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Así se resguardaba la droga en montañas entre Guatemala y Honduras

El nombre de Guatemala ha salido a relucir en testimonios durante el juicio, en Nueva York, al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (JOH), por cargos de narcotráfico.
Uno de los declarantes más fuertes del caso parece ser un exalcalde hondureño y narcotraficante que fue extraditado a EE. UU. y ahora es testigo especial.
Amílcar Alexander Ardón ya fue clave en el juicio contra el hermano de Hernandez, Tony, y en su testimonio ha vinculado con acciones del narcotráfico a unas 20 personas más, de acuerdo con el diario hondureño La Prensa.
En uno de sus testimonios recientes en la corte de Nueva York, Ardón señaló que el cartel de Sinaloa, al mando del también extraditado capo mexicano Joaquín el Chapo Guzmán, movió toneladas de droga provenientes de Sudamérica hacia Estados Unidos en suelo hondureño, desde el 2009, del cual él era coordinador.
En un mapa de Centroamérica en la corte, le pidieron que señalara las fronteras de Honduras, las cuales identificó como Nicaragua, Guatemala y El Salvador, según una transcripción de La Prensa.
Admitió que sus delitos eran ser jefe de banda de narcos, armas, homicidios y narcotráfico, y durante sus testimonios describió cómo fue protegido por autoridades hondureñas.
Señaló que para mover al menos 250 toneladas de droga contaba con colaboradores y armas ofensivas como AR-15, M-16, 9mm, AK-47, e incluso “bazucas para destruir carros”, de acuerdo con el diario hondureño.
Ardón contó que a veces hicieron estallar con bazucas vehículos blindados en las zonas montañosas entre Guatemala y Honduras.
En sus testimonios, Ardón también ha mencionado a algunos guatemaltecos. A preguntas de la fiscalía respondió que los primos Ronald Enrique Salguero Portillo y Otto René Salguero Morales, quienes se declararon culpables de narcotráfico en Nueva York en octubre del 2022, eran proveedores de cocaína del cartel de Sinaloa.
El fiscal también le preguntó sobre Jairo el Pelón Orellana Morales, a quien se señala de haber sido pieza clave de los Zetas en Guatemala y fue capturado en Zacapa en el 2014. Ardón dijo que lo único que sabía era que estaba en una prisión de EE. UU.
De acuerdo con otra nota de La Prensa, Ardón, exalcalde de una localidad de Copán, también mencionó en su testimonio al guatemalteco Mario Ponce, capturado en Honduras y extraditado luego a Estados Unidos, como una pieza clave para la expansión del cartel de Sinaloa en la región.
Ponce fue condenado en el 2012 a 25 años de cárcel, por narcotráfico, según sentencia emitida por la Corte de Distrito Sur de Florida, Estados Unidos.
En el 2015, varias fincas del narcotraficante pasaron a poder del Estado de Guatemala, la mayoría de las cuales se encontraban en Playitas, Morales, Izabal, uno de sus centros de operaciones para el trasiego de droga.
Alexander Ardón fue alcalde de El Paraíso, municipio del departamento hondureño de Copán desde el 2000.
Fue el segundo testigo presentado por la Fiscalía en el juicio que se sigue en Nueva York contra Juan Orlando Hernández.
De acuerdo con El Heraldo, de Honduras, junto a su hermano, Hugo Ardón, formó el hondureño cartel de los Hermanos AA, quienes controlaron las rutas de la droga en las localidades de Copán y Ocotepeque.
El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue extraditado a EE. UU. bajo señalamientos de narcotráfico. (Foto Prensa Libre: AFP)
Acusan a coronel hondureño de haber matado a cinco manifestantes durante crisis poselectoral
Ardón se entregó a la justicia de EE. UU. en 2018, después de haber negociado el proceso con el Departamento Antidrogas de ese país.
Se declaró culpable de narcotráfico, en un acuerdo para reducir su pena.
Como parte de las negociaciones con la justicia, Ardón aceptó ser testigo especial en el caso de los hermanos Hernández, también acusados por Estados Unidos.
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Habemus Papam: Robert Francis Prevost es elegido como el Papa León XIV

