El mundo del trabajo sexual está lleno de prejuicios. La sociedad acostumbra a juzgar con sereveridad a las mujeres que deciden aventurarse en este tipo de profesiones por voluntad propia. Las etiqueta. Las encasilla.

Las minimiza. Y consciente de todo esto, la fotógrafa londinense Julia Fullerton-Batten decidió encontrar mujeres que se dedicaran voluntariamente al trabajo sexual para capturarlas y crear un proyecto, llamado  The Act, destinado a combatir el estigma que pesa sobre todas esas personas que utilizan su cuerpo para ganarse la vida.

Escorts, estrellas del porno, lapdancers, strippers, webcam girls, dominatrix… La artista inglesa se aseguró, con la ayuda de una agencia, de encontrar mujeres con labores muy diversas dentro del abanico que ofrece la industria sexual. Tenía curiosidad, contaba recientemente al diario inglés contaban  The Independet, «sobre qué motivó a estas mujeres, algunas bien educadas con títulos universitarios, a abandonar la normalidad e ingresar voluntariamente en la industria del sexo, arriesgándose así al estigma social y la desaprobación de sus familias».

Y, aunque su intención primera era únicamente capturar a todas esas profesionales mientras realizaban sus perfomances, para comprenderlas y comprender el esfuerzo que esconde detrás, Julia quedó tan fascinada que comenzó a entrevistarlas en vídeo para explorar realmente sus motivaciones. «Comencé a entender hasta cierto punto el razonamiento detrás de su elección de carrera.

Todas eran positivas, felices y contentas, casi sin preocupaciones por lo que estaban haciendo», dice.

Algo que queda patente en sus impactantes aunque preciosas fotografías: