Internacionales
VIDEO | Autobús fuera de control arrasa con todo lo que encuentra en su camino, luego que conductor sufriera una crisis epiléptica

De un momento a otro, el microbús se subió al bandejón, arrasó con un puesto ambulante, incluido el vendedor. Luego, la loca carrera del vehículo siguió botando árboles. Cruzó la calle y se fue directo sobre una terraza, con más árboles, un automóvil, un furgón y, si no es porque el poste del alumbrado público se le cruzó, quién sabe hasta dónde hubiese llegado.
El registro data del 13 de julio, aunque el video se dio a conocer este domingo. Ocurrió en calle San Francisco y Lo Blanco en la comuna de San Bernardo, en Santiago.
Al llegar a calle Lo Blanco, por causas que se desconoce, el conductor pierde el control del bus atropellando a una persona adulta que resulta con lesiones leves. Posteriormente, continuando su trayecto, causa daños de consideración a inmuebles como también a dos postes del alumbrado público”, dijo el teniente Francisco Burgos, de la 62 comisaría de Carabineros de San Bernardo.
De acuerdo a los vecinos, cerca del mediodía se sintió un ruido estremecedor. “Pensé que era un terremoto”, dijo una. En la calle, cables eléctricos botados, árboles en el suelo y los autos chocados atravesados en la vía daban cuenta del impacto.
La habitación de Ana Briones resultó con la pared que daba a la calle completamente trizada. El peligro de derrumbe es inminente. “Pienso que con un temblor se podría venir abajo”, contó al noticiero de Chilevisión.
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En Meganoticias, Luis, el marido de Ana Briones, y quien tiene un taller mecánico en su casa, contó que estuvo a segundos de ser arrasado por el vehículo. Justo iba saliendo de su casa en su automóvil cuando el chofer perdió el control del vehículo mayor. “Prácticamente arrasó con mi casa completa, todo un muro lo tiró. Un auto de un cliente y mi furgón también fueron afectados. El techo se quebró entero… He dormido a saltos, ante cualquier ruido fuerte mi señora piensa que va a pasar de nuevo. No se ha acercado nadie a hablar con nosotros”, se quejó.
Lo de Joseph Fritz Filaaime pudo haber sido trágico. El ciudadano haitiano era el vendedor que fue atropellado por el micro, y zafó con problemas en la cadera, el hombro izquierdo y el cuello. Sus lesiones son leves, pero permanece en cama e impedido de trabajar.
De acuerdo a quienes presenciaron el violento accidente, lo increíble es que Joseph Fritz, que vive cerca del lugar del impacto, salió caminando como si nada. Otros pobladores lo ayudaron, le ofrecieron agua y le preguntaron cómo estaba.
La máquina circulaba con 35 pasajeros a bordo, ninguno de los cuales resultó con alguna herida. De acuerdo a lo publicado por el diario Las Últimas Noticias, el chofer habría perdido el control al haber sufrido una crisis epiléptica. Claudio Gallegos, contó que, tras el accidente, “llegué hasta el bus. El chofer seguía con las manos al volante, pero no se movía. Se notaba que estaba mal. Los pasajeros ya habían bajado, pero habían llegado algunos vecinos que lo querían linchar. Por suerte al poco rato llegaron los carabineros”, afirmó.
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Hasta ayer, los vecinos no tenían contacto con la empresa Subus, de la que depende el vehículo siniestrado. Sin embargo, Julio Toyos, gerente de Asuntos Públicos de la empresa, dijo que “respecto de los afectados, que deben estar muy complicados en este minuto, nosotros nos estamos poniendo en contacto con ellos para poder resolver y reparar lo que evidentemente es una responsabilidad nuestra como compañía”.
Internacionales
«Obedecer y callar»: poblados colombianos bajo el yugo de grupos armados

