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ENTREGA ESPECIAL

La trágica historia de Ella, la mujer trans que se prendió fuego en público en el centro de Berlín

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Cuando Ella Nik Bayan, una mujer transgénero iraní de 40 años, se prendió fuego en la icónica plaza Alexanderplatz de Berlín en septiembre del año pasado, su muerte tuvo un gran impacto para sus amigos y colegas más cercanos.

Seis meses después, solo los restos carbonizados en los adoquines dan fe de lo que pasó. La historia suscitó un debate en los medios alemanes durante un tiempo, planteando muchas preguntas pero encontrando pocas respuestas.

Puede que el interés público haya disminuido desde entonces, pero la confusión y la tristeza de aquellos que conocían bien a Ella no ha cambiado.

Algunas personas en la amplia comunidad trans vieron el acto de autoinmolación pública de Ella como una protesta, pero no dejó ningún mensaje ni explicación y algunos de sus amigos más cercanos sienten que no hubo un motivo político.

Entonces, ¿qué llevó a Ella a un acto tan desesperado? ¿Qué le había pasado desde que salió de Irán que pudiera explicar la decisión de acabar con su vida? Se pueden encontrar indicios en los desafíos que enfrentó en el periplo que terminó en Alexanderplatz

La tumba de Ella en Berlín, con flores con los colores de la bandera LGBTQ+
A Ella le costó más de un año hablar con su trabajadora social sobre su identidad de género.

“Era una persona muy amable y tímida. Siempre estaba sonriendo”, recuerda Edna Pevestorf.

Edna es una coordinadora de trabajo social que conoció a Ella cuando llegó por primera vez a Magdeburg, una ciudad en la antigua Alemania Oriental donde el partido antiinmigrante Alternative fuer Deutschland (Alternativa para Alemania) obtuvo un fuerte respaldo en las últimas elecciones.

Ella era transgénero: su identidad de género difería de la que se le asignó al nacer. Llegó a Alemania en 2015 y su viaje, como el de muchos otros refugiados queer, estuvo plagado de dificultades.

Había huido ilegalmente de Irán cuatro años antes y llegó a Alemania través de Turquía, una ruta común para los refugiados iraníes porque pueden ingresar sin visa.

En un primer momento, Ella no reveló su identidad de género y le tomó casi un año empezar a hacerle algunas preguntas a su trabajadora social.

“Ella vino a una clase de alemán que yo daba”, recuerda Edna, “y me preguntó si era legal vivir aquí como una persona gay, si estaba bien. Esa fue la primera vez que pensé para mis adentros que estaba lidiando con algo.”

Pero Ella no era gay. Como muchos otros miembros de la comunidad LGBTQ+ en Irán, había aprendido a reprimir quién era y cómo se sentía por miedo a ser perseguida y procesada.

Se había criado en una familia religiosa conservadora en el sur de Irán casi sin acceso a información sobre identidades de género y orientaciones sexuales. Para Ella, declararse transgénero no fue sencillo y Edna recuerda una conversación en particular en un día de otoño de 2016.

“Vino a mi oficina y dijo que necesitaba hablar de algo. Me dijo: ¡No soy gay pero quiero ser mujer!”. Las dos hablaron durante un par de horas en las que Ella principalmente se planteaba cómo podría vivir como una mujer trans.

Ella con dos amigas cercanas en un festival callejero
La transformación de Ella, una mujer sonriente y sociable, fue poco a poco.

Unos meses después, en diciembre de 2016, Ella hizo otra visita a la oficina de Edna.

“No había nada en ella que fuera nuevo excepto el esmalte de uñas, solo en un dedo de su mano izquierda”. Ese fue el primero de los muchos pequeños pasos de Ella hacia la transformación.

Poco a poco, Ella comenzó a revelar su identidad de género a aquellos con quienes se sentía segura, personas como Edna o Lisa Schulz, quienes se hicieron amigas cercanas mientras trabajaba con refugiados en un centro comunitario en Magdeburg.

Lisa recuerda a Ella como una persona sonriente y sociable que hacía amigos con facilidad.

“Conocí a Ella en el centro. Al principio estaba allí para mejorar su alemán. Pero después de un tiempo fue de gran ayuda para nosotros hacinedo de traductora. Hablaba cinco idiomas: inglés, alemán, árabe, turco y farsi. Era una persona muy servicial.”

Acerca de su expresión de género, Lisa dice: “Ella siempre fue Ella, pero al principio no se parecía a la Ella que ahora conocemos. Fue un proceso”.

