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«Es una rutina para mí y no me arrepiento de haber ahorcado a tanta gente”, asegura verdugo de 300 reos

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Bisnieto, nieto e hijo de verdugos, Sabir Masih ha ejecutado a unos 300 reos, un trabajo que considera «rutinario» y que no le provoca remordimientos, en un momento en el que Pakistán se ha convertido en uno de los principales países en aplicar la pena de muerte en todo el mundo.

«Es una rutina para mí y no me arrepiento de haber ahorcado a tanta gente. Yo solo sigo las órdenes», afirma tranquilo el hombre de 34 años, espigado, de facciones marcadas y un pronunciado tartamudeo.

Su primera ejecución la llevó a cabo en julio de 2006, el caso de un reo condenado por asesinato durante el robo de un banco, con solo 22 años de edad, debido a que su padre estaba ocupado en el ahorcamiento de un preso en otra ciudad.

El preso «estaba recitando unos versos del Corán. El superintendente me hizo una señal, tiré de la palanca y el convicto quedó colgando. Yo no estaba asustado porque ya había visto una ejecución», recuerda Masih.

En ocho meses superó las 100 ejecuciones y siguió sumando hasta que en 2008 el Gobierno impuso una moratoria sobre la pena de muerte.

Durante los dos años largos de moratoria, Masih continuó cobrando su salario como empleado público de prisiones de la provincia del Punjab, sin ejecutar a nadie.

Hasta que el 16 de diciembre de 2014 un grupo de talibanes mató a 125 estudiantes en un ataque a una escuela de la ciudad de Peshawar (noroeste), lo que llevó al entonces primer ministro Nawaz Sharif a poner fin a la moratoria para casos de terrorismo y tres meses después para todos.

Sabir Masih posa en la ciudad paquistaní de Lahore (EFE)
Sabir Masih posa en la ciudad paquistaní de Lahore (EFE)

Tan solo tres días después del ataque, Masih ahorcó a los dos primeros presos tras años y desde entonces ha llevado a cabo unas 100.

Pakistán ha ejecutado a 506 personas desde el fin de la moratoria, lo que le ha convertido en uno de los principales países en aplicar la pena de muerte en el mundo, solo por detrás de Arabia Saudí, Irán e Irak.

La última ejecución de Masih fue la de Imran Ali, condenado por la violación y asesinato de una niña de siete años, en un controvertido caso que desató protestas violentas para reclamar seguridad y una acción rápida contra el violador, a quien ahorcó en octubre.

«Permaneció callado. El superintendente le dijo que si quería pedir perdón al padre de Zainab, pero permaneció en silencio», explica el verdugo.

Grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional (AI) consideran que Pakistán «viola el derecho y las normas internacionales» en su aplicación de las condenas a la horca, mientras que organizaciones locales critican el sistema policial y judicial paquistaní por ser poco eficaces, lo que deviene en sentencias injustas.

Nada de ello afecta a Masih, quien sostiene que la pena de muerte ayuda a reducir los crímenes, a pesar de las evidencias contra ello, y remarca la tradición de su familia.

«Me gusta esta profesión porque es la profesión de mi familia. Estoy contento con lo que hago y no siento ninguna incomodidad», afirma con orgullo.

Su familia ha realizado este trabajo durante seis generaciones, el abuelo de su padre ya se dedicaba a ello, desde los tiempos en que Pakistán era parte de la India británica.

Su tío abuelo Tara Masih fue el encargado de ejecutar al ex primer ministro Zulficar Ali Bhutto en 1977 tras ser depuesto en un golpe de Estado y condenado por un tribunal.

La ineficacia del sistema judicial paquistaní quedó de manifiesto en 2016 cuando el Tribunal Supremo absolvió a los hermanos Ghulam Qadir y Ghulam Sarwar por asesinato, para descubrir que habían sido ejecutados meses antes.

Masih había sido el encargado de ahorcarlos.

«Si un inocente es ahorcado no es culpa mía, es culpa del juez que ordenó la ejecución», asegura con parsimonia.

El momento en el que Masih se entusiasma es cuando explica gesticulando cómo se practica la ejecución, cómo coloca la soga en el cuello del reo, le cubre la cabeza, le ata las manos atrás y los pies, cómo le explica al preso que no saque la lengua ya que se la puede cortar durante el ahorcamiento.

Y cómo los ajusticiados cuelgan durante media hora, para asegurarse de que han muerto, ya que unos mueren en unos pocos minutos, mientras que otros pueden tardar mucho más y se asfixian lentamente.

Masih recuerda que ha visto todo tipo de comportamientos en el patíbulo, desde presos que lloran, algunos que rezan, hasta otros que guardan silencio.

Incluso algunos que parecen orgullosos de morir así.

«Personas de grupos terroristas y extremistas lanzan cánticos como Alla- hu-Akbar(dios es grande) y dicen que han ganado, que para ellos es un triunfo, no una derrota», sentencia el verdugo.

