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“Mis piernas parecían como de una serie de zombis”: Por qué dejé de esconder mis cicatrices

Jayne, Emily y Laura tienen una cosa en común -las tres tienen cicatrices. Aimee, por su parte, sufre de brotes de psoriasis que le cubren la cara con lesiones rojas. No obstante, todas han logrado superar la inseguridad de estar expuestas al público y ahora se sienten cómodas en su propia piel.
Todas hablaron sobre sus experiencias con Woman’s Hour, el programa de la BBC para la mujer.
“Mis piernas parecían como de la serie (de zombis) ‘The Walking Dead’”
Después de una cirugía, me dio fascitis necrosante, una infección aguda que carcomió mis piernas, desde la mitad de los muslos hasta los pies. Al principio no tenía carne en los huesos. Tuvieron que tomar piel de mi espalda, trasero y estómago para injertarla en mis piernas. Parece cuero de reptil.
Sufría de lipedema, una acumulación anormal de tejido adiposo de la cintura para abajo. Aflige primordialmente a las mujeres y no se puede eliminar con dieta ni ejercicio. En 2017 junté el valor y decidí hacerme una cirugía.
Me sentí entusiasmada de poder vestir ropa normal, pero después de una segunda cirugía me enfermé gravemente. Mi familia pensó que no iba a sobrevivir y tuvieron que firmar un documento de consentimiento porque creyeron que me tendrían que amputar ambas piernas.
Pasaron unas seis o siete semanas antes de que pudiera ver cómo quedaron mis piernas y fue un shock enorme. Parecían como si fueran de la serie (de zombis) “The Walking Dead”. Mentalmente ha sido muy difícil pues sufro de trastorno por estrés postraumático.

Pero, en realidad, me ha hecho apreciar mi vida más. Tengo una lista de muchas cosas que quiero hacer. No he ido al Moulin Rouge, en París, ni estado en el Expreso de Oriente. Quiero visitar Petra e ir a Ámsterdam.
No ha sido fácil. No me siento feliz a todas horas y ha cambiado mi personalidad. Pero me levanto y enfrento el día siguiente diciendo, “Bien, esto es, vamos a hacerlo”.
Jayne, 49 años, de Shropshire, en el centro de Inglaterra
“Representa mucho dolor, pero también mucha superación”
Mi cicatriz está en mi brazo derecho, cerca de la muñeca. Está un poco levantada de la piel. Se siente dura y tosca en ciertas partes y es un poco más oscura que mi color.
En mi vida me he autolesionado tres veces en el brazo, siempre en la misma parte porque no quería tener más cicatrices en otros lados del cuerpo.
La última vez que me autolesioné fue hace un poco más de un año. Tengo esta cicatriz desde los 15 años, o sea 10. Representa mucho dolor, pero también mucha superación.
La primera vez que me autolesioné fue porque había hecho algo muy malo. Robaba cosas aquí y allá y cuando me pillaron sentí que debía ser castigada. No lo veo como autolesión. Es como si tuviera todo este dolor interno y no sabía cómo lidiar con él.
Me esforzaba mucho para esconder mi cicatriz. No quería que la gente la viera, que pensaran que la podían tocar y hacer preguntas indiscretas. Pienso en el estigma de la autolesión, la gente te mira con asco o con compasión. Odio ambas reacciones.
Ahora puedo sonreír porque no me encuentro (mentalmente) en el mismo lugar.

El cambio sucedió hace unos años, cuando decidí que mis necesidades eran más importantes que lo que otra gente pudiera decir.
Empecé a ser más sincera conmigo misma, destruyendo ese estigma desde el interior. Me permitió decir: “Voy a mostrar mi cicatriz, va a estar ahí para que la vean” y si la gente la ve y dice algo, eso está bien.
Emily, 25 años, de Londres
“Siempre he dicho que mis cicatrices se ven como medias arrugadas”
Desde mi ombligo hasta los dedos de los pies. Siempre he dicho que mis cicatrices se ven como medias arrugadas.
Algunas veces me siento incómoda porque piensas que la gente te mira porque estás contrahecha. Cuando salgo de compras la gente me mira.

