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Tecnología

Exoesqueleto, el innovador traje que ayudó a un hombre paralítico a mover sus cuatro extremidades

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Un hombre completamente paralítico pudo mover sus cuatro extremidades gracias a un traje de exoesqueleto controlado mentalmente, según investigadores franceses.

Thibault, de 30 años, dijo que dar sus primeros pasos dentro del traje lo había hecho sentir como el “primer hombre en la Luna”.

Sus movimientos, particularmente el caminar, están lejos de ser perfectos y el traje que los permitió solo puede ser usado dentro de un laboratorio.

Sin embargo, los investigadores a cargo del experimento aseguran que esta innovación algún día podría mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren de parálisis.

Thibault, quien no desea revelar su apellido, trabajaba como oculista hace cuatro años, antes de sufrir una caída de 15 metros, en un accidente en un club nocturno.

La lesión en su médula espinal lo dejó paralizado y, como consecuencia, tuvo que pasar los dos años siguientes en el hospital.

“Olvidé lo que era estar de pie”

Pero en 2017, participó en un ensayo con un traje de exoesqueleto, desarrollado por el centro francés de investigaciones biomédicas Clinatec y la Universidad de Grenoble.

Al principio tuvo que entrenarse en el uso de implantes cerebrales para controlar un personaje virtual (o avatar) en un juego de computadora. Luego pasó a caminar dentro del traje.

Sensor en el cerebro.
Thibault se sometió a una cirugía para colocar dos implantes en la superficie de su cerebro, cubriendo las partes que controlan el movimiento.

“Fue como (ser el) primer hombre en la Luna. No había caminado durante dos años. Olvidé lo que era estar de pie, olvidé que era más alto que muchas personas en la habitación”, dijo.

Aprender a controlar los brazos le tomó mucho más tiempo.

“Fue muy difícil porque es una combinación de múltiples músculos y movimientos”, dijo.

Pero, ¿cómo funciona el innovador equipo?

Primeramente, Thibault se sometió a una cirugía para insertarle dos implantes en la superficie del cerebro, cubriendo las partes que controlan el movimiento.

sensores leen la actividad cerebral.
64 electrodos en cada implante leen la actividad cerebral y transmiten las instrucciones a una computadora.

64 electrodos dispuestos en cada implante se encargan de leer la actividad cerebral y transmiten las instrucciones a una computadora, donde un sofisticado software lee las ondas cerebrales y las convierte en instrucciones para controlar el exoesqueleto, al que la persona es atada.

De esta manera, cuando la persona piensa “camina”, las ondas cerebrales desencadenan una serie de instrucciones para mover las piernas. Lo mismo sucede con los brazos.

Limitaciones

Los 65 kilogramos de sofisticada robótica que pesa el exoesqueleto no son capaces de restaurar completamente las funciones motoras de quienes lo usan.

Sin embargo, es un avance notable para enfoques similares que permiten a las personas controlar una sola extremidad con la mente.

Thibault necesita estar conectado a un arnés agarrado del techo para minimizar el riesgo de que se caiga mientras usa el aparato, lo que significa que el dispositivo aún no está listo para funcionar fuera del laboratorio.

investigadores.
Un software de computadora lee las ondas cerebrales y las convierte en instrucciones para controlar el exoesqueleto.

“Esto está lejos de ser una caminata autónoma”, dijo a la BBC el profesor Alim-Louis Benabid, presidente de la Junta Ejecutiva de Clinatec.

En las tareas en las que Thibault debía mover los brazos superior e inferior y rotar las muñecas para tocar objetos específicos, tuvo éxito el 71% del tiempo.

“Hemos resuelto este problema y hemos demostrado que el principio es correcto. Esta es una prueba de que podemos extender la movilidad de los pacientes en un exoesqueleto“, dijo a la BBC el profesor Benabid, quien desarrolló una estimulación cerebral profunda para la enfermedad de Parkinson.

“Esto está encaminado a ofrecer una mejor calidad de vida”.

Próximos pasos

Los científicos franceses dicen que pueden continuar mejorando esta tecnología.

Por el momento están limitados por la cantidad de datos que pueden leer desde el cerebro, enviar a una computadora, interpretar y enviar al exoesqueleto en tiempo real.

Thibault es atado al exoesqueleto.
Thibault es atado al exoesqueleto.

Los investigadores solo tienen unos 350 milisegundos para pasar del pensamiento al movimiento; de lo contrario, el sistema se vuelve difícil de controlar.

Esto significa que de los 64 electrodos en cada implante, los investigadores están usando solo 32.

Por lo tanto, todavía existe el potencial de leer el cerebro con más detalle utilizando computadoras más potentes e Inteligencia Artificial (IA) para interpretar la información del cerebro.

Los científicos también tienen planes para desarrollar el control de los dedos y permitir con esto que Thibault recoja y mueva objetos.

