Este martes, 20 de noviembre, un terrorista suicida explotó una bomba en el centro de Kabul, la capital de Afganistán. Los datos oficiales hasta el momento indican que hay más de 50 muertos y la cifra de heridos supera los 80, sembrando el pánico mientras miles de personas se congregaban en la ciudad para una de sus fiestas religiosas musulmanas más importantes: el cumpleaños del profeta Mahoma.

Específicamente, las explosiones sucedieron durante una congregación de más de mil personas en la Sala Urano, un salón gigantesco regularmente utilizado para bodas en el centro de Kabul. Los testigos afirman que, en punto de las seis y media de la tarde, hora de allá, un individuo detonó la bomba en un ataque suicida, así, de acuerdo a la BBC este evento es considerado “uno de los más letales en la historia reciente de Afganistán”.

La cifra de muertos y heridos sigue aumentando.

Entre la conmoción por el ataque y la seriedad de los heridos, en cuestión de horas los números preliminares de lesionados y fallecidos se han duplicado y triplicado. Las imágenes televisivas muestran a decenas de personas siendo trasladadas por los servicios de emergencia.

Al momento, ningún grupo terrorista reconocido ha admitido responsabilidades por estos actos. Sin embargo, la cadena de información pública británica afirma que el Estado Islámico (ISIS) ha estado detrás de los más recientes ataques en este país, como las explosiones de octubre pasado, durante las elecciones en Afganistán, que se llevaron la vida de más de 68.