Ciencia
Científicos encontraron pistas de por qué la vacuna de AstraZeneca podría provocar coágulos
Los médicos quizá hayan averiguado por qué la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca podría provocar unos coágulos sanguíneos potencialmente letales en unos casos muy raros.
El descubrimiento, realizado en un par de informes que se publicaron el viernes en la edición en línea de la revista New England Journal of Medicine, podría ser clave para el despliegue global de la vacuna de AstraZeneca, al ayudar a desarrollar tratamientos efectivos para el efecto secundario y proveer pistas sobre cómo refinar la vacuna para solucionar el problema, aseguran los expertos.
Pero también podría impedir los esfuerzos de que la vacuna se apruebe en Estados Unidos, donde ya hay tres vacunas disponibles.
La vacuna de AstraZeneca parece hacer que ciertas personas desarrollen unos anticuerpos que se dirigen a una proteína del cuerpo humano llamada factor 4 plaquetario (PF4, por sus siglas en inglés), que hace que las plaquetas entren en acción y activa una cascada de coagulación, explicó el coautor del informe, el Dr. Theodore Warkentin, profesor de patología y medicina molecular de la Universidad de McMaster en Ontario, Canadá.
“Es un anticuerpo que la vacuna activa de alguna forma, y en algunas circunstancias esto resulta en una coagulación inusual de la sangre”, apuntó Warkentin.
El fenómeno es similar a un efecto secundario farmacológico raro que provoca la heparina, un anticoagulante, y que se conoce como trombocitopenia inducida por heparina, señaló Warkentin.
Los efectos secundarios de coagulación de la vacuna son tan poco comunes que tanto la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) como la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos de Atención de la Salud de Reino Unido han decidido mantenerla en el mercado, al concluir que sus beneficios superan a sus riesgos, anotó AstraZeneca en un comunicado.
Sin embargo, la etiqueta de la vacuna se actualizará para mencionar la coagulación de la sangre como un efecto secundario potencial extremadamente raro.
“AstraZeneca ha colaborado de forma muy activa con los reguladores para implementar estos cambios en la información del producto, y ya está trabajando para comprender los casos individuales, la epidemiología y los mecanismos posibles que podrían explicar estos eventos, que son extremadamente raros”, observaba el comunicado de la compañía.
Hasta el 4 de abril, la EMA había recibido informes de 169 casos de coágulos en el cerebro y de 53 casos de coágulos abdominales entre unos 34 millones de dosis de AstraZeneca que se han administrado por toda Europa, según Reuters.
En Reino Unido, 19 personas han muerto por coágulos sanguíneos graves relacionados con la vacuna, reportó CNN.
Los casos de coágulos se parecen a lo que a veces se reportan con el anticoagulante heparina
Dos de las tres vacunas contra la COVID-19 que se están distribuyendo en Estados Unidos (Pfizer y Moderna) no han mostrado ningún efecto secundario de este tipo. Pero, el viernes, los reguladores de medicamentos europeos dijeron que están revisando informes de unos coágulos sanguíneos raros en cuatro personas que recibieron la vacuna contra la COVID-19 de Johnson & Johnson. De los cuatro casos, tres ocurrieron en Estados Unidos durante el despliegue de la vacuna y una persona murió, y el cuarto caso se reportó en un ensayo clínico, según CNBC.
Uno de los nuevos informes sobre la vacuna de AstraZeneca se enfoca en 11 pacientes de Alemania y Austria que desarrollaron unos problemas graves de coagulación tras vacunarse, mientras que el otro revisó los casos de cinco trabajadores de atención de la salud, de 32 a 54 años, que desarrollaron el efecto secundario.
El alcade de Toronto, John Tory, al recibir su vacuna de AstraZenca el 10 de abril.
Las pruebas revelaron que todos los pacientes habían desarrollado complejos de coagulación de la sangre PF4 similares a los que provoca la heparina, aunque ninguno había recibido el anticoagulante.
Estos nuevos hallazgos todavía no dan a los médicos ninguna pista sobre quién podría enfermar por una coagulación excesiva tras recibir la vacuna de AstraZeneca, anotó el Dr. William Schaffner, profesor de enfermedades infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee.
“Hasta ahora, se enfoca en unos grupos de edad más jóvenes, pero no podemos determinar por adelantado quiénes son esas personas. La pregunta será, a medida que continuamos con la política pública en todo el mundo, ¿cómo se gestionará esta vacuna?”, planteó Schaffner.
Pero los hallazgos podrían ayudar a orientar el tratamiento de las personas que desarrollen síntomas similares a la trombocitopenia inducida por la heparina, apuntó Warkentin.
“Si alguien desarrolla síntomas cinco o más días después de la vacuna, ya sea un dolor de cabeza o síntomas neurológicos, o un dolor o falta de aliento anómalos, entonces la persona que recibió la vacuna sabría que debe buscar atención médica”, apuntó Warkentin. “Algo igual de importante es que los profesionales clínicos que evalúen al paciente sabrían cómo buscarlo”.
Quizá ya haya un tratamiento disponible, que se basa en cómo los médicos tratarían un tipo incluso más raro de trombocitopenia inducida por heparina, dijo Warkentin.