El hombre ya ha usado el implante para controlar una silla de ruedas.

“Peligro de exageración”

El profesor Tom Shakespeare, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, dijo a la BBC que aunque este estudio presenta un avance positivo y emocionante, “debemos recordar que la prueba de concepto está muy lejos de la posibilidad de uso clínico”.

“Siempre existe un peligro de exageración en este campo”, agregó.

El hombre camina
Algunos científicos han señalado las limitaciones del experimento, exponiendo que “existe un peligro de exageración en este campo”.

“Incluso si alguna vez es viable, las limitaciones de costos significan que las opciones de alta tecnología nunca estarán disponibles para la mayoría de las personas en el mundo con lesiones de la médula espinal”.

Según el profesor, solo el 15% de las personas con discapacidad cuenta con una silla de ruedas u otros dispositivos de asistencia.

Los detalles del exoesqueleto se han publicado en la revista The Lancet Neurology.

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Bluesky, rival de la red social X gana un millón de nuevos usuarios en un día

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Tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE.UU., el número de usuarios, principalmente estadounidenses, de la red social X, propiedad de Elon Musk, que este año se convirtió en una de las personas más cercanas al futuro inquilino de la Casa Blanca, empezó a descender notablemente.

Mientras tanto, el competidor de X, la plataforma Bluesky, creada por el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, registra un aumento significativo de nuevos usuarios.

Desde el 6 de noviembre, el número de cuentas en la red social crece a diario, superando ya los 17 millones. Solo este jueves, más de un millón de personas se unieron a la plataforma.

¿Qué es Bluesky?
Bluesky existe desde el 2019, pero hasta febrero de este año los usuarios solo podían registrarse en ella por invitación.

Se trata de una red social de microblogging descentralizada basada en un protocolo abierto llamado ‘Authenticated Transfer Protocol’ (AT Protocol). Es decir, los usuarios y desarrolladores tienen más opciones para personalizar y gestionar la red. Los usuarios pueden elegir algoritmos personalizados que determinan el tipo de publicaciones que aparecen en su pantalla.

Según su sitio web, la plataforma “fue diseñada para no estar controlada por una sola empresa”.

No obstante, muchas de las funciones de Bluesky son similares a las de X: permite a los usuarios crear mensajes de texto con un límite de 256 caracteres, que también pueden contener imágenes y videos, compartir y responder a las publicaciones de otros usuarios.

Al mismo tiempo, los usuarios de Bluesky pueden bloquearse entre sí, mientras que uno de los cambios de X permite a un usuario ver las publicaciones de alguien que le ha bloqueado.

Además, de momento la plataforma no tiene publicidad y no tiene intención de incluirla en un futuro.

Aunque X atrajo 46.5 millones de visitas en EE.UU. el 6 de noviembre, cuando se dio a conocer la victoria electoral de Trump, lo que supone un aumento del 38% respecto a un día normal de los últimos meses, más de 115 000 usuarios desactivaron sus cuentas, la cifra más alta desde que el magnate Elon Musk compró la plataforma.

Los usuarios explican que, tras la adquisición de Twitter por Musk y los cambios en el sistema de moderación de contenidos en favor de la libertad de expresión, X se ha convertido en una “plataforma mediática tóxica” con un alto nivel de bots, desinformación y un aumento de las publicaciones ofensivas.

Además, algunos denuncian que los algoritmos de la red promueven las publicaciones con narrativas de extrema derecha y la agenda de Donald Trump, a quien Musk apoya.

El investigador de medios sociales Axel Bruns dijo a The Guardian que Bluesky, por su parte, ofrece una alternativa a X con un sistema más eficaz para combatir las cuentas problemáticas y supervisar el comportamiento ofensivo.

“Se ha convertido en un refugio para la gente que quiere tener el tipo de experiencia en redes sociales que Twitter solía ofrecer, pero sin todo el activismo de extrema derecha, la desinformación, el discurso de odio, los bots y todo lo demás”, afirmó, añadiendo que la comunidad más liberal de X “ha escapado realmente de allí y parece haberse trasladado en masa a Bluesky”.

Al mismo tiempo, cabe recordar que el antiguo Twitter, liderado por Dorsey, con su estricta moderación, no era imparcial y promovía narrativas de los líderes del Partido Demócrata.

Por ejemplo, los documentos internos de la empresa, publicados por Musk tras su compra, revelaron que las agencias de inteligencia de EE.UU. habían exigido a la plataforma censurar temas que iban en contra de la narrativa impulsada por Washington, como la historia sobre la información presente en el portátil de Hunter Biden, hijo del actual presidente de EE.UU., en las semanas previas a las elecciones presidenciales del 2020.

