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INSÓLITO – Venezuela con dos presidentes y las fuerzas armadas debaten a quién respaldar

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Por Nicholas Casey 26 de enero de 2019

Cuando los venezolanos salieron a las calles esta semana para exigir el retorno de la democracia, eligieron una fecha que tiene un gran significado histórico: el 23 de enero, el día en que hace más de sesenta años las protestas populares derrocaron a una dictadura militar.

Sin embargo, en ese entonces no solo fueron los manifestantes quienes lograron la caída del dictador. Cuando el ejército se involucró con sus tanques, al lado de quienes protestaban, fue que se consolidó el derrocamiento.

Juan Guaidó, el líder opositor de 35 años que el miércoles se juramentó ante las multitudes como presidente encargado legítimo de Venezuela, esperaba que esa estrategia tuviera el mismo resultado que en 1958.

Un mural desfigurado de Nicolás Maduro en Caracas, Venezuela, el 24 de enero de 2019. Aunque el alto mando militar venezolano ha jurado públicamente su lealtad a Maduro, las entrevistas con oficiales en servicio y retirados ofrecen una imagen más complicada. (Foto: Meridith Kohut/The New York Times)
Un mural desfigurado de Nicolás Maduro en Caracas, Venezuela, el 24 de enero de 2019. Aunque el alto mando militar venezolano ha jurado públicamente su lealtad a Maduro, las entrevistas con oficiales en servicio y retirados ofrecen una imagen más complicada. (Foto: Meridith Kohut/The New York Times)
El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó (Foto: Reuters)
El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó (Foto: Reuters)

No obstante, aunque Guaidó logró el reconocimiento oficial de Estados Unidos y de más de veinte países, sigue siendo un líder sin Estado. El alto mando militar venezolano dijo en público que mantiene su respaldo a Nicolás Maduro como presidente, un revés a los planes de la oposición de lograr que las fuerzas armadas rompan filas y ayuden a que cambie la situación del país, que lleva un tiempo encaminado al autoritarismo.

Pero, en diversas entrevistas, oficiales militares en ejercicio y retirados sugieren que hay un debate más complejo entre las filas; muchos quieren que Maduro deje el poder y todavía analizan cómo podrían lograr que eso suceda.

Algunas facciones de oficiales que han desertado dicen que planean regresar de Perú, Colombia y otros países. Comandantes militares rebeldes incluso realizaron reuniones en secreto con el gobierno estadounidense de Donald Trump en 2018 para discutir los planes que tenían para intentar sacar a Maduro.

Dentro de Venezuela, las filas militares se han reducido considerablemente por la deserción de miles de soldados debido a que la hiperinflación ha hecho que sus sueldos prácticamente no tengan valor. Otros integrantes de las fuerzas armadas sugieren que quieren unirse al bando de Guaidó, pero que le temen al servicio de inteligencia militarque ha castigado sin merced a los oficiales disidentes.

«No es posible explicar las atrocidades que ha vivido nuestro país en los últimos veinte años», dijo Carlos Guillén Martínez, un teniente del ejército que huyó del país en 2018 después de denunciar que fue torturado por agentes de Maduro. Guillén Martínez comentó que él y otros planean regresar armados si es que el gobierno de Maduro se mantiene en el poder este año.

«Estamos tan firmes respecto a eso como siempre», dijo. «Seguimos adelante y no perdemos nuestro norte».

La crisis en Venezuela ha creado un punto muerto insostenible, un país con dos presidentes. El viernes 25 de enero Maduro expresó su voluntad de reunirse con la oposición, mientras Guaidó hizo su primera aparición en público desde su juramentación y les dijo a sus simpatizantes que debían reaccionar si las autoridades «se atreven» a secuestrarlo.

Tanto Maduro como la oposición están cortejando a integrantes de las fuerzas armadas al considerar que son quienes resguardan el control. Es una encrucijada familiar para las fuerzas armadas, que desde hace generaciones han estado inmiscuidas en la política del país y negociaron el poder en varias ocasiones durante la gestión del presidente Hugo Chávez,quien también era militar.

El entonces presidente venezolano Hugo Chávez con Nicolás Maduro, quien luego sería su sucesor, en una foto de 2007 (Getty Images)
El entonces presidente venezolano Hugo Chávez con Nicolás Maduro, quien luego sería su sucesor, en una foto de 2007 (Getty Images)

Pero la crisis actual es un gran retroceso para toda la región, cuyos habitantes esperaban poder dejar atrás el ciclo de dictaduras, posibles golpes de Estado e intervenciones extranjeras. Mientras otros países latinoamericanos han fortalecido sus democracias, en Venezuela el gobierno de Maduro se ha caracterizado por una inestabilidad e incertidumbre cada vez mayores.

«Eso ha significado que el único actor que puede tomar el paso final son los militares», dijo Alejandro Velasco, un historiador venezolano que da clases en la Universidad de Nueva York.

El descontento de las multitudes que se manifestaron esta semana en contra de Maduro es resultado del colapso económico vivido durante su gestión. Venezuela tiene las mayores reservas comprobadas de petróleo de todo el mundo, pero debido a los malos manejos del gobierno el valor de la moneda es casi nulo, escasean la gran mayoría de alimentos básicos y el sistema de atención médica está colapsado. Más de tres millones de personas han emigrado a otros países.

La inestabilidad política que fomentó ese declive económico tuvo sus orígenes en el mandato de Hugo Chávez, el antecesor de Maduro. La carrera política de Chávez, un teniente coronel, despegó durante un golpe que organizó en 1992. Llegó a la presidencia seis años después e instauró la llamada revolución socialista con la finalidad de redistribuir la riqueza entre los pobres del país.

En otras naciones latinoamericanas con el tiempo se cimentaron las normas democráticas, pero los venezolanos eligieron votar —una y otra vez— por un líder que saltó a la escena pública al querer tumbar a un gobierno por la fuerza.

Desde Perú, militares venezolanos retirados desconoció el gobierno del dictador Maduro
Desde Perú, militares venezolanos retirados desconoció el gobierno del dictador Maduro

Para 2002, hubo otro intento de golpe militar, esta vez con el respaldo de la oposición y la aprobación estadounidense, que resultó en el derrocamiento de Chávez durante unos días. Después, Chávez realizó purgas en las filas de las fuerzas armadas y durante años atacó a las instituciones de Venezuela, una estrategia que alejó al país de la democracia.

Las purgas contra los militares tuvieron consecuencias para todas las fuerzas armadas, que se sintieron obligadas a respaldar a la fuerza política de Chávez, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Ahí fueron influenciados soldados como Josué Hidalgo, teniente del ejército que empezó su servicio durante el mandato de Chávez y muy pronto se desilusionó por lo que veía.

«Nos dijeron: ‘El socialismo es bueno'», dijo. «Pero luego ves lo que está pasando, los niveles extremos de corrupción en el ejército».

Hidalgo dijo que fue designado a una región minera en la frontera con Brasil y que ahí fue testigo de cómo los comandantes militares extorsionaban a mineros de oro y administraban los cargamentos del contrabando de gasolina.

El teniente sugirió que en 2017 lo buscó un grupo de militares disidentes llamado La espada de Dios. Poco después, dijo, fue capturado por agentes de inteligencia pero se escapó a Brasil.

Hoy trabaja junto a Guillén para reclutar a desertores que han dejado Venezuela y que expresan su interés en regresar para sublevarse. Durante la entrevista con Hidalgo, dos de sus compañeros mostraron una lista con cientos de nombres, edades, rangos y los números de identidad de personas que aseguraron estar interesadas en unirse.

Entre los documentos tenían capturas de pantalla de lo que aseguraron es una conversación de WhatsApp con un cadete joven en Venezuela que indica que teme que le pidan reprimir las protestas más recientes.

«No voy a dejar que le disparen a la gente», dice el mensaje. «Los cadetes estamos furiosos. No queremos a este gobierno«.

Un ex funcionario estadounidense dijo que esos oficiales desencantados, junto con miles de otros hombres de las fuerzas armadas que han huido del país, son un reto serio para Maduro si es que llegan a movilizarse con el aval de países vecinos con gobiernos de ultraderecha, como Colombia y Brasil, o si estos permiten que se organicen en sus territorios.

La invitación de Guaidó a los militares para que se sumen a su causa sí parece estar teniendo efecto entre las fuerzas armadas.

El lunes 21 de enero, un grupo de soldados publicó videos en línea en el que le juraban lealtad al líder opositor, en aparente respuesta a su oferta de amnistía para los desertores. Luego de esas declaraciones se suscitaron enfrentamientos en una base militar de Caracas, poco antes de que el gobierno dijera que había controlado una rebelión.

Cuando Guaidó se juramentó como presidente, el miércoles 23 de enero, el alto mando militar se mantuvo en silencio, por lo cual hubo rumores de que estaban debatiendo el destino de Maduro..

Sin embargo, Vladimir Padrino López, general del ejército y ministro para la Defensa, se pronunció en público el jueves acompañado de otros comandantes de las fuerzas armadas del país. Dijo que mantenían su respaldo a Maduro y que era «risible» que Guaidó se nombrara presidente.

Vladimir Padrino López junto a Nicolás Maduro
Vladimir Padrino López junto a Nicolás Maduro

«Tengo que alertar al pueblo de lo que esto significa para nuestra soberanía», dijo Padrino. «Nosotros estamos para evitar un enfrentamiento entre venezolanos».

Velasco, el historiador de la Universidad de Nueva York, comentó que no le sorprende que la alta comandancia no respalde a la oposición.

En los últimos años, Maduro ya se ha enfrentado pequeños motines de integrantes de las fuerzas armadas. Como sabe que los militares son clave para mantenerse en el poder, les ha ofrecido incentivos a los oficiales, como el control de ciertas partes de la economía legal o de rutas de contrabando y narcotráfico, según Velasco.

«Al fin y al cabo no solo son los que tienen las armas, sino que están tan profundamente implicados en la corrupción del Estado que lograr su apoyo es una condición absolutamente necesaria para expulsar a Maduro«, dijo el historiador.

La oposición ha apostado por acercarse a los rangos medios y sostener reuniones con oficiales para explicarles una ley de amnistía aprobada por la Asamblea Nacional pensada para los que cambien su respaldo, según un importante miembro de oposición.

Esta persona, quien pidió el anonimato pues no tiene autorización para divulgar las reuniones, comentó que los oficiales han expresado temor de que haya alguna intervención militar extranjera, particularmente desde Estados Unidos.

Carlos Peñaloza, general en retiro que ahora vive en Miami y antes comandante de las fuerzas armadas venezolanas, dijo que en las últimas semanas ha estado en contacto con oficiales de rangos medios desencantados y cree que tienen el respaldo necesario para sacar a Maduro, más allá de si reciben o no el apoyo de los máximos comandantes.

«Muchos mayores, tenientes y coroneles empezaron sus carreras antes de Chávez», afirmó y explica que por eso no le deben lealtades a Maduro. «Fueron criados en una democracia y quieren que sea restaurada».

Pero Peñaloza dijo que un embargo al petróleo venezolano por parte de Estados Unidos es algo que podría estimular con mayor rapidez una sublevación militar. Se cree que los 500.000 barriles de crudo diarios que Venezuela manda a diario a Estados Unidos son la principal fuente de ingresos reales para el gobierno y uno de los mayores incentivos que tiene la alta comandancia para mantener su lealtad con Maduro.

Según Peñaloza, si se aplica un embargo «Maduro no tendría dinero para pagarles».

Copyright: 2019 New York Times News Service.

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Ráfagas de viento y tormentas de polvo provocan múltiples accidentes en Texas

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Una serie de accidentes vehiculares tuvieron lugar en la carretera 285 en el Condado de Reeves en Texas, Estados Unidos, luego de que las ráfagas de viento alcanzaran los 121 km/h donde también ocurrió un choque masivo.

Además, las fuertes condiciones climáticas desataron fuertes tormentas de polvo, obstaculizando la visibilidad y cegando por completo a algunos conductores y desatando los accidentes viales.

Por este motivo, dicha carretera que moviliza millones de dólares en comercio y a miles de residentes a sus actividades diarias, permaneció cerrada para evitar un incremento en los accidentes, ya que la dificultad para ver, provocó que muchos automovilistas impactaran contra los vehículos ya accidentados.

Esto a su vez, dejó a muchas personas lesionadas, sin embargo, las autoridades locales no han revelado el balance de afectados ni las condiciones de salud de los mismos.

 

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Volcán de Fuego vuelve a lanzar rocas y ceniza

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Una vez más, el Volcán de Fuego volvió a alertar a los pobladores de la capital guatemalteca, ya que este sábado volvió a registrar el lanzamiento de columnas de gas, ceniza y rocas, según informó el instituto de vulcanología de Guatemala.

Estas expulsiones activaron las alertas, ya que su proximidad ronda las 15 por hora y tienen una intensidad moderada, alcanzando alturas de hasta 4,800 metros sobre el nivel del mar.

Además, los pobladores aseguran que unos fuertes retumbos se escuchan en las localidades aledañas, por lo que las autoridades elaboraron un reporte confirmando el suceso.

En las últimas semanas, este volcán ha mostrado un comportamiento diferente, ya que durante las madrugadas lanza material incandescente de gran tamaño en un radio de 200 metros, mientras que a 1 km de distancia caen rocas de un diámetro de 50 cm.

Las actividades turísticas en la zona se mantienen bajo vigilancia y advertencia, mientras que consideran restringir el tránsito aéreo para prevenir un accidente debido a la densidad de las columnas de gases y ceniza

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Qué se puede esperar del segundo mandato de Trump en Estados Unidos

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Donald Trump regresa este lunes a la Casa Blanca y se espera que lo haga con un aluvión de medidas ejecutivas que empiecen a dar forma a su gobierno y a transformar Estados Unidos, tal y como prometió en campaña.

En la campaña y en las semanas desde que ganó las elecciones ha ido presentando algunas de las líneas clave de lo que será su nuevo mandato, en el que va a poner el foco en controlar la frontera sur con México, deportar migrantes indocumentados e imponer aranceles a las importaciones para, dice, defender a los trabajadores estadounidenses.

En política exterior promete alinearse claramente con Israel en Medio Oriente, desafiar el ascenso de China y acabar con la guerra de Rusia en Ucrania gracias a su entendimiento con Vladimir Putin.

Antes de que empiece a tomar decisiones concretas, en BBC Mundo avanzamos qué se puede esperar del segundo mandato de Trump, que arranca este lunes.

Migración y frontera: «la mayor deportación de la historia»

La inmigración y la frontera fueron temas centrales de la agenda de Trump durante la campaña electoral. Y lo serán desde el lunes.

El republicano arreció su discurso antiinmigrantes afirmando que estos «envenenan la sangre del país» y haciéndoles responsables tanto de un supuesto aumento de la delincuencia -algo que no tiene base, según expertos y cifras oficiales- como del incremento en el precio de la vivienda.

Además, afirmó sin pruebas que hay países como Venezuela que supuestamente están vaciando sus cárceles e instituciones para enfermos mentales y enviando a estas personas a EE.UU.

Estos señalamientos recuerdan los que hizo en 2015, cuando lanzó su primera candidatura a la Casa Blanca y acusó a México de estar enviando hacia EE.UU. a «gente con un montón de problemas».

De cara a un nuevo mandato, Trump prometió expulsar del país a millones de extranjeros indocumentados en lo que asegura será la «mayor deportación» de la historia de Estados Unidos.

De acuerdo con estimaciones del centro de estudios Pew, para 2022 había en EE.UU. unos 11 millones de migrantes indocumentados, aunque Trump y su campaña aseguran que son muchos millones más.

Numerosos expertos han alertado de que una deportación masiva de migrantes sería costosa y difícil de acometer, además de que podría tener efectos negativos sobre ciertas áreas de la economía en las que la mano de obra indocumentada juega un papel clave.

Según estimaciones hechas por la organización FWD.US, en EE.UU. había durante la pandemia 5,2 millones de indocumentados en trabajos esenciales. Esto incluye en torno a 1,7 millones de personas que trabajaban en toda la cadena de producción y comercialización de alimentos.

Los sin papeles representan en torno a 17% de los trabajadores agrícolas y 13% del sector de la construcción, según un estudio del centro Pew de 2016.

Trump también prometió sellar la frontera con México y dijo que seguirá construyendo el muro entre ambos países, una de las promesas centrales de su primer mandato, durante el cual se erigieron unos 129 kilómetros (gran parte de ellos reemplazando verjas deterioradas) de los 727 kilómetros que tenía esa barrera cuando él abandonó la presidencia.

El republicano también plantea tomar otras medidas como restablecer la política que obligaba a los solicitantes de asilo a permanecer en México hasta que sus peticiones sean aprobadas y eliminar el derecho a la ciudadanía a los hijos de indocumentados nacidos en Estados Unidos.

Economía: menos impuestos, más aranceles

El buen desempeño de la economía estadounidense durante el gobierno de Trump -antes de la llegada de la pandemia de covid-19- es uno de los aspectos que más favorecieron su candidatura.

¿Qué puede esperarse para un segundo mandato?

Trump prometió nuevos recortes de impuestos para extender los que ya realizó durante su primer mandato, cuando redujo la tasa corporativa a 21% y recortó también los impuestos de las personas naturales, aunque estos solo de forma temporal, hasta 2025.

El republicano dijo en la campaña que quiere bajar aún más las tasas corporativas hasta 15% y que eliminará los impuestos sobre las propinas y sobre los pagos que reciben de la Seguridad Social los pensionados.

También propuso incrementar la producción de energía en EE.UU. -aumentando la explotación de combustibles fósiles- pues considera que su alto costo contribuyó a la inflación.

Afirmó además que logrará reducir el costo de la vivienda iniciando un programa de construcción de casas en tierras federales, así como reduciendo la demanda al deportar a los inmigrantes indocumentados, a quienes responsabiliza del aumento de los precios.

También dijo que impondrá un sistema de aranceles de 10% a 20% a la importación de la mayor parte de los productos extranjeros. Muchos economistas han advertido, no obstante, que este tipo de medidas terminarán siendo pagadas por los consumidores estadounidenses en forma de precios más altos.

En esta política de aumento de aranceles, China ocupará un lugar central, pues luego de haber iniciado una guerra comercial con Pekín durante su primer gobierno, Trump ahora contempla establecer aranceles de 60% a todos los bienes importados desde ese país.

El líder republicano también prometió adoptar un plan de cuatro años para eliminar la importación de bienes esenciales procedentes de China y establecer nuevas regulaciones para que las empresas estadounidenses inviertan en China “solamente cuando esas inversiones favorezcan a EE.UU.”.

En 2023, Estados Unidos importó de China bienes valorados por unos US$426.885 millones.

Es previsible que si Trump adopta estas medidas, la guerra comercial con Pekín se intensifique, lo que podría tener consecuencias no solamente para la relación bilateral, sino también para la economía global.

Las incógnitas sobre el aborto
La derogación del derecho al aborto en Estados Unidos es una de las mayores consecuencias políticas de la agenda republicana ejecutada por Trump durante su primer gobierno, pero durante la campaña de 2024 se convirtió para él en una suerte de campo minado electoral.

En su primer gobierno, Trump estableció una supermayoría conservadora en la Corte Suprema de Justicia con el nombramiento de tres nuevos magistrados.

Esa nueva mayoría derogó en 2022 el derecho al aborto a nivel federal (vigente desde 1973), que era justamente uno de los objetivos que el político republicano se había propuesto con estas designaciones.

Este cambio tuvo consecuencias. En la actualidad, hay 14 estados en los que existe una prohibición total o casi total del aborto y hay otros tres estados, en los que solamente se permite antes de la sexta semana de embarazo, momento para el cual es frecuente que las mujeres ni siquiera se hayan enterado de que están embarazadas.

Por causa de estas prohibiciones ha habido casos de mujeres que han muerto debido a que los médicos no les prestaron la atención sanitaria requerida por temor a ser procesados penalmente.

Estas medidas derivaron en reveses políticos para los republicanos que desde 2022 perdieron varias elecciones, incluso en estados tradicionalmente conservadores, en los que una mayoría de los votantes consideran que las restricciones impuestas al aborto han ido demasiado lejos.

Esto obligó a Trump a hacer una suerte de juego de equilibrismo durante la campaña en la que al mismo tiempo que se adjudicó como un éxito propio la derogación de este derecho por parte de la Corte Suprema, evitó fijar una posición firme, diciendo que cada estado debe decidir sobre la regulación de este asunto.

¿Qué piensa hacer al respecto en un nuevo mandato?

Durante la campaña, Trump negó que en caso de llegar a la Casa Blanca vaya a firmar una prohibición nacional del aborto y criticó la legislación de Florida que prohíbe esta práctica después de la sexta semana de embarazo, pero también dijo que se opone a una iniciativa electoral para establecer el derecho al aborto en ese estado.

Una política exterior aislacionista

La propuesta aislacionista llamada «Estados Unidos primero» fue fuente de numerosas polémicas durante el primer gobierno de Trump y será nuevamente la guía de su política exterior en su regreso a la Casa Blanca.

La Agenda 47, el programa de gobierno de Trump, establece entre sus objetivos prevenir la Tercera Guerra Mundial y restablecer la paz en Europa y en Oriente Medio.

A los socios europeos de EE.UU. les preocupa el regreso de Trump a la presidencia.

“No puedo edulcorar estas advertencias. Donald Trump es la pesadilla de Europa, y su amenaza de retirarse de la OTAN resuena en los oídos de todo el mundo”, le dijo durante la campaña electoral a la BBC Rose Gottemoeller, ex vicesecretaria general de la OTAN.

Una de los mayores preocupaciones de los europeos se relacionan con la guerra en Ucrania.

El candidato republicano dijo que Kyiv debió haber hecho concesiones a Moscú antes de la guerra para así evitar el conflicto y criticó el apoyo económico y militar que su país le ha dado a Ucrania tras la invasión de Rusia por considerar que ha sido excesivo y que ha servido más para alargar el conflicto que para solucionarlo.

Trump dijo que si él hubiera estado en la Casa Blanca, esa guerra no habría ocurrido y sostiene que pondrá fin a esa guerra en 24 horas, a través de un acuerdo negociado con Rusia. Ahora ya está matizando ese lapso exprés que se impuso para solucionar un conflicto que va camino de cumplir su tercer año.

Sus críticos, no obstante, creen que de esta forma lo único que logrará es darle mayor fuerza a Vladimir Putin.

En relación con la guerra en Gaza, Trump se declaró como el «protector de Israel» aunque criticó la forma como ese país ha llevado el conflicto e hizo llamamientos para que el gobierno de Benjamín Netanyahu consiga la victoria pronto y regrese a la normalidad.

«Lograré la paz en Medio Oriente y pronto», dijo en una entrevista con la televisora saudita Al Arabiya.

Esta semana se atribuyó el mérito de un cese al fuego en Gaza entre Israel y Hamás que entra en vigor este domingo, víspera de su toma de posesión.

Trump también prometió expandir los llamados Acuerdos de Abraham que él ayudó a establecer en 2020 y a través de los cuales cuatro países árabes acordaron normalizar relaciones diplomáticas con Israel: Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Bahréin y Sudán.

Esos acuerdos han sido criticados por haber dejado de lado la causa palestina, que históricamente ha sido el principal obstáculo para el establecimiento de vínculos entre Israel y los países árabes.