Un proceso que tardó más de un año en llegar a su pleno apogeo.

Ella en Magdeburg con su bicicleta
La vida como mujer trans de una minoría no era fácil para Ella en Magdeburg.

Ella también colaboraba en un jardín comunitario, como recuerda Lisa: “Siempre estaba ahí en el campo plnatando papas o cualquier cosa, vestida con falda corta y tacones”.

Pero la realidad es que no todos los lugares eran seguros para Ella. Lisa y Edna cuentan que fue acosada e intimidada en las calles.

“Dondequiera que iba, la gente hablaba de ella y algunas veces incluso la atacaron verbalmente”, dice Lisa. “Solo quería ser aceptada como la mujer que era y la gente no aceptaba eso”.

Michael, otro amigo de Ella en Magdeburg, recuerda el día en que una pandilla de jóvenes la atacó en un tren.

“A los atacantes no les importó que otros pasajeros fueran testigos. Ella tuvo que defenderse con gas pimienta”, recuerda. Michael dice que no podía entender lo que gritaban los atacantes, ya que hablaban en farsi, pero Ella le dijo que estaban amenazando con violarla.

La vida como mujer trans de una minoría no fue fácil para Ella en Magdeburg, donde se mudó de casa cinco veces. Según Michael, su última residencia en esa ciudad fue un albergue para mujeres, que dejó porque algunas no la querían allí.

n otoño de 2019, Ella decidió mudarse a Berlín con la esperanza de ser más aceptada.

Manifestación del Orgullo LGTBI+ en Berlín
Aunque Berlín es una ciudad con muchos espacios queer seguros, la mayoría están diseñados para hombres homosexuales blancos.

Berlín es conocida por tener muchos espacios queer seguros y un enfoque más liberal para la comunidad LGBTQ.

Pero Kaveh Kermanshahi, quien trabaja con refugiados queer para LesMigraS, una organización que ayuda a personas trans y queer en Berlín, dice que muchos de estos espacios no son accesibles para los refugiados por varias razones.

“Los solicitantes de asilo y los refugiados dependen de la ayuda financiera del gobierno, que no es mucha”, dice, “por lo que no les resulta asequible ir a bares, cafés y clubes que se conocen como espacios queer“.

“Otro problema es que la mayoría de estos espacios están diseñados para hombres homosexuales cisgénero blancos y no para mujeres trans ‘de color’, por ejemplo. Además, está la barrera del idioma”, explica Kermanshahi.

La solicitud de asilo de Ella fue inicialmente rechazada, algo que es bastante común según Kermanshahi.

Cuenta que existe la percepción de que las personas trans tienen acceso a la cirugía de reasignación de género en Irán y que, posteriormente, viven ‘libremente’, una suposición falsa que debilita su solicitud de asilo.

De hecho, dice Kaveh, las personas transgénero en Irán deben someterse primero una terapia obligatoria y están a merced de los prejuicios personales de los orientadores. E incluso aquellos que quieren una operación pueden esperar años antes de recibir el permiso.

“Las sesiones de terapia utilizadas para determinar si alguien necesita la operación no son adecuadas y los orientadores y terapeutas en Irán no tienen conocimientos actualizados”, dice Kermanshahi. “En muchos casos, las personas se sienten forzadas a aceptar la terapia hormonal y la cirugía. Según la ley iraní, las tarjetas de identidad (con el género distinto al de nacimiento) solo se entregan a las personas que se sometan a la operación (de reasingación de género). Esto significa que muchas personas transgénero sienten que no tienen otra opción”.

Baran es una mujer trans iraní que vive en Turquía desde 2017. Se le ha otorgado el estatus de refugiada, pero no tiene derecho a trabajar.

Huyó de Irán precisamente porque no quería someterse a la cirugía de reasignación de género, pero su familia la obligó a someterse a una terapia hormonal que la llevó a tener depresión.

“Estaba feliz con mi cuerpo y mis genitales; no quería tomar hormonas ni someterme a esta operación”, dice Baran. Pero su familia insistió y los médicos dijeron que si se negaba a pasar por el quirófano, simplemente no era una mujer.

Baran dice que las cosas en Turquía no fueron muy diferentes. El agente de policía que estaba a cargo de su caso de asilo no sabía nada acerca de las personas transgénero. “Me decía que debía hacerme la operación y ‘terminar de una vez’”.

Ella tuvo experiencias similares en Alemania, donde se quejó de que a menudo se cuestionaba su identidad de género.

