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Presidente Nayib Bukele inicia con la transformación integral del caserío El Mozote, en Morazán
El Presidente de la República, Nayib Bukele, inició con la transformación integral del caserío El Mozote, en el municipio de Meanguera, Morazán, iniciativa que consistirá en dignificar la vida de los habitantes del lugar, luego de 40 años de abandono y olvido por parte de los gobiernos anteriores.
La propuesta del Gobierno del Presidente Nayib Bukele es que el caserío El Mozote sea un ejemplo de justicia y dignificación con la puesta en marcha de proyectos que permitan reparar daños causados a las familias de las víctimas de la masacre de El Mozote, hecho suscitado en 1981.
“Hoy venimos a conmemorar ese pasado doloroso; venimos a hablar de ese pasado, pero también del presente y futuro que es de ustedes. Las promesas que hicimos las estamos cumpliendo”, expresó el mandatario, al anunciar una inversión inicial de $32.4 millones para la población de la zona.
En el lugar, donde ha imperado el abandono del Estado salvadoreño debido al incumplimiento de los gobiernos de Arena y el FMLN; tendrá una estación de la Policía Nacional Civil (PNC), un Centro Geriátrico, un Centro Urbano de Bienestar y Oportunidades (CUBO), sistema de aguas negras e iluminación de la zona, obras que serán de beneficio para los habitantes del lugar.
“Se va a inyectar 1.4 millones al comercio local, se construirá una plaza gastronómica que será un refuerzo al turismo de la zona. Vamos a construir un CUBO que será de tres pisos, y tendrá una inversión de $750,000, contará también con un anfiteatro. Vamos a invertir en una estación de la PNC y tendrá un costo de $300,000, contará además de las patrullas convencionales, con policía montada. Además, habrá una clínica geriátrica y tendrá una inversión de $600,000. También se contará con un club de la tercera edad, su costo será de $250,000”, explicó el Presidente Bukele.
El mandatario añadió que, a través de la Dirección de Obras Municipales (DOM) se va a intervenir 15,000 metros cuadrados de las calles de algunos caseríos como El Mozote, El Pinalito, Jocote Amarillo y Toriles. Esto se realizará además de la ejecución de obras, que el Ministerio de Obras Públicas (MOP), desarrolla en la zona.
El Presidente también anunció una apuesta por el desarrollo educativo y, para este fin, ya se tienen inscritos 58 jóvenes, a quienes se les brindará becas universitarias hasta finalizar su carrera. Para esto se ha destinado $68,000.
Estas obras de inversión social muestran que los compromisos adquiridos por el Presidente Bukele, desde el inicio de su mandato, se están consolidando para beneficio de las víctimas, y dando cumplimiento a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que instó al Estado a responder por los hechos ocurridos en el pasado, donde más de 900 personas, en su mayoría menores de edad perdieron la vida.
Los familiares de las víctimas de la masacre, ocurrida en 1981, fueron olvidados por los gobiernos anteriores; sin embargo, el mandatario salvadoreño continúa trabajando para dignificar las condiciones de vida en la zona.
El Presidente Bukele reafirma su compromiso con la reparación de los daños causados a los familiares de las víctimas de la masacre de El Mozote y sitios aledaños, con hechos y proyectos concretos.
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A través de un comunicado oficial, el partido de izquierda sostiene que esta acción busca desviar la atención de temas cruciales como la minería metálica, el uso de bitcoin y la creciente deuda pública del país.
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Una denuncia ciudadana ha circulado en las redes sociales tras el hurto de más de 30 dólares en pan en una zona comercial de San Vicente. Según los testimonios, el individuo, que se acercó a una panadería, le pidió el producto y alegó que iría a su vehículo a buscar el dinero, pero nunca regresó, llevándose consigo la mercancía.
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Un nuevo incidente de intolerancia se ha viralizado en redes sociales, mostrando a dos motoristas de autobuses de las rutas 170 y 141 enfrentándose a golpes en plena vía pública. El bochornoso episodio tuvo lugar durante la mañana en la zona del desierto de Amayo, Chalatenango.
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Varios usuarios del transporte colectivo presenciaron el altercado y han expresado su preocupación, exigiendo medidas más estrictas y sanciones para prevenir que este tipo de actos comprometan la seguridad de quienes utilizan este medio de transporte.
