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¿Sabes qué son los hombres “Incel” y por qué razón se hacen llamar así?

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El pasado 23 de abril un joven de 25 años, Alek Minassian, arrolló con una furgoneta a más de 20 personas en Toronto (Canadá) acabando con la vida de diez de ellas, ocho de las cuales eran mujeres.

Primero se pensó que era un atentado yihadista, pero Alek nunca había tenido nada que ver con el extremismo islámico. Sin embargo el mensaje que había escrito en Facebook antes de perpetrar la masacre desveló el verdadero motivo de su ataque: “¡La Rebelión Incel ya ha comenzado!”. Resulta que formaba parte del Movimiento Incel, cuyos miembros, presuntamente todos hombres, se hacen llamar célibes involuntarios y comparten en foros de internet su odio hacia las mujeres.

Muchos de ellos, incluso, han llegado a hablar de maneras de hacerles daño a partir del acoso, la violación o la muerte. Un movimiento tan aberrante que nos hecho querer saber quiénes son los ‘incel’ y qué peligros comportan a la sociedad.

El odio a las mujeres como motivación

Los incel son hombres que no han tenido durante mucho tiempo –o nunca– relaciones sexuales o una pareja sentimental y, por tanto, odian a las mujeres por no estar con ellos.

Pero lo más terrible es que su aversión ha llegado a materializarse en atrocidades que se han cobrado la vida de decenas de personas. Si bien la más reciente es la que dejó a Toronto sin aliento el mes pasado, en 2015 Chris Harper Mercer  mató a nueve personas en un instituto de Oregón (Estados Unidos)  después de haber manifestado sus ideologías del odio en los foros de incels. 

Un año antes, en 2014, un joven de 22 años llamado Elliot Rodger mató a seis personas y dejó más de una decena de heridos en Isla Vista, cerca del campus de la Universidad de California en Santa Bárbara, para posteriormente suicidarse.

Antes de la masacre publicó un vídeo y un manuscrito, Mi mundo retorcido, donde plasmó su frustración por ser virgen y no tener novia. En el mismo, Elliot hacía continua gala de su odio a las mujeres por repudiarlo. Después de aquello, se convirtió en un ídolo para la comunidad incel.

Algo que nos podría llevar a pensar que el autor de la masacre de Florida de este febrero, Nikolas Cruz, también era incel ya que antes del ataque compartió en YouTube: «Elliot Rodger no será olvidado». Un elogio similar, «¡Saluden todos al Supremo Caballero Elliot Roger!», lo hizo en su último mensaje Alek, quien después de cometer la matanza y suicidarse también se ganó su protagonismo póstumo al aparecer en conversaciones del foro, donde algunos incluso se atrevieron a celebrar el ataque.

¿Un peligro real para nuestra sociedad?

El indicio más inquietante de la amenaza que podrían suponer los incel a cualquier sociedad es que idolatran a sus miembros más violentos y que los temas de conversación de sus foros, incluyen títulos como: “¿Por qué las mujeres son el enemigo?”, “Cosas molestas que dicen las mujeres” o “Violar vale la pena”.

En este último, aparecen comentarios que sobrepasan lo aberrante como: “La violación beneficia a todas las partes. El violador experimenta lo que le ha sido privado de toda su vida. La zorra, la víctima, se da cuenta de las consecuencias de su constante rechazo a los incels. Debería estar legalizada».

 Una peligrosa mentalidad que, al estar colgada en la red al alcance de millones de adolescentes, podría haber animado a más de uno de los atacantes a perpetrar sus respectivos derramamientos de sangre. “Cuanto más se comparta en la red, más se legitima el discurso misógino de muchos.

Quizás el terrorista, Alek nunca habría matado si no hubiese encontrado un foro que validase sus ideas», cuenta Joana Gallego, directora del observatorio por la igualdad de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y autora del libro De reinas a ciudadanas.

Y eso no es todo. Otra de las cosas que Alek dijo en su último mensaje fue: “¡Derrocaremos a todos los Chads y Stacys!”. Dos términos que también utilizó Elliot en su vídeo y que, para la comunidad, corresponden a los hombres que tienen relaciones sexuales y románticas y a las mujeres que les han rechazado, respectivamente. 

Unas denominaciones que, según Gallego, provocan que estos individuos “proyecten sus conflictos internos en hombres y mujeres con éxito y, al mismo tiempo, crean que son culpables de su situación. Algo que les permite, sin sentirse mal, lanzar en el foro agravios brutales y, a los más exaltados, incluso, llegar a matar”.

El debate del terrorismo como telón de fondo

Otra de las controversias que implica la radicalización del movimiento incel es que sus ataques, a pesar de haberse cobrado la vida de decenas de víctimas inocentes, no se han condenado con la misma severidad que, por ejemplo, el terrorismo yihadista.

Así lo expresó en Twitter el director de teatro Ernesto Filardi, residente en Toronto, al explicar que “no se habla sobre los incel. O se habla muy poco. Sobre todo si lo comparamos con lo que hubiera pasado si hubiera sido un terrorista islámico”.

