La botella de jugo de naranja cuesta USD 5 en ShopRite, pero la esposa de Tayeb Souami encontró la misma botella de la misma marca por USD 2.50 en otro lugar. Sí, solo era una diferencia de USD 2.50, pero esa cantidad era importante para una familia que acababa de refinanciar su casa y que mantenía a una hija que se estaba preparando para ir a la universidad.

Así que el 19 de mayo, Souami regresó a la tienda de Hackensack (Nueva Jersey) con la botella y el recibo en su mano.

Cuando llegó al mostrador de atención al cliente, vio un letrero que indicaba que estaban vendiendo boletos para el premio mayor de la lotería Powerball, que tenía una gratificación de USD 306 millones en ese momento, según un video de la conferencia de prensa difundido por CBS New York. Le gustaba ese número y se sentía afortunado, por lo que compró dos boletos con el dinero que obtuvo del jugo de naranja y prácticamente se olvidó de la lotería durante el resto del día.

A la mañana siguiente, el hombre tenía más diligencias que hacer. Souami, de 55 años, tenía cosas que arreglar en el jardín, pero también quería que le lavaran el auto mientras su esposa se quedaba en su casa de Little Ferry preparando la comida para la semana.

En el camino hacia el centro de lavado de autos paró para entrar a una tienda 7-Eleven y revisar los billetes de lotería.

«Escaneé el primer boleto. No fue ganador. El segundo boleto era bueno, pero normalmente veo USD 2 o USD 4… Ese día leía: ‘Debe ser visto por un empleado. Lo volví a escanear y decía lo mismo. Le dije a la señora: ‘¿Puede volver a verificarlo? Creo que no funciona'», recordó.

Souami dijo que la empleada escaneó el boleto y dijo: «¡Oh, Dios mío!».

«Mi corazón no dejaba de palpitar, y ella seguía diciendo ‘¡Oh, Dios mío!’ Es como cuando ves una caricatura de Tom & Jerry: el corazón se dispara haciendo boom, boom, boom, boom«, agregó.

Souami, padre de dos hijos que inmigró de un país no identificado de África en 1996, había comprado el único boleto ganador. Los números que salieron fueron 3,6,9,17,56 y el Powerball 25, según reportó Newjersy.com. Sus probabilidades de ganar eran una de entre 292.2 millones. Se describió a sí mismo como un jugador de lotería ocasional, más propenso a jugar cuando el premio alcanza una gran cantidad.

Después de enterarse de que había sido el ganador, pasó las siguientes semanas planificando el resto de su vida.

Souami, que hasta hace muy poco era contable en una empresa importadora de alimentos, dijo que quería asegurarse de que las 200 personas con las que trabaja estarían bien antes de que renunciara.

Ese hombre decidió tomar el pago en efectivo de USD 183 millones y permanecer en la ciudad donde vivía, en Nueva Jersey. Ahora podrá pagar su casa recién refinanciada, así como la matrícula universitaria de su hija y los préstamos de educación.

«Ahora me encanta el jugo de naranja», bromeó.