Seguramente el día que Lionel Messi puso por primera vez un pie en un campo oficial del Barcelona con apenas 13 años, Gerard Piqué no se imaginaría que sería su socio a lo largo de 18 años dentro del terreno de juego y también fuera del mismo.

Aquel niño que apenas le llegaba a la cintura en esa histórica jornada de prueba que cambiaría la historia del Barcelona, será uno de los que lo acompañe en una de las nuevas aventuras empresariales: el  Andorra FC, un equipo de la quinta división del fútbol español.

El defensor decidió zambullirse en el mundo empresarial desde hace un tiempo atrás con el desembarco en el planeta tenístico (reformó la Copa Davis) y ahora en el futbolístico con la compra de esta institución de 77 años de vida. El 29 de diciembre el directorio aprobó su arribo y en las últimas horas se conoció la información de que Messi (también Cesc Fábregas) lo apoyarían económicamente.

Si bien la «estructura Messi» tiene diversas inversiones empresariales que no son tan conocidas, es la primera vez que se relaciona de manera tan directa a la «Pulga» con un club de fútbol y eso despertó el interés en todo el planeta.

Piqué logró seducir al directorio del equipo que milita en la Primera División Catalana (quinta categoría de España) con la promesa de saldar la deuda del club de 300.000 euros y se comprometió a invertir una suma similar por año. Su proyecto fue aprobado por unanimidad.

La primera determinación del flamante propietario fue la de nombrar como entrenadores a los ex jugadores «blaugranas» Gabri García y Albert Jorquera. El proceso de «barcelonización» del Andorra FC continuó con el desembarco de Cesc y Messi.

También ya comenzaron con el proceso de contrataciones con el arribo del hijo de «Tito» Vilanova –que se desempeñaba en el filial del Mallorca– y el argentino Federico Bessone.