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Hinchas latinoamericanos ponen color a la apertura del Mundial de Qatar

«¡Hoy es la fiesta del mundo!»: el fútbol latinoamericano se invitó al día grande de Catar, en la apertura del Mundial-2022, y no solo por la presencia de Ecuador en el partido inaugural contra los anfitriones sino por la presencia visible de aficionados de otros países de la región.
Delante del estadio, hombres armados a lomos de dromedarios y camellos formaban un pasillo de honor y los espectadores iban entrando tranquilamente al recinto, muchos de ellos hombres vestidos con dishdashas blancas y tocados tradicionales y mujeres en abaya oscura. Ello hacía todavía más visible el contraste con el amarillo vivo de las camisetas de los seguidores ecuatorianos.

Uno de ellos era George Maalouf, ecuatoriano-libanés desplazado con su familia a Qatar para vivir este inicio del Mundial.
«Espero que Ecuador juegue mejor y gane, pero sobre todo que sea un partido de amistad. ¡Que viva Catar y que viva el fútbol!», dijo a la AFP este empresario, dedicado a la exportación a Ecuador, Colombia y República Dominicana de productos de Oriente Medio.
Disfrutaba de los momentos previos a la ceremonia de apertura del Mundial, a punto de anochecer el estadio Al Bayt, un recinto de nuevo construcción en Al Jhor (50 km al norte de Doha), situado en pleno desierto y cuyo diseño homenajea a las tiendas de los beduinos.
«Soy libanesa, pero nacionalizada ecuatoriana y ecuatoriana de corazón. Hoy estamos festejando a Ecuador porque la presencia aquí de Ecuador ya es un festejo», señalaba en su grupo Jackie, doctora universitaria y presidenta de una organización nacional de lucha contra la diabetes.
Pero pese a no estar presentes en el partido, hinchas de otros países latinoamericanos se dejaban notar y ponían también ambiente en la previa al Catar-Ecuador vestidos con las camisetas de sus selecciones o con banderas de sus países.
O incluso vestidos con trajes típicos de sus países, lo que provocaba requerimientos constantes de los aficionados cataríes para hacerse fotos, como le ocurría a Jacqueline y Coco, dos mexicanas que acudieron al partido vestidas con el traje de mariachi.

«Queríamos venir aquí con el traje de mariachi porque estamos muy orgullosas del traje, de ser mexicanas. Para mi esposo y para mí es nuestro séptimo Mundial y siempre vinimos con este traje», explicó Coco, nacida en Querétaro hace 67 años y química de formación, que vive en Catar su séptimo Mundial.
Junto a ella, su nuera Jacqueline, maestra de primaria de 30 años, a la que ha llevado a Catar para ver los tres partidos de México en la fase de grupos.
«Hoy venimos principalmente a apoyar a un país latinoamericano y obviamente hoy es la fiesta del mundo. Es el día que empieza y queríamos estar aquí», asegura.
– Sin cerveza pero con DJ –
Mauricio Pachón, de Bogotá, celebraba «la alegría de la gente, la unión de todos, que no haya guerra».
«Somos de Colombia, lastimosamente no nos clasificamos pero hemos venido a apoyar a los latinos», explicó.
Khalid, un hincha catarí vestido con dishdasha, igual que sus dos hijos pequeños, se tomaba fotos con los aficionados latinoamericanos.
«Estoy muy contento por vivir este momento histórico para mi país. Espero que lo podamos disfrutar todos y que el mundo vea la hospitalidad de los cataríes. Lo mejor es el conocer gente de otras partes del mundo», aseguraba en su charla con la AFP este trabajador de la empresa nacional de energía.
Cerca de él, cuatro jóvenes argentinos, tras disfrutar brevemente de la música de un DJ, buscaban la puerta de entrada al estadio.
Tienen entre 33 y 23 años y vienen de Rosario, todos menos uno que estaba ya en Europa. Quedaron en Egipto y desde allí fueron a Catar a animar a Argentina, cuya bandera llevaban anudada al cuello.
«Lo lindo del Mundial al principio es que ningún equipo está descalificado, todo el mundo está contento e ilusionado», afirma uno de ellos, Nicolás.
Solo lamentan una cosa, la decisión finalmente de no poder tomar cerveza junto a los estadios antes de los partidos.
«Nos dio un poco para atrás, pero bueno…», relativizaba Luciano con una sonrisa, antes de entrar en el estadio Al Bayt para disfrutar del primer partido de Catar-2022.
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Manchester United y Tottenham se juegan más que un título en Bilbao

