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Francisco convoca al Jubileo, una tradición en la Iglesia Católica cada 25 años

Como ocurre cada 25 años en la Iglesia Católica, el Papa Francisco convocó en forma oficial al Jubileo Ordinario de la Esperanza 2025. Lo hizo a través de la lectura de la bula “Spes non confundit”, que significa “La esperanza no defrauda”.
El documento, además de un fuerte contenido orientado a lo social, es una guía protocolar del gran evento religioso. Indica, por ejemplo, que el principal rito que señala el inicio del “Año Santo”, la apertura de la “Puerta Santa”, tendrá lugar el 24 de diciembre de 2024 en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Luego se procederá a la apertura de las otras tres puertas santas que existen en Roma: el 29 de diciembre la de la Catedral de San Juan de Letrán; el 1 de enero de 2025, coincidiendo con la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, la de la basílica de Santa María Maggiore y el de enero la de la basílica papal de San Pablo Extramuros. Las últimas tres, la puerta será sellada nuevamente el domingo 28 de diciembre de 2025. Y el 6 de enero de 2026, será cerrado el pórtico de la basílica de San Pedro, clausurando el “Año Santo” en coincidencia con la Epifanía del Señor.
El Año Jubilar de la Esperanza tiene, además, su propio logo, compuesto por cuatro figuras que representan a la humanidad que, abrazada, llega desde los cuatro puntos cardinales para sostener la cruz. En este caso, su base es un ancla, como metáfora de la esperanza, en medio de un mar embravecido, para demostrar que la vida no siempre se desenvuelve en aguas calmas.
Los jubileos son aniversarios especiales que se celebran al transcurrir un determinado número de años. Por lo general, se toman en cuenta números redondos. Y no son patrimonio exclusivo del ámbito religioso. Por ejemplo, el 6 de febrero de 2022, la reina Isabel de Inglaterra celebró el jubileo por sus 70 años en la corona, el último de su reinado. Las monarquías son una de las pocas instituciones que aún conservan este tipo de sucesos, junto con la Iglesia.
En el caso eclesiástico, el origen de los jubileos se remontan al Antiguo Testamento. Exactamente, al Levítico 25, 8-12 ss. Allí señala: “Contarás también siete semanas de años para ti, siete veces siete años, para que tengas el tiempo de siete semanas de años, es decir, cuarenta y nueve años. Entonces tocarás fuertemente el cuerno de carnero el décimo día del séptimo mes; en el día de la expiación ustedes tocarán el cuerno por toda la tierra. Así consagrarán el quincuagésimo año y proclamarán libertad en la tierra para todos sus habitantes. Será de jubileo para ustedes, y cada uno de ustedes volverá a su posesión, y cada uno de ustedes volverá a su familia. Tendrán el quincuagésimo año como año de jubileo: no sembrarán, ni segarán lo que nazca espontáneamente, ni vendimiarán sus viñas que estén sin podar. Porque es jubileo, les será santo. De lo que produzca el campo, comerán”.
En principio, los judíos conservaron esta costumbre. Sin embargo, para la época del Segundo Templo de Jerusalén, y de acuerdo a los estudiosos del Talmud, la práctica se discontinuó. Fue la Iglesia Católica la que recuperó esta celebración a través de una declaración del papa Bonifacio VIII en el año 1300. Este sumo pontífice introdujo varios cambios en la Curia. Por ejemplo, hizo regresar a Roma la sede la sede del pontificado, que su antecesor, Celestino V, había traslado a Nápoles. En este caso en particular, sentenció que su sexto año de papado sería considerado como el primer Año Santo y Año de perdón de los pecados”. En la práctica, lo que hizo fue conceder la indulgencia plenaria a quienes se acercaran a Roma para visitar los santuarios de san Pedro y san Pablo.