La heparina afecta de forma directa al PF4 para provocar coagulación, pero en algunos casos el fármaco promueve una respuesta autoinmune que afecta a la importante proteína, aclaró Warkentin.
Los médicos tratan la trombocitopenia autoinmune inducida por heparina mediante la administración de unas dosis altas de inmunoglobulina intravenosa, lo que básicamente inunda al cuerpo con anticuerpos sanos para acallar a la señal producida por el fármaco, apuntó Warkentin.
El futuro de la vacuna de AstraZeneca es incierto
“Recomendamos que cuando un médico reconozca a un paciente de este tipo con esta nueva afección, llamada trombocitopenia trombótica inmune inducida por vacuna, lo traten no solo con anticoagulación sino con dosis altas de esta inmunoglobulina intravenosa”, aconsejó Warkentin.
Ahora que AstraZeneca sabe lo que ocurre que provoca el efecto secundario, también tiene la oportunidad de revisar la composición de la vacuna y la forma en que se fabrica para averiguar qué sucede, dijo Warkentin.
La EMA europea reconoció los problemas con esta vacuna pero recomendó seguir aplicandola porque sus beneficios son mayores que sus potenciales riesgos, detectados en muy pocos casos
“Quizá haya una forma de averiguar qué podría ser esto y tal vez una forma de manipular la vacuna para que sea más segura”, anotó Warkentin.
Schaffner señaló que estos informes “implican a la vacuna como iniciador inmune de un evento muy raro que crea anticuerpos que implican a las plaquetas, esos minúsculos elementos del torrente sanguíneo que provocan la coagulación”.
Los ministerios de salud de todo el mundo tendrán ahora que sopesar esta información contra los riesgos que plantea la COVID-19, explicó Schaffner.
“Esto es particularmente pertinente porque esta vacuna es muy barata, se puede fabricar en grandes cantidades y se puede gestionar en una cadena de frío normal. Al principio, en realidad se publicitó y se anticipó que esta quizá sería la vacuna más importante para utilizar en muchos países en desarrollo”, indicó Schaffner. “Creo que ahora muchos ministerios de salud realizarán un análisis de costo y beneficio”.
AstraZeneca se había estado preparando para buscar la autorización del uso de emergencia en Estados Unidos para su vacuna, pero esta noticia arroja una sombra sobre esa iniciativa, añadió Schaffner.
“No he escuchado lo contrario, pero hay que preguntarse si la compañía desea pasar por el proceso”, dijo. “Parece que aquí en Estados Unidos tenemos, de momento, una amplia cantidad de vacunas, con nuestras tres vacunas que cuentan con una autorización de uso de emergencia. En algunas partes del país, tenemos una oferta de vacunas que supera a la demanda. La necesidad de una cuarta vacuna se ha reducido muchísimo”.
El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU., también ha arrojado dudas sobre los prospectos de la vacuna de AstraZeneca en Estados Unidos.
“Ya hemos hecho un contrato de suficientes vacunas con Moderna y Pfizer y [Johnson &Johnson]”, declaró Fauci a CNN. “No hay un plan para comenzar a utilizar de inmediato la [vacuna] de AstraZeneca aunque se apruebe mediante el uso de autorización de emergencia, algo que es posible que suceda”.
Ciencia
Científicos logran curar la diabetes tipo1 en ratones
Científicos de la Universidad de Stanford, liderados por Seung K. Kim, lograron curar la diabetes tipo 1 en ratones mediante un innovador trasplante combinado de células madre sanguíneas e islotes pancreáticos de donantes inmunológicamente incompatibles.
Con estos ensayos realizados en un tiempo de seis meses, lograron reiniciar el sistema inmunitario para detener el ataque autoinmune a las células productoras de insulina sin necesidad de fármacos inmunosupresores crónicos ni insulina exógena.
Este avance, publicado en el Journal of Clinical Investigation y basado en estudios previos del equipo, previene el rechazo de injertos y la destrucción de células beta en 19 de 19 ratones sanos y 9 de 9 con diabetes establecida.
Este resultado es un logro prometedor que abre la oportunidad de aplicarla en los humanos para eliminar riesgos de inmunosupresión y extenderse a otras enfermedades autoinmunes como artritis o lupus.
Ciencia
Nueva revisión de la Biblioteca Cochrane concluye que los cigarrillos electrónicos ayudan a dejar de fumar
Una nueva actualización de la prestigiosa Biblioteca Cochrane, considerada el estándar de oro en revisiones de evidencia médica, refuerza que los cigarrillos electrónicos con nicotina duplican prácticamente las probabilidades de abandonar el tabaco tradicional durante al menos seis meses en comparación con los métodos clásicos de reemplazo de nicotina (parches, chicles o inhaladores) y superan también a los vapes sin nicotina.La décima edición de esta revisión sistemática, publicada hoy, incorpora 104 estudios con datos de más de 30.000 fumadores adultos que intentaron dejar el cigarrillo convencional. Es la actualización más completa realizada hasta el momento y añade 14 nuevos ensayos clínicos respecto a la versión de enero de 2025.
