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Carlo Ancelotti evita cerrar la puerta a posibles llegadas en enero

«¿El mercado? Ya veremos. Tenemos un montón de partidos en enero y estamos focalizados en ello. Hablar del tema del mercado no es sencillo para mí en este momento. Yo estoy encantando con la plantilla que tenemos y cuando ha habido dificultades, las hemos superado», declaró el italiano en rueda de prensa previa al choque contra el Valencia en Mestalla, en partido aplazado de la 12ª jornada de LaLiga.
A raíz de esta cuestión, Ancelotti dijo que el austriaco David Alaba está a punto de reincorporarse y que hará cambios: «Estamos pensando hacer algo con las rotaciones, sobre todo atrás, cuando Alaba vuelva. Tendremos más oportunidades y es la posición en la que hemos sufrido más. Alaba está muy cerca y a partir del 20 de enero podrá jugar partidos y eso nos ayudará».
El entrenador arrancó su primera comparecencia del año expresando su estado de ánimo tras terminar 2024 en segunda posición, a un punto del líder, Atlético de Madrid. «Empezamos en 2025 un nuevo reto con mucha ilusión. Será un partido exigente en Valencia porque ha cambiado de entrenador y queremos empezar bien. Podemos recortar posiciones en la tabla y los días de descanso han salido bien», remarcó.
Ancelotti también se refirió al Barcelona por el caso de Dani Olmo: «No conozco el asunto en detalle. Lo que puedo decir es respetar todos los clubes, las instituciones y las reglas. Pero no puedo contestar».
Aunque sí valoró la caída en picado del Barça en los meses de noviembre y diciembre. «Nadie esperaba el bajón del Barcelona, pero creo que el nivel de competitividad de la Liga hace que vaya a bajar un poco el número de puntos necesarios para ganar; por eso también el Atlético está peleando y eso crea más incertidumbre».
El técnico cree que se van a necesitar menos de 90 puntos para alzarse con el título ligero. «Barça y Atlético son igual de rivales en la Liga. Lo que nos pasó en noviembre a nosotros le ha pasado al Barça en diciembre».
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La brutal patada de Mbappé que le costó la expulsión

En el encuentro que sostuvo de visita el Real Madrid en contra del Alavés, por la jornada 30 de La Liga, se convirtió en la pesadilla para el jugador francés Kylian Mbappé ya que vio su primera tarjeta roja con la camiseta del Real Madrid.
Difícilmente podrá Real Madrid TV discutir la cartulina roja que el colegiado César Soto Grado le mostró al delantero francés en el minuto 39, con 0-1 en el marcador para los blancos.
Mbappé clavó de forma brutal los tacos en el tobillo de Antonio Blanco, del Alavés. Una acción en que el delantero perdió claramente el sentido de la proporción. Se le cruzaron los cables, como se suele decir.
Inicialmente, el árbitro no tomó la decisión de expulsar al jugador franquicia del Madrid. Solo le mostró la amarilla. Lo hizo después de revisar la jugada por la pantalla del VAR con las imágenes que le sirvió Gil Manzano. No le hicieron falta muchas repeticiones. Enseguida se percató de que fue una entrada merecedora de tarjeta roja. Casi nadie protestó, ni siquiera el mismo Mbappé.
Al Madrid le ha tocado defender el 0-1, obra de Camavinga, con un jugador menos en el campo durante media hora aproximadamente. No más, porque el defensa del Alavés Manu Sánchez ha sido expulsado en el minuto 70 por una plancha sobre Vinicius cuando este se escapaba a portería. La acción es parecida a la de Mbappé, pero menos violenta.
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El Barcelona golea al Girona y mantiene la ventaja en el liderato

