Tecnología
¿Es necesario expulsar el dispositivo USB antes de desconectarlo de la computadora?

Siempre se dice que es necesario quitar una memoria USB o disco externo de manera segura antes de desconectarlo de la computadora para evitar que se dañe el dispositivo y los archivos. ¿Pero esto es realmente así?
Efectivamente. Si se quita un drive USB sin antes elegir la opción «quitar hardware de manera segura» existen chances de que se corrompan los archivos y hasta el dispositivo.
Si bien las chances de que esto ocurra son bajas, lo más seguro es quitar el hardware de manera segura, según explica a Infobae el ingeniero Pablo Rodríguez Romeo, especialista en seguridad, perito y socio del Estudio CySI de Informática Forense.
¿Por qué ocurre esto?
Cuando se copia un archivo desde la computadora a un pendrive o disco externo, la máquina puede estar usando el caché de escritura o memoria virtual.
El caché permite que la transferencia se realice de manera más rápida. El problema es que si se quita el pendrive cuando la transferencia todavía está ocurriendo, se corre el riesgo de dañar los documentos e incluso el pendrive.
Se supone que esa transferencia ocurre en milésimas de segundo, de todos modos, lo más seguro es optar por quitar el dispositivo de manera segura para evitar cualquier riesgo.
Cabe destacar, además, que si Windows no identifica al elemento como una unidad externa, incrementan las chances de que se corrompa la información.
«En el caso de Os X de Mac y Linux , se usa el caché de escritura en todas las unidades, y el sistema operativo te da la opcion de expulsar los discos externos directamente desde el administrador de archivos», detalla Alfredo Villasanti, especialista de Digiflow.
Como conclusión, los especialistas recomiendan expulsar los dispositivos USB para evitar que se corrompan archivos y se pierda información importante. Solo lleva un segundo y uno se ahorra un problema.
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Google lanza Gemini CLI, una herramienta de inteligencia artificial para desarrolladores con múltiples funciones
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Científicos húngaros crean un tetraedro único que podría revolucionar el aterrizaje de naves espaciales

Investigadores de la Universidad de Tecnología y Economía de Budapest, junto con la Red de Investigación Húngara y expertos internacionales, presentaron este miércoles un objeto geométrico innovador que podría inspirar nuevas tecnologías para el aterrizaje de sondas espaciales.
Se trata de un tetraedro especialmente diseñado, denominado “Bille”, que posee una propiedad física excepcional: sin importar cómo se coloque sobre una superficie plana, siempre vuelve a reposar sobre la misma cara. Este comportamiento es similar al de un juguete tentetieso y confirma una hipótesis matemática planteada en 1984 por el matemático británico John Conway, que hasta ahora no se había logrado materializar.
El proyecto estuvo liderado por el estudiante húngaro de arquitectura Gergo Almadi y el profesor Gabor Domokos, matemático y codescubridor del “Gömböc”, un cuerpo geométrico con un único punto de equilibrio. El equipo contó además con la colaboración del profesor Robert Dawson, de la Universidad Saint Mary’s en Canadá.
El tetraedro “Bille” fue construido con tubos ultraligeros de fibra de carbono y un núcleo de carburo de tungsteno para lograr el desequilibrio de masa necesario para su funcionamiento. Durante la presentación, los investigadores demostraron en vivo la capacidad del objeto para enderezarse automáticamente tras ser colocado de cualquier forma.
Domokos destacó que este avance “es mucho más que una curiosidad matemática”, ya que sus principios podrían facilitar el diseño de sondas espaciales que recuperen de forma natural una posición vertical tras aterrizar, evitando incidentes como la volcadura de sondas lunares recientes de Japón y Estados Unidos.
“A diferencia de las pruebas teóricas, este modelo funciona en el mundo real. Y eso es lo que lo hace realmente valioso”, concluyó el científico.
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China desarrolla microdron del tamaño de un mosquito para misiones de espionaje

China ha revelado un nuevo avance en tecnología militar que podría transformar el espionaje a nivel global: un microdron con apariencia de mosquito, diseñado para infiltraciones discretas en entornos sensibles.
El prototipo fue desarrollado por la Universidad Nacional de Tecnología de la Defensa (NUDT) y presentado en un reportaje del canal militar chino CCTV-7. Uno de los estudiantes del equipo, Liang Hexiang, explicó que el dispositivo busca operar sin ser detectado, replicando el comportamiento y la forma de un insecto real.
El dron cuenta con un cuerpo delgado, tres patas diminutas y dos alas semitranslúcidas, lo que le permite camuflarse en entornos hostiles e incluso ocultarse en la palma de una mano. Su diseño apunta a labores de inteligencia donde la discreción es esencial.
Además del modelo tipo mosquito, el equipo también mostró otros microdrones, incluyendo uno con cuatro alas batientes que puede ser controlado desde un teléfono móvil, optimizado para operar en espacios reducidos.
Los ingenieros detrás del proyecto señalaron que el principal reto tecnológico radica en la miniaturización de componentes clave como sensores, sistemas de navegación, comunicaciones y especialmente las baterías, que deben ser lo suficientemente pequeñas y potentes para garantizar la operatividad del dron sin comprometer sus funciones críticas.
Este desarrollo refuerza el interés de China en la inteligencia artificial y la robótica aplicada al ámbito militar, generando expectativas —y preocupaciones— en la comunidad internacional sobre sus posibles usos.