Después recordó que el artículo de un columnista de The New York Times Ross Douthat, que había desatado la indignación en la ciudad canadiense. ¿La razón? Trató de comprender las motivaciones de los incel alegando que se les debería dar el sexo que buscan con robots o prostitutas.

Las palabras de Douthat, que hirieron la sensibilidad de muchos ciudadanos del país vecino y del propio Estados Unidos, son fruto de «una actitud más benevolente con los incels que con los yihadistas porque el columnista podría compartir un trasfondo machista y misógino.

Y con este comportamiento proyecta que intelectualmente no ve los cambios sociales que están protagonizando las mujeres», recuerda la experta. Quizás no podamos catalogarlo aún como terrorismo, porque no existe una causa política o religiosa concreta, pero con cuatro ataques mortales relacionados con el movimiento no será extraño que en un futuro próximo se acabe hablando abiertamente de terrorismo incel. 

Un movimiento ultramisógino fundado por una mujer

El movimiento incel fue fundado en 1993 por una mujer bisexual de Toronto, Alana, que nunca había tenido pareja y mucho menos relaciones sexuales.

Su intención era que fuese una comunidad de apoyo conformada por hombres y mujeres en circunstancias como la suya.

Pero, con el tiempo, el celibato se marchó de su vida y abandonó la comunidad sin imaginar que, en 2014, se habría convertido en un grupo misógino que veneraba al autor de la masacre de Isla Vista, Elliot. 

Fue entonces cuando se percató de que, lo que había creado para hacer el bien, se había convertido en un monstruo: “Mierda. Mira lo que comencé”, recordó a la revista  Elle.

El hecho de que el grupo adquiriera con los años su actual connotación de odio, misógina y machista se debe, según Gallego, a que “hay hombres frustrados porque no aceptan que las relaciones con las mujeres han cambiado.

Durante toda la historia han visto que podían acceder a las mujeres cuando querían y que ellas estaban allí para satisfacer sus deseos. Pero ahora, tienen la sensación: ‘las mujeres se están pasando’”, indica la experta sobre unos pensamientos que podrían tener muchos hombres por el mero hecho de haberse criado en una sociedad patriarcal. Aunque, evidentemente, sobrepasar los límites diciendo este tipo de barbaridades no tiene ninguna justificación.

¿Deben tener miedo las mujeres?

Compartir en las redes este odio hacia las mujeres y cometer ataques terroristas puede, según la experta, “crear estados de terror entre las mujeres porque, del mismo modo que hay un majara en Toronto, puede haber otro en Barcelona”.

En este sentido, Gallego destaca que el miedo que transmiten los incel en la sociedad norteamericana corresponde al mismo mecanismo de control que se ha «empleado toda la vida» hacia las mujeres, como por ejemplo, “cuando asesinaron a las niñas de Alcàsser, muchas chicas dejaron de hacer autostop”.

Sin embargo, piensa que ahora estamos en un momento insólito que hará que las mujeres ni se encierren en casa ni regresen más temprano de lo habitual. “Afortunadamente, ya no estamos para hostias. No nos va a frenar ni a provocarnos más miedo. 

Los que tienen que dejar de acosar y de generar miedo son los acosadores y los agresores. Las mujeres no nos vamos a sentir culpables por cosas que no hemos provocado», explica Gallego quien cree que el problema durante toda la historia es que les hicieron creer que no tenían más opción que dejarse pisar y callar. Pero ni los incel ni nadie va a conseguir que las mujeres no aspiren a lo que siempre deberían haber tenido: libertad para vivir sus vidas sin miedo.

 

 

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Karol G revive con nostalgia los primeros pasos de su carrera artística

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La superestrella latina Karol G sorprendió a sus seguidores al publicar en Instagram uno de los primeros videos que subió a YouTube, cuando apenas comenzaba su carrera musical en Colombia.

En la publicación, la artista recordó con nostalgia sus inicios: «Acabo de encontrar este video de cuando me grababa cantando y los subía a YouTube pensando que alguien podría verme… cuando no sabía hablar inglés y cantaba las letras como sonaban», escribió Karol G. En el video se le ve con su cabello al natural, demostrando su talento en una etapa donde buscaba cualquier oportunidad para destacar.

La cantante enfatizó la importancia de mirar hacia atrás y reconocer sus raíces, a pesar de siempre estar enfocada en el futuro: «Ver atrás y recordar de dónde vengo se siente cada vez más especial», agregó.

La publicación se llenó de comentarios de apoyo de sus seguidores, quienes destacaron su constancia y talento, reconociendo el esfuerzo que la ha llevado a convertirse en una de las figuras femeninas más representativas de la música latina.

Karol G ha recorrido un largo camino desde sus primeros videos en YouTube, consolidándose como una de las artistas más influyentes de América Latina y un referente para nuevas generaciones de músicos.