Lisa Schulz fue a visitar a Ella a Berlín en julio de 2021, unos meses antes de que se quitara la vida.

“Había comenzado su terapia hormonal y podías ver esos primeros signos de transformación en ella. Se veía genial y tenía puesto un vestido maravilloso”, recuerda. Parecía feliz e invitó a Lisa a su restaurante de sushi favorito.

Ella en uno de sus restaurantes de sushi favoritos en Berlín
Ella se veía feliz, encantada de encontrar finalmente un trabajo estable y un ingreso.

“Sabía cuánto le gustaba el sushi e ir allí con sus amigos más cercanos, así que fue un honor para mí”, recuerda Lisa.

En ese momento, Ella estaba haciendo un curso de capacitación que le permitiría solicitar un trabajo en una planta de producción de Tesla. Después de tantos trabajos ocasionales en cafés y restaurantes, esta era su oportunidad de encontrar finalmente un trabajo estable y un ingreso.

“Cuando la dejé, estaba como ¡wow!” dice Lisa. “Me alegré por ella”.

Pero Ella no estaba feliz.

Muchos refugiados LGBTQ iraníes esperan ser aceptados por lo que son en los países occidentales, pero con demasiada frecuencia la realidad no cumple con sus expectativas.

En la ley alemana, los solicitantes de asilo trans se identifican por su sexo de nacimiento y nombre asignados hasta que se les otorga el estatus de refugiado. Esto puede llevar varios años, lo que significa que Ella habría sido identificada como un “hombre” en todo su papeleo.

Para Ella, la larga y a menudo decepcionante lucha por ser aceptada continuó en su nueva ciudad de residencia.

“Escuché a amigos en Berlín contar que también ahí fue acosada en la calle”, dice Lisa.

La transfobia -el prejuicio contra las personas transgénero- puede conducir a la violencia. El reporte del Observatorio de Personas Trans Asesinadas de 2021 mostró que más de 370 personas trans y con diversidad de género fueron asesinadas el año pasado en todo el mundo, el 96 % de ellas eran mujeres trans.

El 14 de septiembre, apenas un par de meses después de aquel feliz encuentro con Lisa en Berlín, Ella se quitó la vida. La noticia conmocionó profundamente a sus amigos.

El punto donde Ella se quitó la vida, en Alxanderplatz, Berlín
El punto donde Ella se quitó la vida se conviritó, tras su muerte, en un santuario improvisado.

“No tenía sentido. Pensé que le estaba yendo bien. Estaba ansiosa por un nuevo trabajo y una buena vida. Fue impactante”, dice Lisa.

Michael fue una de las últimas personas que se reunió con Ella en septiembre, unos días antes de su suicidio. El cumpleaños de Ella era en noviembre y cuando Michael le preguntó que qué le gustaría, Ella pidió un abrigo de invierno.

Está convencido de que en el momento en que fueron de compras juntos, Ella no había hecho ningún plan para quitarse la vida.

“Era increíblemente cuidadosa con el dinero”, dice. “Si hubiera planeado el suicidio en ese momento, no me habría dejado comprar ese abrigo. Eso simplemente no tiene sentido”.

El lugar donde Ella Nik Bayan se quitó la vida rápidamente se convirtió en un santuario improvisado, donde la gente dejaba flores, velas y tarjetas.

Pero el odio no ha parado. En enero de este año, la tumba de Ella, que está en un cementerio de Berlín, fue destrozada por desconocidos que dejaron una lata de gasolina y un extintor en el lugar.

Nunca sabremos por qué Ella decidió quitarse la vida de una manera tan pública, solo que en algún momento decidió que seguir adelante ya no era una opción.

Sabemos que se enfrentó a múltiples obstáculos, a menudo combinados entre sí: desde huir de su país de origen hasta la larga burocracia del proceso de asilo y lo que parecía una sucesión aparentemente interminable de citas y consultas médicas, psiquiátricas y legales en su esfuerzo por, finalmente, ser ella misma. Sin mencionar la discriminación y el abuso que nunca parecieron detenerse.

Ella había luchado principalmente con una sonrisa en su rostro pero, a pesar de las amistades cercanas y amorosas que hizo, tal vez hubo muchos otros que no le devolvieron su amabilidad.

La BBC se acercó a la Oficina Federal de Migración y Refugiados de Alemania para recibir sus comentarios sobre el caso de Ella y obtener una respuesta detallada de algún portavoz. Nos dijeron que, aunque no podían comentar sobre un caso específico, los procedimientos de asilo son evaluaciones caso por caso cuidadosamente realizadas sobre la base de los principios del Estado de derecho, y los solicitantes de asilo rechazados siempre tienen derecho a apelar.

Si tú o alguien de tu entorno se encuentra deprimido o en problemas, busca ayuda. Puedes encontrar recursos de apoyo en estos enlaces según tu región.

Por: BBC News Mundo.

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ENTREGA ESPECIAL

VIDEOS | “Mi mamá me llamó llorando y me dijo: ‘hijo, sos un héroe’”: Elías Valladares

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Convencido de haber sido usado por Dios como un instrumento para salvar decenas de vidas y con lágrimas en sus ojos y el corazón conmovido, Elías Valladares habló sobre su increíble hazaña al atravesar su rastra para detener un autobús sin frenos en el occidente de Honduras.

El conductor de equipo pesado se hizo viral en las redes sociales luego que el viernes 18 de octubre colocara su unidad frente a un autobús sin frenos que iba cargado de migrantes a la altura de El Portillo, en el departamento de Ocotepeque, muy cerca de la frontera de Honduras y Guatemala.

Su heroico gesto fue el que evitó que ocurriera una tragedia, pues el bus pudo haber chocado contra otros vehículos, contra un paredón o pudo haberse salido de la carretera. En cualquier escenario, el saldo hubiera sido mortal.

Su rápida acción quedó captada en un video que fue tomado por un tercer conductor, quien fue identificado como Roger Melgar. Él grabó el momento justo en que el conductor de la rastra salvó a los adultos y niños que iban dentro de la unidad de transporte público.

Según se conoció, Elías Valladares, de 46 años, es originario de Los Charcos, Talanga, Francisco Morazán, y desde hace 12 años conduce equipo pesado y aunque ha vivido diversas experiencias al volante, esta es, sin duda, la más inusual y peligrosa que ha experimentado.

Ni él se explica cómo logró pensar tan rápido y tomar la decisión de arriesgarse él y a su unidad de trabajo para frenar el autobús sin frenos, al mismo tiempo que evitó poner en riesgo a los demás carros que transitaban por la carretera llena de curvas.

Ante esto, varios medios hondureños han entrevistado a Elías Valladares, un día después de la hazaña, en donde narró cómo fueron esos minutos de tensión y angustia.

“Cuando venía por El Portillo yo vi el autobús, pasamos cierto tramo de carretera y al ver que el autobús venía humeando en el lado de las llantas traseras, cuando veníamos más abajo de la pendiente lo rebasé, me le puse a la par y le dije al piloto que le iba agarrando fuego una llanta, que iba humeando demasiado y me hizo señas de que ya no llevaba frenos”, comenzó narrando Valladares.

“Cuando él me dice que ya no llevaba frenos, lo primero que se me ocurre a mí es ponerme en la parte de enfrente del automotor y tratar de ayudar a detenerlo… Lo primero que hice yo fue encomendarme a Dios porque no es fácil hacer ese tipo de maniobra, eso fue gracias a Diosito que nos ayudó porque logramos detener la unidad y salvar a varias personas”, añadió.

Elías asegura que un factor importante para poder salvar tantas vidas fue que su rastra no llevaba carga, porque de lo contrario el peso no le habría permitido rebasar tan rápido al autobús. Además de la pericia al manejar, pues en la primera ocasión, cuando intentó colocarse frente al bus y frenarlo con su plataforma, una camioneta se atravesó entre ambos, impidiéndole hacerlo; afortunadamente en el segundo intentó sí lo logró.

“Muchas de las personas que iban en el autobús se bajaron y me dijeron que yo era un ángel, enviado de Dios para salvarlos a ellos. Gracias a Dios porque nos mantuvo firmes y no nos dejó caer”, dijo con lágrimas en sus ojos.

“Cuando ya estaba todo controlado, yo me tiré de mi camión y vinieron unas personas que abordaban el autobús, me abrazaron y me dijeron que había sido un ángel guardián para ellos. El piloto del autobús también me dijo: ‘gracias, nos salvaste’”, recordó.

Don Elías también aseguró que fue una sorpresa para él cuando se enteró de que el video captado por una persona que viajaba en un carro detrás del bus había trascendido en las redes sociales y que, gracias a eso, miles de personas difundieron su fotografía y le dejaban mensajes de admiración.