La Iglesia católica tiene nuevo líder espiritual. Este jueves, el Colegio Cardenalicio anunció la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como el Papa número 267, quien asumirá el nombre de León XIV.
La decisión fue revelada tras el tradicional humo blanco que emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que los cardenales alcanzaron el consenso necesario durante el cónclave celebrado en el Vaticano.
Prevost, de origen estadounidense y prefecto del Dicasterio para los Obispos, sucede al papa Francisco, marcando el inicio de una nueva etapa para la Iglesia católica. Con una sólida trayectoria pastoral y académica, el nuevo pontífice asume el liderazgo en medio de retos globales como la crisis de fe, el avance de la secularización y los desafíos sociales y ambientales que enfrenta el mundo contemporáneo.
Miles de fieles se congregaron en la Plaza de San Pedro para presenciar el momento histórico y escuchar las primeras palabras del nuevo papa, quien se espera dirija su primer mensaje oficial en las próximas horas.
La elección de León XIV ha generado expectativas sobre el rumbo que tomará la Iglesia bajo su guía, en particular por su enfoque pastoral, su formación intercultural y su experiencia misionera en América Latina.
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El Colegio Cardenalicio elige al sucesor del papa Francisco

Este jueves, el Colegio Cardenalicio alcanzó un acuerdo y eligió al nuevo pontífice que sucederá al papa Francisco, marcando así una nueva etapa para la Iglesia católica.
La elección se llevó a cabo tras una serie de deliberaciones a puerta cerrada en el cónclave celebrado en la Ciudad del Vaticano. Hasta el momento, no se ha dado a conocer la identidad del nuevo papa, pero se espera que el anuncio oficial se haga en las próximas horas desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
Esta histórica decisión se produce tras la renuncia o fallecimiento del papa Francisco, y representa un momento clave para el futuro del catolicismo a nivel mundial.
Noticia en desarrollo…
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Decenas de muertos en los peores enfrentamientos entre India y Pakistán en dos décadas

Las hostilidades estallaron tras un atentado el 22 de abril en Pahalgam, en la parte india de Cachemira que causó 26 muertos. Nueva Delhi responsabiliza de la acción a Islamabad, que lo niega.
Cachemira es una región de mayoría musulmana dividida entre ambos países desde que se independizaron de Reino Unido en 1947.
El atentado estuvo seguido por días de disparos con armas ligeras en la frontera de facto entre ambos territorios, y amenazas de una acción militar india como represalia.
En la noche del martes al miércoles, el gobierno indio anunció «ataques aéreos de precisión» en la Cachemira pakistaní y el estado fronterizo de Punyab. La acción destruyó «nueve campamentos terroristas», según India.
«La represalia ya ha empezado», dijo el ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Asif, a AFP. «No tardaremos en igualar el marcador», advirtió.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió frenar las hostilidades. «Quiero que se detengan», declaró en la Casa Blanca.
Los misiles indios, que cayeron en seis ciudades de la Cachemira pakistaní y el Punyab, y los tiros de artillería dejaron 31 muertos y 57 heridos, indicó el último balance del ejército de Islamabad. El anterior balance daba cuenta de 26 civiles fallecidos.
Un portavoz del ejército pakistaní explicó que el aumento del número de muertos se debía a los disparos no provocados de India en la línea de demarcación y a las violaciones del alto el fuego.
«Vi que llovían proyectiles»
El ministro indio de Defensa, Rajnath Singh, insistió en que los «objetivos» fueron «destruidos con gran precisión» y aseguró que «la población civil […] no se veía afectada».
Su homólogo pakistaní, Khawaja Asif, acusó sin embargo al primer ministro indio, el nacionalista hindú Narendra Modi, de lanzar estos ataques para «impulsar» su popularidad en su propio país, y aseveró que Pakistán ya respondió a los ataques.
El portavoz militar, Ahmed Chaudhry, aseguró que sus fuerzas habían abatido cinco aviones de combate indios y un dron en el espacio aéreo de India.
Según Nueva Delhi, al menos 12 personas murieron y 38 resultaron heridas en la localidad india de Poonch por fuego de artillería pakistaní.
«Nos despertamos cuando escuchamos el ruido de los disparos», dijo Farooq, vecino de esta ciudad fronteriza, a la agencia de noticias Press Trust of India.
«Vi que llovían proyectiles», aseguró desde su cama de hospital.
Hacía días que se esperaba una respuesta militar de India al ataque del 22 de abril, que no fue reivindicado pero que Nueva Delhi vincula al grupo yihadista Lashkar-e-Taiba (LeT), radicado en Pakistán.
La organización, designada como terrorista por la ONU, es sospechosa de unos atentados en 2008 en Bombay que dejaron 166 muertos.
Poco después de los bombardeos, el ejército indio acusó a las fuerzas rivales de lanzar fuego «indiscriminado» de artillería a lo largo de la Línea de Control, la frontera de facto que divide Cachemira.
El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, afirmó que el ataque indio fue «cobarde» y «no provocado».