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Trasladan el féretro del papa Francisco a la Basílica de San Pedro

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El féretro del papa Francisco fue trasladado este jueves desde la Casa Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro, en medio de oraciones y homenajes.

El ataúd del primer papa latinoamericano fue cargado en hombros por los sediarios pontificios y escoltado por miembros de la Guardia Suiza.

La procesión inició a las 9:00 de la mañana, hora del Vaticano, atravesó la plaza de Santa Marta, cruzó el Arco de las Campanas y concluyó en la plaza de San Pedro.

Antes del traslado, el cardenal Kevin Farrell presidió una breve liturgia en la capilla de Santa Marta, en la que agradeció a Dios por los doce años de pontificado de Francisco.

“Demos gracias al Señor por los innumerables dones que concedió al pueblo cristiano a través de su siervo, el papa Francisco”, expresó durante la ceremonia.

La Basílica de San Pedro permanecerá abierta el jueves de 7:00 a 24:00 horas, y el viernes de 7:00 a 19:00 horas, para que los fieles puedan dar el último adiós al pontífice.

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Cuba vacuna a casi medio millón de niños contra la poliomielitis

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Tal es el caso del pequeño Damián, quien fue llevado a vacunarse por su madre, Sara García, como parte de una práctica que ya cumple por tercer año consecutivo.

«Las madres estamos acostumbradas a cumplir con este proceso de vacunación», dijo a Xinhua la joven Sara, mientras esperaba frente a la puerta de una policlínica ubicada en la barriada del Vedado, en La Habana.

En una segunda etapa de la campaña, que se llevará a cabo del 16 al 21 de junio, los niños recibirán una nueva dosis y se reactivará la vacuna antipoliomielítica en infantes de 9 años, en cumplimiento del Programa Nacional de Inmunización establecido por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP).

La niña Yenisey Martínez también fue inmunizada, pero acudió a la posta médica acompañada de su abuela, Olga Guzmán, una mujer de poco más de cincuenta años, quien destacó la importancia de este proceso.

«Yo también recibí esa vacuna cuando era niña y comprendo muy bien la necesidad de inmunizar a mi nieta», subrayó.

En ese contexto, la doctora Lena López, directora del Programa Nacional de Inmunización del MINSAP, subrayó en un comunicado oficial la relevancia de la participación familiar.

«La participación activa y responsable de los padres asegura no solo la salud de sus propios hijos, sino también la protección colectiva de toda la población», afirmó la especialista.

La doctora López añadió que «vacunar es salvar vidas», ya que la inmunización no solo previene enfermedades, sino que también fortalece el sistema de salud y garantiza el bienestar de las futuras generaciones.

En Cuba, los menores de 60 años están protegidos contra la poliomielitis gracias a las campañas anuales de inmunización iniciadas en 1962, las cuales han alcanzado una cobertura del 99,5 % en los distintos grupos poblacionales. Como resultado de estos esfuerzos, en 1995 Cuba recibió la certificación de erradicación de la poliomielitis por parte de la Organización Panamericana de la Salud, convirtiéndose en el primer país latinoamericano en obtener ese reconocimiento.

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Maduro rechaza acuerdo humanitario de Bukele y exige liberación de criminales venezolanos en El Salvador

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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mantuvo su postura de rechazar el acuerdo humanitario propuesto por el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, y exigió nuevamente la liberación de los criminales venezolanos enviados por Estados Unidos para su encarcelamiento en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en territorio salvadoreño.

Maduro volvió a referirse a una supuesta violación de derechos humanos contra los venezolanos que guardan prisión en el Cecot y no ofreció una respuesta favorable a la propuesta de Bukele, que planteaba intercambiarlos por presos políticos encarcelados en Venezuela por sus vínculos con la oposición.

«Yo le digo, señor Bukele: póngase a derecho, responda al cuestionario del fiscal general de la República de Venezuela. Dé fe de vida de todos los muchachos secuestrados. Diga dónde están enjuiciados, qué causa, qué delito cometieron», expresó Maduro.

«Permita el acceso de sus abogados y familiares a la prisión donde los tienen secuestrados. Abandone el camino de la desaparición forzosa y, más temprano que tarde, póngalos en libertad incondicionalmente. Libertad incondicional para los jóvenes que están secuestrados en El Salvador», agregó.

Las declaraciones de Maduro se produjeron luego de que Bukele propusiera, el pasado domingo, un acuerdo humanitario que contemplaba la repatriación de 252 venezolanos detenidos, a cambio de la liberación de un número igual de presos políticos en Venezuela.

«Quiero proponerle un acuerdo humanitario que contemple la repatriación del 100 % de los 252 venezolanos que fueron deportados, a cambio de la liberación y entrega de un número idéntico (252) de los miles de presos políticos que usted mantiene», expresó Bukele en ese momento.

La propuesta fue realizada a través de la red social X, donde el presidente salvadoreño explicó que los venezolanos detenidos en El Salvador fueron capturados en el marco de una operación contra pandillas internacionales.

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