Es por eso que se tomó un momento para agradecer al ciudadano que grabó el video que muestra cómo salvó a los ocupantes del bus, pues asegura que sin él nadie le hubiera creído lo que ocurrió y que además, gracias a esa persona, miles de usuarios de las redes sociales comenzaron a considerarlo un héroe.

Ese video también permitió que su esposa, sus tres hijos y su madre vieran cómo ocurrió todo y le expresaran cuánto lo aman y lo admiran. “Tras que pasó eso yo les mandé la foto y me dijeron ‘que Dios te guarde en todo momento’, se quedaron asombrados, pero cuando vieron el video… Mi mamá me llamó llorando, me dijo: ‘hijo, sos un héroe’, recordó con el corazón lleno de emoción y orgullo.

Los mensajes de admiración y felicitación a través de las redes sociales siguen llegando y don Elías afirma sentirse agradecido, pues jamás imaginó que en un día más de trabajo se convertiría en un personaje reconocido dentro y fuera de Honduras.

Desde El Salvador, estos son algunos de los comentarios que han dejado a Elías Valladares por su gran valentía.

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Thomas Girón: el polivoz salvadoreño que conquista escenarios imitando a grandes de la música

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Thomas Girón comenzó cantando en la iglesia cristiana a la que pertenecía en su natal Huizúcar, en La Libertad. Simultáneamente, aprendió a tocar guitarra, el teclado y el bajo, «pero no los toco profesionalmente», dice.

No obstante, saber de ritmos, tiempos, escalas, sobre todo su pasión por escuchar música, sentaron las bases para que se convirtiera en un polivoz.

«Comencé con mi hermano mayor, él tocaba teclado en ese entonces, y él me metió a la parte de los coros. Luego, como siempre me ha gustado la música, iba a los karaokes cuando tenía más edad. Allí conocí a un amigo que ya tiene trayectoria, se llama Robert Riveira, él trabajaba en Merliot, me escuchó cantar y me dijo: “Cantás muy bien», expresa Thomas.

Riveira (también polivoz) compartía escenario con Girón y así el joven se fue adentrando más en la imitación de voces. Hacían dúo o cada quien tenía su tiempo para presentarse al público. Trabajaron juntos aproximadamente un año, durante el cual también amenizaron festividades o eventos privados en el interior del país.

Su amigo fue quién le habló de tener un repertorio de música a interpretar, además le enseñó técnicas vocales. «Somos artistas distintos, él es más alegre, yo soy un poco más serio, aunque ya trabajando uno tiene que soltarse un poquito más y así comencé», agrega el joven.

Ricardo Montaner y Sin Bandera fueron los primeros a quienes imitó Thomas. Las presentaciones en restaurantes y eventos privados las combinaba trabajando en un call center y con la administración de sitios web.

Hace seis años, aproximadamente, se presentó como solista. «Tenía muchos nervios porque no tenía mucho repertorio», recuerda.

En el 2021 dejó su trabajo en el call center para darle más empuje a su carrera universitaria y a su faceta artística. Los ahorros que tenía sirvieron para comprar un equipo de sonido y su debut fue en el restaurante La Costilla (que ya desapareció), por el bulevar de Los Héroes.

El público es quien lo orientó a ampliar sus imitaciones. A la fecha interpreta a José José, Juan Gabriel, Rudy La Scala, Leo Dan, Bronco, Camilo Sesto, José Luis Perales, por supuesto mantiene a Montaner y Sin Bandera. Más recientemente ha aprendido a cantar y caracterizar a Pedro Infante.

Divas y canciones en inglés

Debido al talento que ha desarrollado y a las peticiones de su público, Thomas decidió incluir en su repertorio a voces femeninas.

Recuerda con claridad que fue en el 2022 cuando ensayó durante 15 días para lograr la voz de una famosa mexicana. «La primera voz femenina fue Marisela, la canción fue “Sin él”», dice.

Después de Marisela se han sumado a la lista de divas a interpretar artistas como Paquita la del Barrio, Ana Gabriel y Rocío Durcal. Esta última dice que es «de las más difíciles» de imitar.

Al preguntarle ¿cómo descubrís que podés cantar como ellas? Thomas dice: «Con el tiempo se va conociendo la voz. Cuando diferentes artistas de acá me fueron conociendo, me dijeron que cantara de todo un poco. No voy a mentir, tuve temor al principio, bueno, solo con el hecho de cantar de Juan Gabriel la gente habla de más. Ahora, cuando se canta de mujeres quieren que uno se vista de mujer, era el temor aquel de que la gente se mete. Al final, el punto principal del artista es complacer a la gente».