Imagen de la bula del Papa Bonifacio VIII con la bula que inauguró el primer Año Santo en el 1300
Ante la posibilidad de que los pecados fueran perdonados, se calcula que dos millones de creyentes peregrinaron a Roma. La ciudad colapsó. El único puente existente en ese momento para llegar desde la urbe al Vaticano era el Ponte Sant’Angelo, y por esos días, la corriente del río Tiber no permitía su cruce en botes. Debido a esto, y por la cantidad de personas empeñadas en arribar a la ciudad Santa, cientos cayeron al agua y murieron ahogados. Semejante demostración de Fe hizo posible, por ejemplo, que las llamadas “vías romeas”, es decir “todos los caminos que conducen a Roma”, fueran mejoradas ostensiblemente luego de la masiva peregrinación. Para no repetir ese aluvión, en principio, Bonifacio VIII pensó que el jubileo debía celebrarse cada 100 años.
Fue el artista Giotto quien dejó un fresco para retratar ese primer año jubilar. Allí se muestra al papa Bonifacio VIII mientras bendice a los fieles desde la logia de la Archibasílica de San Juan de Letrán, rodeado por un clérigo y un cardenal, que para muchos estudiosos podría ser Francesco Caetani.
Al morir Bonifacio VIII en 1303, meses después de ser tomado como rehén en la ciudad de Agnani por mercenarios franceses que estaban contra la excomunión dictada contra el Rey Felipe IV, fue sucedido en el trono de San Pedro por Benedicto XI. Pero su papado sólo duró ocho meses: murió de una manera insólita, luego de una indigestión por comer muchos higos. El nuevo pontífice fue Clemente VI, quien entendió que si el jubileo se realizaba cada 100 años, muchos fieles quedarían sin el perdón de sus pecados. En la época medieval, la expectativa de vida promediaba los 45 años. Su reforma fue finalizada por quienes lo siguieron, Urbano VI, Bonifacio IX y Gregorio XII. El tiempo, sucesivamente, se fue acortando. El jubileo pasó a ser cada 50 años. Y desde 1475, el papa Sixto IV llevó el período a 25 años. Además, para que Roma se convirtiera en el epicentro de las indulgencias luego del escándalo con la venta de las mismas que llevó al cisma de occidente que produjo Martín Lutero, decidió que el perdón no se podría hacer fuera de los muros vaticanos.
La iglesia católica, para divulgar la decisión de Sixto IV, utilizó un moderno invento, que tenía apenas unos años de uso: la imprenta de Gutenberg. Allí se imprimieron las Bulas jubilares, las oraciones que los peregrinos debían recitar en los lugares sagrados y las instrucciones para marchar a Roma. Además, se comenzó a usar la denominación de “Año Santo” para nombrar al año jubilar.
Pocos años después, en la Navidad de 1499, el papa Alejandro VI añadió el rito de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro. Lo mismo decidió para las otras tres basílicas mayores romanas: San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Maggiore.
La Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano (AFP)
Para atravesar dicha puerta, que está sellada desde su interior y se abre sólo en el Jubileo, el Papa encabeza una ceremonia. Toma un martillo y golpea tres veces repitiendo una frase en latín: “”Aperite mihi portas justitiae, ingressus in eas confitebor Domino” (“Abran las puertas de la justicia; entrando por ellas confesaré al Señor”). Luego, el sello de la puerta es roto y el Santo Padre se arrodilla frente a ella. Al mismo tiempo, los “penitenciarios de San Pedro” (los religiosos que imparten las indulgencias) la limpian con agua bendita. Una vez que terminan, el Papa toma la cruz y da comienzo al canto de Te Deum para ingresar a la Basílica junto al clero.
Será el propio sumo pontífice quien designará a los cardenales encargados de abrir las otras puertas. Hoy, existen ocho Puertas Santas en el mundo. Además de las cuatro ubicadas en Roma, están las de la catedral de Santiago de Compostela y la del monasterio de Santo Toribio de Liébana, ambas en España; la que se encuentra en la la basílica de Ars, en Francia; la catedral de Notre-Dame de Quebec, en Canadá; y la Catedral de Bangui, en la República Centroafricana. Ésta última fue abierta por el Papa Francisco el 13 de marzo del año 2016 por el “Año Santo de la Misericordia”, que convocó a través de la bula “Misericordiae Vultus”, que se publicó el 11 de abril de 2015. Y si bien ese “Año Santo” debía iniciarse el 8 de, el papa Francisco aprovechó su presencia en la Catedral de Bangui como un gesto para alentar la paz en esa nación africana. Fue la primera vez, además, que un Papa abrió una Puerta Santa fuera de Roma.