El montañoso sur del departamento de Bolívar es una crónica trágica del calvario sin fin que padecen los civiles atrapados en las garras del conflicto armado colombiano. La AFP acompañó a una misión del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), una de las pocas organizaciones que trabaja en la zona, y habló con los pobladores quienes pidieron mantener su identidad bajo reserva.
Bolívar es el tercer departamento más afectado por la violencia en el país, con casi 700.000 víctimas a lo largo del conflicto, según un informe oficial de junio. En 2020 se registraron 145 homicidios.
Ubicada en la región del Magdalena Medio, sus habitantes son blanco de guerrilleros del guevarista ELN, disidentes de las FARC que no firmaron la paz en 2016 y el Clan del Golfo, el mayor cartel del narcotráfico.
Las comunidades ingenian estrategias de supervivencia frente al cruce de disparos, asesinatos selectivos, confinamientos, campos minados, extorsiones y amenazas en uno de los países con más desplazados internos del mundo.
Cuando cesan las balas se impone su «mano invisible», pero omnipresente, «silenciosa y amenazadora», dice Javier, uno de los líderes comunitarios. «Rara vez se les ve de uniforme o con armas. Están ahí, vigilándonos sin dejar que los veamos».
Isla de oro
El sur de Bolívar tiene forma de «isla», rodeada por los brazos del río Magdalena, explica la delegada del CICR, Sara Lucchetta.
Sus montañas, que ocupan casi todo el territorio de 17.000 km2 (casi el tamaño de El Salvador), son corredores logísticos con la vecina Venezuela para el tráfico de oro de numerosas minas artesanales, contrabando y cocaína.
«Aislado y remoto, el sur de Bolívar ha sido históricamente un territorio de guerrilla y violencia. También es una zona de conflicto de la que se habla poco en comparación con otras regiones», describe Lucchetta.
Aparte de algunos grafitis en las paredes con sus siglas, la presencia de estas guerrillas y ejércitos del narco es casi imperceptible, constató la AFP en los municipios de Morales y Arenal. Los campesinos siguen trabajando en sus plantaciones de maíz, papa y cacao.
«Las consecuencias del conflicto sobre la población civil se han convertido en estructurales», remarca Lucchetta.
La coca, principal componente de la cocaína, ha dejado de ser rentable y se cultiva menos.
«El verdadero problema de la guerra ahora es el oro», dice el minero José.
En las últimas semanas el ELN y las AGC se enfrentaron de nuevo en la región y provocaron el desplazamiento de al menos 1.400 personas en un «clima de miedo y zozobra», según el gobierno.
Ratones y águilas
«La gente tiene miedo. Están constantemente en alerta, esperando la desgracia, (pendientes de) si vienen hombres armados a la puerta por la noche», describe Carlos, otro poblador.
Los grupos suelen tener aliados en las poblaciones. «Pero, sobre todo, las comunidades intentan mantenerse al margen. Es una cuestión de convivencia», subraya Javier.
«A causa del conflicto, hay normas con las que hemos aprendido a vivir. Por ejemplo, está prohibido caminar de noche», señala.
Con redes urbanas y colaboradores los tres grupos conocen y aprueban cada movimiento: para comprar una moto se necesita el permiso del comandante y justificar de dónde proviene el dinero, explica otro campesino.
La gente aquí está acostumbrada a hablar de una «tensa calma», pero en cuanto estallan las hostilidades «nos encontramos en medio del fuego cruzado, con las balas zumbando sobre nuestras cabezas», dice Wilson, otro líder local.
«Cuando sólo hay un actor (armado), más o menos sabes qué hacer, te adaptas. El problema es cuando son varios y te encuentras en medio», sostiene Juan.
«Nos encontramos como ratones asustados con un nido de águilas sobre nuestras cabezas», añade.
Siempre sospechoso
Carlos denuncia la «estigmatización» de los civiles, pues los grupos acaban sospechando que son «colaboradores» del bando contrario. La poca presencia del ejército detona la arremetida de las organizaciones, añade.
«Para unos, somos guerrilleros. Para otros, somos paracos (paramilitares) (…). Si uno se desplaza de un territorio a otro, es rápidamente acusado, interrogado, o incluso peor… Un extraño siempre es sospechoso», explica Juan.
Muchos viven cerca de campos con minas y otros artefactos explosivos sin detonar. Algunas de estas zonas peligrosas están identificadas con una calavera y huesos cruzados, firmada por el grupo responsable.
Según el CICR, al menos 10 personas fueron víctimas de estos artefactos en 2023, frente a 4 el año anterior.
La violencia sumada al aislamiento, hipoteca el acceso al agua potable, educación y salud.
«Si no fuera por el conflicto, estaríamos viviendo bastante bien. Las condiciones son duras, pero la tierra es generosa», sostiene Juan. «El problema es esta guerra, que es el cuento de nunca acabar».
Internacionales
Sujeto mata a puñaladas a cuatro integrantes de su propia familia

La pesadilla comenzó cuando la policía respondió a una llamada de emergencia en la madrugada del domingo, alertando sobre la amenaza de un familiar de atacar a su propia familia.
Dos agentes llegaron al lugar y comenzaron a interrogar al sospechoso, pero repentinamente este los atacó con un cuchillo, dejándolos heridos.
En defensa propia, uno de los policías respondió disparando al agresor, causándole heridas mortales. Los investigadores descubrieron a un niño de 11 años gravemente herido frente a la casa, quien lamentablemente falleció en el hospital.
En el interior de la residencia, se encontraron los cuerpos de otras tres personas: un niño de 12 años, una mujer de 44 y un hombre de unos 30 años.
De igual forma, una víctima de 61 años resultó gravemente herida y fue hospitalizada, a pesar del brutal suceso, los policías heridos se encuentran fuera de peligro.
Internacionales
China emite alerta por bajas temperaturas y desastres por lluvias y nevadas

Las autoridades chinas emitieron una alerta sobre riesgos potenciales por bajas temperaturas y desastres ocasionados por lluvias y nevadas en las regiones oriental y central del país en diciembre.
Se prevé que tres olas de frío azoten China este mes, indica un análisis conjunto de agencias gubernamentales, entre las que están el Ministerio de Gestión de Emergencias y la Administración Meteorológica de China.
Las agencias también pronosticaron riesgos elevados de incendios forestales en las zonas meridional y suroccidental del país, e indicaron que la nación podría experimentar olas más destructivas que lo normal este mes.