Prefiero ser catalogada como una sobreviviente de quemaduras, porque no soy una víctima sino una sobreviviente de lo que sucedió en el accidente y he salido fortalecida.
Cuando tenía como un año, una persona me puso en una bañera con agua hirviendo. Fui apartada de mi familia biológica y adoptada por padres increíbles.
De pequeña, fue difícil porque hay niños crueles. Uno me dijo que tenía piernas de zombi y que me debía haber muerto en la bañera. En la escuela usaba medias largas y pantalones. No tenía confianza para hablar con otros. Me escondía del mundo hasta que entre los 18 y 21 años decidí, “esta soy yo”.
Hablé con mucha gente en un club de quemados. Todos te aceptaban por lo que eras, podías mostrar tus quemaduras, contar tus historias, alentarnos unos a otros.
Tenía nos 25 años cuando unas ocho de nosotras con diferentes quemaduras estábamos en la playa en vestido de baño y pensamos, “Vamos a poner esto en Instagram porque vamos a mostrarle a la gente que somos valientes y que está bien hablar de tus quemaduras y abrirte”.

Estuve en un concurso de belleza, el primero para gente con diferencias y singularidades. Quiero ser un ejemplo para los jóvenes, que piensen, “Si ella pudo, yo también”.
Tuve nervios con la pareja que tengo ahora. Le causó un poco de impacto ver mis cicatrices por primera vez. No ha hecho una sola pregunta desde que nos conocimos y eso fue hace tres años. Así que todo está normal.
Él quiere tener hijos pero me da miedo que no se los pueda dar porque la piel en mi estómago está tan templada. Pueda ser que sea posible. Veremos. Por ahora tengo mis perros.
Laura, 27 años, de Caerphilly, Gales
“No podía enfrentar la sensación cada la mañana de saber cómo me veía”
Han pasado unas semanas desde que tuve un brote de psoriasis. Mi piel se ve muy bien en este momento. Todavía tengo manchas en otras partes del cuerpo.
Curiosamente, me tomé muchas fotos durante un fuerte brote y las he imprimido. Sólo para recordarme de lo que puede pasar con mi piel.

Durante un brote severo, la psoriasis me empezó en la frente. Primero unos pequeños parches secos que luego crecieron. Se empezaron a juntar, creando parches grandes de piel escamosa por toda la frente. Afectó ambas cejas, se extendió por los lados de la nariz, alrededor de la boca hasta estar salpicada por toda la cara, cuello y cuerpo.
Sentía una picazón y sensación de quemadura que afectaba principalmente el cuero cabelludo. Tuve pérdida de cabello y terminé comprando pelucas para hacerme sentir mejor.
Algunas veces se sienten como heridas abiertas, el roce de la ropa con la psoriasis es completamente insoportable.
La primera vez que tuve psoriasis guttata (que causa gránulos o pápulas), me diagnosticaron mal con varicela. Con lo que no podía lidiar era esa sensación inicial en la mañana de saber cómo te ves y tener que aceptarlo todo de nuevo.
Terminé quedándome con mi mamá, Dios la bendiga, que me consolaba y me decía que era bella.

Trabajo en ventas y los clientes me decían que no querían que los atendiera. Al comienzo respondía, “Sí, está bien. Buscaré otra persona que los atienda”. Pero no me tomó mucho tiempo para ser capaz de decirles, “No soy contagiosa. Estoy bien, así que si quieren servicio tendrá que ser por mí”.
Recibí mucho respaldo de mi familia y amigos. Nunca pensé que estaría con alguien durante uno de mis brotes hasta que conocí a mi pareja. Nunca me miró diferente, sólo se acercó y me dijo, “Guau, eres hermosa”.
Personas empezaron a contactarme cuando puse mis fotos en redes sociales. “Eres una inspiración”, dijeron. Eso fue cuando empecé a aceptarlo.
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Embarazada resulta lesionada en intento de asalto en Ciudad de Guatemala

Una mujer embarazada de seis meses resultó herida de bala tras un intento de asalto registrado en la zona 9 de la Ciudad de Guatemala, según informó la Policía Nacional Civil (PNC).
El hecho ocurrió en la intersección de la 6ª avenida y 8ª calle, donde sujetos armados habrían interceptado a la víctima con intenciones de robo. La mujer fue identificada como Jimena Vickers, de 31 años, quien se desempeña como visitadora médica.
De acuerdo con versiones preliminares, los atacantes abrieron fuego luego de que Vickers se opusiera al asalto. En el parabrisas del vehículo, del lado del conductor, se observaron al menos tres impactos de bala.
La víctima fue auxiliada por cuerpos de socorro y trasladada a un centro asistencial. Su estado de salud, así como el del bebé que espera, no ha sido detallado por las autoridades.
La PNC inició un operativo en el sector para dar con los responsables, aunque hasta el momento no se reportan capturas.
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Crisis humanitaria en Gaza deja a niños y madres gravemente afectados por la desnutrición en medio del conflicto