Este miércoles, el estadio de San Mamés en Bilbao será escenario de una final cargada de tensión, historia y necesidad. Manchester United y Tottenham Hotspur disputan mucho más que la Europa League: ambos clubes se juegan su última carta para alcanzar la próxima edición de la Liga de Campeones, tras firmar temporadas decepcionantes en la Premier League.
Ninguno de los dos logró clasificarse al máximo torneo continental a través del campeonato inglés, por lo que esta final se presenta como un salvavidas competitivo y económico. El ganador no solo se llevará el trofeo europeo, sino también un boleto directo a la Champions League y un ingreso estimado en 100 millones de euros.
Temporadas para el olvido
El United, bajo el mando del portugués Rúben Amorim, vive una de las peores campañas de su historia reciente. Ocupa la 16ª posición en la Premier y ha sufrido 18 derrotas en 37 partidos, una marca que remite al oscuro recuerdo de su descenso en 1974. Amorim, que llegó en noviembre, solo ha conseguido seis victorias en 26 partidos de liga.
La situación no es mejor en el norte de Londres. El Tottenham de Ange Postecoglou ha perdido 21 partidos y marcha 17º, cifras que igualan las peores épocas del club desde su retorno a la élite en 1978. La mala racha se extiende a los últimos seis encuentros, en los que los ‘Spurs’ solo sumaron una victoria.
Europa como refugio
A pesar de sus fracasos domésticos, ambos equipos han encontrado consuelo en el torneo continental. El United llega invicto a la final tras eliminar a Real Sociedad, Lyon y Athletic Club, mientras que el Tottenham, con Son Heung-min como figura recuperada, busca su primer título europeo en más de 17 años.
Aunque históricamente el United ostenta un palmarés más amplio, incluyendo FA Cup y Copa de la Liga recientes, el Tottenham ha sido superior esta temporada en los enfrentamientos directos: tres victorias en tres partidos ante los ‘Red Devils’.
Lesiones y esperanza
Las bajas también han marcado esta temporada. Tottenham no contará con James Maddison, Lucas Bergvall ni Dejan Kulusevski, mientras que el United celebra la recuperación de jugadores clave como Joshua Zirkzee, Diogo Dalot y Leny Yoro. Sin embargo, el peso del equipo recaerá nuevamente en Bruno Fernandes, Alejandro Garnacho y Casemiro, pilares en el camino hacia la final.
«Es un todo o nada. Estamos en situaciones parecidas, los dos entrenadores estamos en la cuerda floja», reconoció Rúben Amorim tras asegurar su pase a la final, la tercera de la Europa League entre equipos ingleses.
Una final con aroma a redención
Más allá del trofeo, esta final representa una oportunidad de redención y alivio financiero para dos gigantes heridos. Un partido al límite, en un escenario imponente, donde solo uno podrá celebrar y aferrarse a una nueva esperanza en Europa. La cita: miércoles, 19:00 GMT, en la Catedral del fútbol vasco.
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El Balón de Oro 2025 se entregará el 22 de septiembre en París