Al Barcelona le costó ganar un partido que jugó de forma fantástica, pero en el fútbol muchas veces los méritos van por un lado y la contundencia por otro. En parte, porque los porteros están para algo, y Gazzaniga se hizo enorme para mantener al Girona vivo. Tuvo que ser una jugada extraña la que pudiera con el guardameta por primera vez, una falta lateral lanzada por Lamine Yamal. La pelota tocó en su compañero Krejci. Le dio en la mano y desvió completamente la trayectoria. También le quitó la velocidad y se fue a la red despacito, como regodeándose, ante la mirada impotente de Gazzaniga, que había iniciado ya el movimiento para el otro lado. Era imposible para él. Las casi imposibles, si las paró, especialmente un cabezazo de Araujo cruzado. Respondió con una estirada extraordinaria, llegando a despejar el balón con la punta de los dedos. También detuvo un mano a mano con Lewandowski.
La hiperactividad del portero era consecuencia de lo que estaba sucediendo en el campo. El Girona ganó al Barcelona el año pasado por un motivo muy sencillo: fue mejor , consiguió hacerle daño y quitarle la pelota a ratos. Esta vez el esférico sólo tuvo un dueño. En la primera parte un tiro de Tsygankov alto fue la única vez que los visitantes pisaron el área de Szczesny. Lo demás fue defender y defender, porque cuando querían salir, siempre perdían el balón a mitad de camino. La presión azulgrana se activaba rápido y agobiando a los defensas del Girona, que tenían que buscar una solución improvisada que solía ser una pérdida. Eric García, en su partido cien como barcelonista, estuvo extraordinario para rebañar todas esas pelotas y que el ataque azulgrana volviera a empezar. Si el jueves pasado fue central, esta vez ocupó el puesto de mediocentro y lo hizo tan bien que no fue el sustituido cuando entró al campo De Jong. Alteró mucho Flick su equipo habitual, ahora que ha llegado el momento de presumir de plantilla por la acumulación de partidos, pero los que no descansan son Pedri y Lamine. El centrocampista estuvo de nuevo imperial y el extremo es un peligro constante. Casi cierra el partido con un gol de bandera: la pelota llegó a tocar dos veces en el palo, al larguero y al poste, pero se fue para afuera. Cuando consiga mejorar en la toma de decisiones, no sabe dónde va a llegar porque cada vez que toca la pelota saltan las alarmas en el rival.
Ese tiro de Lamine llegó cuando ya estaban relajados los azulgrana. Habían pasado un mal rato precisamente porque en el fútbol los méritos y la contundencia no van de la mano. El primer tiro a puerta del Girona fue a la cesta. Araujo arriesgó con un pase y Blind se la ganó a Lewandowski. Estaba descolocado el Barcelona y el central encontró el pase filtrado para Danjuma, que resolvió con un tiro cruzado. El gol pareció animar a los chicos de Míchel, que empezaron a pisar más campo contrario. Iñigo Martínez estuvo muy sobrio en esos momentos, y uno de sus despejes fue reconocido por Szczesny con un beso en la cabeza de agradecimiento. El Barça se desordenó un pelo, pero no dejó de atacar y se llevó el triunfo gracias al oportunismo de Lewandowski, que remató de forma acrobática en el área pequeña, ante la indecisión de Krejci y Gazzaniga.
El Pichichi de LaLiga repitió al culminar una contra perfectamente llevada por De Jong, y el partido acabó ahí. Los últimos diez minutos se le hicieron eternos al Girona, que sólo encajó un tanto más, el habitual de Ferran Torres, pero pudieron ser otro par. Acabó el Barça goleando un partido que había empezado con una acción extraña por poco habitual: una falta a Fermín que era dentro, pero al revisarla el colegiado en la pantalla, consideró que era el azulgrana el que cometió la infracción, cuando jugadores y afición locales ya se relamían pensando que se iba a pitar penalti.
El líder mantiene los tres puntos de ventaja con el Real Madrid en Liga y ya mira a la batalla de Copa contra el Atlético.
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La caza ‘imposible’ del Real Madrid

El Real Madrid jugará mañana contra el Leganés y solo ganar le sirve para seguir a la caza del Barcelona en la lucha por LaLiga.
Si bien cierto que jugarán en casa contra un equipo considerado muy menor, salir confiados, como ya ha pasado en otros juegos, les podría pasar factura a los merengues y dejar servida la competición a su eterno rival.
Los de Carlo Ancelotti han sido criticados en los últimos meses por no salir enchufados y con mucha confianza a inicio de los juegos, mientras que sus rivales salen con el objetivo muy claro y van a por todas para lograr rascar algún punto. Y a veces la victoria, como el Espanyol.
Un empate o una derrota sería básicamente despedirse de LaLiga, pues, incluida esta fecha, solo quedan 10 jornadas por jugar o el equivalente a 30 puntos.
Ahora mismo el Madrid tiene 60 puntos, 03 menos que el Barcelona, por lo que el campeón será el equipo que logre sacar, al menos, 25 de los 30 puntos que quedan por jugar.