El próximo país que iba a integrarse a los acuerdos era Arabia Saudita, pero tras la guerra en Gaza, la monarquía saudita ha dicho que no lo hará hasta que no esté sobre la mesa una ruta para la creación de un Estado palestino, una posibilidad a la que hasta ahora se resiste el gobierno del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.

De esta forma, no queda claro cómo Trump lograría reimpulsar los Acuerdos de Abraham.

¿ Salvador o destructor de la democracia estadounidense?
La democracia en Estados Unidos es uno de los temas que estuvo en el centro de la campaña presidencial 2024. Pero se trata de un asunto sobre el cual había visiones divergentes.

Los republicanos afirman que un segundo gobierno de Trump serviría para “restaurar el gobierno de, para y por la gente”, así como para hacer respetar la Constitución y defender la integridad de las elecciones.

Los demócratas, en cambio, creen que la negativa de Trump a reconocer su derrota en las elecciones presidenciales de 2020, así como sus esfuerzos para revertir esos resultados y evitar la certificación de la victoria de Joe Biden (incluyendo el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021), son pruebas de que el exmandatario es una amenaza para la democracia.

Trump incluso ha prometido indultar a los condenados por el asalto al Capitolio, a los que considera como «rehenes» en la guerra que, dice, los demócratas libran contra él.

En todo caso, lo que sí parece claro es que los republicanos buscarán que un segundo mandato de Trump sea más eficaz y que la consecución de sus objetivos no se vea obstaculizada por los funcionarios de carrera que no concuerdan con las ideas del republicano.

Ciertamente durante el primer mandato de Trump hubo funcionarios de distintos rangos que moderaron o frenaron iniciativas del mandatario por distintas razones, incluyendo el considerarlas nocivas para el país o ilegales.

Por otra parte, los republicanos consideran que el gobierno de Trump se vio afectado negativamente por la falta de preparación de su propio equipo.

De hecho, el exmandatario dijo recientemente que su mayor error en el poder había sido escoger a “personas malas o desleales”.

Para sortear estos dos problemas, la Agenda 47 prevé que el primer día de gobierno Trump firme una orden ejecutiva que le permita colocar a personas de su confianza en posiciones clave del Ejecutivo que tradicionalmente han sido cubiertas por funcionarios de carrera.

Esto es algo que entusiasma a los trumpistas y, de hecho, es algo que él intentó al firmar en agosto de 2020 una orden ejecutiva similar cuyos frutos no cosechó pues poco después tuvo que abandonar la presidencia tras perder las elecciones.

“Esa norma, en efecto, permitiría a un presidente despedir a miles de empleados gubernamentales y reemplazarlos por sus partidarios”, explica Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en Estados Unidos.

“Para los partidarios del exmandatario contar con un equipo de funcionarios y asistentes más dispuestos significará una presidencia de Trump menos caótica y más eficaz a la hora de impulsar políticas”, agrega.

Sin embargo, es una posibilidad que genera preocupación entre los críticos de Trump.

Barbara Perry, profesora de estudios presidenciales en el Centro Miller de la Universidad de Virginia, advierte que reemplazar a los funcionarios privaría a la administración pública del conocimiento y experiencia que estas personas han acumulado trabajando durante décadas de una forma no partidista.

“En Estados Unidos se abordó la reforma de la función pública en el siglo XIX, precisamente para librarse de las personas que estaban en esos cargos por razones políticas”, indica.

“Si eso ocurre no habrá frenos ni ningún elemento de contención para limitar la agenda y el extremismo de Trump”, agrega.

Esa situación se vería agravada, según la experta, por el hecho de que ya Trump cuenta con una supermayoría conservadora en la Corte Suprema y los republicanos controlan ahora, aunque por estrecho margen, las dos cámaras del Congreso.

La agenda 47, no obstante, plantea que estas medidas para copar el Ejecutivo con funcionarios afines a Trump servirán para desmantelar el llamado “Deep State” (Estado profundo), una supuesta red secreta de funcionarios no electos que controlarían el Estado, y luchar contra la corrupción dentro del gobierno.

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