Por supuesto, la llegada de los católicos a Roma para recibir la indulgencia papal se encontraba reservada para unos pocos de los 1.400 millones de fieles que, se calcula, hay en el mundo. Pasaron cientos de años hasta que el papa Juan Pablo II decidió, al anunciar el Año Santo de la Redención en el 2000 a través de la carta apostólica “Tertio Millennio Adviento”, que la indulgencia se extendería a cualquier diócesis o arquidiócesis en cualquier catedral del mundo designada por los obispos de cada país.
El Papa abriendo la Puerta Santa de la Catedral de Bangui en su visita a la República Centroafricana el 30 Nov 2015 (Grosby)
Pero además de los jubileos ordinarios, existen otros extraordinarios. Hay “años santos” que son a perpetuidad, como los de Santiago de Compostela, el monasterio ubicado en Santo Toribio de Liébana, el de Caravaca de la Cruz, el de Urda y el de Valencia.
En el caso de Santiago de Compostela, se celebra cada vez que el 25 de julio coincide con un día domingo, lo que sucede en una secuencia de 6, 5, 6 y 11 años. El último fue en 2021, y a causa de la pandemia por COVID, duró dos años.
En el caso de Santo Toribio de Liébana, se lleva a cabo cada vez que el 16 de abril (fiesta de ese santo) coincide también con un domingo. La primera vez que se llevó a cabo fue en 1512, a través de una bula del papa Julio II. Lo motivó que en ese sitio se encuentra una reliquia fundamental del cristianismo: el trozo más grande de la cruz donde Cristo murió.
La primera vez en Caravaca de la Cruz sucedió recientemente, en 1981, cuando se cumplieron los 750 años de la tradicional ceremonia por la aparición de la Cruz en dicha localidad cercana a Murcia, en España. Allí se decidió que el jubileo tenga lugar cada siete años.
En Urda, Toledo, España, se celebra desde 1994, por decisión de Juan Pablo II que promulgó la Penitenciaria Apostólica Prot. N. 432/04/1). Según la misma, sucede cuando el 29 de septiembre, fiesta del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, coindice con un domingo.
El más reciente es el de Valencia, que aprobó el 2014 el Papa Francisco. En la catedral de dicha ciudad española se encuentra en Santo Cáliz, quizás la reliquia más importante del cristianismo. Se celebra cada cinco años.
También en ocasiones especiales se promulgaron Años Santos, como el que tuvo lugar en Ávila, España, al cumplirse 400 años de la canonización de santa Teresa. O el Jubileo Extraordinario del año 2000, cuando se cumplieron los dos milenios del nacimiento de Jesús. Precisamente, el próximo gran Jubileo será Extraordinario y tendrá lugar en el año 2033, cuando se cumplan dos mil años de la resurrección del Señor.
El Papa Francisco escucha la lectura que el obispo Leonardo Sapienza hace de la Bula Jubilar en la Basílica de San Pedro el 9 de mayo. Frente al sumo pontífice se encuentra la Puerta Santa que será abierta el 24 de diciembre próximo (Riccardo Antimiani/Pool via REUTERS)
El fuerte contenido del documento
La bula papal “Spes non confudit” -que fue leída por el obispo Leonardo Sapienza el 9 de mayo en la Basílica de San Pedro, frente al sumo pontífice y la Puerta Santa- tiene 25 puntos esenciales divididos en cinco capítulos: la palabra de esperanza, el camino hacia la esperanza, los signos de la esperanza, el llamamiento a la esperanza y estar anclados a la esperanza. El texto tiene, en partes, firmes y habituales reclamos del Papa Francisco.