La ceremonia del Balón de Oro 2025 se celebrará el próximo 22 de septiembre en el Theatre du Châtelet, en París, y por primera vez otorgará el mismo número de galardones tanto en categoría femenina como masculina, informaron este lunes France Football y la UEFA, organizadores del evento.
Además del tradicional Balón de Oro a la mejor futbolista del año y al mejor entrenador o entrenadora de un equipo femenino, se incorporan el Trofeo Kopa a la mejor jugadora joven, el Trofeo Yashin a la mejor portera y el Trofeo Gerd Müller al mejor gol, todos ellos ya existentes en la rama masculina. En total, se entregarán 13 premios: seis para mujeres, seis para hombres, y el Premio Sócrates al compromiso social.
Los nominados se anunciarán en agosto. En 2024, los ganadores del Balón de Oro fueron los españoles Aitana Bonmatí (Barcelona) y Rodri (Manchester City). La edición anterior estuvo marcada por el boicot del Real Madrid, tras conocerse que Vinicius Jr. no recibiría el galardón principal.
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El Crystal Palace deja en blanco al City y gana su primer título en 164 años

El Crystal Palace conquistó la Copa de Inglaterra, el primer título en sus 164 años de historia, con una victoria por 1-0 y dejó al Manchester City con una temporada en blanco, la primera desde 2017. Los ‘Eagles’, más ruidosos, con más hambre y con un Dean Henderson espectacular que incluso paró un penalti, superaron a los de Pep Guardiola, que siguieron con la tónica de la temporada y flojearon en el momento decisivo.
Un gol de Eberechi Eze, culminando una contra lanzada por Jean-Philippe Mateta y proseguida por el colombiano Daniel Muñoz, que puso un centro genial para el remate del ’10’ del Palace, desajustó a un City que recibió este sábado la puntilla. Esta ‘FA Cup’ era su opción de salvar la temporada con un título, una especie de guinda en un pastel bastante agrio por su destino en Premier League, Liga de Campeones y Copa de la Liga, tres trofeos perdidos hace mucho.
Pero el City nunca acabó de recuperarse de esa picadura de Eze, sin dudas el mejor futbolista del Crystal Palace, pero no el único de un conjunto que cuenta con Mateta como un delantero centro de otra época, un pelotero en el centro del campo como Adam Wharton, al que se verá mucho en la selección inglesa en el futuro, y el eléctrico Daniel Muñoz en el carril derecho.
Y también a Dean Henderson en la portería, porque aunque el meta pudo y seguramente debió ser expulsado al cortar una carrera de Haaland en la frontal del área con una mano, paró un penalti a Omar Marmoush que pudo cambiar el encuentro. Henderson, ex del United, adivinó la intención del egipcio, sorprendente lanzador con Kevin de Bruyne y Haaland sobre el césped, y agrandó su historia con las penas máximas. Ha salvado nueve de las 22 que le han lanzado en su carrera, es decir, más de un 40 % de acierto. Una auténtica brutalidad.
A esta acción le agregó varias más para redondear su encuentro. Especialmente una estirada a Jeremy Doku y un mano a mano con el debutante Claudio Echeverri. Salvó a su equipo en los momentos importantes y desde su arco, bajo los aficionados del City, celebró el 2-0 de Daniel Muñoz, durante los pocos instantes que tardó en desbaratarlo el VAR al comprobar que había fuera de juego en la jugada. Fue un pequeño jarro de agua fría para los londinenses, que ya se veían con la copa bajo el brazo, pero fueron capaces de aguantar el arreón final de los de Guardiola y abrochar un título que se les había escapado en las finales de 1990 y 2016.
El primer gran trofeo para los ‘Eagles’ en 164 años de historia y un premio al gran proyecto que ha construido Oliver Glasner desde que aterrizó en Selhurst Park en febrero de 2024. Ha salvado al Palace dos temporadas consecutivas, lo ha sostenido en la media tabla y le ha dado el tan ansiado entorchado. Al otro lado queda un City derrotado, necesitado de una regeneración y con el único gusto para echarse a la boca esta temporada de clasificarse entre los cinco primeros de la Premier League para no caer a la Liga Europa el curso que viene.