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Tecnología

Una nueva función de seguridad del iPhone «vuelve loca» a la Policía

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Un documento policial obtenido por 404 Media reveló la existencia de una función de seguridad aparentemente nueva en iOS 18 que reinicia los iPhones que no se han desbloqueado en unos días, lo que «vuelve loca» a la Policía al dificultar el acceso a los celulares de personas sospechosas.

Según el reporte, el sistema iOS 18.1 incorporó el mecanismo de ‘reinicio por inactividad’ como una nueva herramienta de seguridad, que hace que después de algunos días sin ser abiertos, los teléfonos se reinician.

Al analizar la situación, Chris Wade, fundador de la compañía de análisis de dispositivos móviles Corellium, señaló que esta nueva herramienta se activa después de que los teléfonos hayan estado bloqueados durante cuatro días. Este reinicio devolvía al dispositivo al momento previo a que haya sido desbloqueado por primera vez.

Tanto los dispositivos con sistemas iOS como los de Android ya contaban con un sistema de bloqueo que requería que se escribiera la clave o se usara otro mecanismo para poder acceder al teléfono. Esto ya representaba una complicación en investigaciones policiales en las que es necesaria la apertura del celular para obtener información, pero la nueva herramienta de Apple podría hacer todavía más difícil ese procedimiento.

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SpaceX logra atrapar por primera vez el propulsor del cohete más potente de la historia

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SpaceX completó su quinta prueba del Starship, el mayor cohete espacial jamás construido, con éxito y en su primer intento consiguió recuperar la primera fase de la nave con una grúa en la misma plataforma de lanzamiento, un hito de la ingeniería espacial y un logro que puede ser un paso decisivo para la reutilización de este pesado lanzador.

Con casi 121 metros de altura, el Starship vacío despegó al amanecer desde el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México. Se elevó sobre el Golfo de México como las cuatro Starships anteriores que acabaron destruidas, ya fuera poco después del despegue o al caer al mar. La última, en junio, fue la más exitosa hasta la fecha, ya que completó su vuelo sin explotar.

Esta vez, el fundador y consejero delegado de SpaceX, Elon Musk, ha aumentado el reto y el riesgo. La empresa hizo aterrizar el cohete de la primera etapa en la plataforma desde la que había despegado siete minutos antes. La torre de lanzamiento lucía unos monstruosos brazos metálicos, conocidos como “palillos” (chopsticks), que atraparon el cohete descendente de 71 metros.

“¡La torre ha atrapado el cohete!” dijo Musk a través de X.

Los empleados de la empresa gritaron de alegría mientras el cohete descendía lentamente hacia los brazos de la torre de lanzamiento.

“Incluso en estos tiempos, lo que acabamos de ver es mágico”, observó Dan Huot, de SpaceX, desde cerca del lugar de lanzamiento. “Estoy temblando ahora mismo”.

“Amigos, este es un día para los libros de historia de la ingeniería”, añadió Kate Tice, de SpaceX, desde la sede de SpaceX en Hawthorne, California.

Correspondía al director de vuelo decidir, en tiempo real con un control manual, si se intentaba el aterrizaje. SpaceX dijo que tanto el propulsor como la torre de lanzamiento tenían que estar en buenas condiciones y estables. De lo contrario, iba a acabar en el golfo como los anteriores. Se consideró que todo estaba listo para la captura.

La nave espacial de acero inoxidable, de aspecto retro, siguió su camino alrededor del mundo una vez liberada del cohete propulsor, con destino a un amerizaje controlado en el Océano Índico, donde se hundiría hasta el fondo. Se esperaba que el vuelo durara poco más de una hora.

El vuelo de junio se quedó corto al final, después de que se desprendieran algunas piezas. SpaceX actualizó el software y retocó el escudo térmico, mejorando las baldosas térmicas.

Esta quinta prueba del Starship, que pesa unas 5.000 toneladas, SpaceX también consiguió probar un sistema para, por vez primera, mantener comunicación con el módulo orbital en la fase de reentrada, algo que hasta ahora ningún vuelo espacial ha conseguido.

SpaceX lleva nueve años recuperando los propulsores de la primera etapa de sus cohetes Falcon 9 más pequeños, después de poner en órbita satélites y tripulaciones desde Florida o California. Pero aterrizan en plataformas oceánicas flotantes o en losas de hormigón a varios kilómetros de sus plataformas de lanzamiento, no sobre ellas.

El reciclaje de los propulsores Falcon ha acelerado el ritmo de lanzamiento y ahorrado millones a SpaceX. Musk pretende hacer lo mismo con el Starship, el cohete más grande y potente jamás construido, con 33 motores de metano sólo en el propulsor. La NASA ha encargado dos Starship para llevar astronautas a la Luna a finales de esta década. SpaceX pretende utilizar Starship para enviar personas y suministros a la Luna y, con el tiempo, a Marte.

 

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