Para el santo padre, la esperanza es una virtud “que nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz”. También señala que “se renueva siempre y se hace inquebrantable por la acción del Espíritu Santo”.
En el documento de 11 páginas, el Papa Francisco tuvo destinatarios muy claros. En el punto 8, habla de “paz para el mundo, el cual vuelve a encontrarse sumergido en la tragedia de la guerra… La exigencia de paz nos interpela a todos y urge que se lleven a cabo proyectos concretos. Que no falte el compromiso de la diplomacia por construir con valentía y creatividad espacios de negociación orientados a una paz duradera”.
El papa Francisco presenta en una ceremonia en el atrio de la basílica de San Pedro la bula que oficializa el gran Jubileo de 2025 (EFE/EPA/Riccardo Antimiani)
En el apartado noveno, habla de quienes han perdido “el deseo de transmitir la vida”, y culpa de ellos a “los ritmos frenéticos de la vida, de los temores ante el futuro, de la falta de garantías laborales y tutelas sociales adecuadas, de modelos sociales cuya agenda está dictada por la búsqueda de beneficios más que por el cuidado de las relaciones” que producen una “preocupante disminución de la natalidad”. Y finaliza este punto señalando que “La comunidad cristiana no se puede quedar atrás en su apoyo a la necesidad de una alianza social para la esperanza que sea inclusiva y no ideológica, y que trabaje por un porvenir que se caracterice por la sonrisa de muchos niños y niñas que vendrán a llenar las tantas cunas vacías que ya hay en numerosas partes del mundo”.
En el décimo, habla de quienes se encuentran privados de su libertad: “Pienso en los presos, que experimentan cada día —además de la dureza de la reclusión— el vacío afectivo, las restricciones impuestas y, en bastantes casos, la falta de respeto. Propongo a los gobiernos del mundo que en el Año del Jubileo se asuman iniciativas que devuelvan la esperanza; formas de amnistía o de condonación de la pena orientadas a ayudar a las personas para que recuperen la confianza en sí mismas y en la sociedad; itinerarios de reinserción en la comunidad a los que corresponda un compromiso concreto en la observancia de las leyes”. Para ellos hizo una propuesta inédita: la apertura, por él mismo, de una Puerta Santa (de las que sólo hay ocho en todo el mundo) en una cárcel, “a fin de que sea para ellos (los presos) un símbolo que invite a mirar al futuro con esperanza y con un renovado compromiso de vida”.
También criticó que los pobres, “hoy están presentes en los debates políticos y económicos internacionales, pero frecuentemente parece que sus problemas se plantean como un apéndice, como una cuestión que se añade casi por obligación o de manera periférica, si es que no se los considera un mero daño colateral. De hecho, a la hora de la actuación concreta, quedan frecuentemente en el último lugar. No lo olvidemos: los pobres, casi siempre, son víctimas, no culpables”.
El papa Francisco saluda a los asistentes a los «Estados Generales de la Natalidad» en Roma, Italia, el 10 de mayo de 2024 (EFE/EPA/Riccardo Antimiani)
En ese sentido, la Bula papal se expresa a favor de una condonación de las deudas de los países pobres: “el Jubileo nos recuerda que los bienes de la tierra no están destinados a unos pocos privilegiados, sino a todos. Es necesario que cuantos poseen riquezas sean generosos, reconociendo el rostro de los hermanos que pasan necesidad. Pienso de modo particular en aquellos que carecen de agua y de alimento. El hambre es un flagelo escandaloso en el cuerpo de nuestra humanidad y nos invita a todos a sentir remordimiento de conciencia. Renuevo el llamamiento a fin de que ‘con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares, constituyamos un Fondo mundial, para acabar de una vez con el hambre y para el desarrollo de los países más pobres, de tal modo que sus habitantes no acudan a soluciones violentas o engañosas ni necesiten abandonar sus países para buscar una vida más digna…”. También el texto invita a “las naciones más ricas, para que reconozcan la gravedad de tantas decisiones tomadas y determinen condonar las deudas de los países que nunca podrán saldarlas”.