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó este viernes que uno de cada cuatro niños entre seis meses y cinco años, así como mujeres embarazadas y lactantes atendidos en sus clínicas en Gaza, presenta signos de desnutrición, en lo que califican como una emergencia sanitaria y humanitaria de alto nivel.
En un comunicado, MSF acusó a las autoridades israelíes de usar deliberadamente el hambre como un arma de guerra. “Los propios pacientes y profesionales de la salud sufren de hambre”, señaló la ONG, que mantiene presencia médica en Ciudad de Gaza.
Caroline Willemen, coordinadora del proyecto de MSF en esa ciudad, aseguró que están recibiendo alrededor de 25 nuevos casos de desnutrición diariamente. Desde el 18 de mayo, los registros se han cuadruplicado y la desnutrición severa en menores de cinco años se ha triplicado.
MSF afirma que esta situación se debe a una “hambruna deliberada”, consecuencia directa del bloqueo impuesto por Israel sobre el enclave palestino. Aunque a finales de mayo se flexibilizó el cerco, las carencias de alimentos, medicinas y productos básicos persisten.
Israel, por su parte, responsabiliza a Hamas de manipular la ayuda humanitaria, acusándolo de apropiarse de suministros para revenderlos a precios desorbitados o de atacar a las personas que esperan recibir alimentos.
La ONG también denunció ataques en los centros de distribución de alimentos gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Israel y Estados Unidos. “Estas distribuciones no son ayuda humanitaria, son crímenes de guerra cometidos a plena luz del día bajo el disfraz de compasión”, afirmó Mohammed Abu Mughaisib, coordinador médico adjunto de MSF en Gaza.
La ONU ha documentado más de 1.000 muertes desde finales de mayo en puntos de ayuda humanitaria, la mayoría cerca de los centros operados por la GHF.
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Ecuador cierra el semestre más violento desde 2011 con más de 4,500 homicidios

Ecuador cerró el primer semestre de 2025 como el más violento de los últimos 14 años, al registrar 4,557 homicidios, lo que representa un aumento del 45 % respecto al mismo periodo de 2024 y un 22 % más en comparación con los primeros seis meses de 2023, según datos del Ministerio del Interior recopilados por el medio «Primicias».
Del total de muertes violentas, el 89 % (4,069 casos) fue cometido con armas de fuego, incluyendo pistolas, escopetas, ametralladoras y fusiles, lo que evidencia el creciente poder de fuego de los grupos criminales.
Mayo se posicionó como el mes más sangriento desde que se tiene registro, con 915 homicidios, superando incluso los 831 asesinatos ocurridos en octubre de 2023. En promedio, al menos 30 personas fueron asesinadas cada día durante el primer semestre del año. En junio, aunque hubo una leve reducción, se contabilizaron 548 crímenes.
Entre enero y mayo, 70 cantones del país registraron un aumento en muertes violentas respecto al mismo periodo del año anterior. En estos territorios se concentró el 90 % de los homicidios registrados, es decir, un total de 3,578.
Frente a esta escalada de violencia, el gobierno de Daniel Noboa ha decretado estados de excepción en varias provincias —Guayas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Santa Elena, El Oro y Sucumbíos—, en dos cantones de Quito y en el sistema penitenciario nacional. Sin embargo, estas medidas han sido insuficientes para frenar la criminalidad.
El más reciente estado de excepción, declarado el 12 de abril mediante el Decreto 599, fue parcialmente aprobado ayer por la Corte Constitucional, que consideró inconstitucional aplicar la medida en todos los centros penitenciarios y en el cantón Camilo Ponce Enríquez (Azuay), al no evidenciarse hechos que justifiquen su inclusión.
Además, la Corte rechazó la suspensión del derecho a reunión, las inspecciones y requisas sin orden judicial, así como la intervención directa de las Fuerzas Armadas, al señalar que estas acciones pueden ejecutarse dentro del marco legal ordinario.
Pese a ello, se mantuvieron restricciones como la suspensión del derecho a la libertad de tránsito, la inviolabilidad del domicilio y el derecho a la correspondencia, permitiendo a la fuerza pública realizar allanamientos y revisar mensajes dirigidos a privados de libertad.
El alto índice de homicidios refleja la profunda crisis de seguridad que atraviesa Ecuador, donde el crimen organizado y las bandas armadas continúan desafiando la capacidad del Estado para contener la violencia.