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La DEA investiga la muerte de Matthew Perry por ketamina
El pasado 28 de octubre del 2023, el mundo del espectáculo internacional tuvo una pérdida muy grande, pues se dio a conocer que el icónico Matthew Perry, conocido por su papel como Chandler Bing en «Friends», fue encontrado sin vida dentro de su casa. Desde ese momento comenzó una búsqueda exhaustiva sobre las causas de su muerte y hoy parece esclarecerse un poco más, pues la DEA se encuentra a punto de conocer quiénes fueron los responsables de venderle ketamina al actor, lo que fue la causa de su muerte.
La muerte del actor ha desencadenado una gran investigación por parte de la Administración de Control de Drogas (DEA) y el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) ya que Perry falleció debido a los efectos agudos de la ketamina, un anestésico que también se utiliza con fines terapéuticos.
La autopsia reveló que la causa principal de su muerte fue la intoxicación aguda por ketamina, aunque también se mencionaron como factores contribuyentes el ahogamiento, la enfermedad arterial coronaria y los efectos de la buprenorfina, un medicamento para tratar la adicción a opioides. La muerte se clasificó como accidental, pero el descubrimiento de altos niveles de ketamina en su sistema llevó a la apertura de una investigación criminal para determinar cómo y por qué Perry tenía acceso a esta sustancia en cantidades letales.
Es así como LAPD, junto con la DEA y el Servicio de Inspección Postal de los Estados Unidos, han estado investigando la procedencia de la ketamina que llevó a la muerte de Perry y según un informe de la revista People, la investigación se centra en posibles cargos de distribución de sustancias controladas que resultaron en muerte, una acusación grave que podría implicar a múltiples personas, incluidos médicos que recetaron el medicamento sin la debida prontitud y traficantes que facilitaron su obtención.
Encuentran dosis altas de ketamina en el organismo de Matthew Perry
Uno de los puntos focales de la investigación es el uso de la ketamina en terapias médicas y es que Perry estaba recibiendo tratamientos de infusión de ketamina para tratar la depresión y otros problemas de salud mental, un uso que ha ganado popularidad en los últimos años. Sin embargo, la cantidad encontrada en su sangre superaba con creces las dosis terapéuticas, lo que sugiere un uso no regulado y potencialmente ilegal.
La investigación también ha revelado posibles irregularidades en la forma en que Perry obtuvo la ketamina, ya que según Entertainment Weekly, las autoridades sospechan que pudo haber habido un caso de «doctor shopping», en el que Perry o alguien de su círculo cercano obtuvieron múltiples recetas de diferentes médicos en distintos estados. Este método, combinado con el envío de medicamentos a través del correo, es una violación de las leyes federales que regulan la prescripción y distribución de medicamentos.
Sabiendo esto, la DEA y el LAPD continúan trabajando para reunir pruebas suficientes que puedan llevar a cargos formales y hasta ahora, los expertos legales han señalado que los cargos podrían variar desde la distribución de sustancias controladas que resultan en la muerte hasta el fraude postal y la conspiración para distribuir drogas, dependiendo de las pruebas reunidas y las decisiones del fiscal federal.
El juicio contra el magnate de la música Sean «Diddy» Combs entró en su fase final este lunes, cuando el jurado recibió las instrucciones del juez Arun Subramanian y se preparó para deliberar sobre las graves acusaciones que enfrenta el fundador de Bad Boy Records.
El panel, compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres, deberá alcanzar un veredicto unánime sobre cinco cargos: conspiración para delinquir bajo crimen organizado, trata sexual mediante fuerza, fraude o coerción, y transporte con fines de prostitución, estos últimos en relación con dos presuntas víctimas.
Durante dos meses de juicio, el jurado escuchó los testimonios de 34 testigos y analizó miles de registros telefónicos, financieros y correos electrónicos. La Fiscalía argumenta que Combs lideró durante décadas una red delictiva en la que drogaba a mujeres y las obligaba a mantener relaciones sexuales con terceros, aprovechando su poder e influencia. «El acusado nunca pensó que las mujeres de las que abusó tendrían el valor de hablar. Eso se acaba en este tribunal», afirmó la fiscal en su alegato final.
La defensa, por su parte, cuestionó la credibilidad de las denunciantes, entre ellas la cantante Casandra «Cassie» Ventura y otra expareja que testificó bajo seudónimo. Afirmaron que las relaciones eran consentidas y que las acusaciones obedecían a motivos económicos. «Combs es un empresario negro exitoso, hecho a sí mismo», alegó su abogado, quien reconoció episodios de violencia doméstica, pero negó los cargos de crimen organizado.
El acusado, de 55 años, no testificó ni presentó testigos, una estrategia legal común en procesos penales en Estados Unidos. Si es hallado culpable, podría enfrentar cadena perpetua.
La película F1, una producción de Apple Original Films en asociación con Warner Bros., se ha convertido en el mayor estreno en salas de cine para una producción de Apple, marcando un hito en la incursión de la compañía en la industria cinematográfica.
El filme, que ya está disponible en todas las salas de cine de El Salvador, ofrece una experiencia inmersiva para fanáticos y curiosos del automovilismo, con la participación de pilotos reales y monoplazas auténticos de la Fórmula 1. La leyenda del deporte, Lewis Hamilton, asumió personalmente los costos de distribución y promoción a nivel internacional.
Durante su primer fin de semana en cartelera, F1 superó a producciones similares como Ford vs Ferrari, que recaudó $31.4 millones, y Days of Thunder, con $15.4 millones.
En plataformas especializadas, la película ha recibido una positiva acogida: en IMDb cuenta con una calificación de 7.9 basada en 38,000 votaciones, y en CinemaScore obtuvo un 92 % de aprobación del público.
Miles de fanáticos de la exitosa serie surcoreana «Squid Game» («El juego del calamar») se reunieron este sábado en el centro de Seúl para celebrar el lanzamiento en Netflix de la tercera y última temporada.
La popular distopía, que retrata una sociedad marcada por la violencia y las desigualdades, se estrenó en 2021 y se convirtió en la serie más vista de la plataforma. El viernes se lanzó su temporada final, y los seguidores lo festejaron cerca del emblemático palacio Gyeongbokgung, disfrazados con los característicos uniformes de los «agentes» enmascarados que aparecen en la historia.
La celebración incluyó participantes con cartas «ddakji», un tradicional juego coreano presente en la trama, y banderas con los símbolos icónicos del círculo, triángulo y cuadrado. La Biblioteca Metropolitana de Seúl fue iluminada con imágenes y personajes de la serie, incluida la gigante muñeca Young-hee.
El director Hwang Dong-hyuk expresó recientemente que dio «todo» por la serie y aunque siente tristeza por su final, también experimenta alivio.
La superestrella Lee Byung-hun, quien interpreta al enigmático líder de la competencia, destacó que «Squid Game» se ha convertido en un fenómeno cultural que ha marcado un hito en la creación surcoreana.
El evento fue parcialmente organizado por la Municipalidad de Seúl, que busca aprovechar el fenómeno global para promover el turismo local.
Entre los asistentes, la influencer Snitchery, proveniente de Los Ángeles, confesó que no quería irse, mientras que el fan Park Sang-gyu resaltó que la serie «es, sobre todo, una historia sobre las personas y refleja muchos aspectos de la vida real, no solo sobre los juegos».