También hay un pedido para unificar las Pascuas entre los cristianos de Occidente y Oriente, algo que no sucede. Y para ello se refirió a los 1700 que se cumplirán del Concilio Ecuménico de Nicea, que unió al cristianismo en un debate crucial. Francisco señaló que “allí se trató además el tema de la fecha de la Pascua. A este respecto, todavía hoy existen diferentes posturas, que impiden celebrar el mismo día el acontecimiento fundamental de la fe. Por una circunstancia providencial, esto tendrá lugar precisamente en el Año 2025. Que este acontecimiento sea una llamada para todos los cristianos de Oriente y de Occidente a realizar un paso decisivo hacia la unidad en torno a una fecha común para la Pascua. Muchos, es bueno recordarlo, ya no tienen conocimiento de las disputas del pasado y no comprenden cómo pueden subsistir divisiones al respecto”.
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Enfermedades no transmisibles provocan el 65 % de las muertes en América, alerta la OPS

Washington, D.C. — Las enfermedades no transmisibles (ENT), como las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas, se han convertido en la principal causa de muerte en las Américas, con un aumento del 43 % desde el año 2000, informó este miércoles la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De acuerdo con el informe «ENT a simple vista 2025», publicado por la entidad regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas enfermedades causaron la muerte de 6 millones de personas en 2021, lo que equivale al 65 % del total de muertes en la región. Lo más alarmante, según la OPS, es que el 40 % de estos decesos ocurrieron antes de los 70 años, lo que representa una pérdida prematura de vidas que podrían haberse salvado.
“El aumento es una llamada de atención urgente. Demasiadas personas están muriendo por enfermedades que son, en gran parte, prevenibles y tratables”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, director de la OPS, en un comunicado oficial.
Entre las principales causas se encuentran las enfermedades cardiovasculares, con 2,16 millones de muertes, seguidas del cáncer (1,37 millones), la diabetes (420.000) y las enfermedades respiratorias crónicas (416.000). A estas cifras se suma un dato preocupante sobre salud mental: el suicidio se posiciona como la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años, con un saldo de 100.760 muertes.
La OPS subraya que, aunque el envejecimiento y el crecimiento poblacional inciden en estas cifras, el incremento está impulsado principalmente por factores de riesgo modificables, como el consumo de tabaco, el sedentarismo, las dietas poco saludables y el consumo excesivo de alcohol.
En 2022, la obesidad afectó al 33,8 % de los adultos en la región, un incremento del 28 % con respecto a 2010, mientras que el 35,6 % de la población se considera físicamente inactiva. A esto se suma el impacto ambiental: la contaminación del aire ha contribuido al alza de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
El informe también destaca un preocupante aumento del 17,4 % en las tasas de suicidio desde el año 2000, especialmente entre hombres, y llama a una respuesta multisectorial que aborde la prevención desde la salud mental hasta la nutrición y el urbanismo saludable.
La OPS exhorta a los gobiernos de la región a intensificar sus políticas públicas para revertir estas tendencias y garantizar acceso a servicios preventivos, diagnóstico temprano y tratamiento eficaz, evitando así millones de muertes prematuras en las próximas décadas.
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Bryan Kohberger se declara culpable del asesinato de cuatro estudiantes en Idaho y evita la pena de muerte

Bryan Kohberger, de 30 años, se declaró culpable este miércoles de asesinar a cuatro estudiantes de la Universidad de Idaho, un crimen ocurrido en noviembre de 2022 que conmocionó a Estados Unidos y mantuvo a las autoridades sin pistas claras durante semanas. Con esta declaración, Kohberger evita ir a juicio y será condenado a cadena perpetua sin derecho a apelación ni posibilidad de libertad condicional.