Otro amigo suyo, el también polivoz José Hernández, le dio consejos sobre cómo mejorar su espectáculo, en especial cuando incluyó el repertorio femenino.

Desde que empezó de lleno con su carrera, la música en inglés ha estado presente en el espectáculo de Thomas; sin embargo, ha ido agregando artistas. Actualmente, interpreta lo más clásico de Elvis Presley, Michael Bolton, Bryan Adams, Bee Gees y Michael Bolton.

Por toda la habilidad que ha ido desarrollando, algunos grupos musicales le piden que los acompañe. Desde hace un año es vocalista de la agrupación Son Latino, donde canta salsa, cumbia y bachata. El grupo fue telonero de los venezolanos Los Adolescentes cuando se presentaron en el país.

Girón también suele presentar su show en el Restaurante Las Brasileñas, en el centro de San Salvador.

«A mí me encantan Los Temerarios, Bronco, la música corta venas, pero hay gente que no [..] Canto unas canciones a dúo también, por ejemplo, la que cantan juntos Alejandro Fernández y Cristina Aguilera, que es lo último que ido metiendo (al show) porque es muy solicitada, la canción es «Hoy tengo ganas de ti». Esto impacta más en el público, cuando hago las dos voces», añade.

El polivoz tiene muchos proyectos en mente, entre los que destaca presentar su espectáculo en otros países. Ya tuvo gratas experiencias en República Dominicana y Panamá.

Sobre el artista

Nació en Huizúcar el 20 de octubre de 1990, estudió allí hasta séptimo grado y luego su familia se muda a San Andrés, Ciudad Arce, en el 2005, donde continuó los estudios hasta concluir el bachillerato contador. Para esa época también cursaba una beca de tres años en inglés y computación.

A la fecha ha cursado 31 de las 46 asignaturas de la Licenciatura en Contaduría Pública.

Comenzó trabajando en un call center, pero lo dejó para dedicarse por completo a la imitación de grandes figuras del canto de diversos géneros musicales.

Para contrataciones puede llamar o escribir al 7450-4379 o al 7943-6499. En Facebook lo puede contactar con la cuenta Thomas Girón. Si el polivoz no tiene dentro de su repertorio al artista que solicita el cliente, pide al menos 15 de preparación para conocer y caracterizar a quien interpretará. El cliente también decide cuánto tiempo será de presentación o si realiza set cortos con música variada.

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Terremoto de 1986: se cumplen 38 años de la tragedia que dejó 1,500 muertos en El Salvador

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Un día como hoy, 10 de octubre, pero del año 1986, El Salvador vivió uno de los capítulos más trágicos de su historia: un devastador terremoto de 7.5 grados en la escala de Richter sacudió al país a las 11:49 de la mañana, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva salvadoreña.

Aquel día fatídico, más de 1,500 salvadoreños perdieron la vida, mientras que al menos 10,000 resultaron heridos y cerca de 200,000 quedaron damnificados. El epicentro del movimiento telúrico se situó en Los Planes de Renderos, al sur de San Salvador, a una profundidad de 5.4 kilómetros. La onda expansiva se extendió hacia el norte de la capital, atravesando barrios como San Jacinto, Santa Anita, Candelaria y el reparto Santa Marta, dejando a su paso un rastro de destrucción.

El Centro Histórico de San Salvador se convirtió en un símbolo de la tragedia. La fuerza del terremoto provocó el colapso de varios edificios, entre ellos el emblemático edificio Rubén Darío, donde alrededor de 75 personas estaban laborando en ese momento y cuya suerte marcó el inicio de un luto nacional. Las imágenes de escombros y grupos de rescate trabajando incansablemente en la búsqueda de sobrevivientes quedaron grabadas en la memoria del país.

A pesar de los años transcurridos, el recuerdo de aquel día persiste. Hoy en día, aún podemos encontrar edificios y condominios que presentan «severos daños irreversibles» que siguen en pie, tanto por la falta de recursos como por la inacción de las autoridades. Muchos de estos inmuebles, marcados con banderas rojas, continúan siendo utilizados, recordando a todos los salvadoreños la fragilidad de la vida ante la fuerza de la naturaleza.

El aniversario de este terremoto también sirve como un llamado a la reflexión sobre la importancia de la preparación ante desastres naturales y la obligación del estado y la sociedad de garantizar la seguridad de sus ciudadanos. En medio del luto, la esperanza de un futuro más seguro sigue viva en el corazón de aquellos que sobrevivieron y en la memoria de quienes no lo lograron.

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