Por cada 100 personas que usan cigarrillos electrónicos con nicotina:
entre 8 y 11 logran dejar de fumar durante al menos seis meses.
Con terapia de reemplazo de nicotina tradicional: solo 6 lo consiguen.
Con cigarrillos electrónicos sin nicotina: también 6.
Sin apoyo o solo con apoyo conductual: apenas 4.
Los autores califican como “evidencia de alta certeza” la superioridad de los vapes con nicotina frente a la terapia de reemplazo tradicional, y como “evidencia de certeza moderada” su ventaja sobre los vapes sin nicotina.
¿Por qué funcionan mejor?
Los investigadores explican que los cigarrillos electrónicos replican mejor el ritual y la entrega rápida de nicotina al cerebro, algo que los parches y chicles no logran con la misma eficacia. Además, destacan que los dispositivos más modernos (pods y sistemas de sales de nicotina) administran la nicotina de forma aún más eficiente que los modelos antiguos utilizados en muchos de los estudios ya incluidos.Precisamente por eso, Cochrane subraya la necesidad de nuevos ensayos con estos dispositivos de última generación: “Una mejor administración de nicotina podría traducirse en tasas de abandono todavía mayores”.
“Los cigarrillos electrónicos con nicotina aumentan las probabilidades de dejar de fumar en comparación con la terapia de reemplazo de nicotina o con los cigarrillos electrónicos sin nicotina. Los responsables de políticas públicas y los profesionales sanitarios deberían tener en cuenta estos datos a la hora de regular y recomendar herramientas para reducir el tabaquismo”, resume la revisión.
La Biblioteca Cochrane seguirá actualizando esta revisión a medida que aparezcan nuevos estudios, especialmente sobre los dispositivos de nueva generación que dominan actualmente el mercado.
Ciencia
Se abre en Ginebra una nueva oportunidad para un tratado contra la contaminación plástica
Del océano al cuerpo humano, ¿comenzará el planeta a «desplastificarse» a orillas del lago de Ginebra?
Representantes de unos 180 países se reúnen desde el martes en Suiza para una nueva y crucial ronda diplomática que ambiciona el primer tratado mundial para eliminar la contaminación plástica.
En un contexto de fuertes tensiones geopolíticas y comerciales, esta sesión adicional de diez días, denominada INC-5.2, fue convocada tras el fracaso en diciembre de la ronda celebrada en diciembre en Corea del Sur, presidida por el diplomático ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso.
Un grupo de países productores de petróleo bloqueó entonces cualquier avance, y hay mucho en juego.
Si no se hace nada, el consumo mundial de plástico podría triplicarse de aquí a 2060, según las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Además, la cantidad de residuos plásticos en el suelo y en los cursos de agua, desde las cimas de las montañas hasta los océanos, se duplicará en 2040, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que coordina las negociaciones de la ONU.
La situación es aun más dramática: el planeta produce actualmente 460 millones de toneladas de plástico al año, la mitad de las cuales son de un solo uso. Y recicla menos del 10% de los residuos plásticos.
Al descomponerse en micro y nanoplásticos que contaminan los ecosistemas, los polímeros penetran en la sangre y los órganos humanos, según estudios recientes.
Las consecuencias, aún desconocidas en gran medida para la salud de las generaciones actuales y futuras, son denunciadas por un grupo de unos 450 científicos de 65 países que siguen los debates.
«Bosquejo» de tratado
A pesar de la extrema complejidad de la negociación, que afecta a intereses antagónicos -productos químicos o desarrollo económico frente a medioambiente y salud-, «es muy posible salir de Ginebra con un tratado», declaró esta semana a la prensa la danesa Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
El ecuatoriano Valdivieso publicó tras el fracaso anterior en la ciudad surcoreana de Busan un proyecto de texto con más de 300 puntos de desacuerdo que deberán negociarse hasta el 14 de agosto, antes de llegar a un tratado.
Lo más difícil es incluir (o no) una limitación de la producción de plásticos nuevos, señala Saeed Hamid, miembro de una coalición que agrupa a 39 Estados insulares. Países petroleros como Arabia Saudí, Irán o Rusia no quieren ni oír hablar de esa posibilidad.
Otro punto espinoso es la elaboración de una lista de productos químicos considerados «problemáticos» para la salud o el medioambiente: los PFAS -conocidos como ‘contaminantes denominados eternos’-, los disruptores endocrinos, los ftalatos y los bisfenoles, entre otros.
«Nadie quiere ver un INC-5.3, nadie. (…) Así que la vía de escape más probable es un bosquejo al que se le llamará tratado, pero que necesitará financiación, agallas y alma para ser realmente eficaz», dijo a la AFP Bjorn Beeler, director de la Red Internacional de Eliminación de Contaminantes (IPEN), con sede en Suecia.
«El contexto es difícil», añadió una fuente diplomática bajo anonimato, «ya que no se puede descartar por completo lo que está sucediendo en otros ámbitos del multilateralismo, como el nuevo papel de Estados Unidos o los BRICS, que están trabajando para reorganizarse».








