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Pobladores de la comunidad de Huehuetenango, en Guatemala, lincharon y quemaron vivos a tres delincuentes que habían secuestrado a un niño de 11 años, a quien asesinaron pese a que se pagó el rescate que habían solicitado por liberarlo.

De acuerdo con reportes de la Policía Nacional de Guatemala, los criminales habían enviado un mensaje a la familia del menor, en el que exigían 19,500 dólares para no hacerle daño a la víctima.

El mensaje iba acompañado de una foto del pequeño y un hombre apuntándole con una escopeta, por lo que su familia no dudó en reunir el dinero para recuperar al niño con vida, aunque solo pudieron juntar la mitad de esa cantidad.

Los secuestradores recibieron ese pago pero no cumplieron con el acuerdo y asesinaron al menor, cuyo cuerpo fue hallado en una fosa clandestina, lo que provocó la furia de los pobladores de Huehuetenango.

Fue así como, con ayuda de habitantes de otras comunidades, emprendieron la búsqueda de los responsables, pero finalmente fue la policía la que logró ubicarlos y detenerlos.

Sin embargo, la población impidió que fueran llevados ante la justicia y, en lugar de eso, decidió lincharlos, por lo que los llevaron a una zona boscosa donde los golpearon, rociaron con gasolina y terminaron quemándolos vivos.

Más tarde, los cuerpos carbonizados de los secuestradores fueron encontrados por la policía, además de que una vivienda donde los delincuentes retenían a sus víctimas también fue incendiada por la turba enardecida.

Los hombres linchados fueron identificados como Ovidio Méndez Gabriel de 24 años; Selvin Aroldo Pérez Morales, de 24, y Samuel Domingo Godínez, de 38; todos eran originarios del municipio de Colotenango.