciones en inglés

Debido al talento que ha desarrollado y a las peticiones de su público, Thomas decidió incluir en su repertorio a voces femeninas.

Recuerda con claridad que fue en el 2022 cuando ensayó durante 15 días para lograr la voz de una famosa mexicana. «La primera voz femenina fue Marisela, la canción fue “Sin él”», dice.

Después de Marisela se han sumado a la lista de divas a interpretar artistas como Paquita la del Barrio, Ana Gabriel y Rocío Durcal. Esta última dice que es «de las más difíciles» de imitar.

Al preguntarle ¿cómo descubrís que podés cantar como ellas? Thomas dice: «Con el tiempo se va conociendo la voz. Cuando diferentes artistas de acá me fueron conociendo, me dijeron que cantara de todo un poco. No voy a mentir, tuve temor al principio, bueno, solo con el hecho de cantar de Juan Gabriel la gente habla de más. Ahora, cuando se canta de mujeres quieren que uno se vista de mujer, era el temor aquel de que la gente se mete. Al final, el punto principal del artista es complacer a la gente».

Otro amigo suyo, el también polivoz José Hernández, le dio consejos sobre cómo mejorar su espectáculo, en especial cuando incluyó el repertorio femenino.

Desde que empezó de lleno con su carrera, la música en inglés ha estado presente en el espectáculo de Thomas; sin embargo, ha ido agregando artistas. Actualmente, interpreta lo más clásico de Elvis Presley, Michael Bolton, Bryan Adams, Bee Gees y Michael Bolton.

Por toda la habilidad que ha ido desarrollando, algunos grupos musicales le piden que los acompañe. Desde hace un año es vocalista de la agrupación Son Latino, donde canta salsa, cumbia y bachata. El grupo fue telonero de los venezolanos Los Adolescentes cuando se presentaron en el país.

Girón también suele presentar su show en el Restaurante Las Brasileñas, en el centro de San Salvador.

«A mí me encantan Los Temerarios, Bronco, la música corta venas, pero hay gente que no [..] Canto unas canciones a dúo también, por ejemplo, la que cantan juntos Alejandro Fernández y Cristina Aguilera, que es lo último que ido metiendo (al show) porque es muy solicitada, la canción es «Hoy tengo ganas de ti». Esto impacta más en el público, cuando hago las dos voces», añade.

El polivoz tiene muchos proyectos en mente, entre los que destaca presentar su espectáculo en otros países. Ya tuvo gratas experiencias en República Dominicana y Panamá.

Sobre el artista

Nació en Huizúcar el 20 de octubre de 1990, estudió allí hasta séptimo grado y luego su familia se muda a San Andrés, Ciudad Arce, en el 2005, donde continuó los estudios hasta concluir el bachillerato contador. Para esa época también cursaba una beca de tres años en inglés y computación.

A la fecha ha cursado 31 de las 46 asignaturas de la Licenciatura en Contaduría Pública.

Comenzó trabajando en un call center, pero lo dejó para dedicarse por completo a la imitación de grandes figuras del canto de diversos géneros musicales.

Para contrataciones puede llamar o escribir al 7450-4379 o al 7943-6499. En Facebook lo puede contactar con la cuenta Thomas Girón. Si el polivoz no tiene dentro de su repertorio al artista que solicita el cliente, pide al menos 15 de preparación para conocer y caracterizar a quien interpretará. El cliente también decide cuánto tiempo será de presentación o si realiza set cortos con música variada.

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Terremoto de 1986: se cumplen 38 años de la tragedia que dejó 1,500 muertos en El Salvador

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Un día como hoy, 10 de octubre, pero del año 1986, El Salvador vivió uno de los capítulos más trágicos de su historia: un devastador terremoto de 7.5 grados en la escala de Richter sacudió al país a las 11:49 de la mañana, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva salvadoreña.

Aquel día fatídico, más de 1,500 salvadoreños perdieron la vida, mientras que al menos 10,000 resultaron heridos y cerca de 200,000 quedaron damnificados. El epicentro del movimiento telúrico se situó en Los Planes de Renderos, al sur de San Salvador, a una profundidad de 5.4 kilómetros. La onda expansiva se extendió hacia el norte de la capital, atravesando barrios como San Jacinto, Santa Anita, Candelaria y el reparto Santa Marta, dejando a su paso un rastro de destrucción.

El Centro Histórico de San Salvador se convirtió en un símbolo de la tragedia. La fuerza del terremoto provocó el colapso de varios edificios, entre ellos el emblemático edificio Rubén Darío, donde alrededor de 75 personas estaban laborando en ese momento y cuya suerte marcó el inicio de un luto nacional. Las imágenes de escombros y grupos de rescate trabajando incansablemente en la búsqueda de sobrevivientes quedaron grabadas en la memoria del país.

A pesar de los años transcurridos, el recuerdo de aquel día persiste. Hoy en día, aún podemos encontrar edificios y condominios que presentan «severos daños irreversibles» que siguen en pie, tanto por la falta de recursos como por la inacción de las autoridades. Muchos de estos inmuebles, marcados con banderas rojas, continúan siendo utilizados, recordando a todos los salvadoreños la fragilidad de la vida ante la fuerza de la naturaleza.

El aniversario de este terremoto también sirve como un llamado a la reflexión sobre la importancia de la preparación ante desastres naturales y la obligación del estado y la sociedad de garantizar la seguridad de sus ciudadanos. En medio del luto, la esperanza de un futuro más seguro sigue viva en el corazón de aquellos que sobrevivieron y en la memoria de quienes no lo lograron.

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