El crimen ocurrió en la ciudad de Moscow, Idaho, donde fueron hallados apuñalados los cuerpos de Kaylee Goncalves y Madison Mogen, ambas de 21 años, y de Xana Kernodle y Ethan Chapin, de 20 años, quienes eran pareja. Los cuatro estudiantes fueron asesinados mientras dormían en una casa fuera del campus universitario, sin que los demás compañeros de vivienda se percataran del ataque.
La investigación permaneció estancada por casi dos meses, hasta que Kohberger fue detenido el 30 de diciembre de 2022 en la casa de sus padres en Pensilvania, a más de 4,000 kilómetros de la escena del crimen. Las autoridades lo vincularon al caso tras encontrar su ADN en una funda de cuchillo hallada en el lugar de los hechos, además de imágenes de un vehículo similar al suyo en las cercanías del domicilio de las víctimas durante la madrugada del asesinato.
En el momento de los crímenes, Kohberger cursaba un doctorado en criminología en la Universidad Estatal de Washington, ubicada a solo 15 kilómetros de Moscow. A pesar de las pruebas forenses y testimoniales, las autoridades aún no han establecido un motivo claro para los asesinatos.
Durante la audiencia celebrada este miércoles en Boise, capital del estado, Kohberger respondió con un «sí» al ser preguntado por el juez si se declaraba culpable porque realmente era culpable. La sentencia será dictada el próximo 23 de julio.
El acuerdo de culpabilidad ha generado reacciones encontradas entre los familiares de las víctimas. Aubrie Goncalves, hermana de Kaylee, expresó su rechazo a la decisión, señalando que la cadena perpetua no es suficiente. “Significa que él siempre podrá hablar, tener contacto con el mundo. Mientras tanto, nuestros seres queridos fueron silenciados para siempre”, escribió en redes sociales.
El juez del caso también rechazó presiones para que la fiscalía solicitara la pena de muerte y aclaró que dicha decisión corresponde exclusivamente al Ministerio Público.
Kohberger fue acusado de cuatro cargos de asesinato en primer grado y enfrentará el resto de su vida en prisión. El caso sigue siendo objeto de atención nacional tanto por su brutalidad como por los interrogantes sin resolver que aún lo rodean.
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ONU advierte posible colapso total del Estado en Haití ante escalada de violencia de pandillas

La violencia generada por las pandillas continúa intensificándose en Haití, donde el 90% de la capital, Puerto Príncipe, está actualmente bajo el control de grupos armados, según informó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ante el Consejo de Seguridad.
Desde el asalto coordinado por bandas criminales en 2024, que llevó a la renuncia del entonces primer ministro Ariel Henry, el país ha sido gobernado por un frágil consejo de transición, encargado de organizar elecciones previstas para febrero de 2026. Haití no celebra comicios desde el año 2016.
Miroslav Jenca, secretario general adjunto de la ONU para Europa, Asia Central y las Américas, alertó que la situación ha derivado en “una profunda erosión de la autoridad del Estado y del imperio de la ley”, afectando todos los ámbitos de la vida pública y privada.
A pesar del despliegue de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS), encabezada por Kenia, y los esfuerzos de la Policía Nacional de Haití, los avances en la restauración de la autoridad estatal han sido mínimos, añadió Jenca.
Por su parte, Ghada Waly, directora de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), advirtió que las pandillas están extendiendo su control a rutas estratégicas y zonas fronterizas, reemplazando al Estado con estructuras de gobernanza paralelas y prestando servicios rudimentarios a la población.
Más preocupante aún son las denuncias sobre tráfico de personas con fines de extracción de órganos. Según Waly, algunos reportes vinculan estas actividades a un centro médico en Pétion-Ville y un hospital en el norte del país.
“Sin una acción más decidida de la comunidad internacional, el colapso total de la presencia del Estado en la capital podría convertirse en una realidad”, enfatizó Jenca, quien respaldó la propuesta del secretario general de la ONU para establecer una misión de apoyo logístico a las fuerzas internacionales presentes en el país.
Haití, considerado el país más pobre del continente americano, enfrenta una crisis humanitaria y de seguridad que se agudiza con el debilitamiento de sus instituciones y el control territorial que ejercen las pandillas.