Su gesto de rescatar y compartir aquel video refleja no solo su trayectoria, sino también la humildad y el apego a sus inicios en la industria musical.

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Fallece Joe Caroff, diseñador del icónico logo de James Bond, a los 103 años

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El diseñador gráfico Joe Caroff murió el pasado domingo en Manhattan, un día antes de cumplir 104 años, dejando un legado imborrable en la cultura cinematográfica. Caroff es reconocido por haber creado el emblemático logotipo de 007, así como cientos de carteles de películas que marcaron varias generaciones.

Nacido el 18 de agosto de 1921 en Roselle, Nueva Jersey, Caroff combinó creativamente el “7” de 007 con la silueta de una pistola, un diseño que se estrenó en la película “Dr. No” (1962), protagonizada por Sean Connery.

Caroff falleció por causas naturales y bajo cuidados paliativos, según confirmaron sus hijos Michael y Peter Caroff. Durante su carrera, trabajó en más de 300 campañas publicitarias y cinematográficas, incluyendo títulos como Last Tango in Paris, Cabaret, West Side Story, Manhattan y The Last Temptation of Christ.

Aunque recibió apenas $300 por el icónico logotipo de James Bond, su trabajo fue reconocido décadas después y se convirtió en un símbolo de la saga cinematográfica.

Caroff se retiró en 2006 y dedicó sus últimos años a la pintura y el dibujo. En febrero de 2025, sufrió la pérdida de su esposa, con quien estuvo casado 81 años.

El legado de Joe Caroff perdurará a través de sus diseños, que seguirán siendo referentes culturales y cinematográficos, especialmente el emblemático logo de 007, que continúa siendo símbolo de la saga James Bond.

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Muere Terence Stamp, el villano de ‘Superman’

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La familia del actor británico Terence Stamp ha comunicado su fallecimiento este domingo. El intérprete, que saltó a la fama por su papel como el villano de Superman, tenía 87 años. “Deja un extraordinario trabajo como actor y escritor que seguirá inspirando a la gente”, afirma el escrito difundido, sin aclarar las causas de su muerte.

Nacido en el East End londinense en 1938, vivió de niño los bombardeos de la ciudad durante la II Guerra Mundial. Estudió interpretación gracias a una beca en Webber Douglas Academy of Dramatic Art y fue compañero de piso de otro gran actor británico, Michael Caine, y pareja de Julie Christie. Formó parte del Swinging London de los sesenta.

En 1962 debutó en el cine como protagonista de la adaptación de la novela de Herman Melville Billy Budd, dirigida por Peter Ustinov, un papel que le valió una nominación a los Oscar. Su siguiente aparición en la pantalla fue ese mismo año, frente a Laurence Olivier en el filme Escándalo en las aulas, dirigido por Peter Glenville. Pero su gran papel en aquella década fue como protagonista de El coleccionista de William Wyler, película con la que triunfó en Cannes en 1965. En 1967 participó en Lejos del mundanal ruido, de John Schesinger junto a Julie Christie, y en la primera película de Ken Loach, Pobre vaca.

Iba a ser James Bond después de Sean Connery, pero aquel plan no acabó de cuajar y se trasladó a Italia. Allí trabajó con Fellini en Toby Dammit y en Historias extraordinarias, una película que adaptaba tres relatos de Edgar Allan Poe por tres directores (Roger Vadim y Louis Malle completaron el trío). Stamp rememoraba en el documental Fellini: soy una gran mentiroso (2002) cómo sus rodajes con el director marcaron un antes y un después en su carrera actoral. También rodó en aquella década Teorema bajo las órdenes del gran Pier Paolo Pasolini.

Pero a pesar del prestigio y las distinciones con las que arrancó su trabajo en el cine, no fue hasta su papel en Superman en 1978 cuando alcanzó el estatus de estrella. Stamp interpretó al supervillano general Zod en las dos primeras películas de la saga junto a Christopher Reeve. Contó años más tarde que en el momento en que recibió la oferta se encontraba en un ashram en la India planteándose dedicarse al yoga tántrico. Ese telegrama de su agente le sacó de aquella aventura y le convirtió en el inolvidable y malvado Zod.

En los ochenta participó, entre otras películas, en La venganza de Stephen Frears, y en las exitosas Wall Street, de Oliver Stone y en Peligrosamente juntos con Robert Redford y Deborah Wringer. En los noventa rodó con la española Pilar Miró Beltenebros, y también actuó en el gran éxito Priscilla, reina del desierto. En la última década, participó en la producción de Tim Burton Ojos grandes (2014) y en 2021 en Última noche en el Soho, entre otras películas.

Además de su carrera como intérprete, Stamp ha escrito varios libros de memorias. Se casó por primera vez en 2002 con Elizabeth Rourke, una farmacéutica 35 años menor que él, de quien se divorció seis años después. Stamp siempre declaró que su gran amor fue la modelo Jean Shrimpton con quien formó una atractiva pareja en los sesenta.

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